Partida Rol por web

-Perdone mis modales, creí que se sobreentendía que cargo con la maldición de Caín. -Una sincera sonrisa ilumina mi rostro.

-Me alegro mucho que esa sea su postura ante los "exiliados" como yo. En Salamanca no se recibía tan bien a los extraños, también es verdad que siempre ha habido problemas con el Sabbat y eso causa cierta inquietud ante los desconocidos. 

-Vuelvo a mi postura inicial, la espalda apoyada en el respaldo del sillón y el cuerpo ligeramente inclinado sobre el reposabrazos. -Entienda que crea necesario tomar tantas precauciones, y no se lo tome como una falta de respeto. Pero dada la hospitalidad de la que parecen hacer gala le contaré parte del contenido. 

-La lealtad de mi Sire a la Camarilla ha sido puesta en duda, que logrado reunir algunas pruebas de ello, y se las entregué al Primogénito de Salamanca. Pero mi Sire tiene ojos y oídos repartidos por toda la geografía española así que he de ser prudente.

-Y respondiendo a su pregunta, no por desgracia no conozco al señor Domínguez, pero "ardo" en deseos de conocerle. 

Natalia, aunque confusa ante el primer encuentro, ya que no era lo que ella esperaba, rapidamente te sabe seguir la corriente. Al fin y al cabo, es su trabajo: hacer lo que se requiera que hagan. 

Por eso, tras alimentarte de ella y dar así el primer paso para vincularla, la dices que se ponga algo elegante y os dirigís al 80 grados.

Es un lugar que se estaba poniendo de moda en la ciudad.

contaba con un par de restaurantes y la comida era exquisita, o al menos eso te habían dicho. 

Un lugar idóneo para escuchar suculentas noticias, siempre que otras distracciones te lo permitieran.

- Buenas noches. - Saluda el camarero al veros. - ¿Desean tomar algo?

La mujer sonríe mientras te escucha atentamente.

- Entiendo... Disculpe mi intromisión Gutierrez, no pretendo meterme donde no me llaman, de todas maneras permitame darle un consejo.

Ves que la mujer se pone en pie.

- Guarde bajo llave su lengua. Hay mucha gente en esta ciudad que podría aprovecharse de la información que me acaba de dar. De manera que si usted no sabe guardar sus secretos, tal vez estos terminen encontrándole...

Sonríe.

- El Príncipe recibirá a los nuevos vástagos de la ciudad... - Mira su reloj. - Dentro de media hora, en uno de los Elíseos de la ciudad. El látigo se encuentra de camino allí ahora mismo. Si desea entregarle dicha carta, ¿qué mejor lugar? Así de paso podrá presentarse como es debido. De todas formas, tiene alguna pregunta más?

Antes de responder le susurro que nada de alcohol.

No por esta noche- respondo por mi parte-. Ella puede pedir lo que quiera. Una mesa íntima, si queda sitio así.

Lo bueno de las mesas íntimas es que la gente suele hablar demasiado alrededor, ya que se sienten seguros por la distancia, sin medir el buen oído de un caballero nocturno.

Es lo mejor para estas noches tan interesantes.

Cuando nos sentamos le indico disimuladamente que se siente a mi lado y no en frente. Acerco mi boca a su oído como si fuera una confidencia.

Esta noche haz el número de la amante secreta. Quiero que parezca que me deseas y que te hago esperar. Ahora ríete disimuladamente y mírame.

Tras esto sonrío y me echo ligeramente hacia atrás. Estoy confiado. Quiero buscar ballenas y tengo listo mi arpón.

La chica sonríe.

- Me encanta el número de la amante secreta. - Te susurra al oído suavemente mientras con la mano hace con que te coloca la camisa. - Siempre es tan excitante...

Lentamente, de forma disimulada, aunque de forma visible, va bajando la mano suavemente hacia tu entrepierna. 

Sin embargo, un pequeño pitido y una vibración se agita en tu bolsillo. Has recibido un nuevo mensaje en tu móvil. 

De manera que siguiendo el juego, sacas el móvil sin dejar de prestar atención a tu acompañante.

El mensaje es de Roberto Reguera, el látigo Brujah. Cosa que te extraña. No tienes una excesiva relación con él.

"Recordamos a todos que mañan, es la presentación de los nuevos en la ciudad. Todos están obligados a hacer acto de presencia durante las presentaciones. Luego podrán ocuparse del resto de sus asuntos."

Bueno, al menos tenías una noche antes de tener que ir al Palacio de Linares para hacer acto de presencia.

FIN DEL PRÓLOGO.

Con sinceridad.

