Partida Rol por web

El inspector y Aina todavía estuvieron un rato más en la escena del crimen. Mate hablaba con la policía judicial y se hacía cargo de la situación. Mientras tanto Aina aprovecho para hablar de nuevo con Carles. Al fin y al cabo tenían que ir juntos a dependencias para escribir unas diligencias coherentes. 

Pasados unos minutos, el Inspector fue con ellos. Carles hablaba, pero poco. Seguía en estado de shock, aunque con el paso de los minutos empezaba a tranquilizarse y al menos contestaba con monosílabos las preguntas de Mate y Aina. Finalmente el cabo Jiménez dijo que se ocuparía de todo con la comitiva judicial y finalmente Aina y Carles se marcharon en el coche policial del inspector. 

Al pasar por delante del coche accidentado recordó que sería conveniente llamar a la grúa, por lo que el mismo, utilizando una emisora de radio que portaba en el coche, contactó con la patrulla que estaba en Llanura para que se encargaran de ir a recoger el coche y llamar a la grúa. 

Poco después llegaron a central.

Alberto y Ernesto no habían reaccionado todavía a lo que acababa de contar María cuando sonó la emisora de radio haciendo que todos se sobresaltaran sobremanera. 

- Sierra-0 para patrulla de Llanura. - Se escuchó la voz del inspector. 

- Adelante. - Se apresuró Gubía a responder.

- Diríjanse a la carretera MA-20133 que une la población con el Puerto. Uno de nuestros vehículos está allí accidentado. Llamen al servicio de grúa y lleven dicho vehículo a dependencia. - Ordenó el jefe. 

- Recibido. Vamos para allá. - Confirmó Ernesto. 

Acto seguido y sin entender demasiado lo que estaba sucediendo aquella noche, los dos novatos salieron del cuartel dejando únicamente a María en su interior, para cubria incidencia.

Pocos minutos después, el coche particular del inspector estacionó en la aparcamiento del cuartel. Del interior del mismo salieron el propio inspector, Aina y Carles Ferrer, el agente de la guarida civil. 

Los tres se introdujeron en la jefatura y una vez allí no les quedaba más remedio que empezar a componer aquella maldita historia. 

- He hablado con Jiménez sobre lo que tenemos que escribir. - Dijo el inspector. - Retocaremos el plan inicial. ¿Tienes esos mensajes todavía, no María? - Le preguntó a su agente. - No queda más remedio que decir la verdad, pero maquillada. Diremos que se trataba de una operación conjunta que se llevaba fraguando unos días y que no salió bien del todo por lo impredecible de los factores y proque el teléfono de Vich, su móvil... - Se fraguó un largo y tenso silencio. - ...estaba en posesión del detenido. No sabemos dónde está Vich, pero está claro que nos tendieron una trampa...

Al final me habia quedado sola, y era mejor asi. Con la calma alrededor y despues de que se habian ido mis compañeros me puse a escribir la novela del año, pero no daba con certeza lo que queria decir. 

Borraba palabras, volvia a comezar y cuando solo queria pensar que habia pasado solo podia ver a Campaner cayendo lentamente frente a mis ojos.

Cerraba los ojos para tratar de enforcarme y solo escuchaba la risa de Juan vanagloriandose acerca de su punteria y cuan contento estaria el tal Azrael....

- BASTA!!!!!

Volvi a cerrar los ojos y la sangre que se agrupaba junto a su craneo se ponia espesa y cada vez en mayor cantidad sintiendo como mi vida se iba de mis manos junto con la sangre de Joan.

Cuando abri los ojos nuevamente estaba llorando en la soledad de la Jefatura y si hubiese tenido mi arma tal vez hubiese aprovechado para disparar contra algo solo por el placer de destruir todo a mi alrededor. Las manos me temblaban y solo queria matar a esos desgraciados sintiendo una impotencia que me estaba carcomiendo por dentro.

Finalmente logre calmarme antes de cometiera alguna otra estupidez por lo que quedaba de noche y escribi un poco mas hasta que llegaron el Inspector, Ferrer y Aina. 

