Acompañando al tzimisce, del cual descubres que se hace llamar el Librero, por su afición a los textos antiguos, conoces las instalaciones de las que disponen. Las cuevas de los gangrel son sólo una parte del entramado del que disponen para la toma de la ciudad. Realmente no tienen problema alguno a la hora de tomar la ciudad, aunque fuera por la fuerza y en un asalto directo. Cuentan con multitud de soldados, neonatos en su mayoría y varios ghouls para lanzar también al enfrentamiento.
Las armas están todas a disposición de las tropas, y las poderosas armas de asedio también están listas. El ejército está preparado para la inminente batalla.
El teutón mira con admiración todo el armamento preparado. Si han estado acumulando todo eso sin que Rudolph se percatase, es que el príncipe era mucho más ciego e idiota de lo que se imaginaba.
- Impresionante. Tenéis suficientes armas para tomar un país, si os lo propusieráis
- Gracias.- El Librero camina, mostrando a su nuevo aliado las instalaciones y los pormenores de su ataque.- Realmente es mucho más de lo que parece. No nos interesa el país, ni la conquista mundial ni nada de eso. Sólo queremos lo que es nuestro, pero lo queremos de un sólo golpe. El mazazo repercutirá por toda Europa y pronto se caerá el velo. Tenemos muchos amigos en la corte de Rudolph, a Ambriche la perdí hace mucho pero no es lo que más me preocupa en este momento. Los pajaritos del rabino hablan muchas cosas, y aunque se muestra a favor de nuestra política, puede ser traicionero y ladino.
Por otro lado esta Atriol, le prometimos tropas, ejércitos y nobles gestas en la esgrimir su acero, y el muy inútil se lo creyó. Y luego está el padre Garinol. Gracias a los dioses por Garinol, sin él no podríamos haber hecho nada, ya que ha sido quien ideó todo el plan que estamos llevando a cabo, y ha sido él quien me enseñó nuestra más elegante arma
Pasais por unos pasillos de aspecto complicado y laberínticos para terminar llegando a un laboratorio, o más bien una charcutería. Una criatura, maniatada de pies y manos con unas cadenas gruesas como el pecho de un hombre, ruge y estira intentando liberarse
- Un ghoul de asedio creado a través del arte de la nigromancia y la visicitud. Toda una joya, esto les va a encantar a los tremere, tiene la fuerza de 20 de los nuestros y resiste lo que no está escrito. Y lo mejor de todo, el fuego no le asusta, sino que la enfurece todavía más.
El Gangrel contempló la criatura no sin cierto desagrado, pero si iban a hacer frente al Príncipe y sus perritos hechiceros, cualquier ayuda era poca
- Perfecto para soltarlo contra las puertas del castillo de Rudolph y nos abra paso, ¿me equivoco?
- Si, te equivocas.
Este pequeño amigo tiene que entrar en la ciudad cuando esta haya caido. Tenemos un segundo objetivo para él. Anoche mis hombres descubrieron una cosa interesante. La presencia de una capilla tremere camuflada torpemente en una tienda de productos esotéricos. Creo que vos ya sabeis donde está la tienda. Estabamos trabajando en manipular la mente del criado cuando aparecisteis vosotros. Mis hombres pensaron que se había descubierto el pastel, les entró miedo y atacaron sin más. Fue todo muy torpe, os ruego mi perdon,
El teutón negó con la cabeza
- No tenéis que disculparos. Todos nos precipitamos aquella noche. De todos modos, vuestro hombre sabía defenderse bien; me destrozó el yelmo de un solo golpe.
- Si, es fuerte el condenado.
Continua hablando tranquilamente
- Como os decía una vez tomemos la ciudad iremos a por nuestro verdadero enemigo que son los tremere. Asaltar la capilla tremere será lo más díficil de todo, pues sin duda estará bien defendida. ¿Podremos contar con vos para ese asalto?
