Elen tensa su arco con toda su fuerza, por un momento pareciera que este se partiría en dos, pero no, fue lo suficiente como para que la flecha saliera disparada a gran velocidad, pueden notar como pequeños hilos de luz de varios colores giran rodeando la flecha, quizá debido a la melodía de Frenni, la aventurera puso todo su empeño en derrotar a su adversario. La flecha entra por el ojo del mercenario con tal fuerza que atraviesa por completo su cráneo, este se queda tan solo unos instantes de pie y luego cae pesado como un bulto de harina al suelo, sin más movimientos, muerto.
Tan solo quedaba uno de los atacantes, éste desvió la mirada hacia la hechicera e hizo un chasquido con su lengua, tirando a un lado su hacha y poniéndose de rodillas con sus manos sobre sus piernas.
-Nunca pensé que fueran unos adversarios tan aguerridos- dice escupiendo a un lado, -si le permiten vivir- comenta meneando su cabeza en dirección a la hechicera, -les diré todo lo que quieran-.
*Recuerden que aún queda un mercenario, el cual quedó profundamente dormido.
*El combate ha terminado, ya pueden postear sin ceñirse a turnos.
El combate acabó a sus espaldas mientras Brennan sacaba con un tirón seco la punta de su lanza del costado de la maga, sintiendo en el astil cómo alguna de las costillas crujía al hacerlo. Lentamente, como si fuese una marioneta a la que hubieran cortado las cuerdas, la mujer se derrumbó como una marioneta por el dolor de sus heridas.
-Os dije que ibais a arrepentiros de esto. –Dice en voz baja, con una sonrisa depredadora en su rostro. Los que creían ser cazadores habían descubierto de la peor forma que siempre fueron presas.
Con un suave silbido, Brennan señala al mercenario dormido y hace un gesto con la mano hacia Gealach. La loba, más tranquila ahora que el caos del combate ha terminado pero aún tensa por el fuerte olor a sangre, se aproxima al hombre preso del hechizo de Frenni y se coloca a su lado, junto a su cuello, dispuesta a morder a la menor señal de peligro.
Mientras lo hace, su compañero se sienta sobre el maltrecho cuerpo de la hechicera, y murmura unas palabras en voz baja mientras apoya su mano derecha sobre el pecho de la maga. Un destello de luz verdosa aparece por un instante entre los dedos de Brennan, y parece hundirse en la piel de la mujer.
-No morirá, al menos no por esta herida. –Dijo, alzando la mirada y la voz hacia el mercenario que acababa de rendirse. Pero como si quisiera asegurarse de ser tomado en serio, sacó un pequeño cuchillo de hueso y lo sostuvo de forma bien visible en su mano izquierda. –Su suerte lo decidirá cuán satisfechos quedemos con tus respuestas.
-¿Quiénes sois y por qué nos habéis atacado? –Preguntó con frialdad -No escatimes en detalles. Podría ser malo si nos aburriésemos.
Gealach cubre al mercenario dormido.
Brennan lanza "Curar heridas menores" en la maga, le recupera 1PV y la estabiliza (creo)
Felsom dejó escapar una risita al advertir que el último de los mercenarios se había rendido. Puede que ellos fueran el grupo de aventureros más extraño y peculiar que había visto nunca, pero aún así se habían compenetrado bien en combate contra sus adversarios, venciéndoles.
Si hubiera sido por el nigromante, hubiera matado también a Rittoro, pero ahora ellos necesitaban información y además entendía que sus compañeros podían tener remilgos en atacar a alguien que se había rendido. No, definitivamente había que mantener las formas.
Mientras Brennan se ocupaba de hacer las preguntas, Felsom se aproximó hasta el cadáver del mercenario que se había lanzado a atacarle y, tomando su daga, procedió a cortarle ambas orejas. Eran las partes más tiernas que podía obtener de forma rápida y, aunque no se veían tan apetitosas como las puntiagudas de Frenni, Elentirell o Brennan, con un poco de aliño tal vez supieran bien.
-Hmm, si se les echa ajillo, perejil y un poco de vino blanco, pueden quedar muy buenas -aseguró, guardándoselas en uno de los bolsillos. Después alzó la mirada hacia Rittoro-. Dile al druida todo lo que te pregunte y te doy mi palabra de que tus otros compañeros muertos conservarán sus orejas.
