Partida Rol por web

Nieve Carmesí [DM 06/19]

Epílogo

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27/06/2019, 18:29
+Narrador+

Toda historia tiene su fin...

Todavía hay gente que habla de la vieja mansión de la llanura. Nadie se acerca, por supuesto, pero los más viejos del lugar hablan de ella con recelo. Los jóvenes de aldeas cercanas han buscado sus restos sin haber encontrado nada más que una vieja estatua de un ángel arrodillado, quizás el resto de un panteón... Y a su alrededor nada más: un vacío tan amplio que amedrenta al más valiente. Pero en la Gran Guerra, según los ancianos, hubo una Mansión en aquel lugar. No falta quien diga que un bombardeo la destruyó completamente. O quien afirme que tras la batalla un campesino demente, líder de una secta de flagelantes, hizo que sus seguidores la desmontaran pieza por pieza para luego volver a reconstruirla en cierto lugar secreto.

Lo que pasara en realidad con la Mansión sigue siendo un misterio, aunque las leyendas abundan. Hablan de un puñado de soldados alemanes que se resguardaron en llevando a un prisionero de la tierra. Allí descubrieron horrores sin nombre derivados de los pactos de la antigua señora de la mansión con demonios del abismo. Pero incluso esa historia era posterior a la verdadera caída en el infierno de aquel recinto, pues dicen que antes fue el feliz hogar de una familia adinerada. Una mala noche la enfermedad se llevó de golpe a los dos hijos pequeños, la luz del hogar, y las tinieblas se apoderaron de todo... Fue entonces cuando la madre, desquiciada y enloquecida, pactó con un viejo demonio en un macabro ritual que encantó la casa y a todos los que estaban dentro. El sacrificio atroz que ofreció fue su propio esposo, a cambio del regreso de sus hijos.

Regresaron, sí, pero sólo como espectros. Y quizás la tragedia hubiese llegado más lejos si no fuera porque la abuela de los chiquillos, en un desesperado intento por salvaguardar lo que quedara del Bien en la Mansión, encerró a la criatura en la casa con los espíritus de quienes habían sufrido tanto en su interior y no dejó que nada ni nadie saliera de allí.

Las leyendas hablan de una Nana Fúnebre que nunca se cantó, de un medallón amuleto de la propia muerte, de un Santuario donde se guardaban partituras entre rosarios y cruces, de una abuela que murió tratando de salvar a sus nietos... Un lugar Maldito, una familia maldita.

A ese lugar llegaron los soldados y su prisionero. Dentro de la mansión se encontraron con la locura y, finalmente, con el mismísimo demonio liberado del abismo. A fuego y metralla intentaron los alemanes enfrentarse con una criatura que estaba creada solo de caos y maldad, intangible como los malos pensamientos, mientras que el ruso, que había escuchado la voz de la tradición a través del tiempo, buscaba un modo con el que enfrentarse al Mal.

¿Qué pasó finalmente? Las historias varían en este punto. Hay quienes dicen que todos murieron, otros que algunos lograron encontrar un Santuario en el cuarto de los niños, otros que mientras los demás se batían entreteniendo al monstruo, desde allí lograron activar el conjuro que devolvió al ser a su mundo natal, sobreviviendo todos. Otros cuentan que en el último momento, cuando entonaban una lúgubre canción de cuna de partitura ensangrentada, fueron alcanzados por los celosos espectros de la casa que los arrastraron con ellos a las tinieblas, donde fueron presa del mismo diablo.

Pero alguien debió sobrevivir ¿no? Porque la leyenda, al menos, ha llegado hasta nuestros días. Algunos afirman que un par de hermanos alemanes acabaron regresando a su patria compartiendo un terrible secreto. Otros dicen que no hay tal campesino demente que se llevara las piedras de la casa, sino que era en realidad un piadoso prisionero ruso que extendió la leyenda del lugar. También se menciona a un médico que viaja por el mundo con el secreto de la eterna vida y el eterno sufrimiento... ¿Quién puede decir qué es cierto y qué no?

Y cosas peores que el viento o la guerra se ocultan en la nieve...

...Nieve Carmesí.

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30/06/2019, 12:49
Pieter Strauss

Una mano temblorosa que agarraba una pluma estilográfica, trataba de plasmar sobre el papel las ideas que tenía en mente un demacrado Pieter Strauss. Afectado por una enfermedad nerviosa desde pocos meses después de su regreso a Alemania tras aquellos hechos atroces, Pieter no había podido volver a disparar un arma.

