Partida Rol por web

OPERACIONES PARTE - 1

LA FUNDACIÓN WAYLAND

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03/08/2015, 20:46
 
 
La Fundación Wayland es una organización destinada a la ayuda a los desfavorecidos. La Fundación sostiene varios programas diferentes de carácter benéfico. El más conocido de estos programas es la Beca Wayland para Huérfanos de Crímenes Violentos, que ofrece estabilidad económica y acceso a estudios de alto nivel a niños que han perdido a sus progenitores como resultado de un delito de sangre. Con menos repercusión pública se encuentra el programa de Reinserción para Pacientes Psiquiátricos, a través del cual la Fundación subvenciona a varias instituciones mentales, incluyendo el Asilo Dunwich para criminales, y concede un premio anual a la innovación al que se presentan equipos de psiquiatría de todo el país.
 
 
El presidente honorífico de la Fundación ha sido hasta ahora el propio Brian Wayland. En la práctica, la mayor parte de las cuestiones de funcionamiento de la organización son gestionadas por personas de confianza ajenas al secreto del Centinela. Sin embargo, Wayland siempre ha procurado que los miembros del equipo estén estrechamente relacionados con la Fundación, ejerciendo como tutores de los becarios, supervisores de determinados programas, etc. 
 
 
La Fundación se financia de diversas formas, aceptando donaciones particulares y de empresas, organizando lujosas cenas benéficas, etc., pero fundamentalmente obtiene sus fondos de la fortuna personal de Brian Wayland y de una partida destinada a tal efecto de Industrias Wayland. La sede la Fundación es la Torre Wayland, bajo la cual se encuentra la base principal del Centinela.
 
 
A pesar de que su labor social es encomiable, no conviene olvidar que la Fundación sirve realmente a un propósito oculto: todos sus medios, programas e infraestructuras están de un modo u otro vinculados a la labor del Centinela y sus intereses: a través de la Fundación se reclutan los nuevos miembros del equipo, se monitoriza a los enemigos del Centinela que se encuentran en prisión, se financian investigaciones que pueden mejorar el sofisticado equipo el justiciero, etc.
 
 
Año           Suceso
 
 
1923         Nace Brian Wayland, el Centinela original.
 
 
1931         Los padres de Brian Wayland son asesinados ante su hijo. Él jura vengarlos.
 
 
1945         Primera aparición del Centinela.
 
 
1953         Leo Szilard empieza a colaborar con el Centinela.
 
 
1956         La doctora Evelyne Terrance encuentra al Centinela gravemente herido y le salva la vida, descubriendo en el proceso que Brian Wayland es quien se oculta bajo la máscara.
 
 
1957         Szilard comienza a trabajar en el Protocolo Terminus a petición de Wayland.
 
 
1958       Primera aparición de Linx (Andrew Dixon), el ayudante adolescente del Centinela.
              Leo Szilard y Amanda Sorenson se casan.
 
 
1965       Wayland contrae matrimonio con Elizabeth Harris y cuelga la capa. Andrew Dixon se convierte en el nuevo Centinela                  (Número 2).
 
 
1968       Un segundo centinela se une al equipo como refuerzo para Dixon. Es Norman Hills (Número 3).
 
 
1969     Brian y Elizabeth Wayland adoptan al pequeño Steve, de 8 años.
 
 
1971      El joven genio de los ordenadores, Mathew Williams, se une al equipo como apoyo para Szilard.
 
 
1973       Diagnostican una rara variedad de cáncer a Amanda Szilard
Número 3 muere en el cumplimiento del deber. El Doctor Fatos es dado por muerto
 
 
1974        James Goldfield pasa a formar parte del equipo como Centinela (Número 4).
Tres nuevos vigilantes, Polecat, Sentencia y Horus, comienzan sus actividades en Betlam City.
 
 
1975       Pese a todos los esfuerzos de Leo Szilard, su esposa Amanda muere víctima del cáncer.
            Primera aparición de Felina.
 