Por suerte el enfrentamiento pudo terminar antes de que se diera lugar a la muerte de todos aquellos mercenarios. Por más feroces y desalmados que pudiesen ser los enemigos, la práctica de la compasión era una que conservaría los buenos caminos del grupo; o por lo menos eso creía Frenni. Puesto que el asesinato sin razón ni decoro era lo más ruin que podía pasar en las jornadas de aventureros o descubridores.
El gnomo no era muy dado para la interrogación y mucho menos la intimidación, por lo que dejó que Brennan se encargase de aquella parte. Mientras él se acercó al cadáver del arquero que fue asesinado primero por Elentirell y hurgó en sus bolsillos. Algo que consideraba menos virulento que matar a una persona, pero de todas formas poco correcto.
- Discúlpeme por esto... espero que esté descansando en paz...
Tras el ataque de Los Escudos Amarillos, se han dado cuenta que su investigación parece haber atraído el interés de alguien poco amistoso. -He quedado de encontrarme con Enzo, la persona quien me contrató, a eso de las siete de la tarde- el hombre se detiene un momento, como queriendo retractar sus palabras, pero recuerda que no está en posición de ocultar información, -la reunión es para llevarle pruebas de que había acabado mi misión… por lo visto no va a ser así- el hombre vuelve a escupir a un lado.
-Es todo, solo fuimos contratados para eliminarlos… y no suelo hacer más preguntas de las necesarias- el hombre se quita la bolsa de cuero que lleva alrededor de su cuello y la lanza a los pies de Frenni, -es el dinero que nos adelantaron por el trabajo y la dirección en la que debía encontrarme con mi contratante-. La dirección escrita en el pergamino de Rittoro corresponde a una taberna llamada “La Gaviota Negra”, un lugar bastante sórdido cerca de los muelles.
La hechicera por su parte se estabiliza gracias a la oportuna intervención de Brennan, aunque ésta continua inconsciente.
* Bueno chicos, podemos dar cierre con los posts de Elen y Hektor y continuamos en la parte tercera.
* Ahora bien, vamos con la experiencia, en la parte primera olvidé dar experiencia, creo conveniente refrescar ello con 140 xp.
* Para esta parte segunda, otorgo 360 xp para cada uno por el desempeño en el combate más 140 xp por pasar el segundo tramo de la aventura.
* En total, cada aventurero recibe 640 puntos de experiencia, quedaron a poco de subir de nivel :3
* Para la parte tercera, estoy pensando en bonificar con 50 xp a los que saquen 20 natural en cualquiera de las tiradas.
El enfrentamiento termina cuando uno más cae por una flecha disparada por mi que le atraviesa el ojo mientras que algunos están inmersos en un profundo sueño gracias al bardo. Todo estuvo bastante bien organizado, considerando que no tuvimos más opción que ofrecer un contraataque y mostrar la fiereza que tenemos cuando no tocan un poco de más.
Más allá de esto, el asunto es que aquel hombre confiesa una verdad que me impulsa a hacer un gesto claro de enojo. Los habían contratado para que nos asesinen a sangre fría y el tiro les salió por la culata. Aún así, con una bolsa con oro y una dirección, las cosas están más que clara y es momento de conocer en persona a quien tiene la necesidad de gastar dinero innecesario por nuestras cabezas.
—Bueno, no puedo agradecerte. Aunque debes saber que por chivato posiblemente no veas más días, aún así espero que tengas la astucia necesaria para huir lo antes posible de tus contratistas y de nosotros—digo en ese tono que melodioso, por mi actitud suena cortante—. No tendré piedad la próxima vez.
Ya diciendo aquello como una misiva muy directa, desvío la mirada hacia mis compañeros y les doy a entender que nada más tenemos que hacer por aquí. Ya hemos brindado un bonito espectáculo y toca arreglar cuentas.
Felsom carraspeó al escuchar las palabras de Rittoro. Los habían enviado para matarles y lo peor para el nigromante es que ni siquiera había hecho nada malo en esta ocasión. ¿Sería acaso por la investigación que estaban realizando? El mercenario les había dado un nombre, Enzo, el cual en principio no terminaba de relacionar con nadie a quien hubiera conocido en Freeport.