Los salude como si estuviese muy cansada y visiblemente se podria ver cuan rojos tenia mis ojos.

- Los mensajes??? ... pregunte confundida. 

- Ah si, los mensajes, claro, claro, que los tengo señor. Tal vez era el cansancio pero me costaba pensar con claridad.

Imprimirlos para anexarlos al informe no seria dificil, pero tal vez seria mejor maquillarlos un poco, porque la verdad que habia sido demasiada ingenua con ellos.

Aprovechando que estaba sola habia hecho cafe asi que traje para todos los que quisieran, luego le mostre a Aina lo que habia escrito hasta ahora. 

Al principio eran mas garabatos e insultos que otra cosas sobre todo a los costados, hasta que finalmente relate la noche en cuestion segun me lo habia indicado, al menos con una redaccion e hilaridad decentes a mi parecer.

- Que te parece? 

Habia revisado las redes y por ahora no habia rastro de Vich, asi que aproveche el tiempo mientras los demas cuadraban sus historias para revisar el numero que tenia de Vich. No es que pusiera muchas esperanzas en ello, las compañias telefonicas no darian informacion vital si no teniamos una orden y por lo demas seguramente era una linea prepagada y sin mayor informacion. Pero habia que comprobarlo igual.

Yo habia cometido un error, ahora tenia que encontrar los errores de ellos para poder encontrarles.

El Inspector tenia razon. Todo habia sido una maldita trampa, no podia ser que fuese un plan de Vich y sin embargo tampoco era tan elaborado, aquellos chicos solo comprobaban quien era yo y yo de estupida me deje desarmar. No habia mucho de trampa en ello. Mis manos se enredaron en mi cabello y tire de el con cierta desesperacion. Cada vez que pensaba en cualquier instante de la noche me daba cuenta de como la habia cagado varias veces. 

En cierto momento me acerque a Aina aprovechando que estaba sola y podiamos hablar con cierta discrecion.

- Hola.... estas bien? Te revisaron la herida?  si quieres te la puedo limpiar... no se vaya a infectar...   snif..  yo me hice...  snif...  un vendaje cuando llegue...  Mientras hablaba no me di cuenta pero se me fue quebrando la voz.

- Lo siento tanto..... la abrace de golpe.

- Hice todo mal... lo siento, lo siento..... y el abrazo era mas fuerte aun. - Se que te empuje a ello, convenci a Joan que tampoco queria hacerlo, e hice todo mal, solo queria entregarte a Vich, que pudiesemos encontrar la verdad y ahora lo he dañado todo, lo siento tanto, todo tu esfuerzo, tu hermano.... mierda, cuanto lo siento Aina, te juro que que.. no se que decirte.....

Seque mis lagrimas nuevamente.

- Perdoname Aina Vallespir, perdoname. Tal vez nunca habia dicho su nombre completo de esa manera.

Sabia que ella no me culpaba de nada, de hecho si Campaner sobreviva ya veria como enfrentar mi culpa con el, pero necesitaba sentir que estaba bien con Aina, despues de todo viviamos juntas, en nadie confiaba mas que en ella y si habia algun tipo de remordimiento entre nosotras no me lo podia permitir o perdonar.

Cuando finalmente me calme nuevamente y Aina hubiese revisado mi escrito se lo mostraria a los demas para corregir lo que hubiese que corregir.

Aina mantuvo el tipo en el coche, seria como lo solía ser en el trabajo, pero miraba con preocupación a Carles. Cuando pasaron por la zona en la que había dejado el coche le supo mal haber tenido el accidente, conocía la carretera y quiso correr demasiado, lo habría podido evitar, sin duda. Aquella noche Aina habría podido evitar varias cosas, pero por alguna razón se dejó llevar por el ansia.

Nunca más, cabeza fría, cabeza fría.

Llegaron a comisaría  y sintió como la noche fatal terminaba, pero toda aquella historia no hacía más que empezar.

Saludó a Maria, sabía que había estado llorando, se le notaba mucho en los ojos y le brillaban de un modo que Aina reconocería en un instante.

