Partida Rol por web

El samurái al que salvaste de los malditos Grulla es un Unicornio que ahora está instalado y viviendo en tu bonito y decorado barrio. Tiene bastante sentido de la lealtad pero no es muy honorable. Sus puntos fuertes son la fuerza bruta y el nodachi. Le gusta patrullar las calles con su caballo Utaku y trinchar a los enemigos grulla. Es un renegado de los Unicornio dado que no sigue las instrucciones de su clan y sigue matando grullas. Se enfadó bastante contigo e incluso te retó a un duelo al sentirse profundamente decepcionado cuando pactaste con Tsumatsu una tregua pero finalmente alguien lo convenció de retirarse del duelo. Te han llegado informes de que se pasa por el forro tu tregua y sigue matando grullas como un animal. Es colérico y confiado. El hermano de Isamu cree que este individuo es un insulto al Bushido por su evidente falta de maneras y tendrás que mediar o aquí habrá un conflicto.

Para tu boda conseguirás varios obsequios entre los cuales los más destacados son:

- Un daisho enviado por tu señor para reconocerte el servicio que hiciste en los combates de la embajada. Junto a este viene adjuntada una nota Estoy muy decepcionado con este acto cobarde de alguien como vos. Como os atrevéis a firmar una tregua sin mi consentimiento? Os ordeno que redimáis vuestros actos de inmediato trayéndome la cabeza del grulla con que que firmasteis el acuerdo. Reanudad de inmediato la guerra en Toshi Ranbo. Quemad todo el barrio grulla.

- Te llega también un objeto de un magistrado de Jade Hiruma Tsutomu, próximo magistrado de Jade en Toshi Ranbo. Vuestro compromiso en la guerra eterna contra Fu-Leng debe ser reconocido por todo Rokugán. Aceptad este humilde obsequio del Campeón de Jade. Se trata de una vaina que tiene jade en su interior. Puedes pulverizar dedos de jade dentro y se mantienen hasta que los gastas. Pero cada pulverización dura el doble de lo normal (creo que normalmente es un tajo, ahora serán dos). Esta vaina está considerada una nemuranai.

Todo es muy confuso. Por una parte el unicornio me desobedece, pero por otro, soy yo el que ha desobedecido a su señor. me siento consternado y decepcionado conmigo mismo.

El unicornio me muestra el camino. Pero no puedo faltar a mi palabra. Todo es culpa de ese grulla desgraciado. Me engañó con sus palabras melosas. Ahora lo veo claro. No puedo fallar a mi señor. Si me dejo matar por el grulla fallaré a mi señor, pero tampoco puedo hacer nada que llene de vergüenza a mi señor.

He de forzar que sean ellos los que falten a su tregua. Ahora es el momento de unir nuestras fuerzas para acabar con los escorpión. Es el momento de ver lo que vale la palabra de un grulla.

Leo y releo la misiva de mi señor. Una y otra vez. Y me doy cuenta de mi error. No hay opción a lo que estoy pensando. pienso demasiado. Y tanto pensar me está llevando a caminos equivocados. Mi señor es claro en lo que ha pedido. Hacer lo que estoy pensando es un error.

Morir es una pérdida, vivir una ganancia y es así que se decide a menudo no morir. Esto es cobardía. Del mismo modo, un hombre que ha recibido una buena educación puede camuflar, con su inteligencia y su elocuencia, su pusilanimidad o su estupidez, que son su verdadera naturaleza. Mucha gente no se da cuenta.

Llamo a mi mujer y le muestro la carta.

Mi señora, leed esto.

Dejo que lo lea y cuando acabe de leerlo la miro, con emoción.

Mi señor me ha ordenado algo y he de cumplirlo. He de ir al barrio grulla, quemarlo y traerle la cabeza de Kakita Tsumatsu. Después de eso deberé hacerme el seppuku por haber desobedecido a mi señor. ¿Qué pensáis del hermano de Isamu? Es de extracción humilde pero es un buen samurai. Un buen ejemplo del bushido.