Su mente había cambiado para siempre tras los horrores que vivió en la mansión y el trauma sufrido se habla somatizado en aquella extraña dolencia que no le permitía dejar de temblar. Había días mejores y días peores, pero lo que nunca variaba eran aquellos molestos temblores que condicionaron el resto de su vida.

Muchos, muchos años habían pasado desde aquella fatídica noche en la que la visión del mundo y de la humanidad cambió para siempre a un joven soldado. Visto desde la lejanía, Pieter recordaba aquella historia con terror a la par que con una macabra fascinación. Habían estado muy cerca del otro lado y por muy poco no habían quedado atrapados para siempre en aquella mansión y habían podido tener una vida plena después de todo.

Querido amigo,

Mucho tiempo llevo sin saber de ti. Mi hermano falleció el año pasado rodeado de todos los que le querían. Tuvo una vida plena y feliz. Se puede decir que superó bastante mejor que yo todo lo ocurrido. Supongo que encontró refugio en la fe que profesaba, algo que yo no pude hacer.

De Grüber hace tiempo que tampoco se demasiado. La última vez que le vi fue en el entierro de mi hermano. A él se le ve bien, mucho mejor que a mí. Parece que los años no pasan por él. Todo lo contrario que en mi caso. La enfermedad cada vez es más fastidiosa y creo que no me queda mucho.

De nuevo nos enfrentamos a una guerra. Una nueva y terrible guerra. El nuevo Kaiser de Alemania, quién se hace llamar Fhürer, que en alemán quiere decir guía, es un loco sanguinario, como yo mismo lo fui en mi juventud. Entendía que la guerra era la única manera de obtener la gloria y que era la manera que tienen los pueblos para hacerse grandes.

¡Que equivocado estaba! La única manera que tiene una nación para demostrar su grandeza es la manera en la que se relaciona con otros pueblos. Sólo una nación que trata de engrandecerse mediante la hermandad con otros pueblos es digna de ser llamada como una gran nación.

Eso es lo que aprendí aquella fatídica noche en la que los seres sobrenaturales intentaron acabar con nosotros. Gracias a ti Grigori, un consumado pacifista, logré entenderlo. Suerte tuve de haberme disparado en la pierna, pues como sabes, me devolvieron a Alemania. No hubiera podido volver a disparar contra nadie, hubiera muerto y esta carta ni todas las anteriores hubieran sido escritas.

Puede que ésta sea la última carta que te escriba, o puede al menos que sea la última de la que tengas noticia. Por eso deseo decirte lo mucho que te aprecio y te extraño.

Sólo espero que estés bien y que está nueva guerra no dure ni un tercio de lo que duró la gran guerra. Con eso me confirmaría, pues sé que al Káiser alemán no le van a hacer cambiar de idea fácilmente.

Un abrazo sincero de un amigo en las últimas.

Pieter Strauss.

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30/06/2019, 18:14
Grüber

Los caminos del señor son misteriosos…

Siempre se lo he dicho a mis hijos, posiblemente no comprendan esta situación, pues a pocos les ha pasado lo de a mi, sé que tuve una segunda oportunidad y que sin duda estoy vivo ahora por una fuerza muy grande.

Luego de la guerra, me devolvieron al país por la lesión en el brazo, según ellos ya no tenia condiciones mínimas para seguir cómo médico, un especialista que me revisó en el frente me dijo que los nervios de mi brazo estaban afectados por una enfermedad de naturaleza degenerativa, yo sabía que me había pasado , y sabía que no era verdad, pero yo no quería estar ahí, no quería seguir en esa guerra. Así que, dejé que me diagnosticaran mal y me enviaran nuevamente a mi país.

Recuerdo despedirme de Grigori con un abrazo, era un hombre talentoso, le agradecí a pesar de no saber mucho de él, pero le di los datos de contacto por si acaso, de vez cuando recibo alguna postal de él, le ha ido bien en la vida creo. Hice lo mismo con Pieter y Hans, les tengo aprecio, y nunca perdí el contacto con ellos a pesar de vivir bastante lejos de ellos.

A los superiores y demás del ejercito no hablamos nada del demonio, de la mansión y de nada, no quería que nos reportaran locos, dijimos que Diederick murió por una trampa del enemigo, y su cuerpo según supe luego fue recuperado al lado de la mansión derrumbada.