-Estoy bien, solo ha sido superficial-  dijo mirándose instintivamente el brazo-Tranquila, tranquila. No es tu culpa, yo estaba al mando, no es tu culpa- le dijo a su amiga y compañera cuando la abrazó de aquel modo. Aina la rodeó con los brazos, pero torpemente, todavía no estaba acostumbrada al contacto físico ni a aquellos abrazos efusivos, pero al menos con María ya no se convertía en una estatua de fría piedra.

-A ver- Leyó lo que María había escrito. Todos aquellos insultos tachados y demás improperios hacían que se diese cuenta de que la sangre caliente de MaMi estaba en ebullición. Debía lograr calmarla, pues la venganza puede cegar a uno, bien lo sabía Aina Cabeza fría...

-Bien, mostrémoslo al inspector, estoy segura de que será quien pueda valorarlo mejor. Venimos de una noche bastante traumática, no es fácil gestionar las emociones- y puso su mano sobre el hombro de María, con la intención de tranquilizarla. -Estamos en la situación y punto en que estamos ahora, de nada sirve mirar atrás ¿vale? Quiero que mires adelante, culparse no nos va a aportar ninguna solución- le sonrió levemente, era una sonrisa sincera, aunque ya no la tendría al salir en busca de Mate y Carles.

El inspector y Carles estaban en el despacho de jefatura. Carles parecía algo más recuperado después del trayecto en coche hasta Llanura del Buenpaso y de cambiar de ambiente. Había matado a un hombre, pero era un hombre malo con intenciones de matar y que ya lo había hecho. Campaner estaba en el hospital con pronóstico crítico por culpa de ese hombre. Sabía que en el fondo había hecho lo correcto, lo que se esperaba de él. Eso no quitaba que acabase de abatir a alguien...

María y Aina le entregaron el boceto de la redacción al inspector y éste lo leyó para todos. Todo, más o menos se describía como había sucedido en realidad. Lo único que se omitía era el hecho de que todo hubiera sido tan improvisado. Lo cierto era que para detener a un sospechoso, no podían movilizar a muchos más medios y que el cabo Jimenez, contando con dos agentes femeninas de la policía local, bien podría haber organizado todo aquello. Una gran cantidad de sucesos fortuitos habían provocado el desastre, pero por lo demás, el informe para el juzgado, había quedado aceptable.

Matre había hablado con el teniente del puesto de Inca, de quien dependía la guardia civil actuante y pese a que en un principio fue algo reticente a omitir algunos de los hechos en el atestado, finalmente accedió a que todo quedara como había sido escrito. Al fin y al cabo era por una buena causa. Salvarle el pellejo a dos buenas agentes y también, aunque quizás en menor medida, a dos de sus policías judiciales. 

- Creo que si todos estamos de acuerdo y no la cagamos en el juicio oral... - Mate ladeó la cabeza muy serio sin apartar la vista del atestado, para finalmente sonreír levemente. - Podremos sacar adelante ésto... - Sonrió de nuevo. Finalmente el recuerdo del compañero herido le quitó todas las ganas de celebrar nada. - Si ahora Campaner nos da una alegría... - Resopló. - Esperemos que no le pase nada. - Concluyó. 

- Bueno... - Dijo Carles finalmente. - Lo más importante ahora es eso, que se recupere el compañero. - Comentó aún con la mirada algo perdida. - Eso y... - Asintió varias veces con la cabeza. - ...interrogar al detenido. Aún tenemos tarea por delante, la verdad. Quizás sea la clave para dar con Vich y por ende, con las chicas desaparecidas. - Miró entonces a Aina y a María. - ¿Vosotras estáis bien? - Les preguntó entonces preocupado. - No se si os he preguntado. Lo tengo todo un poco... borroso...

El sonido del teléfono de la jefatura sonó entonces haciendo que todos se sobresaltaran. María, que todavía tenía activado el desvío a su teléfono, descolgó y puso el altavoz. 

- ¿Hola? - Dijo un joven con un acento muy cerrado. - ¿Es la polisia? 

- Policía local, dígame. - Habló el inspector.

- Estoy aquí, en la calle Pou Bo... - Dijo con la voz temblorosa. - Hay un descampat, ¿sabe donde?