Acabo por añadir, por la voz algo rota por la emoción. Hago una pausa, para recuperar la voz.

La noche de invierno más larga:
 caen los pétalos del ciruelo y, al fin,
 la luna en el oeste. 

Murmuro, recordando su haiku, pero con el nuevo sentido que toma ahora para mí, al ver que ahora dejaré atrás el tiempo dichoso que he pasado a su lado. En el fondo esperaba que mi mujer encontrara una salida a mi dilema, una salida que no fuera mi muerte, pero toda muerte es cierta. Y no hay mejor muerte que sirviendo a mi señor.

Tras estas palabras iré a hablar con el hermano de Isamu.

Os agradezco vuestros desvelos. habéis demostrado ser un samurai muy capaz. Un gran guerrero. Un hombre de honor. Pero ahora es el momento de los grandes sacrificios. Lo que decís del unicornio es cierto, pero su actitud sólo es un salvaje recordatorio de mi gran falta. No debería haber acordado una tregua. Las palabras engañosas de Tsumatsu me confundieron. Es la hora de la muerte. Voy a preparar un asalto al barrio grulla. Vamos a quemar su barrio y entregar la cabeza de Tsumatsu a mi señor. Después... Después hablad con vuestro hermano. Quiero hablar con él. A vos os encargo buscar ronins para ayudar a nuestro ataque. Necesitaremos guerreros. Haced lo necesario. Quiero entrevistarlos. En una semana atacaremos. Ah! y quiero informes de su barrio. Encargaos de los detalles.

Esperaré a que venga Isamu, a quien atenderé con sake caliente, y una jarra de agua fresca de manantial, como acostumbra a tomar. Emepzaré con conversación informal.

¿Cómo va todo, Isamu san? Dadle recuerdos a vuestra esposa. ¿Ya han dado fruto los cerezos que plantásteis?... Nos queda por hacer un último servicio. Sería mi deseo que la embajada quedara bajo vuestro mando, pero no puede estar la embajada león bajo la supervisión de alguien con apellido Himasaki... Haremos un ataque total al barrio grulla en una semana. Después de entregar la cabeza de Doji Tsumatsu a mi señor me haré el seppuku... Y quiero que seas mi segundo.

Lo estoy arreglando todo para cuando llegue este momento, y entre esas cosas está lo de vuestra adopción. Estoy seguro que tras vuestras hazañas, seréis aceptados en el clan. Ambos tenéis ancestros León, vistas vuestras acciones. No puede haber otra respuesta a mi petición.

También me encargaré de informar a los Fénix de mis intenciones, por si quieren participar en el ataque, aunque de forma encubierta, para no forzarlos a participar si no quieren.

Le pediré a mi mujer que se encargue de esa misión, iendo a la embajada Fénix como visita de cortesía y que deje indicios de un ataque próximo a nuestros enemigos y que ellos decidan si quieren o no unirse a nosotros, sin menoscabo d esu honor. A fin de cuentas va a ser un ataque sucio y traicionero por estar en tregua.

Isamu entiende todo lo que le dices. Por su puesto no se toma mal lo que le comentas de la embajada es lo normal y así te lo transmite bebiendo agua de manantial. Al oír lo de ser tu segundo cierra los ojos e inspira aire profundamente, coge decididamente el saké asiente con un gruñido y brinda contigo. Los cerezos susurra...se una bonita historia sobre ellos. Permitidme que os la cuenta Y te dará una charla filosófica sobre unos cerezos y la elección de nacer o no nacer. Es algo del Tao de Shinsei te parece.

Por lo que te informan hay dos edificios importantes grulla. Por un lado está la embajada Grulla y por otro la casa Doji. Te intentan explicar la diferencia entre uno y otro pero no lo entiendes así que quemarás los dos y punto.

