Partida Rol por web

Desde el principio, todo ha sido un tanto extraño. Incluso cuando aquel hombre se presentó en tu casa, vestido de uniforme. Todo era muy extraño. Aún recuerdas sus palabras.

- Buenas tardes, capitán Gallagher. Soy el mayor Paul Davis, del Pentágono. Me envían el presidente de los Estados Unidos de América y el Alto Mando. Se me ha ordenado solicitar su participación en un proyecto de Alto Secreto, de importancia crítica para la seguridad de la nación. Se me prohíbe hablar sobre la naturaleza del proyecto, su misión o su posible implicación. Sólo puedo decirle que tengo en mi poder la autorización para su traslado inmediato al nuevo destino si lo acepta. Su participación en este proyecto es totalmente voluntaria, y de rechazar la oferta no nos volveremos a poner en contacto con usted. Además, tiene orden de su Comandante en Jefe de negar que esta conversación haya tenido lugar, que he estado aquí, o que se le ha ofrecido esta posición. ¿Qué me dice?

Aquello parecía demasiado entrenado. El tipo de discurso que se suelta una y otra vez, como un robot. Y... ¿cómo iba a negarse uno a ello? Así pues, aceptaste la oferta, y acto seguido, te llevaron hasta Colorado. En el condado de El Paso. Apenas te dio tiempo a hacer un pequeño petate, pero eras un militar. Estabas acostumbrado. Aquel traspaso fue bastante aséptico. Nada de papeleos, saludos ni burocracia. Aceptaste, te metieron en un avión y allí estabas unas horas más tarde.

Llegaste hasta un búnker nuclear en las Montañas Cheyenne. Habías oído hablar de esa clase de búnkers, construídos durante la Guerra Fría para un posible ataque ruso. Aquello olía extraño. ¿Quizá te quisiesen para tratar heridos en proyectos secretos? En cualquier caso, entraste, acompañado de un grupo de guardias. Los que te habían acompañado hasta allí, se quedaron en la puerta. Hubo un pequeño intercambio de papeles y nada más. Macuto en mano, te guiaron a través de una serie de túneles y dos ascensores. Te llevaron hasta una sala de reuniones bastante amplia. Sillones de cuero, y una larga mesa central.

Los guardias te dejaron sólo y se marcharon. A un lado. Una ventana tapada por una mampara metálica. Al otro, una especie de mapa de la galaxia y una puerta a lo que parecía un despacho al otro lado. Fue esa misma puerta la que un instante después se abrió y apareció un hombre con galones de general de las fuerzas aéreas.

- Buenas tardes, soy el general George Hammond, del SGC.

Colocó una serie de papeles sobre la mesa y realizó el saludo militar. Esperando que se lo devolvieses. Luego continuó.

- Supongo que tendrá muchas preguntas, y todas tendrán respuesta en su debido momento. Como sabrá, este es un proyecto de Alto Secreto, y antes de darle más información, me gustaría tener una entrevista personal con usted, si está de acuerdo.

Tomó asiento en la cabecera de la mesa e hizo un gesto invitándote a hacer lo mismo en una de las sillas del lateral.

Dejando el macuto en el suelo Alexey correspondió a su superior con el saludo militar apropiado.

Mientras lo hacía, se preguntó que tipo de instalaciones militares hacían necesario el montaje de una mampara metálica en una sala de reuniones situada en el interior de una base subterránea. ¿Tal vez al otro lado se hacían experimentos con peligroso armamento avanzado? ¿O se trataría del lugar de pruebas de un dispositivo de energía nuclear y la mampara protegía de la radiación durante el transcurso de las mismas? Por supuesto aquello parecía un tanto inverosímil, pero tanto secretismo debía deberse a algo especialmente importante.

Desde luego, de ser así no entendía de por que era necesaria su presencia allí. Aunque era un oficial de las fuerzas aéreas experimentado y un médico excelente, su área de conocimientos estaba mas enfocada a la medicina de combate y no al tratamiento de envenenamientos por radiación.

Mas que ponerse nervioso por la desconocida situación en la que se encontraba inmerso, la expectativa del misterio le estaba picando la curiosidad y cuando eso pasaba, normalmente se dejaba llevar por su lado bromista y hacía algún comentario cómico cargado de sana ironía para romper la seriedad de la situación. Sin embargo, algo le decía que el general no apreciaría aquel tipo de frivolidades, así que se mantuvo tan profesional como pudo.

- Por supuesto señor.- Respondió sentándose donde el general Hammond le había señalado.

- Bien, capitán Gallagher, lo primero que haremos será repasar los resultados de su última evaluación.

Sacó un grupo de papeles grapados de la carpeta. Sujeta con un clip a la primera hoja estaba tu foto.

- ¿Puede contarme cuáles cree que son sus principales capacidades físicas y psicológicas?

- Por supuesto.- Respondió conciso realizando un gesto afirmativo con la cabeza.

Teniendo en cuenta que el general ya se había leído sus evaluaciones no encontraba necesario tener que explicarse él mismo, pero en el ejercito uno aprendía a no contradecir a sus superiores si quería llegar lejos. Además, tampoco le haría daño a nadie...

Sin pensárselo dos veces comenzó haciendo su exposición de manera analítica dejándose llevar ligeramente por sus conocimientos médicos.

- Como habrá comprobado en los resultados de las pruebas de mi última evaluación, mis respuestas de coordinación, destreza, equilibrio, flexibilidad y rapidez se encuentran por encima de la media. En general físicamente no tengo problemas de salud, mantengo una resistencia al agotamiento mas que buena para alguien de mi edad, practico todo tipo de autodefensas y en general me mantengo activo.- Sonriendo ligeramente procedió a continuar con su explicación.- A nivel psicológico mantengo una capacidad cognitiva de 140 puntos en los test de inteligencia, por lo que podríamos decir que estoy en las ligas inferiores entre los superdotados. Me mantengo al día, estoy informado, me relaciono de manera sana con mis compañeros/as y mantengo un estado psicológico estable.-

Finalizando con su breve exposición, esperó pacientemente a las próximas preguntas de su superior.