- Si, conozco la calle. - Intervino Mate.

- Idò... venid, rápido... - Dijo el joven.

- Enseguida vamos, señor, pero dígame que es lo que sucede. - Trató de buscar más información el jefe.

- ¡Qué hay un muerto, cony! - Dijo algo nervioso el llamante.

Acto seguido Mate alzó la mirada buscando a sus dos agentes y les hizo un gesto inequívoco para que se desplazaran al lugar.

- Entendido. Ahorra envío a la patrulla. - Comunicó el inspector. - ¿Su nombre es?

- ¡No, pero yo no lo he matado! ¿Eh? - Respondió a al defensiva el requirente.

Para eso entonces, Aina y María ya estaban camino del aparcamiento en busca de un vehículo policial y ya no escucharon más acerca de dicha conversación.

Al parecer la cosas se normalizaban. El reporte estaba casi listo, Aina estaba de mejor humor, es decir seria como siempre, e incluso Ferrer que parecia afectado por haber matado a aquel hombre ahora hablabla  de nuevo, como si regresara de un largo sueño.

No podia mostrarle mi herida porque tendria que bajarme los pantalones, pero animada hice como si tuviese una falda para mostrarle mi pierna.

- No ha sido nada, apenas se podia ver el hueso pero no mucho mas. Bromee. 

Y al menos parecia bajar la tension, o al menos en mi. 

Hasta que llego esa llamada. 

Mire a Aina antes de que salieramos hacia el estacionamiento por un vehiculo. 

Un muerto.... 

Por un instante pensaba que tal vez estaria relacionado con todo lo que habiamos pasado pero no tenia sentido. 

- Creo que esta noche, acumula todo lo que hemos pasado en los ultimos 6 meses. Dije en el auto.

Y mas se incluiamos el disparo a Campaner

Deje que Aina fuera de chofer si le apetecia, estaba seguro que eso le ayudaria a estar mas enfocada y yo me alegre mucho de haberme controlado al curarme la herida en el aseo. No podia permitirme otra estupidez. Tal vez era mejor hablar con Aina, pero no era el momento, y despues de todo lo que habiamos pasado, solo pensaba en descansar, pero aun teniamos trabajo que hacer, y sabia que antes de llegar a la casa tendria que pasar por el Hospital a ver a Joan.

Aquella aventura, entre pesadilla y carrera contrarreloj, para solucionar el caso que había marcado su vida solo había hecho que comenzar, ¡y de que forma! 

Asintió a Carles. Lo suyo no era importante. Querría decirle muchas cosas, pero no era el momento ni el lugar, siempre parecía más apropiado invitar a una cerveza a la hora de intentar levantar el ánimo a un compañero. Aunque ese no era el fuerte de Aina, si no el de MaMi, pero tal vez pudiese tratándose de Carles...

El informe parecía estar bastante correcto, así que podrían continuar. Aina trataba de mantener la cabeza fría, era la mejor manera de afrontarlo, según su criterio. Y entonces llegó aquella llamada.

Vich.... cruzó por su mente aquel pensamiento sin poder evitarlo. Aquel par tenían su teléfono, así que no le parecía descabellado que quizás... pero ¿era realmente lógico aquello? No importaba.

Se miró con Maria, y sin palabras ambas comprendieron el mensaje. Se pusieron en camino con un coche patrulla. Desde luego hacía mucho que no tenían una noche tan movidita, y jamás a este nivel. Bueno, quizás podía compararse en algunos aspectos a la del atentado, cada una con sus particularidades, pero ambas con momentos muy tensos, heridos y muertos.

Se puso al volante, esta vez no apretaría demasiado el acelerador. Un muerto ya era un muerto, aunque estaba segura de que el inspector avisaría a los servicios de emergencia, de modo que una ambulancia acudiría, porque alguien debía corroborar que el fallecido lo estaba y desde luego ellas no estaban cualificadas para eso.

Dimos por muerto a Campaner, quizás si le hubiésemos tratado de rehabilitar antes..

No pensaba cometer el mismo error nunca más.