 
1976     Medios conservadores inician una cruzada para desprestigiar a los vigilantes a raíz de diversos incidentes con heridos y cuantiosos daños materiales.
 
 
1977             El gobierno de EEUU crea la División Antivigilantes.
 
 
1978            Aparece el primer vigilante con apoyo gubernamental: Adalid.
 
 
1981          Fatos reaparece y Dixon se retira. Jonathan Spencer se convierte en su sustituto (Número 5).
 
 
1982          Steve Wayland, hijo de Brian Wayland, contrae matrimonio con Susan Wingfield, su novia de toda la vida.
 
 
1983           Mathew Williams es diagnosticado de ataxia de Friedreich, una enfermedad degenerativa mortal.
                  Nace Brooke Wayland, la hija de Steve y Susan Wayland.
 
 
1986           Horus desvela públicamente su identidad secreta: es Marcus King, un influyente hombre de negocios afroamericano. Es detenido.
 
 
1987            Felina abandona sus actividades criminales a petición de Goldfield y comienza un romance secreto con él.
Marcus King es declarado inocente de todos los cargos que pesaban contra él y anuncia su candidatura a la alcaldía de Betlam.
 
 
1988          Surgen pruebas que involucran a Adalid en un escándalo sexual y poco después se suicida.
 
 
1989        La nieta de Wayland, Brooke, es secuestrada por Hamelin. El centinela (Goldfield) la rescata en una operación coordinada por el propio Brian Wayland. Es la última operación de Goldfield como Centinela, que cuelga la capa y abandona el equipo.
Clive Burrows se convierte el centinela Número 6.
 
 
1990           Spencer se retira. Stephen Lincoln entra a formar parte del equipo como Número 7.
 
 
1991 El vigilante Sentencia actúa por última vez. Acaba oficialmente la llamada Era de los Vigilantes.
 
 
1992             Elizabeth, Steve y Susan Wayland fallecen en un accidente de avión en Boston.
Goldfield, que se había desvinculado del equipo, sustituye a Wayland como jefe de operaciones.
 
 
1995        Mathew Williams fallece a causa de su enfermedad. Un joven hacker conocido como Cable le sustituye en el puesto de Control.
 
 
1997           Burrows cuelga la capa y Troy Sanders entra en el equipo (Número 8).
 
 
1999           Lincoln muere en un enfrentamiento contra la Feria de Monstruos del Circo Macabro. Christopher Bates (Número 9) le sustituye.
 
 
2000           Troy Sanders abandona el equipo. Goldfield vuelve a ponerse el traje para sustituirle mientras termina el entrenamiento de Thomas Mann.
 
 
2001           Goldfield resulta gravemente herido en un enfrentamiento con Luna Negra y pierde la movilidad de la pierna izquierda. A resultas de ello, Thomas Mann se convierte en el Centinela más joven (Número 10).
 
 
2006            Un intruso informático se cuela en el sistema del Centinela. El equipo rastrea la intrusión y captura a su causante, que resulta ser una joven mujer llamada Fedora. Su colaboración en una crisis posterior hace que sea liberada bajo la promesa de no revelar lo que sabe sobre el Centinela.
 
 
                   Se descubre que Cable llevaba meses robando dinero de la Fundación Wayland con un virus informático. Es expulsado del equipo y puesto a disposición de la justicia.
 
 
                  Se ofrece a Fedora el puesto de Control.
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03/08/2015, 20:56
 
 
EL CÓDIGO
 
 
El Centinela se rige por un código que todos los miembros del equipo deben seguir escrupulosamente. Seguir el código es lo que significa ser el Centinela y desviarse del mismo, deformarlo, retorcerlo o saltárselo es estar fuera.
 
 
El primer y fundamental artículo del código es que el Centinela no mata. Ni por acción ni por omisión. Nadie espera que el Centinela evite todas las muertes accidentales de sus enemigos, pero sí se espera que las intente evitar y que, bajo ningún concepto, las provoque deliberadamente.
 
