Partida Rol por web

Dejo en el suelo un momento a la chica, la verdad es que pesa. Lo hago con cuidado para no dañarle o despertarla. Luego me siento a su lado, abrazándo mis piernas mientras miro a la cabaña, parece que casi todos, menos Himura-san, han entrado.

La repentina calma me da algo de tiempo para pensar. Definitivamente aquello no era un sueño, ¿pero si no lo era, dónde estamos? Toco mis coleteros para calmarme mientras observo mis alrededores. No reconozco el lugar, es imposible saber dónde estamos a simple vista y nuestra guía está derribada.

¿Estamos... en otro mundo, como en las mil y una historias que han ido saliendo por internet estos últimos años? Definitivamente lo parecía así, ya que todos habíamos adquirido un poder que francamente... era poderoso.

Es cuando se me ocurre una idea. Intento concentrarme, manteniéndo la misma posición en la que estoy, y cierro los ojos. Hago un llamado a mi interior. "Ella" dijo que venía del mar de mi alma, por tanto... debería contestar.

"Undine ¿Estás ahí? ¿Puedo hablar contigo?" llamo para mis adentros.

El interior de la cabaña era bastante tétrico y oscuro, y los llantos queseguíamos escuchando no ayudaban en nada. La chica cuervo nos dijo que aquí estaríamos a salvo...pero no me sentía a salvo allí. Recordé el ataque de los monstruos de antes y cómo esas "Persona" vinieron a ayudarnos. Ojalá supiéramos cómo hacer que volviesen a aparecer. A lo mejor los tendríamos que volver a necesitar aquí...

Los llantos provenían de una de las puertas. Souta estaba asustado y no le culpaba, todo esto era igualito a la ambientación de una peli de terror...Arisa se acercó a la puerta de la que provenían los llantos y la seguí tragando saliva. Estaba asustada y una parte de mí quería salir de allí corriendo, pero esta cabaña era el único lugar en el que podríamos encontrar respuestas a como llegamos aquí. -Espera...no abrás tan rápido...-intenté decirle, pero Arisa abrió rápidamente la puerta y entró. A lo mejor era un fantasma como decía Souta...o a lo mejor era alguién que acabó aquí atrapado con nosotros...

Tomoyo se acercó a las ventanas para poder asegurarse que no había ningun peligro, aunque los demás entraron en la cabaña sin esperarse. ¿No tienen sentido común? ¿Porque no se esperaban y se aseguraban que todo estaba bien?

Con un suspiro cansado regresó hacia la puerta donde esperaba Yuyuko cargando a la chica-cuervo. No había podido ver nada por las ventanas. Esperaba que todos estuvieran bien… el llanto no había cesado en todo este tiempo y le extrañaba, ¿Qué habían visto los demás al entrar? Pensó curiosa acercandose a la puerta

Aquella cabaña estaba sacada directamente de una película de terror: la madera crujía bajo sus pies, el viento silbaba entre los recovecos y aquellos llantos invitaban a salir corriendo de allí lo más rápido posible. Por fortuna el sol les daba una tregua y les permitía ver con claridad el interior.
- Vamos, puede necesitar nuestra ayuda. - Se recordó para poder dar algún paso, tragó saliva y siguió a sus compañeros hacia el interior de lo parecía un sencillo salón. Souta refunfuñaba y Arisa ¿estaba hablando sola? - No soy la única que preferiría salir corriendo. - Miró de reojo a Airi y asumió que tenia que tener un aspecto muy similar a ella. - Esto no es una buena idea...

Llegaron hasta la puerta y tras un tiempo que le pareció una eternidad Souta se envalentonó para abrirla. - Yo no hubiera sido capaz... - Al asomarse Arisa ella corrió para mirar también. Sosteniendo la puerta con una mano y con la otra busco la mano de su compañera para darle su apoyo y de paso sentirse algo más segura.
 

Abristeis la puerta con incertidumbre de qué encontrar ¿un fantasma? ¿alguien en apuros?

