Partida Rol por web

Poco después de llegar a pokke la jefa de la aldea te entrega una carta del Gremio de cazadores.

No podías creerlo, no dabas crédito. Acababas de llegar y ya te estaban diciendo que fueras a otro lugar. Nada más y nada menos que a la otra punta del mundo. Una aldea llamada Kokoto. Solicitaban tu ayuda ya que no tenían ningún cazador y estaban frecuentemente en problemas.

- Ko.. qué? - pensaste
- Eso donde narices está? Bueno, supongo que no tengo más remedio... si lo pide el Gremio debe de ser importante. - Continuaste pensando algo más relajado.
- Espero que no haga calor. Es más... Va a haber que cancelar la boda e ir hacia allí. Alea se va a poner hecha una furia. - Terminaste de pensar con los pelos de punta

Tuviste que obligar a tu prometida a cancelar la boda y por culpa de eso discutisteis casi toda la noche.
Al amanecer te embarcaste hacia Kokoto, evidentemente iracundo, por culpa de todo esto.

Tardaste bastantes días en llegar, perdiste la cuenta de lo enfadado que estabas.
Llegaste a Kokoto con la armadura hecha añicos y el arma bastante maltrecha. Los aldeanos te reciben con alegría, temían que hubieras muerto de camino por la tardanza.
Por suerte allí tenían armas de sobra y una armadura de tu talla, pero por desgracia debías comenzar de nuevo.

Poco despues el anciano Hackett te agradeció que vinieras y dijo que debías esperar. Seguido esto oyes que hackett dice "Adelante. está abierto".

un Par de años después de irte con aquellos cazadores desconocidos y visitar bastantes aldeas. Llegas a Loc-Lac city. Era exactamente como habías oído hablar de dicho lugar. Llena de bullicio y movimiento. pero a pesar de ello la gente no chocaba, como si supieran el espacio de debían tener entre ellos. Un humano se acerca a vuestro grupo bastante cansado ya que le había lo suyo costado llegar a ti entre tanta gente. tenía una carta. que te entregó. Evidentemente sin abrir.

En breves palabras decía que habías sido seleccionado para proteger Kokoto, una pequeña aldea marcada en dicha carta.
Tú no habías oído hablar de dicho lugar.

Antes de darte cuenta una humana bajita, portadora de una lanza te dice que irá contigo. todo se queda en silencio y tu solo piensas en una cosa.
"¡NO! es peligroso, una niña no debería decidir ese tipo de cosas."
Preguntaste a tus compañeros para que te acompañaran pero nada. Se negaron, así que partiste tu solo.
Todo sucedió muy rápido pero antes de que te pudieras darte cuenta ella también tenía la misma carta que tú. al No haber nada que objetar partisteis hacia Kokoto. Apenas os dirigisteis la palabra durante el camino. si, algo aburrido pero después de unos dias sin presentaros os parecia incomodo preguntar

Llegas a la aldea por pura suerte, el arma y armadura algo maltrecha. La aldea contaba con poquisimas casas, se podían contar con una mano. Los pocos habitantes se acercan a ti alegres y agradeciéndote por estar allí.

Tu, ileso pero algo "triste" por perder tus objetos preguntas por el alcalde. En un instante todos te señalan su casa.

Poco después de cometer la mayor estupidez al arriesgarte y ser respetada en todo Saki decidiste viajar todavía más.
Llegaste a Loc-Lac city. La capital de todo el movimiento sobre todo entre cazadores. Te llamó la atención un Wyveriano. Eran pocos los que se veían y era mucho más raro en los tiempos que corrian. Te dirigiste a él. y sin meterte en la conversación solo oías.

Llegaste en el momento más oportuno porque acababa de recibir una carta del gremio.
En breves palabras decía que habías sido seleccionado para proteger Kokoto, una pequeña aldea marcada en dicha carta.
Viste como el Wyveriano preguntaba a sus compañeros y le dijeron que no irían.

- Yo voy - Respondiste sin dudar.

Se hizo el silencio durante unos segundos. No dijeron nada pero sabias la respuesta.
- "¡NO! es peligroso." -

- Os dejo discutiendo, yo debo encontrar a una tal "Ekaterina Kuznetsova"- Dijo el cartero mientras marchaba.

- ¡Espera! esa soy yo. - Respondiste

El cartero, sin creer esas palabras miró las características del perfil que le habían dado y coincidian.
- Bien. E-E-entonces esto es para, ti. supongo. - dijo todavía sorprendido de que alguien tan "pequeña" fuera una de las destinatarias de su carta.

cogiste el sobre. no te hizo falta leerlo ya que era exactamente igual que el del wyveriano.