-Debemos estar preparadas para cualquier cosa- Dijo a su compañera.

-Debemos estar preparadas para cualquier cosa-

Dijo Aina en el auto e instintivamente movi mi mano para sacar mi arma y verificar el seguro y la camara, algo que desde hace tiempo me hacia sentir bien.

- Puta madre.... Susurre.

Estaba desarmada.  

Y nada podia hacer. 

Vamos que no pasara nada. 

Con todo lo que habiamos pasado no pensaba encontrarme en otro tiroteo mas tarde, solo ibamos a comprobar a un muerto y esperar a que lo levantaran. 

Pero Murphy nunca falla....

Trague grueso esperando que todo fuera bien por el resto de la madrugada. Mientras nos acercabamos sentia aquella ansiedad de no saber que ibamos encontrar. 

Joder.

No tardaron demasiado en llegar al lugar indicado por el vecino. Se trataba de una zona de edificios de tres plantas, junto a una zona descampara y pronto un hombre alto, calvo y con una larga barba canosa les hizo señas para que se acercaran. Las dos acercaron el vehículo lo máximo posible y descendieron velozmente del vehículo policial. 

- Hola... - Dijo el hombre que sujetaba la correa de su perro y con el rostro pálido como si hubiera visto un fantasma. - Soy yo que he llamado, ¿eh? - Dijo con un marcado acento mallorquín y tembloroso señaló en dirección al descampado.- Es allí. ¿Vienen?

Las dos agente siguieron a aquel hombre unos cuantos pasos, tampoco demasiados hasta que llegaron a una zona algo apartada en la que descubrieron el cuerpo de un joven. Tenía las piernas y muñecas atas a la espalda y una clara mancha de sangre debajo de la ropa y a la altura del cuello. No se movía ni un ápice y aunque era difícil aventurarse a afirmarlo sin examinarlo de cerca, parecía evidente que no respiraba. El rostro estaba mirando hacia el suelo, pero finalmente cuando se agacharon junto al cadáver... Vich, era él. 

Sus ojos estaban abiertos de par en par y miraban sin vida. Su mandíbula dura como una piedra. Además, observaron que sus dedos estaban morados, al igual que las zonas de su cuerpo descubiertas y que se encontraban pegadas al suelo. Eso indicaba que la sangre había decantado hacia las zonas más cercanas al suelo por puro efecto de la gravedad. La sangre que aun permanecía en su cuerpo, pues la gran mayoría se había escapado por la enorme raja que presentaba en su cuerpo tras ser degollado.

Aina hizo alguna señal de "tranquilo" al hombre que paseaba al perro. Creía sinceramente que él no había sido el asesino, y de no ser por su llamada a saber cuándo hubiesen encontrado a Vich, que por otro lado parecía muerto y bien muerto, pues ya tenía rigor y seguramente se le hubiesen aflojado los esfínteres ya. ¿Cuántos días llevaba desaparecido? ¿Cuántos llevaría ahí tirado, degollado y maniatado?

-No se preocupe- dijo al paisano -le agradecemos que nos haya llamado. Mi nombre es Aina, ¿y el suyo? es solo por poderme dirigir a usted- esperó a ver qué le respondía el hombre - Debemos hacer alguna llamada, aunque no creo que tarden en llegar, pero necesitaremos que espere para poder tomarle declaración de cómo encontró el cuerpo, si acaso vio a alguien más... podría haber alguna pista en todo eso- No creía que le aquel hombre tuviese realmente muchas pistas para dar, pero era cierto que ahora no podía simplemente marcharse, había que hacer las cosas bien.

-Llama al inspector y a Carles, si puedes, deben saber de quien es el cadáver- pidió a Maria, ella no podía llamar, su teléfono se había roto. 

Después se puso a observar, buscando algo que le diese alguna pista, pero sin mover el cuerpo todavía.

Habiamos llegado al lugar y siguiendo a Aina hicimos lo posible por tranquilizar a aquel hombre que en su deber ciudadano nos habia llamado para informar del cuerpo. 

Mostrandonos agradecidas, parecia ser mas que suficiente hasta que llegamos a donde estaba el cadaver en cuestion.

