Partida Rol por web

Has guiado a los tuyos por difíciles situaciones después de un largo viaje que os ha dejado en Toshi Ranbo. En ese largo peregrinaje te has ganado la confianza de los tuyos aunque oficialmente no seas su líder. Tu sabiduría es respetada entre ellos y escuchan tus reflexiones y consejos. 

Habéis llegado en un mal momento para una vida apacible pues la guerra ha estallado. Os habéis instalado en dos casas destartaladas de alguna gente que decidió irse a otras tierras más tranquilas alejadas de la guerra. Debes ir con cuidado ya que los enemigos pueden surgir de mil esquinas y cualquiera puede confundirse y pensar que estás bajo el estandarte de algún gran clan. 

Junto a ti vienen 3 samurái de Sun Tao. También vivís junto a algunos niños y mujeres que trabajan para vosotros a cambio de protección en estos días difíciles. Son comerciantes humildes que necesitan moverse por la ciudad sin restricciones, del puerto a sus casas, de sus casas al mercado y poco más. A pesar de que os pagan todo lo que pueden (os dan alojamiento y comida) no es suficiente. Un samurái tiene gastos y por el momento no os puden dar una sola moneda. Además, a pesar de que os alimentan los platos llevan poca comida y sabes que un guerrero mal nutrido no puede blandir bien su espada.

Debes buscar trabajo aunque en estos días de guerra no te debería ser muy difícil, cualquiera necesita a unos ronin que que trabajen para ellos. Especialmente en estos meses que la guerra ya es oficial pero las legiones de cada bando aún tardarán en llegar. 

Por lo que sabes ya ha habido varios samurái muertos en los encontronazos entre leones y grulla y fénix y escorpiones. Es momento de que elijáis un bando, con una correcta presentación y una buena demostración de vuestras habilidades os contratará casi cualquiera. ¿Qué haces?

Los dias pasan a cada cual mas penoso y con menos comida en la ciudad de Toshi Ranbo y tengo claro que no he guiado a esta gente hasta aquí para vivir de este modo. Intento pensar que haria Sun Tao en una situacion asi pero no soy el y jamas llegare a su sabiduria.
 

[Escena de la convivencia del Ronin Kensai y sus hombres junto a los mercaderes, niños y demás]

Pero llega una noche en la que no consigo conciliar el sueño dando vueltas a que debo hacer ahora, cual partida de Go empiezo a pensar en todos los movimientos posibles e inconscientemente me veo acariciando con la yema de los dedos el tablero de Go que un dia perteneció al propio Sun Tao, y de este modo quedo dormido.

Al despertar a la mañana siguiente me coloco mi kimono rojo y blanco que entre los mercaderes me regalaron ya que mi otra ropa estaba llena de remiendos y descolorida por el tiempo. Me siento en un lugar tranquilo y tomo papel, tinta y pluma. Empiezo a escribir en rokuganés culto una carta presentandome y ofreciendo mis servicios con posibilidad a que prueben del modo que deseen mis habilidades antes de contratarme. De esta carta hago cinco copias, pero la ultima de ellas es para el clan grulla y decido añadir un haikku sabedor de que puede ser bien recibido por un clan tan curtido en el uso de la espada como del arte. Finalmente desenvaino solo un dedo de mi katana para cortar mi pulgar con ella y utilizar mi propia sangre como tinta para mi chop, el cual estampo en la esquina inferior derecha de todas las cartas.

[Carta en Rokuganés Culto de presentación. Chop estampado en sangre roja.]

[Haikku añadido para la carta al clan Grulla] "La Paz Acaba, No Caerán Plumas Blancas, Antes Muerto"

Tomo todos los papeles y tras esperar a que se sequen los guardo a buen recaudo en mi kimono y salgo a la calle, dispuesto a llegar hasta todas las embajadas para entregarlos. Puede ser peligroso pero he de llegar a la puerta del clan Grulla, Escorpión, Cangrejo, Fénix y Unicornio. Ya que los Imperiales quedan fuera de mi alcance, por ahora...

Decides empezar por la embajada Grulla. A medida que te vas acercando a la embajada empiezas a notar más tensión por las calles. Extrañamente no hay nadie en la calle que lleva a los grullas. Y está vacía. Por precaución decides esconderte en un reborde que hay, entrando un pelín en el rellano de una casa.

Una vez estás en el medio de la calle, escondido, unos hombres paran el paso delante. Otros detrás y estás rodeado, aunque de momento crees que no están aquí buscándote a ti. Se mantienen todos a varios metros de ti y con sus katanas en las vainas, de momento.

 Consigues atisbar el mon del samurái líder que está parando el paso hacia la embajada grulla. Se trata de un Bayushi y tiene 4 ashigaru a sus órdenes. En el otro lado hay 2 lanceros shiba y un samurái herido, que va sin katana. Todo parece que la lucha será inevitable.  

Tras fijarme en los mons de ambos samurais reconozco al Bayushi y al Shiba, sobretodo me fijo en este último. No porta katana pero yo me fijo en sus manos, si es un samurai tendra los callos de haber practicado dia tras dia el arte de la guerra.