Parece que tienen pocas defensas en ambos sitios. La casa Doji tiene merodeando un grupo de ronin de aproximadamente 4-7 samurái. Luego hay un grupo de 8 ashigaru  en la casa  y Kakita Tsumatsuuu. Hay otros grullas pero parecen cortesanos. También ves que los alrededores están llenos de comerciantes aprovechando la tregua que hicisteis con ellos. Es un no parar de cajas yendo y viniendo y muchos súbditos trabajando.

La embajada está más protegida y dudas que puedas tomarla con los hombres que tienes. Hay muchos edificios cercanos y es una zona muy urbanizada. Está lleno de escuelas de arte y cosas asi. Pero en la embajada está la Kakita legendaria conocida por matar tres samurái sin llegar a desenvainar. Además están todos los samurái bushi del clan ahí junto con un grupo de unos 5 ashigaru. Si no se te ocurre alguna cosa ingeniosa... necesitarías armas de asedio ya que la embajada está también fortificada (pero ni de lejos como la tuya que es un fuerte, necesitarías escaleras sobertodo).

El hermano de Isamu volverá con 4 ronin que están ilusionados de estar en tu presencia ya que te has convertido en una leyenda de guerra. Además ha conseguido también 10 budokas que lucharán por ti a cambio de 1 koku y la promesa de que los supervivientes serán ashigaru León. Las palabras del honorable samurái al presentarte a estos desarrapados son Quieren morir por algo más grande que ellos. Es lo mejor que he podido encontrar. Los ronin... son los únicos que merecen luchar a nuestro lado señor, pero morirán seguro.

Escucho los informes y me parecen muy desagradables. Al oír lo de los comerciantes recuerdo el desagradable episodio cuando nos negaron los suministros.

Son una casta despreciable... Es la hora de que conozcan la ira León... Mmmm... Pero no es el camino... No. No lo es. Respeta al débil... Y son débiles. Muy débiles... Está bien.

Reuno al consejo de guerra. A todos los samurais León más los dos Hamasaki. Expongo la situación a todos, con un mapa improvisado hecho basándome en los informes y con varias banderitas que representan a mis hombres.

Me engañaron con palabras falsas y ahora hemos de pagar por una tregua basada en el engaño. Eso no se puede permitir. He de limpiar mi falta ante mi señor. Es por ello que vamos a arrasar el barrio grulla y matar a Tsumatsu, el perro despreciable que me confundió con su lengua bífida. Todos los grulla la tienen.

La casa Doji tiene pocas defensas y allí se oculta el despreciable Tsumatsu. Allí nos dirigiremos, como una tromba. Entraremos a sangre y fuego. Los mataremos a todos, excepto a uno. El primero que huya corriendo. O en el caso improbable que eso no ocurra, el más joven. En cualquier caso, sólo dejaremos que escape uno a dar la voz de alarma a la embajada. Espero que de esta manera salgan más grulla y la batalla sea más interesante. Después de tener todas las cabezas quemaremos todo el barrio.

No mataremos a heimin a no ser que nos amenacen. Quiero una relación de los comerciantes que se negaron a comerciar con nosotros en momentos de necesidad.

Digo sin fijamre en nadie concreto para esa tarea.

Una vez tomado el barrio sí que quiero dar escarmiento a los comerciantes que nos negaron ayuda y ahora sacan provecho de nuestros enemigos.

¡Lo vamos a quemar todo. Que sufran lo que hemos sufrido. Que sus tiernas carnes sepan lo que es la vida de un guerrero!

Los samurái aceptan tus órdenes y antes de lo previsto (1 semana) os ponéis en marcha para el combate. Has podido ver alivio en sus caras cuando los convocaste en el consejo de guerra con motivo del ataque. Han estado nerviosos con aquella tregua. El León que llevó el estandarte a tu lado en aquella magnífica carga te mostrará respeto y te dirá Gracias por darnos otra oportunidad más para morir con gloria. Gracias mi buen señor.