... La madre que lo pario....

Porque siendo Vich el que estaba alli solo me deja un sabor de desesperanza. Era demasiado obvio el tiempo que llevaba el cuerpo alli tirado, estaba muerto, pero entonces se complicaba todo, quien me habia respondido los mensajes? usaban el nombre de Vich como chivo expiatorio? Cuantos mas habian en ese grupo? Tendrian conexiones continentales o solo eran de la isla? Ademas de sentirme mas estupida aun de haber caido en lo que ahora era mas que obvio era una trampa.

No me habian descubierto, simplemente necesitaban una victima mas y yo me ofreci en bandeja de plata.

Me mordia la lengua de rabia pero solo queria saltar sobre aquel cuerpo y golpearlo hasta que reviviera y luego sacarle a patadas que era lo que estaba pasando realmente. 

Solo quedaba esperar que el imbecil que habiamos detenido cantara y cantara rapido para poder resolver esto y si no lo hacia, estaba segura que podiamos pedir que nos lo dejaran a ambas solo 5 minutos.

Aina me dio la orden de llamar y asi lo hice, al menos eso me hacia olvidar mi rabia. 

- Señor? ... Si Señor, el cuerpo es el de Bartolomeu Vich, estamos seguras...  y si, estamos segura que esta muerto, Señor.... Esta atado en las manos y los pies... Y termine mi descripcion con calma.

Solo faltaba que mandaran a alguien a recogerlo y tras verificar los datos del Señor Pou, revise alrededor del area junto con Aina a ver si habia alguna pista mas. No queria tocar el cuerpo para meterme en mas problemas, asi que alumbraba con el celular el suelo con la esperanza de encontra algo mas.

- Si, claro... - Dijo el vecino. - Espero aquí, claro... - Comentó. - Mi nombre es Manuel Vergara. - Desveló. - Vivo aquí mismo en la calle Pou Bo. Si lo buscan seguro que les sale. - Afirmó con rotundidad. - Es raro que no lo haya visto nadie antes. - Señaló el cadáver con la cabeza. - Seguro que lo han tirado esta noche... - Se encogió de hombros. - No tendría sentido otra cosa. Desde esos edificios de allí... - Señaló un edificio de tres plantas anexo al solar descampado donde se hallaba el cadáver de Vich. - ...se tiene que ver perfectamente el descampado, ¿saben?

Minutos después llegaron al lugar el inspector junto con Carles. Tras aparcar el vehículo oficial, los dos se acercaron a paso ligero al lugar donde se encontraba el fallecido. Para ese entonces Aina y María ya habían acordonado la zona con cinta policial. Era el segundo escenario del crimen que tenían que acordonar esa noche y eso no era demasiado habitual hacerlo, menos dos veces.

- ¿Es él verdad? - Preguntó el inspector, aunque ya tenía la respuesta. - Si José y Juan tenían su teléfono y ahora él esta muerto... - Alzó las cejas y resopló. - ...tendrán mucho que ver con su muerte. ¿Pero, por qué? Se suponía que eran amigos...

- ¿Una traición? - Preguntó Ferrer. Podía ser eso o podía ser cualquier otra cosa. No podían estar seguros de nada y la clave estaba quizás en que el detenido que se encontraba en dependencias de guardia civil, cantara todo lo que sabía. - Tenemos que interrogar al detenido. - Afirmó con rotundidad. - Y cuanto antes. No podemos permitir que tenga más tiempo para darle vueltas al asunto. Su declaración es vital para esclarecer los hechos. - Se llevó la mano a la cabeza. - Pero aquí tenemos un muerto y otro en el Puerto. La comitiva judicial aún no habrá llegado al Puerto y luego tendrán que venir aquí. - Miró al inspector. - Voy a hacer unas llamadas... - Comentó. - A ver si pueden comisionar a  alguna patrulla para que acuda aquí a preservar la zona y nosotros podemos ir con el detenido...

Carles se apartó unos metros y cogió su teléfono móvil. Marcó un número, se lo llevó al oído y segundos después empezó a hablar.