Luego de que me devolvieran a Alemania, lo primero que hice fue tomar transporte a mi casa abrazar a mi padre, mi tía y sobrina. Los del pueblo hicieron una fiesta, porque había regresado el doctor. El hombre que con los dineros de todos le pagaron la colegiatura. Logré volver, y mande por correo a la viuda tel teniente Diederick las fotos, y las pertenencias que le quite una vez muerto.

Mi brazo poco a poco comenzó a sentirse mejor, y los síntomas se fueron luego de algunos meses. Pero lo que viví en ese lugar me cambio, me volví creyente, y me decidi a viajar y hacer lo posible por ayudar a otros.

Hice mi consultorio en mi pueblo, y logré luego de años de trabajo hacer un hospital y contratar más personal para atender a las personas de la zona. Me case con la primera enfermera que contraté para apoyarme en el consultorio, qué puedo decir, las cosas surgieron de ese modo, con ella tuve 5 hijos. Mis dos hijos varones fueron llamados al frente para esta nueva guerra, y la tristeza se apodera de mi alma pues no sé si mis semillas tengan la misma suerte que yo. El mayor ya tiene tres hijos, y me parte el corazón no saber que pasará mañana.

Viaje por algunos países ayudando a los demás y al fin de mis días estoy retirado, en mi casa, con mi esposa y con mucha incertidumbre hacia el futuro.

Fui al sepelio de Hans hace dos meses, murió rodeado de su familia. Piater quien sufre de mal de parkinson esta tratando de sobrellevar su enfermedad. No creo que le quede mucho, me dijo le escribiría a Grigori, y se despidió de mi seguro que le quedaba poco tiempo.

Yo no creo que tampoco tenga mucho tiempo por mi parte, no me gusta la guerra y le aconsejé a mis hijos que huyeran a otros países y escaparan de este infierno..

Cuando recuerdo lo sucedido en la mansión solo puedo decir: Gracias por darme una segunda oportunidad.

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30/06/2019, 18:32
Hans

...

...Y todo esto es lo que sucedió, mi amada Erika, queridos hijos míos, Pieter, Isabelle, Ludmila. Estos fueron los hechos atroces sucedidos en aquella maldita mansión. 

Después nos abrimos paso por el bosque nevado hasta que encontramos una aldea casi abandonada. Nos dieron refugio y comida, gracias a Grigori. Tras unos días recuperamos las fuerzas y las ganas de vivir, dejamos allí al campesino ruso, que de enemigo y prisionero había pasado a ser un amigo. Tuvimos tiempo de charlar en esos pocos días, y darnos cuenta de que a los hombres, a los pueblos, nos unen más cosas de las que nos separan. 

El Bien siempre acabará con el Mal. Debemos combatir al demonio, siempre, en cualquier circunstancia. Hay que ser una persona buena, porque malas ya hay muchas. 

Os amo con mi corazón, con mi vida, con cada minúscula parte de mi cuerpo. Te amo Erika. Siempre, antes, ahora, mañana. Allí donde me llevé nuestro Señor Jesucristo.

 

Hans había escrito esa carta para su esposa, sus hijos, y sus nietos cuando estos fuesen adultos, para que la leyesen a su muerte. En ella narraba los acontecimientos singulares, trágicos y alucinantes que vivieron en la guerra en aquel profundo bosque cubierto de nieves y de bombas.

Él fue el único que tuvo que tragarse los cuatro años de contienda. Combatió en el frente oriental, y luego lo trasladaron al oeste, contra los franceses y más tarde americanos e ingleses. Regresó sin apenas heridas físicas, ascendido a cabo primero en funciones de sargento y condecorado por su valentía en el frente. No se sentía orgulloso de ello, llegando incluso a arrojar al Rhin aquella medalla en forma de cruz. Hablaba poco de la guerra, visitaba con frecuencia a su hermano, hasta que este se trasladó a vivir con ellos.

A Hans le fue bien en la vida. Obtuvo un buen trabajo, donde fue valorado por su sensatez y su ingenio. No tardó en subir de nivel, y más tarde incluso obtuvo un cargo directivo en la empresa. Tuvo tres hijos, Pieter, el mayor, se formó como sacerdote de la iglesia protestante. Sus dos hijas se casaron con hombres buenos, un profesor de lenguas en la universidad y un mecánico de coches. Pero este último tiene demasiado orgullo por su patria, es ambicioso, y se ha unido a las filas del partido Nazi. Su parte buena se está corrompiendo por ese demonio del nacional socialismo. Hans lo observaba y le recodaba mucho al joven Pieter, su hermano. Sus hijas le han dado tres nietos, la bendición de sus días.