Finalmente decido salir al paso de la calle de paredes empedradas con los brazos cruzados dentro del kimono pero mi katana sigue colocada en el lado hostil. Mi postura no es agresiva, pero al encontrarme enmedio no se como puede continuar la situacion.

Haciendo acopio de sabiduria decido hablar antes que actuar, repaso en mi mente las enseñanzas y vivencias para encontrar las palabras adecuadas ya que me serán necesarias para no empeorar la situacion y no faltar al honor de ninguno de los dos samurais.

- Hai honorables samurais. -realizo un gesto de respeto a ambos denotando mi inferioridad en la Rueda Celestial- Soy Kensai, Discipulo de Sun Tao y he venido a estas calles a entregar una carta a la Embajada del clan Grulla.

Tras una pausa observo la primera reacción de ambos. Ya que puede darme cierta información vital sobre ellos y decido añadir a mis palabras algo más y es ahora cuando utilizo las palabras que creo adecuadas para no insultar a ninguno.

- Un samurai desarmado y herido no es un rival justo para otro samurai que le supera en numero y aun porta el acero de sus ancestros encima. Permitid que Shiba Sama se retire y podais retomar este combate más tarde, o bien dejadme combatir por él, pese a que soy un humilde Ronin por debajo de todos vosotros no estoy herido y porto mi katana.

-

El Bayushi te responde con seco -Matad a ese perro ronin. Los ashigaru van corriendo hacia ti con intención de matarte. El cortesano shiba da orden de que sus dos lanceros te protejan a ti. A cada lado tienes los lanceros.

Los ashigaru van a  intentar machacarte como pueden con sus lanzas cutres, te iban a matar... pero los esquivas en el ultimo momento.

El Bayushi va a por ti cegado en carga total intentándote meter un golpe letal.

Cuando se abalanzaron contra mi los ashigarus sabía que solo eran hombres que obedecían órdenes de un superior, no por ello debían ser ejecutados por mi katana. Sin desenvainar esquivé sus golpes de lanza como pude. El verdadero objetivo era ese deshonroso samurai de la familia Bayushi.

Me concentré y adopté la posición de combate que había hecho de mi propia cosecha, servía tanto para un duelo como para una escaramuza como la que había ahora en esta tranquila calle. Los Discipulos de Sun Tao habíamos aprendido de su legado pero todos teníamos nuestros propios movimientos aprendidos de la experiencia.

[Posición de combate del Ronin Kensai]

Cuando el Bayushi se abalanzó sobre mi desenvainé rápidamente, mi katana fluyó de su vaina como el viento fluye entre las cañas de bambú. Mi intención era acabar el combate de un solo corte por eso guié mi katana hacía su mano diestra, si la cortaba o la dejaba inútil todo habría acabado justo el empezar.

[Katana fluyendo como el viento de su vaina]

Mi golpeo fue certero como flecha que impacta en el centro de la diana, mi katana fué más rápida que el propio viento y alcanzó la muñeca del samurai Bayushi. ¿Le habré cercenado la mano?

El Bayushi se abalanza encima tuyo desenvainando pero tú eres mucho más rápido y en un abrir y cerrar de ojos cuando él aún tiene la katana a medio salir de la vaina un corte rápido le cercena su mano que sale volando. Un grito de dolor estalla en la calle. Los ashigaru Escorpión tienen un momento de distracción mientras luchaban con los lanceros Fénix. Aprovechas ese momento de distracción para matar a dos de dos movimientos rápidos. Los otros dos ashigaru se alejan unos metros como cobardes, pero son ashigaru, no tienen la naturaleza del samurái. 

El Bayushi está a tu merced en el suelo retorciéndose de dolor sangrando como un cerdo...

El Shiba se agacha para agradecerte tu asistencia. Vuestro esfuerzo os honra noble samurái. La familia Shiba os agrade lo que habéis hecho, que las Fortunas os lo devuelvan con longevidad y una buena muerte. El cortesano se va con sus dos lanceros corriendo...

El maestro de Jade Hiruma que vendrá a Toshi Ranbo quiere agradecerte lo que hiciste en el jardín encantado. Te envía una carta en la que te nombra como uno de sus ayudantes y espera que cuando llegue a la ciudad le sirvas bien igual que serviste al Imperio. 

Tu objetivo a partir de ahora será acabar con el clan Araña que merodea por Toshi Ranbo en busca de una espada maldita Jigoku. La espada ha desaparecido del castillo y ahora está en paradero desconocido. 

Para que puedas cumplir con esas órdenes tienes permiso de leva en su nombre y puedes hacer levas en todos los clanes de Toshi Ranbo con el objetivo de combatir a los Araña. Lo podrás hacer para cualquier misión que te de algún beneficio o pista que en el futuro guíe a la destrucción de los seguidores de Fu-Leng. Si abusas mucho de este privilegio te lo revocará. Solamente podrán ser samurái de menor estatus que tú.

Además tienes un colgante de jade que te regala. Cuando te lo pones ves que el jade se incrusta de forma dolorosa en tu pecho. El colgante tiene una pequeña hendidura para poner jade. Esto te da protección ante la mancha de las tierras sombrías como si tuvieras en tu poder un dedo de jade. Deberás ir recargando el colgante pero el jade que pongas dura el doble de tiempo.