 
El segundo artículo del código se refiere al secreto del Centinela. Nadie, absolutamente nadie ajeno al equipo debe conocer el secreto del Centinela. Ni familiares, ni seres queridos. Nadie. Excepcionalmente algún centinela ha desvelado su identidad secreta a alguna persona concreta (como hizo James Goldfield con Felina), pero incluso en ese caso bajo ningún concepto se puede revelar que el Centinela es una organización y no una única persona.
 
 
El tercer artículo es el del sacrificio. Para los miembros del equipo del Centinela, el proyecto es toda su vida. No debe haber nada más, ni ambiciones, ni intereses personales, ni privacidad, si eso interfiere en el proyecto. Todo miembro del equipo tiene que estar completamente dispuesto a darlo todo por el Centinela, incluida la vida.
 
 
El cuarto artículo es el de la honestidad. Los miembros del equipo no pueden tener secretos entre sí. No debe haber intereses ocultos, ni segundas intenciones ni nada parecido. La sinceridad entre los miembros del equipo debe ser total.
 
 
En realidad, como ocurre con todas las leyes, el código del Centinela está sujeto a interpretaciones. Quizás el primer y el segundo artículos son los más claros y tajantes, pero es cierto que a lo largo de su historia, diversos miembros del equipo han interpretado con mucha flexibilidad el tercer y cuarto artículos y no por ello han sido expulsados. En definitiva, aunque rara vez se explicite de esa forma, el equipo del Centinela es más una extraña (y obsesionada) familia algo artificial que una organización de otro tipo. Y eso significa exigir a los tuyos un comportamiento digno, pero también estar dispuesto a perdonar o hacer la vista gorda ante desviaciones insignificantes. El medidor de violencia de tu campaña (ver pág. 47) matizará seguramente también la rectitud con la que los personajes siguen el código.
 
 
RECLUTAMIENTO
 
 
La puerta de entrada al equipo del Centinela ha sido, tradicionalmente, la Beca Wayland para Huérfanos de Crímenes Violentos. La Fundación Wayland concede estas becas anualmente para asegurar un vida digna y tranquila a niños y niñas cuyos padres han muerto asesinados. La beca tiene una dotación suficiente para garantizar la tranquilidad económica de los padres adoptivos o tutores del huérfano y ofrecer al chico oportunidades educativas de cierto nivel. Como contraprestación, personal de la Fundación supervisa el desarrollo de los becados y se asegura de que el dinero de la beca es destinado a su bienestar, denunciando y batallando legalmente contra cualquier adulto que trate de beneficiarse de la condición de becado de su pupilo.
 
 
Paralelamente, la beca incluye actividades formativas adicionales en la Fundación Wayland de alto nivel, tanto físicas y deportivas como intelectuales. Los becados pueden practicar deportes de equipo, recibir entrenamiento en autodefensa, asistir a cursos avanzados de física, informática o electrónica, etc., en función de su edad. Un tutor asignado por la Fundación se encarga de supervisar al chico, asesorarle sobre las actividades a realizar y velar por su bienestar físico y psicológico. La beca dura mientras la situación económica del becado lo requiera y éste continúe formándose con buenos resultados académicos. Naturalmente, conductas impropias como cometer un delito, copiar en un examen o similares significan la inmediata expulsión del programa. 
 
 
Decenas de muchachos y muchachas entran cada año en el programa de la Fundación y se benefician de la beca durante años. Las primeras promociones de la beca han formado a importantes y prometedores científicos, abogados y deportistas (se dice que el equipo de fútbol americano de la Fundación, los Vampiros de Wayland, es la mejor cantera de futbolistas profesionales de la coste este). Pero la beca ha hecho por Betlam mucho más de lo que la gente cree.
 
 
Seleccionados por sus aptitudes físicas y su perfil psicológico, la Fundación monitoriza a través de la beca a futuros candidatos a formar parte del equipo del Centinela. Normalmente se mantienen dos o tres candidatos en observación más próxima, tutorizados directamente por miembros actuales del equipo, a los que se entrena y motiva de manera excepcional preparándolos de manera subrepticia para una posible incorporación al grupo. 
 