El Gangrel asintió al tiempo que se ponía el puño derecho sobre el pecho
- Por supuesto. Esos malditos usurpadores deben recibir el castigo que merecen por su repugnante crimen.
El librero continua su incesante parloteo como si la cosa no fuera con él.
- Esta misma noche atacaremos la ciudad. Con la última hora de oscuridad. Nos gustan los desafios. Unos entraremos por las puertas de la ciudad como los grandes conquistadores del pasado. Otros irán a través de los muros, por el cementerio o las catacumbas. Creo que tu, teutón, encajarás mejor en el asalto de las puertas. Será algo fácil, cuando esos malnacidos vean que lo que les viene de frente no es nada comparado con lo que los rodea en la plaza de la biblioteca estarán rodeados y serán aplastados.
Al cabo de unas horas, los ejercitos estan formados. La gente esta revuelta y nerviosa y las armas preparadas. El castillo de los Tzimisce es una fortaleza potente y está en pie de guerra. En la lejanía, sobre el cielo se ve el trémulo resplandor de la ciudad de Praga, la cual va a iluminar el cielo con el fuego de sus casas en llamas, y va a teñir el agua con la sangre de sus habitantes. La guerra y la muerte se ciernen sobre ellos. A una señal de un cuerno de guerra los hombres se ponen en movimiento. Marchais a paso ligero y algunos se les ve ansiosos por formar parte de la historia. El cielo se torna oscuro con la cantidad de murciélagos y quirópteros que se lanzan al ataque por la parte aérea y tras vosotros se oye el avanzar lento e inexorable de la abominación, aunque nadie se atreve a girarse para contemplarla.
El teutón avanza con paso firme. Va a ser una gran batalla. No participaba en una desde hacía más de un siglo, cuando fue Abrazado en las Cruzadas. Hasta la fecha, se había limitado a hacer de guardaespaldas de su señor. ¿Que ocurriría después de aquella noche? ¿Lo aprobaría? Fuese como fuese, ahora solo se debía a su clan.
En unos pocos minutos se comienza a ver las murallas de la ciudad ya a la vista. Cosa extraña por cierto que la puerta de entrada esté abierta de par en par. Algunos cuerpos cuelgan inertes de la entrada de la ciudad, como si algún agente interno ya hubiera sacado su parte del trabajo, facilitando la entrada de los asaltantes. El Librero, montado en un majestuoso corcel, posiblemente alimentado con sangre gritaba a los cuatro vientos
- ¡NUESTROS AMIGOS NOS ALLANAN EL CAMINO!¡LA CIUDAD ES NUESTRA! ¡ENTRAD Y TOMAD TODO CUANTO QUERAIS!¡EN EL NOMBRE DE SAULOT!
Los soldados gritaron Saulot como un único hombre, creando un retumbar que estremeció los muros de la ciudad. Una vez dentro de la plaza de la biblioteca, nadie se ve por las calles.
El teutón se une al grito de guerra de sus compañeros y se lanza al ataque, enarbolando su escudo y su martillo
Los soldados se dispersan una vez dentro de la ciudad y un pequeño regimiento de hombres de armas queda en la puerta de entrada. El Librero se queda allí con ellos.
- Teutón, mi hermano está preso en este castillo y tengo entendido que tu sabes donde. Asegurate de que es liberado y traemelo sano y salvo. Vosotros.- señala a unos cuantos soldados.- Id con él y protegedle de todo mal.
El Librero, tras encargarte la misión de ir a rescatar a su hermano, parte de inmediato a acabar con la vida de cuanto se pone en su camino. Respetan a civiles, mortales, y demás, pero los soldados son debidamente sometidos, aquellos lo suficientemente insensatos como para plantar cara son reducidos poco más que a amasijos sanguinolentos y montones de huesos y visceras.
El teutón asiente y se pone en marcha hacia el castillo; no sabe que habrá sido de sus compañeros, pero espera que, por su bien, hayan huído