- Bien, supongo que ahora no hay nada que objetar.

Llegas a la aldea por pura suerte, el arma y armadura algo maltrecha. La aldea contaba con poquisimas casas, se podían contar con una mano. Los pocos habitantes se acercan a ti alegres y agradeciéndote por estar allí.

Tu, ileso pero algo "triste" por perder tus objetos tu "compañero" de viaje pregunta por el alcalde. En un instante todos te señalan su casa.

En una noche, 18 meses después de partir de Moga y hacerte un pequeño hueco recibes una carta al volver de caza.

Ha sido usted seleccionado para proteger Kokoto una pequeña aldea que sufre continuos ataques de monstruos. Por favor. acuda hacia allí. lo antes posible. Kokoto está en sus manos.

ATTE: Gremio de cazadores

Perfecto, esto era lo que estabas esperando. Durante el viaje se te daña la armadura y el arma también. solo esperas que al llegar haya algun arma para ti.

Al llegar, los aldeanos ya están contentos. No sabes el motivo pero te diriges hacia un aldeano y preguntas por el alcalde. encantado te señala la casa, y partes hacia allí.

Estabas en Kokoto porque te habias emborrachado y tu instinto de supervivencia te guió hacia allí.
Los aldeanos, viendo como te tambaleabas de un lado hacia el otro y te apoyabas en tus espadas para no dejar caer tu peso muerto, pensaron que estarías herida. Se equivocaban. Estabas de alcohol hasta arriba.

El alcalde y su nieta se encargaron de ti.
Cuando despertaste estabas desvestida y tenias resaca.

Tu equipo colgado. Hecho harapos, como si fuera tela para que lo vieras al despertar

- Veo que por fin has despertado. - Dijo, trayendote liquidosremedios caseros. Tomate esto.

Al moverte te diste cuenta de solo te tapaban unas simples sabanas.

- No te preocupes. mi nieta te ha desvestido. No soy tan pervertido. - Respondió al notar tu desagrado

Bueno, ya tendremos tiempo para charlar cuando estés mejor, descansa.

Al día siguiente despertaste temprano. le pediste al alcalde equipo nuevo y saliste a estirar las piernas. Al volver pasaste por la taberna y ahí te quedaste un buen rato.

Pocos días de llegar a dondruma y su gran fortaleza El Rey wyveriano te manda llamar personalmente.

Era un ser gigantesco, bastante mayor de lo que aparentaba. Parecía un monstruo con esa enorme frente, y esos dedos, ya que peculiarmente tenia un dedo menos, garras de ave e iba equipado con unas hombreras de samurai bastante gastadas y una espada larga.

Te comentó personalmente el problema de Kokoto:
Kokoto está en problemas, no hay ningún cazador que se atreva a ir ya que hay demasiados monstruos y cada vez hay menos cazadores. Hay que hacer algo para cambiarlo. demasiados monstruos no es bueno para nosotros.

Accediste a ayudar sin vacilar.
Al salir por la puerta te encuentras con otro cazador de ojos cabellos claros. no te llamó la atención pero si te impresionó el martillo de llevaba consigo parecía bastante pesado.

Sin darle más importancia partes hacia Kokoto

Llegas a la entrada del pueblo con la armadura hecha un cromo y el arma rota pero sin saber por qué sigues ilesa como mucho unos simples arañazos.

Después de lo pasado anteriormente con su padre el Gremio de cazadores decide darle una ultima oportunidad.
Un cartero encuentra a Lilith a punto de salir de caza y le entrega una carta.
Sorprendida ya que sabía que era una carta del gremio la abre.

Ha sido usted seleccionado para proteger Kokoto una pequeña aldea que sufre continuos ataques de monstruos. Por favor. acuda hacia allí. lo antes posible. Kokoto está en sus manos.

ATTE: Gremio de cazadores

Más sorprendida queda al leer esto. Tanto, que no lo podía creer. Como la carta decía, acude lo antes posible.

Llega al pueblo con todo su equipo hecho un cromo, pero con las espadas duales de su padre intactas ya que para ella son valiosas. Nunca las usa y nunca las usará. No quiere romperlas ni dañarlas por el valor sentimental que tienen para ella.

Se dirige hacia un aldeano y pregunta por el alcalde. El aldeano responde con una seña, sin entablar más conversación se dirige hacia allí. al llegar a medio camino ve en la lejanía a un cazador portador de una espada larga que entra en la casa

Has vuelto a cazar después de un año. 18 meses han pasado ya desde lo ocurrido aquel día con aquel plesioth. Todavía sigues lamentándote, pero la vida continua....