 
Los jóvenes preseleccionados de este modo reciben un seguimiento constante y se procura muy activamente mantenerlos centrados en sus actividades y más bien aislados socialmente, si bien se les enseñan los valores fundamentales del trabajo en equipo y la cooperación, habitualmente empleando a los Vampiros como medio. Se hace especial hincapié en el entrenamiento del joven en artes marciales, especialmente conforme va creciendo.
 
 
Después de años de trabajo duro, ha de seleccionarse a uno de los jóvenes en seguimiento para incorporarlo en el equipo. Originalmente esta era una decisión personal del propio Wayland, pero se ha ido trasladando hacia Operaciones, habitualmente con el consejo del resto del equipo y, especialmente, de Leo Szilard. Después, se prepara una prueba de honestidad y resolución, una situación de acción ficticia de aparente peligro donde el joven tiene que elegir entre correr un riesgo y hacer lo correcto o recibir un gran beneficio personal, y si todo va bien, ha llegado la hora de contar con un nuevo centinela.
 
El recién llegado pasará aún un tiempo “en rodaje” entrenándose en la base de operaciones y desplegándose sólo en misiones de pequeña envergadura hasta que llegado el momento, unos meses después, reciba el testigo de uno de los centinelas en activo, que normalmente pasará a la bien merecida reserva.
 
Aunque el reclutamiento a través de la beca se ha utilizado habitualmente para seleccionar centinelas, hay casos en el pasado en el que otros miembros del equipo (fundamentalmente de Control o Móvil) han surgido también de esta forma.
 
FINANCIACIÓN
 
El proyecto del Centinela gasta miles de dólares al mes sólo en energía eléctrica. Los carísimos equipos, la manutención de sus miembros y unos salarios que les permitan vivir desahogadamente (si tuvieran tiempo para gastárselos) son gastos continuos que el proyecto Centinela tiene que hacer frente.
 
Todo el dinero necesario sale de Industrias Wayland, a través de la división de Ideas Electrónicas Avanzadas que dirige Leo Szilard. Se trata sin embargo de una partida de fondos especial desviada creativamente que requiere de la continua supervisión del mismísimo Brian Wayland: una salvaguarda para evitar que contables demasiado curiosos descubran
dónde va el dinero o que alguien poco escrupuloso se beneficie de la partida para su propio provecho.
 
Sin embargo, con la muerte reciente de Brian Wayland no está claro qué va a ocurrir con la financiación del equipo. De momento, hay dinero para funcionar unos meses, pero pasado ese tiempo si las aportaciones no se renuevan de manera constante la lucha contra el crimen del Centinela habrá acabado... por falta de fondos.
 
ENTRENAMIENTO
 
Cada futuro Centinela es entrenado desde su juventud en diversas artes marciales y prácticas deportivas. Aprovechando la Beca Wayland, se selecciona a los jóvenes más prometedores para tratar de desarrollar al máximo su potencial físico. Una pieza clave de este mecanismo son los Vampiros de Wayland, el equipo juvenil de fútbol americano que la Fundación mantiene como parte de su programa de educación juvenil. En los Vampiros, los jóvenes candidatos a Centinela son entrenados rigurosamente en el plano físico, a la vez que aprenden disciplina, trabajo en equipo y rudimentos de estrategia.
 
Pero la parte fundamental del entrenamiento de los aspirantes a vestir el traje ocurre en el dojo, a través de las artes marciales. Esta labor es llevada a cabo por el jefe de operaciones en persona (en este caso James Goldfield, aunque Goldfield también es el entrenador de los Vampiros de Wayland) que va preparando a los más becarios más prometedores en un estilo de lucha mixto que internamente se conoce como multiestilo centinela. El multiestilo centinela bebe de diversas artes marciales clásicas y modernas, mezclando aikido con kenpo, muay thai y jiu-jitsu. Aunque cada nuevo centinela (y cada jefe de  operaciones) ha incorporado nuevos elementos a esta mezcla en función de sus propios puntos fuertes y preferencias,
el multiestilo centinela es esencialmente un desarrollo del estilo de combate que el Centinela original utilizó.
 
