Partida Rol por web

Emerick se mesó la barba pensativo mientras miraba al trovador que tenía una expresión de temor. El malkavian pensó que no le venía mal tener de vez en cuando este tipo de sustos. Así aprendería a ser una persona mas entregada a Dios y menos propensa al pecado y a la broma.

-Vamos Priotek-dijo alejándose con pasos lentos que pretendían ser elegantes pero que resultaban estravagantes en medio de la batalla.

Yo no soy un soldado, pero tampoco me voy a quedar al margen.

La idea de no llamar la atención me sigue pareciendo buena. Me dirijo hacia la batalla, pero me quedo en la retaguardia. Activo mis auspex y estoy alerta.

La capilla tremere en breves comienza a caer, pero todo parece demasiado fácil, demasiado sencillo. Los niveles de la gran casa se van desvelando uno tras otro hasta llegar al objetivo del Librero. La Biblioteca Tremere, una de las maravillas de la historia cainita. Sobre una mesa ornamentada con ébano y hueso hay un manuscrito enrollado y guardado en un estuche muy ornamentado, destacando sobre otros estuches de cuero endurecido, sin tanto adorno ni historias. 

El pico del martillo del teutón todavía tenía algún trozo de ghoul pegado cuando llegaron al nivel inferior. Finalmente, parecía que el librero había llegado a lo que estaba buscando. ¿Que ocurriría ahora? Poco le importaba; tenía la sensación de haber hecho un buen trabajo

A vuestras espaldas se oyen gritos. Gritos de espanto y terror. Cosa mala, los hombres que habeis entrado no habeis dejado vida a vuestro paso y tras vosotros sólo vienen el ejército de los tzimisce. 

El Librero se gira hacia el origen de los gritos. 

- Teutón, vosotros, y vostros también. Mirad que ocurre ahí atrás. - Os señala a vosotros tres y a otros 3 gangrels más que estaban a vuestro lado. Los gangrel hacen una reverencia a su señor y se dirigen raudos a ver que ocurre. 

El teutón asiente y acompaña a los demás Gangrel

¡Vaya una carnicería!

No me gustaba el ruido que venia de detras, y tampoco dejar solo a este tipo con tanto conocimiento arcano a su alcance...

-Mi señor, creo que no es conveniente que os quedeis a solas en esta sala, seguro que hay hechizos que aun no hemos visto. Los cuatro gangrels pueden en apañarse solos. Mejor me quedo aqui con vos y os ayudo en lo que necesiteis.-le dije haciendo una reverencia.

Emerick miró primero al teuton y luego al trovador y, encogiendose de hombros se acercó a ver que se cocía en medio de la batalla...utilizando un manto protector por supuesto que lo ocultase ante sus enemigos

El Librero pone una mano que se cierra como una tenaza sobre el hombro del trovador. 

- Camina, estaré bien. 

Sin mucho animo, pero sin la mas minima intención de cabrear a nuestro cabecilla segui a mis compañeros. Me mantenia en la retaguardia del grupo, aunque en este caso eso implicaba estar más dentro de la capilla que el resto...

Una emboscada, eso es lo que pasa en la parte de atrás. De alguna manera que no lograis entender, algunas gárgolas han entrado entre las paredes y se han materializado en los pasillos que habeis ido dejando atrás. 

Pero no nos detenemos en vanalidades. 

El caso es lo importante. 

El ejército de los tzimisce y los gangrel ha logrado reducir las fuerzas de Rudolph, ayudado por la traición del padre Garinol y el general Atriol. La ciudad ha sido tomada y la capilla Tremere ha sido reducida a escombro y ceniza. Con el paso del tiempo la ciudad retoma su actividad normal y los tzimisce le van comiendo terreno a los ventrue, consolidando su posición como señores de la Vieja Europa.