Os encontráis algunos mercaderes alrededor de la casa Doji que corren como si llevaran a Fu-Leng en su interior. Alguno sin querer toca a tus hombres mientras corren y los samurái deshonrados empiezan una carnicería en venganza. En cuestión de minutos no quedan más que montañas de carne cortada y ríos de sangre.

Llegáis a la casa Doji y puedes ver sus espléndidos jardines con flores magníficas. Allí os esperan los ronin liderados por Tsumatsu. Además hay 2 kakita más. Los cortesanos esperan en el interior. No se esperaban el ataque... es algo infame. Además has planeado un ataque perfecto. Antes que se den cuenta ya han caído tus hombres sobre ellos matando con ira.

El enemigo está totalmente acorralado y aislado de la casa... Entonces tú vas al ataque del grupo de ronin junto con los Hamasaki i los Ronin del hermano de Isamu. Tus Leones entran en la casa Doji y los gritos empiezan...

Uno de los jóvenes ronin destaca bastante como espadachín sorprendiendo incluso hasta a Isamu.

Vamos avanzando a sangre y fuego. Cuando empieza la carnicería no hago nada por detenerla. Sería contrarpoducente para la moral. Después de la batalla ya pasaré cuentas con mis hombres.

Al ver al ronin diestro veo con preocupación ese obstáculo.

He de cumplir con mi deber. Y estamos aquí por mi falta...

Empujo a un lado a los hombres que se interponen entre mí y ese hombre, con la katana en la mano empapada en sagre grulla.

Me llamo Akodo Takamoto...

me presento, a la espera de saber con quien me enfrento antes de lanzarme contra él. Me coloco a mi distancia de combate, que desde mi visita al templo encantado, los ancestros me han favorecido con sus bendiciones, dando alas a mis pies cuando me enfrento a mis enemigos. Por supuesto mi postura no es de duelo, y así se lo hago ver claramente. Esto es la guerra, no voy a usar esas técnicas de grullas cobardes.

El ronin se queda a cierta distancia de ti mirándote con su espada desenvainada. De forma respetuosa te contestará Soy Keisuke. Será un honor cruzar las espadas con un auténtico León, a pesar de la infamia que cargáis a vuestras espaldas. Agacha su cabeza un segundo mostrándote respeto.

Se lanza contra ti.

Al escuchar lo de la infamia siento la ira que me invade, aunque no le falte razón.

Siempre es una pena segar una vida honorable...

Después de una primer embestida el ronin, herido entiende cuál es su destino. A pesar de no ser rival para ti su alma es la de un guerrero. Fue un honor. Me voy en paz de este mundo. Dice herido pero tranquilo. No hace ningún intento de parar tu segundo ataque ya que sabe que no tiene posibilidad de ganar este duelo.

Hay silencio de momento en el jardín... no se oyen voces en el interior de la casa y solamente queda Tsumatsu vivo delante vuestro. Alza la mano y dice Vuestras acciones hoy son indignas y las Fortunas castigarán a vuestro clan por este comportamiento vil. Si aún os queda algo de honor me concederéis retirarme si os gano en combate singular, ya que supongo que tampoco tendréis agallas de aceptarme un duelo de Iaijutsu, como los verdaderos samurái.

Por un momento pienso en no atacar al ronin que acepta su destino, pero sería indigno. No le puedo negar la muerte que busca. Una muerte honorable. Una vez caído le corto la cabeza.

Keisuke merece ser recordado. Así lo sabrá mi señor.

Y meto su cabeza en mi bolsa de cabezas.

Avanzo hacia Tsumatsu, que está solo y rodeado. Aún y así el grulla usa de sus artes infames para recordarme como un cobarde miedoso mis acciones.

Calla! un verdadero samurai se habría abierto el vientre, o se habría enfrentado como Keisuke. Sólo un cobarde llora para salvar la vida. Me engañasteis con vuestra lengua bífida. Eso no se repetirá.