Mantenerse en plena forma es esencial para un Centinela, de manera que una vez seleccionado para el puesto tendrá que entrenar cada día entre 4 y 8 horas diarias, como si de un deportista de élite se tratara. El entrenamiento se realiza fundamentalmente en la base de operaciones,  aunque es bastante común que los centinelas en activo paseen sus identidades secretas por las instalaciones deportivas de la Fundación Wayland, entrenando codo con codo con los jóvenes aspirantes al traje más prometedores, que ignoran que están siendo evaluados por sus futuros compañeros.
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03/08/2015, 21:16
 
 
Leonard Szilard nació en el seno de una familia judía en el pequeño pueblo de Tihany, Hungría, en 1932. Su padre, Ferenc Szilard era un importante ingeniero civil, y un inventor de prestigio, pero con la ascensión de los nazis en Alemania y de la ultraderecha en Hungría se vieron forzados a emigrar a los Estados Unidos en 1941 para escapar de la Segunda Guerra Mundial. Afincados en Betlam City, su padre encontró trabajo como fontanero, algo muy por debajo de su posición. El ambiente de pobreza marcó profúndamente al joven Leo, que inmediatamente comprendió que los pobres quedaban a merced de las mafias y los criminales.
 
 
El joven Leo destacó inmediatamente en la escuela por su tremenda capacidad con las matemáticas, y su genio inventivo. Tanto que logró una beca para estudiar en la Universidad de Betlam, en la facultad de Ingeniería. Allí también se convirtió en una celebridad por sus geniales inventos, que siempre combinaban eficacia con economía de diseño. Finalizados sus estudios años antes de lo previsto, con tan sólo 18 años entró a formar parte de Industrias Wayland, en 1950. Al principio, su situación no era demasiado buena; sus jefes sentían una tremenda envidia y rencor hacia este advenedizo, treinta años más joven que ellos pero con un talento muy superior. Por tanto, Leo se veía obligado a trabajar en tareas de rutina, con poco espacio para su propia creatividad. Sin embargo, sus habilidades llegaron a oídos del mismísimo Brian Wayland, quien le ofreció personalmente un puesto de mayor relevancia, directamente a sus órdenes. Gracias al ingenio de Szilard, las Industrias Wayland se convirtieron en la principal empresa de Betlam City, y en una de las más importantes del país. Cuando Wayland le reveló la identidad del Centinela, Leo se dedicó de inmediato al diseño y fabricación de los gadgets necesarios para que el Centinela pudiera llevar a cabo su misión.
 
 
Leo Szilard se casó con su novia de la Universidad, Amanda Sorenson, en 1958. Amanda era también una ingeniera competente, y colaboró en muchos de los proyectos de Leo en los 60. Desgraciadamente, en 1973 contrajo una forma rara de cáncer. Leo, a pesar de que no había recibido formación médica, se volcó desesperadamente en el intento de lograr una cura, pero fue en vano. Amanda murió el 13 de septiembre de 1975. A partir de entonces Leo se dedicó plena y exclusivamente al trabajo.
 
 
Desde entonces, Leo Szilard ha sido una constante en la base Centinela. Generaciones de centinelas han tenido que aguantar al viejo gruñón y sus aparatosos inventos, un hombre que parecía vivir en la misma base (y de hecho prácticamente lo hacía). Con los años, sin embargo, ha ido dejando que los demás asumieran el mando, preocupado por lo que será del Centinela una vez que ni Brian Wayland ni él mismo estén para supervisar el trabajo de los demás.
 
 
Leo es ahora un hombre de 77 años, de pelo cano. Extraordinariamente delgado como siempre, mantiene sin embargo la habilidad y el ingenio de sus años jóvenes. No obstante, tras una vida dedicada casi exclusivamente al Centinela, empieza a dar signos de agotamiento. Últimamente se sorprende pensando en retirarse.