-Muy bien. Buen chico -dijo Felsom, cuando Rittoro les proporciona la dirección de la taberna en la que iba a reunirse con el hombre que les quería muertos-. Ahora llévate a tu amiga antes de que considere cortarle algo -expresó, con frialdad-. Habéis tenido suerte de salir vivos de estas. Procurad que no volvamos a veros, o no seremos tan piadosos.
Ahora que los cazadores se habían convertido en presas, era el momento de conseguir el verdadero trofeo y dirigirse al hombre llamado Enzo. Pero si se acercaban a él llamando la atención, podrían hacer que escapara. Además, el extraño grupo que habían conformado resultaba particularmente llamativo.
No, la caza debía ser sigilosa. Invisible. Era Rittoro quien debía reunirse con Enzo. En tal caso, puede que ésa fuera exactamente la respuesta.
-Antes de irte, quítate la ropa. Nos la llevamos. -Anunció bruscamente Brennan, después de escuchar las respuestas de sus compañeros. -Puedes coger la de alguno de los caídos antes de irte. Vamos.
Mientras aguardaba a que el hombre se desprendiera de sus armas, armadura y vestimentas, trató de juzgar el riesgo que corrían dejándolo vivo. Era poco probable que fuese a traicionarlos, ciertamente, y no disfrutaba de matar a oponentes indefensos… pero tal vez un poco de miedo terminarse de hacer el trabajo.
-Ah, y sólo para que tengas claro que sería una pésima idea intentar traicionarnos… -Añadió un instante después, y de una de las bolsas de colgaban de su cinturón sacó una semilla que emanaba una ligera aura mágica. Una semilla que mostró unos segundos entre sus dedos, antes de introducirla en la boca de la maga y hacer que la tragara.
-Esa era una semilla del árbol de Darach. -Anunció mirando con dureza a Rittoro. -Puede que no lo conozcas, pero los que servimos a la naturaleza sabemos cómo usarlas para algo más que curar. Así que alejaos de nosotros tanto como podáis. Si en algún momento llego a creer que estáis actuando en nuestra contra, activaré la semilla.
-Y créeme, no es agradable la forma en la que echa raíces dentro de alguien. -Añadió, y esbozó una sonrisa depredadora mientras se levantaba del cuerpo de la mujer y guardaba el cuchillo de hueso. -Así que confío en que no tendremos que volver a vernos.
Girándose hacia el resto, se preguntó quién podría llevar la ropa del mercenario. Él era el que tenía una constitución más fuerte, pero no le apetecía cortarse el pelo. Tal vez Hektor pudiera hacerlo. Al fin y al cabo, resultaba bastante polifacético… y lo cierto era que no le vendría bien un corte de pelo. Sus greñas competían, en aspecto y suciedad, con las de Saladino.
-Elen, tal vez tú podrías llevar la ropa de la maga. -Propuso a la elfa, tanteando su reacción. No estaba muy seguro de si la temperamental arquera aceptaría una idea como esa para poder acercarse a su misterioso enemigo.
Le doy una "Buena Baya" y recupera otro PV. Aunque claro, eso sólo lo sé yo xD
Hektor, al final vas a tener tu fiesta de disfraces xD
El elfo habla de una semilla y mi ceja se alza, no se sabe si refleja curiosidad o sorpresa. Hay veces que soy un misterio en cuanto a las expresiones faciales, más aún mi falta de diálogo tampoco es que ayuda en demasía. No obstante cuando Brennan me nombra, desvío la mirada hacia aquel hombre y asiento conforme. Posiblemente la ropa de la bruja me quede, aunque claro no es un buen plan desvestirme allí delante de todos sin que corra sangre de por medio.
—Buen punto, revisaré a la maga.
Y me dispongo a hacer aquello, sin demasiados escrúpulos. Además quizás tenga alguna pócima u amuleto mágico, todo puede servir y el plan de aquel elfo, ha resultado magnífico. Yo por mi propio orgullo o necedad, olvido ese tipo de detalles y está bueno que alguien más los tenga en cuenta.