Estás en dondruma, buscando misiones para cazar. El rey Wyveriano quiere verte.
Ves como sale una chica bastante atractiva. de cabello Oscuro, casí azul marino y ojos oscuros. Portadora de un arco. parecía lista, su cara lo decía pero ella no era lo importante.

Al entrar ves al wyveriano más grande y posiblemente al más grande que veras en tu vida.
Te dice que vayas a Kokoto de parte del Gremio de cazadores ya que hay demasiados monstruos en esa zona y no hay ningún cazador por esos lares.

Te diriges allí y durante el viaje cada vez tienes el equipo más estropeado y como no tienes un herrero a mano debes quedarte con el equipo como está.

Tienes el martillo maltrecho y la armadura hecha añicos y estás a punto de llegar. Ya que ves una señal que indica Kokoto con una flecha. Parece no tener perdida, simple.

sigues el camino y llegas a la entrada. delante de ti hay otro cazador. Vaya, parece ser la misma cazadora de antes pero también está como tú. armadura y arma rotas del viaje

Me disculpo ante todos si la calidad de los post no es como pensabais. lo hice con sueño para poder empezar lo antes posible pero creo yo que así ya está bien ^^

Hace ya 3 años que la Alcaldesa de Pokke te mandó a Loc-Lac city para que ayudaras al gremio de cazadores de la mejor forma posible ya que por ahora habías logrado ayudar en pokke por ahora. Poco después de llegar allí conociste a tus actuales compañeros de grupo. 3 compañeros

3 años ya, con tus compañeros, como pasa el tiempo. 3 años hasta que un buen día llegó una misión un tanto especial. Una misión en Bosques y Colinas. Decía que estaba infestado de velociprey. Nada más llegar allí notasteis esa presencia incomoda, esa presencia de ser observado.

A ninguno os dió tiempo a reaccionar ya que en un abrir y cerrar de ojos tus compañeros acabaron muertos, totalmente descuartizados, no podias ni reconocerles. Ni siquiera sabias cómo seguias vivo. Entre toda esa carnicería sabias que no tenias oportunidad alguna y decidiste ocultarte. huiste y te escondiste en el mejor sitio que conoces. "el hueco".

Desde pequeña siempre te fascinó ser cazadora. Nunca te gustó aquella pudor a pescado muerto que no dejabas de oler, tanto en casa, debido a que tu madre es la jefa de los pescaderes, como en una gran parte de la aldea. Sabías y eras consciente de que aquel olor no se debía a que el pescado estaba en mal estado ya que era el mejor pescado del mundo. O eso decían ellos. De todas formas, el caso es que eso a ti nunca te gustó.

Tu madre, siempre quiso que continuaras el negocio familiar, pero por más que lo intentó no lo consiguió. Tu deseo por querer ser cazadora nunca desapareció y se hizo cada vez más fuerte. Más aún cuando llego aquel cazador acompañado de nada más ni nada menos que 2 shakalakas, te salvaron a ti y a todos los aldeanos de aquel Ceadeus. Criatura responsable de aquellos terribles terremotos.

Años más tarde, ahora que eres una cazadora, al cerrar los ojos todavía recuerdas todo esto como si fuera ayer. Esa relación madre-hija se había solucionado. Aunque más que solucionado tu madre por fin lo comprendió y, aunque seguía sin gustarle lo respetaba.

Una criatura amenazaba a los habitantes y al negocio familiar desde hacía unas semanas. ¿Qué era? A sí... Un Ludroth Real, en el mismísimo Moga.
Decidiste darle caza en solitario porque no había nadie más que pudiera hacerlo.
Teniendo en cuanta que eras considerada espectacular mente buena en en la caza sub-acuatica, tras varios intentos fallidos y varias heridas corporales, cosa que te indignaba pero a la vez te fortalecía y te daba más coraje para volverlo a intentar abatirla.
Desgraciadamente solo lograste ahuyentar a aquel príncipe del mar. Por suerte para ti, no solo tú acabaste con heridas. Lograste hacerle una enorme cicatriz en la cara y cortarle la cola.
Este combate no lo olvidarás jamás. Ni tú, ni ese monstruo. Aquí es donde empezaba a marcarse la diferencia, entre la caza, cuando tenías que mejorar. Eras consciente de ello.

Un día, tras volver de caza. Recibiste una carta. Estaba sellada con el logotipo del gremio.

La carta, entre otras cosas decía lo siguiente:

Cita:

Era esta una señal del destino para que te fortalecieras? Quien sabe, pero no podías perder esta oportunidad.
Sin perder mucho más el tiempo te equipaste para este largo y entretenido viaje.