Nada de eso, tan solo había una habitación vacía, casi a oscuras y con bastantes telarañas a causa del abandono.

Lo estremecedor fue comprobar como el llanto tras quedarse varios segundos en silencio, volvió a estallar pero esta vez en un lugar totalmente opuesto. Como si quien estuviese en el interior de la habitación llorando ahora se trasladase a otra de las habitaciones. Aquello dejaba de tener sentido... Hasta que una voz rompió toda cordura posible.

Sacadme de aquí... sacadme de aquí por favor... ya he superado la prueba...

Justo cuando decides entrar en la casa para ver que sucede escuchas una voz que pone tus pelos de punta.

Sacadme de aquí... sacadme de aquí por favor... ya he superado la prueba...

Pudiste contemplar que tus compañeros estaban echando un vistazo al interior de una habitación de dentro de la cabaña, pero no parecían sentirse muy seguros.

Observas que Tomoyo ha decidido entrar en la cabaña. No sabes si has visto algo especial o no, pero parecía segura de su movimiento.

¿Qué harás?¿Seguirás fuera ahora que todos tus compañeros están dentro?

V-vacía. Jajaja. Aunque hace unos segundos alguien estaba llorando en esta habitación, ¡ahora está vacía!

— C-creo que se están burlando de nosotros... —gruño un poco enfadado por tanto jueguecito de las escondidas. Sin embargo, me tiemblan un poco las piernas y mi cara está incluso más pálida que antes, como si me fuera a desmayar. Trago saliva y me giro para dirigirme hacia la nueva puerta llorona cuando veo de reojo aparecer una figura.

— ¡¡Yaaaaaaaagh!! —Grito, dando un salto hacia atrás al ver entrar a quien luego reconozco como Gafas-chan. Mi corazón me va a salir por la boca en cualquier momento, lo noto. — H-hey, ¿eso significa que habéis dejado a Rubia-chan afuera sola con la chica-cuervo?

Típico de una peli de terror: dejar sola a una de los nuestros y que desaparezca. Sin preocuparme por ahora por el fantasma aullador, me asomo fuera para llamar a Rubia-chan y que venga con nosotros.

Arisa se queda con los ojos como platos cuando ve que no hay nada en esa habitación, se rasca la cabeza mientras dice:

• Un momento… esto no está bien… aquí pasa algo raro…

Fue en ese momento en el que escucho de nuevo el llanto y aquella voz diciendo eso, ya eso si que era extraño. La casa estaba embrujada o algo, o ella misma estaba volviéndose loca porque eso no lo comprendía, mientras se quedó ahí parada piensa:

• Un momento… a ver… en verdad aquí puede pasar cualquier cosa… a fin de cuentas, lo que paso antes… pero no me puedo asustar y tengo que salir de aquí ya.

Se planta y da un zapatazo en el suelo mientras se gira y dice:

• Se acabó, tenemos que salir de aquí… yo no puedo quedarme tanto tiempo jugando aquí…

Fue cuando escucho a su compañero decir que se había quedado alguien solo fuera, ella le mira y añade:

• No… no, no podemos quedarnos solos, vamos, deberíamos entrar… a lo mejor dentro la chica cuervo nos puede decir algo más.

Cuando el llamar falla, suelto un risa baja para mi misma "Pues claro que no iba a ser tan fácil". Ahí es cuando veo que la única persona que todavía no ha entrado soy yo... ¡No me quiero quedar aquí sola! Así que cojo otra vez a la chica cuervo (mejor no dejarla aquí) y la cargo a mi espalda, para luego ir hacia la cabaña y entrar.

"¿Habéis encontrado algo? digo al entrar por la puerta.

Al entrar en la habitación, la encontramos totalmente vacía. -Pero...es imposible...todos oímos que los lamentos venían desde aquí...-dije en shock. Todo esto se iba volviendo cada vez más raro y siniestro, todos estábamos nerviosos. Entonces Souta grito y dí un pequeño salto mientras me llevaba las manos a la boca del susto y para contener el grito. Me giré un poco asustada y ví a Tomoyo entrar. Respiré hondo para calmarme y por el alivio. Los llantos empezaron a oírse de nuevo, esta vez desde otra habitación...