El general pareció complacido. Revisó las hojas, pasándolas, deteniéndose unos segundos y pasando a la siguiente.

- Excelente. El SGC necesita gente con aptitudes. Sólo los mejores pueden unirse a nosotros.

Siguió pasando hojas.

- Ahora, repasemos su carrera en las fuerzas aéreas. ¿Qué puede contarme?

   - Bueno, como supongo que ya sabrá, mi padre fue un reputado general de las fuerzas aéreas hasta que se retiró a la reserva hace ya varios años, y mi madre una médico de gran trayectoria que había emigrado desde Rusia, así que podría decirse que alistarme para oficial médico de las fuerzas aéreas me viene en la sangre.- Acordándose de aquella época Alexey se permitió una ligera sonrisa.- No le aburriré con la historia de mi vida y las razones que me llevaron a tomar la decisión, pero baste decir que en cuanto cumplí la mayoría de edad, me fui de casa para alistarme a la academia militar de West Point. Allí cursé mis estudios de medicina, ciencias, mando, pilotaje, etc, licenciandome de los primeros de mi promoción. Ya como oficial he participado en varias misiones de riesgo. Cuento con mas de treinta mil horas de vuelo, gran parte de ellas en situación de combate. He servido con distinción tanto en la primera como en la segunda guerra del Golfo, pilotado a lo largo de mi carrera desde helicópteros de ataque AH-64 Apache, USS Black Hawk y AH-1 Cobra, hasta aviones F-117A Nighthawk, F-16,  F/A-18, e incluso bombarderos estratégicos B-52. En serio, si el cacharro tiene helices, o motores a propulsión y necesita a alguien que lo pilote, yo soy su hombre. También participé junto a los Delta Force durante la batalla de Mogadiscio, ayudando en la extracción de las tropas de heridos a escapar de la ciudad, razón por la cual me dieron la Cruz de servicios distinguidos.- Encogiéndose de hombros le restó importancia.- Luego estuvieron a punto de retirarme la condecoración por haber desobedecido una orden directa durante el transcurso de la operación, pero al final aquello salvo vidas, así que hice lo correcto...-

Tras decir aquello dejó unos segundos de silencio para que el general procesase aquella última información.

   - Se lo digo sin tapujos, para que sepa a que atenerse si me acepta bajo su mando, por que parece usted alguien que prefiere ser directo y sincero. Tengo un problema de autoridad. No suelo seguir ordenes suicidas y sin sentido provenientes de superiores incompetentes... Aunque no creo que en este caso esa situación se vaya a dar...-

- Un currículo impresionante. - Guarda todas las hojas de nuevo en su sitio y cierra la carpeta. - Ahora me gustaría conocerle un poco como persona.

Hace una pausa y empieza a lanzar algunas preguntas.

- ¿Dónde nació?

- ¿Qué es lo que más teme en esta vida?

- ¿Tiene familia?

- ¿Es religioso?

- ¿Cuál diría que es su peor vicio?

- ¿Dónde nació?
- Nací en el Hospital Presbiteriano Weill Cornell de Nueva York.-

- ¿Qué es lo que más teme en esta vida?
- Temo fallar a mi familia, a mi país y sobretodo a mi mismo.-

- ¿Tiene familia?
- Así es, tengo esposa y un hijo. Sara, mi mujer, es profesora de filosofía en la Universidad de Columbia y Valentine, mi hijo, a decidido seguir los pasos de su viejo y esta cursando carrera en la academia militar de West Point. Mi padre, el general Robert Gallagher se "jubilo" de su puesto el año pasado, y pasó a la reserva activa, ahora busca algo con lo que ocupar sus días que no tenga que ver con volver loca a mi madre o fundir a la gente con una de sus miradas de mando. Por otro lado, Mila, mi madre, aun es una reputada neurocirujana en el Hospital Mount Sinai.-

- ¿Es religioso?
- Pues me temo que no. Soy hombre de ciencia y no creo en dioses y quimeras. El día en que se tengan pruebas empíricas irrefutables de la existencia de Dios y no solo ese compendio de fabulas que es la Biblia quizás me plantee cambiar mi postura. Mi fe es para con las personas y con mi país, no para malgastarla en un  dios inexistente.-

- ¿Cuál diría que es su peor vicio?
- ¿Vicio? ¿No es esa una pregunta un poco personal? Casi parece que este optando a entrar en "La Agencia"... Bueno, yendo al quid de la cuestión, es difícil decidirse pues me gustan todos, pero supongo que en estos momentos me quedo con el de la gula. En serio, me encanta comer, conozco una receta de strogonoff ruso que me enseñó mi madre que esta para chuparse los dedos y parte del brazo. Si le interesa un día de estos le enseño como prepararlo.-

- Bien, Teniente Gallagher, creo que encaja usted a la perfección en el perfil que necesitamos.

El general colocó todos los papeles en su sitio y cerró la carpeta de tu expediente.

- Aunque eso no era nada que no esperásemos cuando le hicimos llamar. - Apoyó los brazos sobre la mesa. - Ahora, es su turno de hacer preguntas. Aunque puede que algunas no sea el momento para respondérselas.

La entrevista termina sin nada más reseñable. Eres asignado a un dormitorio privado a la espera de una notificación sobre el resultado. Pasan unos días cuando un soldado te notifica que debes encontrarte con el General Hammond en la sala de instrucciones. La misma en la que fuiste entrevistado.