Poco después de poder valerte por ti misma descubriste que aquel trozo de metal que seguía en tu cuerpo no era de ninguna espada como te dijeron, si no de un monstruo.

Un dragón anciando. Kushala Daora. También nombrado "Dragón del Viento" o "Dragón Metálico". ¿Como podía ser que no lo recordarás? ni tú misma estabas segura del motivo pero eso ahora no importaba. El problema de esto fue que comenzaste a tener pesadillas. La misma para ser exactos; En ese sueño puedes visualizar perfectamente a aquel monstruo delante de ti.

Un dragón enorme recubierto por escamas metalicas y brillantes de un color plateado. No hay ruido alguno, salvo el de muchos metales moviendose. Evidentemente ese sonido provenía de aquel monstruo. Lo producía aquel monstruo al moverse.

Camina lentamente. Sacando pecho, como si fuera el rey del lugar. Se acerca a ti pero no te mira, como si no existieras para él. Al tenerle cerca notas una presión, una corriente de aire que te empuja hacia atrás.
El dragón que por fin te ve, no duda en atacarte. Tú, tendida en el suelo sin poder hacer nada, empiezas a sangrar, a debilitarte, no puedes hacer nada más que ver a la criatura. De repente, oyes como aquel dragón suelta un gruñido de agonía. En ese preciso instante despiertas del sueño.
Noches tras noche visualizas la misma escena. Despertando a media noche. Alterada, con el corazón acelerado, con sudores fríos.

Tras un tiempo comenzaste la caza individual, cual lobo solitario y, aunque también tenía algo que ver el hecho de que te costase socializar, no era ese el motivo que te movía a hacerlo. Si no el hacerte más fuerte.
Querías experimentar ese sentimiento de sobrevivir por tu cuenta. La ley del más fuerte. Nada más que tu instinto de supervivencia y tú contra un mundo lleno de criaturas, cada una más salvaje y peligrosa que la otra. Te desenvolvías bien y por ello el gremio no tenía problema alguno.

Los problemas comenzaron cuando el gremio intentaba asignarte aprendices. No te llegaban a la suela, no te seguían el ritmo, de una forma u otra siempre acababan heridos y teníendo que salvarles el trasero. Debido a esto dejaron de asignartelos ya que no era conveniente, ni para el gremio, ni para los novatos y mucho menos para ti.

Todo volvió a ser como te gustaba. Paz y tranquilidad, pero... a tu manera. Acabaste acostumbrandote poco a poco a aquella pesadilla, gracias a eso comenzó a cesar. Desgraciadamente nunca podrás olvidarlo.

Una mañana, camino al gremio para buscar misiones que pudieras hacer y así, rejalarte y despejar tu mente un mensajero te entregó una carta. Estaba sellada con el logotipo del gremio.

La carta, entre otras cosas decía lo siguiente:

Cita:

Era la ocasión perfecta para hacerte más fuerte.

Desde que tienes uso de razón pasaste toda tu vida viviendo en los bosques, con otras mujeres como tú. Amazonas os hacíais llamar. Cuando el Gremio de cazadores se enteró de esto trató de negociar con estas. Evidentemente se negaron. Era bien sabido que se negaban a tratar con hombres.

Finalmente, tras mucho insistir cedisteis. Una especie de ratado. En general, dicho tratado decía que ninguna de las partes se entrometería en los asuntos del otro.
A cambio de esto 1 de cada 10 de las mejores amazona cazadoras ayudaría al gremio, siempre y cuando las ellas diesen consentimiento. También decía que serían tratadas de forma especial, como por ejemplo, no estar obligadas a aceptar según qué misiones, o poder entrar en cualquier terreno de caza, aunque no se le haya sido asignado.
Los cazadores de élite también tenían acceso eso ultimo, pero a diferencia de ellas no les hacía falta marcarse ningún signo en el cuerpo. La verdad era un gran lujo ya que no dejabas de ser amazona ni eras una cazadora. Era mejor que ser un cazador de élite ya que eras bastante intocable.

De entre todas esas 10 amazonas, tú fuiste seleccionada por el gremio, el resto de amazonas, como la mayoría de veces no opusieron queja alguna.

Allí te encontrabas tú, sola ante el mundo. ¿Qué te deparará? Solo el destino lo dirá. Pasaron varios meses y cuando el gremio te vio suficientemente preparada para tu primera misión te entregó una carta.

Esta estaba sellada con el logotipo del gremio.

La carta, entre otras cosas decía lo siguiente:

Cita:

Sabías que esta era una de las pocas misiones a las que no podías negarte, así que sin decir palabra te pusiste en marcha hacia kokoto.