El teutón miró al bardo
- No seas ridículo; ya oíste al príncipe. Si regresamos sin nada nos ejecutarán, y yo ya estoy harto de hacer sus recados como un vulgar perro faldero.
Solo sufrimiento la guerra trae
¿verdad señora?
Por otra parte esta no es nuestra guerra...en ninguno de los dos bandos está nuestro lugar
El tzimisce se incorpora en toda su altura.
- Estaremos encantados de ayudaros en todo lo que sea enseñaros nuestra mansión, y luego os facilitaremos la manera de entregar el mensaje a Rudolph. Me encargaré personalmente de que le lleguen vuestras cabezas.
La cosa se complica. El teuton deserta, asi que no podemos contar con su espada. Parece que el tzimisce esta al mando. Si con los gangrel protegiendo la ciudad entraban vampiros enemigos, sin ellos...
Me parece que es el momento de volver con el principe y sus ataques de ira.
-Ha sido un placer conoceros, le llevare vustro mensaje al ilegitimo principe y os deseo buena suerte en vuestra empresa.-
Despacio, me dirijo a la salida.
me hago caquita, jajajaja
por cierto ¿esta el gangrel de anoche?
Al girarte puedes ver al menos una veintena de vampiros tras de ti, así como un centenar de ghouls
- No irás a ninguna parte trovador, o al menos por tus propios medios.- La voz del tzimisce sonaba clara y concisa.
- Por mi parte, que Rudolph arregle sus propios problemas. Yo me he cansado de sus órdenes.
Emerick no tenía miedo. Su señora le protegería. De eso estaba seguro así que se volvió hacia el lider de aquellas bestias y respondió:
Ya le he dicho que ni el trovador ni yo tenemos nada que ver con vuestra guerra
A dios rogando...
Emerick comenzó a concentrarse
Me gasto un punto de sangre para aumentar temporalmente la destreza(e ir mas rapido al huir XD)
- Yo me quedaré con vos, y lucharé a vuestro lado si es menester, pero es cierto que ellos dos no tienen nada que ver en todo esto. Rudolph nos ha usado para sus propios fines, porque no tenía a nadie más a quien mangonear; simplemente es eso.
Asentí con la cabeza ante las palabras de mis compañeros.
-Marionetas- Dije moviendo las manos como si manejaran hilos invisibles.
-De hecho, nosotros le teniamos que dar un informe sobre vuestra fortaleza para que atacara. Teniendo en cuenta la situación podemos darle un informe que le lleve directo a una trampa. No dudo de vuestra capacidad para tomar la ciudad, pero me gustan más las victorias sencillas.- Dije. Ya que el pequeño teuton se unia a este bando, igual era buena idea hacer lo propio... pero con otras armas.
El tzimisce se recuesta en su asiento
- Tengo algo que tal vez podais hacer. Como bien comentas, bardo, podeis darle un informe que le lleve a una trampa, pero para vosotros tengo algo mucho mejor que eso. Vosotros accionareis la trampa que tengo colocada dentro de la corte. Decidle a Atriol que Wulfrick es un traidor. Mi lacayo hace mucho que no va por los consejos de la ciudad y ya se sospecha de él. Delatadlo como traidor. A fin de cuentas lo es, pero Atriol, en su infinita estupidez exigirá venir a cazarlo en persona. La sorpresa va a ser muy hermosa, os lo garantizo. Supongo que se esperaran que el teutón se reuna con su gente y os tendrán en alta estima por haber logrado huir con vida.
Hermann asintió, satisfecho. Su lealtad estaba dividida, entre su clan y su señor. Pero su señor nunca se había pronunciado acerca del gobierno de Rudolph, y los Tremere le producían asco y odio a partes iguales, así que consideró que no estaba traicionando a su señor. Los Gangrel son ante todo animales de manada, y la manada debe permanecer unida.
Muy bien, parece que vamos a salir con vida de esta y solo tenemos que... traicionar y atraer hacia una trampa mortal al principe de la ciudad. Suena a buen plan.
-Sera un placer.- Dije haciendo una reverencia hacia el futuro principe de la ciudad.
-Me gustaria pediros una cosa. Ya que os vamos a ayudar a acabar con el falso principe de un golpe, queria pediros que respetarais la vida de Ambriche. Como futuro principe estoy seguro que sus conocimientos os serán de gran ayuda.-
Sin decir una palabra Emerick se dispuso a seguir al trovador, tenía mucho en que pensar.
El tzimisce se rie ante las palabras del trovador
- ¿Sabeis mi buen bardo, que Ambriche es mi esposa? Veo que también te ha calado con su belleza sin igual, pero está vinculada al consejo de la ciudad. Yo me encargaré de recuperarla, al igual que recuperaremos nuestra tierra. Ahora id, volved con vuestro informe y entregadlo.
Luego se gira hacia el gangrel y añade una última orden.
- Wulfrick, enséñales el camino de vuelta y el camino a casa, después asegúrate de que lleguen vivos a la ciudad y que entreguen su mensaje. Teutón tu te quedas aquí conmigo. Tenemos mucho que organizar.
- De acuerdo... mi señor
Esto último lo dice esbozando una sonrisa animal. El teutón no es un perro faldero; él elige a que señor servir