Digo mientras me pongo en posición de combate. Hago ademán para que me dejen a mí sólo con él, pero sin dejar claro si lo pueden trinchar después o no si caigo... Lo dejo a interpretación de ellos.

Tsumatsu se agacha un momento preparado para el combate. 

Mis veintiséis años han terminado.
No nací; no he muerto.
Las nubes flotan en el vasto, altísimo cielo.
La luna sigue su camino de un millón de millas. 

Con este último poema de muerte se despide Tsumatsu del mundo ya que sabe que gane o pierda este duelo morirá.

Como un rayo saca su katana de la vaina y aprovecha cuando te acercas para desenvainarla a la velocidad del rayo. Intenta un ataque desesperado a tu mano sabiendo que es su única opción pero su alma de grulla débil no le acompaña y falla.

Aún no se ha acabado de oír como Tsumatsu ha desenvainado la katana y se oye un corte seco junto a su cabeza de grulla traidor cayendo al suelo, como una gota de rocío.

Inspeccionarás el resultado del ataque y ha sido impecable. Han muerto 2 ronin que había reclutado Isamu pero nada más, tus hombres no tienen heridas de consideración por el combate. Al fin y al cabo los has pillado a todos sin una defensa organizada ni si quiera iban vestidos con armadura.

En la casa Doji ha habido una carnicería de cortesanas y shugenjas...

Recojo su cabeza con mi bolsa para cabezas y hace compañía a la de Keisuke.

Es un deshonor que que la cabeza de Keisuke comparta bolsa con la del lengua bífida tuerto... Luego las deberé arreglar antes de presentarlas ante mi señor.

Miro de parar la carnicería y conseguir algún prisionero, ya han tenido bastante sangre por hoy mis hombres. Necesitaban esto a fin de cuentas. Ahora me doy cuenta de mi debilidad y de la sabiduría de mi señor.

Está bien. Recoged los daishos. Reunidlos todos en esta plaza. Quemad el barrio. ha de arder todo. Hemos de volver a la embajada. Antes de que los escorpión aprovechen el momento.

Mientras se cumplen mis órdenes y se apilan los daishos para que el enemigo los pueda recuperar y así no interrumpir el legado de esas armas dejo una nota junto a las armas.

Las palabras retorcidas se responden con ataques rectos.

Akodo Takamoto

Lo leo y lo releo mientras a mi alrededor arden las casas. No es una buena frase pero refleja lo que he hecho y lo que siento. Es suficiente. Para lírica ya están ellos... Pienso mirando hacia la embajada grulla. No ha salido nadie de la embajada para luchar... Muy grulla. Escondiéndose detrás de muros o las faldas de los Otomo... Siempre igual.

¡¡¡Las guerras se resuelven con la espada!!!

Grito hacia la embajada. No sé si me oyen o no, pero tampoco me importa. Sus almas son sordas.

Nos retiramos de forma ordenada hasta nuestra embajada con las cabezas de los vencidos. Felicito a mis hombres por su valentía y su arrojo. Hago un informe completo con los muertos de cada uno de los nuestros, tras escuchar las hazañas y las cabezas que presenta cada uno y presento las cabezas junto al informe de la operación a mi señor.

Mi señor. Ya está hecho. Os suplico me permitáis hacerme el seppuku por haber roto la tregua que, como un estúpido, concerté con el clan grulla.

Le solicito, con la cabeza tocando el suelo.

Llegarás a la embajada después de haber quemado gran parte del barrio grulla. La embajada aún está de pie y hay samurái allí que pretenden defenderla. En el próximo ataque lo harás, el Imperio no se construyó en un día. 

A los dos días recibirás carta de tu señor mediante magia de los kami.