Supo de Grüber y de Grigori por el carteo entre ellos y Pieter. Él ha escrito poco, cada vez que lo intentaba acudían a su cabeza los aullidos del horrendo demonio. Hans acabó por refugiarse en la Iglesia, siendo un auténtico devoto y creyente. No volvió a empuñar las armas, amó a Erika, la única mujer en su vida, y se entregó en cuerpo y alma a su familia, a su trabajo y a su comunidad, ofreciendo siempre una sonrisa, una palabra amiga o un plato de comida al necesitado.

This is the end, my friend, the end...  

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01/07/2019, 21:44
Grigori

Querido Pieter.

Siento escuchar lo de tu hermano, pero ya tenemos todos edad de volver a ver a la vieja abuela cara a cara. Y a su encantadora nuera, no lo olvides. Pero más ganas tengo de verlas a ambas que de verme envuelto en esta nueva guerra que se avecina. ¡Quien lo hubiera dicho!

Como sabes, desde hace unos años estoy al frente del Refugio para Niños Huérfanos Kozlov. Sí, le puse mi apellido, no soy persona de grandes recursos y fue lo primero que se me ocurrió. En las largas noches de la guerra, intentando que todos los niños se fueran a la cama a su hora y se durmieran para poder enfrentarse al duro día siguiente aquí en la estepa rusa, he utilizado muchos recursos, más de lo que yo hubiera imaginado que podría ser capaz de inventar para estos pequeños diablos. Pero, el que mejor se ha dado siempre y por el que siempre me preguntaban, eran por la historia de cierta casa encantada.

Ya sabes de que casa trataba esa historia. Igual que a todos nosotros nos ha quitado el sueño, y nos lo sigue quitando aún ahora, por mucho que no queramos reconocerlo, a esos niños los ayuda a olvidarse de su cruda realidad y a dormirse luchando en su imaginación contra aquel demonio del averno y ganándole. ¡Que increíble me parece! Pero es cierto.

Junto a estas letras te habrá llegado un pequeño paquete. Cuando lo abras, encontrarás un pequeño libro hecho por mis niños en uno de los talleres con los que ahora, tras la guerra, nos intentamos ganar el pan y un poco de tocino para todos. Se han encargado de escribir la historia en sus ratos libres, entre componer los panfletos políticos a los que nos obligan nuestros líderes y restando horas de su sueño. Han incluido también dibujos que hicieron bajo mi guía, sin saber yo para qué los querían y pensando que solamente querían ver un dibujo para imaginarse mejor donde sucedía la historia. Encontrarás un bosque con más nieve que árboles, una casa que te recordará a la mansión, incluida su valla, una habitación de niños con una pequeñita casa dibujada en mitad y una habitación enorme con un piano. Ellos sí pudieron imaginarse a los alemanes y al prisionero ruso, y no me pidieron que los dibujara. ¡Menos mal!

Para ellos es solo un cuento, para nosotros ha sido nuestra vida, por eso quería que fueras el primero en verlo terminado. Espero que te llegue y no se pierda en manos de quien no corresponde, aquí el servicio postal no es de lo mejor que tenemos y, entre ambos, los kilómetros pesan.

Espero también que, si alguien vuelve a despertar esa fuerza a la que nos enfrentamos, sepa cuál es la forma de hacerla volver. Las leyendas sobreviven, pero contar la realidad nos hubiera llevado a un manicomio directamente, tratados de locos por quien nos escuchara contar lo que pasó aquella noche en realidad. Ojalá yo hubiera leído más siendo niño y hubiera tenido la seguridad de que cantar la nana al revés funcionaría. Pero este libro es un recordatorio que dejamos por si vuelve a ocurrir. Mis niños ya están preparados si pasa. Si muchos más lo leen, seremos más contra esa cosa. ¿Funcionará? No lo sé, no lo he pensado. Ni tan siquiera sé si esa cosa puede volver. Pero si la mujer pudo conjurarlo y condenar a la pena eterna a sus hijos y marido, alguien más puede volver a intentar hacerlo. La nana está también incluida en el libro, junto con la partitura para tocarla. Aquí, todos los que han querido tocar el piano, han aprendido con ella.

Si ese nuevo líder tuyo te complica la vida, siempre hay sitio para un huérfano más aquí en el Refugio. Sabes que tienes las puertas abiertas y unas clases de alemán serían bien recibidas entre los que estamos aquí.

Grigori.