Me llevo la ropa y todo lo que encuentre. :P
Hektor había estado distraído buscando a su fiel compañero Saladino. Se llevó un susto de muerte cuando pensó que lo había perdido, pero todo quedó en una falsa alarma. El muy granuja se había escondido en la capucha de su capa, donde había establecido una pequeña guarida de ramitas, piedrecillas y pelo del propio hechicero.
No anduvo demasiado avispado como para rebuscar entre las pertenencias de sus atacantes, así que tuvo que resignarse y encogerse de hombros. En fin, la próxima vez será.
Iba a añadir algo cuando vio que el grupo pensaba dejar ir a Rittoro por las buenas. Levantó un dedo en el aire. ¿Y si Rittoro pudiera resultarse útil? Pero justo cuando iba a proponer utilizar al mercenario de cebo, el druida dio con una solución mejor.
- ¿Estáis pensando en mí, de veras? -se apresuró a recoger los ropajes que Rittoro a medida que este se desvestía. Contento por tener parte del botín, no pudo esperar y se cambió lo más rápido que pudo.
La escena era curiosa. Una suerte de cuerpos, algunos sin vida, otros sin consciencia, desparramados por el suelo. Rittoro desvistiéndose con velocidad y Hektor, despojado de su capa y su camisón interior, mostrando su cuerpo extremadamente delgado y frágil, dando saltitos de emoción. Deseoso de disfrazarse como su atacante, le exhortaba a que se diese prisa. Tenía frío y se había quitado la ropa demasiado pronto, quedando casi desnudo en aquella calle por la que soplaba un vendaval terrible.
Cuando al fin terminó de vestirse, decidió dar un par de vueltas ante los presentes. Como si de una dama real se tratase.
-¿Cómo lo veis? ¿Quizá demasiado holgado por la cintura? ¿Los bajos qué tal? ¿Muy bajos? Por fortuna sé de un sastre que solía regentar un negocio en algún punto al sur de la ciudad. No será barato, pero creo que puede hacer un gran trabajo con esta materia prima.
Se señaló a si mismo, con cierta ceremonia. Pero aún queda un detalle. Agachó la cabeza y se cubrió la cara con las manos. Cuando volvió a alzar la mirada, su rostro ya no era el de Hektor, sino el de Rittoro*. Cuando habló, su voz sonó ligeramente más ronca, tosca, agresiva.
-Mi señor Enzo, los agitadores ya han sido abatidos. Sólo uno de ellos se resistió. Hektor hizo como que sacaba algo de su bolsa de viaje. Pero lo hizo en vano.
Alzó el brazo en alto. Sostenía en su mano derecha la cabeza cortada de Hektor. Sujeta por el pelo, la expresión de horror de aquella cara inerte era de lo más expresiva. Un truco realmente realista y aterrador que causó más de un grito ahogado de sorpresa entre los presentes.
*Hektor utiliza imagen silenciosa para cambiar su propia apariencia.
-Le aseguro que no sabrá de nosotros nunca más- el hombre apresuró a quitarse sus ropas, luego tomo algo de la ropa de uno de sus compañeros más algo con lo qué cubrir a la hechicera y se alejó del lugar; la gente comenzaba a pasar por el lugar, mirando la escena con cierta extrañeza.
Muy bien, ha terminado la parte segunda.
Ahora hablemos del "Loot" que han obtenido, tanto de Rittoro y Belko, como de los demás caídos en combate:
* Escudo de madera pequeño x 2
* Escudo pequeño de acero
* Bastón de cedro
* Hacha de batalla
* Espada corta x 2
* Ballesta ligera
* Arco corto
* Carcaj con flechas (x10)
* Daga de marfil (tiene una "L" tallada en su empuñadura)
* Daga
* Anillo de plata (Escudo símbolo de los mercenarios)
* Broche de plata (Escudo símbolo de los mercenarios)
* 14 monedas de plata
* 10 monedas de oro
* Trozo de pergamino (La Gaviota Negra)
Me pido la daga! Tiene una L de Brennan!!
Yo no agarro nada... excepto las monedas. Pero solo las tomo porque alguien debe hacerlo. Después las repartimos.