Has puesto que el ritmo es diario, pero tu media de respuesta es de 4 días, más o menos. No sé los demás, pero a mí me está resultando lenta y te lo digo yo que tengo partidas como master y sé lo que cuesta responder a diario. Si eso no mejora la partida se te va a estancar.

Es muy difícil avanzar a buen ritmo, especialmente en un juego con tanta interacción social como V:lM, y a este ritmo te vas a poner en 4 meses por noche a poco que la cosa se complique y vamos a acabar la partida sin haber hecho realmente mucho. Vampiro es un juego más lento de lo que la gente piensa, porque de facto no está diseñado para resolver las cosas por la fuerza, con lo que no es de esperar que nos comamos las horas en pocos mensajes a no ser que lo conviertas en una búsqueda del tesoro y de pronto un mensaje de vamos del punto A al punto B se limpie una hora en un momento.

Evidentemente se puede jugar como muchos novatos hacen, pasando a ser superhéroes con colmillos, pero le quita mucho de la gracia a esto.

Ambientación. En esto tengo mucho y poco que decir a la vez. Hay muchas cosas que no me acaban de convencer, ahora las trato, pero la ambientación la haces tú y ya veremos a dónde quieres llegar. Yo he hecho ambientaciones para vampiro muy marcianas y tras el shock inicial a mis jugadores les gustó así que a la espera quedo. Pero hablemos de las cosas que no me convencen, sin rechazarlas en sí.

La primera es el que los vampiros puedan alimentarse de sangre enlatada. Si le quitas al personaje la necesidad de tener que alimentarse de verdad de un ser vivo ¿para qué se van a convertir en monstruos? Los vampiros no son seres malignos por definición, no es que de pronto tengan un despertar y pasen de ser personas normales a seres diabólicos. Son monstruos porque han de serlo. O se alimentan o muere y una vez se alimentan o crean un vacío moral, un espacio en el que acepten el robar la vida a otro ser vivo o al menos dañarle, o acabarán muy jodidos. Con el tiempo ese espacio se hace más y más grande hasta que les transforma en monstruos. Por decirlo así has pasado de tener que matar a un cerdo para convertirlo en jamón y alimentarte a que lo haga una empresa, te lo ponga en un bonito pack de seis y te lo lleves a casa del super. No es lo mismo.

Segundo. Has extendido el Elíseo a niveles muy exagerados. Que no tengo problema, es un enfoque, pero extender en una ciudad como Madrid la caza a los lugares que no estén a menos de 10 metros de cualquier local de ocio o lugar turístico es como decir que mejor cazamos en Barcelona. Al príncipe que se le ocurra eso más le vale empezar a preparar su funeral, porque le van a cazar hasta las ratas.

PNJs: Entiendo que los tuyos.

A ver en general es difícil juzgar cuando no les has visto en movimiento, pero en general me dejan un poco frío, veremos cómo avanzan.

En general le daría más vida a todo, más profundidad.

Piensa que somos seres que han vivido mucho y si somos arquetípicos nos vamos a quedar en seres de papel. Soy un brujah, sí, y desde luego no es buena idea entrar conmigo en una pelea a no ser que estés muy seguro (una media de 9 puntos de letal por turno). Sin embargo soy ante todo un hombre de negocios y una persona que no necesita recurrir a la violencia para resolver los problemas. Parece que mis compañeros de clan solo sirvan para repartir dados de daño (es la impresión que me llevo, que seguro que no será solo eso). Y me pasa con muchos personajes.

Piensa que somos cazadores, ante todo nos gusta la sangre caliente. Si intentas hacer que 40 vampiros que debería contener esta ciudad se alimenten de bolsas como si fueran tarrinas de gelatina lo más probable es que no funcione y acabe en un derrocamiento, porque realmente nadie, ni siquiera los más ancianos o los más novatos, quieren realmente vivir la eternidad comiendo de sobre.

Puedo seguir, pero al final en esencia es eso. ¿Suficiente? XD

-Gracias por el consejo señorita Camp, lo tendré muy en cuenta. -Me levanto y me aliso la ropa. -Ha sido un placer conocerla, gracias por la hospitalidad y por la información sobre el señor Domínguez. Espero volver a verla pronto.

Dicho esto me encamino hacia la puerta, y bajo. Ya abajo, busco un taxi y me dirijo hacia el Elíseo.

La mujer sonríe.

- Tal vez quiera saber... - Dice justo cuando estas a punto de salir por la puerta. - Que el Elíseo que buscas es el Palacio de Linares. Creo que será así más fácil verte allí en un rato.

Y con esto, sales de la habitación.