Estoy satisfecho con el resultado de vuestras acciones. Ahora enviad la cabeza del manipulador grulla a su familia junto con su daisho. Os niego el derecho a cometer seppuku, no era vuestra falta si no la de vuestra esposa que debía de haber ejercido de consejera del embajador y no lo hizo. He oído que está más pendiente de decorar la alcoba que de servir a su clan.

Ella debe limpiar esta mancha en el honor y la reputación de nuestro clan. Estamos en guerra y seguiremos las instrucciones de nuestro Campeón León: ningún León cometerá seppuku, nosotros los León estamos por encima de los demás y seguimos el bushido en cada una de nuestras acciones. Que vuestra mujer siga la tradición de los buscamuerte de inmediato siguiendo la voluntad de nuestro Campeón. Se que con esta decisión vuestra alma se sentirá más libre y aliviada para cumplir con las expectativas de nuestros ancestros. Akodo nos está observando y está orgulloso. Vos le daréis mis órdenes a vuestra esposa.

Ahora ya no tendréis consejeros así que os ordeno que cumpláis de forma eficiente vuestra tarea de embajador. Os instruiréis en el arte de la palabra para que no haya más faltas como esta.

Vuestras acciones son el reflejo de Akodo, mi fiel Takamoto.

Me siento consternado por las palabras de mi señor. No esperaba enamorarme de mi esposa, pero así es. Después de escuchar el mensaje vierto lágrimas amargas.

Tras ese momento de debilidad en la soledad de mi habitación me las seco con la manga de mi kimono.

Es karma. No habrá hijos de Akodo Takamoto. Mi vida se acorta. Mi esposa murió. Mi hijo murió. Ahora morirá mi segunda esposa morirá. Es karma. Es mi karma ver como mueren todos... Podría no decírselo... Y no perderla... No me ha dado hijos en un año... Eso también es karma. Y mi señor es inteligente. Ha visto esa debilidad en mí y como soy un cobarde y me hago el ciego para no verlo, él me muestra el camino. Sin ella seré libre para cumplir mi deber. Mi señor es sabio.

Llevo a mi mujer a pasear por el barrio que me ha ayudado a construir, con todas esas decoraciones que tanto adora... No tenemos jardines, o al menos no unos dignos de ese nombre. No después de todo lo ocurrido. Los árboles se quemaron para calentar a los hombres león. Eso es bueno. Un símbolo del sacrificio León por su causa. la belleza entregada al fuego por el bien del clan y el Imperio. Visto así, los tocones son doblemente bellos.

La llevo por los jardines arrasados.

Entregaron sus vidas por nosotros... Empiezo a decir, con emoción. No hay nadie más en las inmediaciones. Así lo he dispuesto.

Todos somos árboles que hemos de arder un día por el bien del clan... No me atrevo a mirarla, pero finalmente lo hago, con resolución.

Rukuro sama desea que sigáis la tradición de los Buscamuerte. Es... Es un momento muy difícil para todos. Necesitamos de vuestra katana una vez más, kun.

Digo con la voz rota, aguantando mis lágrimas.

Me hago viejo y sentimental. Debería de haberme dejado abrirme el vientre.

Tras lo cual le hago entrega de la katana que nos regaló Rukuro para nuestra boda.

Estoy roto por las decisiones tomadas y se me nota. Me siento sucio. Inútil.

Pasan los días y las semanas sin que sepa muy bien mi lugar. No sé si disculparme con los grulla, negociar un trato con los escorpión gracias a los prisioneros que tengo, o bien lanzarme como un loco contra la embajada escorpión y morir todos de forma honorable y así limpiar mi mancha... Hasta que un día, como por casualidad, un hombre, un hombre de mi barrio, ajeno al clan... ¿O se trata de uno de los ronins que contrató el hermano de ISamu? Podría ser, pues sus palabras son sabias.

Y esas palabras me hacen ver que toda acción que genera sombra, lleva pareja una luz, pues no hay una cosa sin la otra. Y me siento feliz.