Todos preguntaron por Yuyuko, que se había quedado fuera con la chica cuervo, aunque por suerte entró a los pocos segundos. -No...todavía no hemos encontrado ni el origen de la voz ni una salida tal y como dijo la chica antes...-contesté negando con la cabeza ante la pregunta de la chica rubia.

- ¿Hola? – preguntó para hacerse notar cuando entró en la cabaña en pos del resto de compañeros. - ¿Habéis encontrado algo? ¿Quién estaba llorando? ¿Y la voz que acaba de hablar? – apretó los labios para no seguir lanzando preguntas, la cabaña la ponía nerviosa y cuando estaba nerviosa a veces no podía dejar de preguntar.

- ¿Rubia-chan? ¿Quién…? Ah, ¿Te refieres a Yuyuko-san? – se giró para mirar hacia fuera por la puerta de entrada que seguía abierta. – Creo que también entrará con nosotros… Y trae a la chica-cuervo, quizas podamos despertarla y preguntarle más sobre esta cabaña y si conoce la persona que está llorando y si nos puede decir donde se esconde y… - inspiró profundamente para calmar sus nervios y se encogió de hombros sin terminar la frase. – No me gusta este sitio.

En cierta medida me siento aliviado al ver a Rubia-chan entrar con la chica-cuervo. Ya temía encontrarme sus fantasmas atacándome por haberlas dejado fuera...

— No, al abrir la puerta el llanto se "teletransportó" a esa otra puerta. —señalo la puerta cerrada, respondiendo a la pregunta de Rubia-chan y Gafas-chan. — ¿Y si abrimos todas las puertas a la vez? A ver dónde mierdas se esconde luego...

Dicho y hecho, no espero el consentimiento de las demás sino que voy hacia la puerta de dónde proviene ahora los llantos para abrirla. Pongo la mano en el pomo y miro hacia atrás a ver si las demás me echan una mano con las otras puertas.

Al ver la habitación vacía se quedó aún más pálida, entró en el interior de la habitación con la esperanza de encontrar a alguien. - Tiene que estar escond... - Volvió a estallar el llanto, pero ahora en otra habitación. Misaki se paró en seco en tensión mirando a ambos lados desconcertada, pensando que tal vez fuera un extraño eco en la habitación, no podía estar en otro sitio, no era una posibilidad.
Pero el resto de sus compañeros también lo habían escuchado en la otra sala. - ¿Será un fantasma? - Se escuchó la extraña voz, como respuesta a sus pensamientos lo que le produjo un escalofrío por toda la espalda pero estaba dispuesta a seguir buscando, cuanto antes le encontraran antes podrían salir de esa cabaña maldita. - ¿Sacadme? - Repitió mentalmente y continuó en su empeño de seguir buscándolo por ahí en vano. - La cabaña es vieja y puede tener una extraña acústica, debe estar escondido.

Tan absorta estaba que ni siquiera se enteró de que habían entrado el resto de sus compañeras, al volver a la sala principal solo alcanzó a atender a lo que dijo Souta. No le pareció mala idea así que tras asentir sin mediar palabra, no tenía ánimos para decir nada, se dirigió hasta otra de las puertas y apoyó la mano en el manillar esperando alguna señal para abrir todos a la vez. - Vamos, que podamos salir rápido de aquí.

En cuestión de milésimas de segundo, mientras Yuyuko entraba en la casa y algunos de los compañeros intentaban abrir puertas inexploradas de la cabaña todo se tornó oscuro.

Fueron tan solo 2 segundos de oscuridad, pero lo suficientemente intensos como para que dejaseis de hacer lo que estabais haciendo. Aún algunos con el pomo de la puerta en las manos, notasteis que la oscuridad ya disipada mostraba una imagen totalmente aterradora.

Se trataba de un niño, un niño de unos 8 años el cual estaba mirando a la pared del pasillo principal (no demasiado lejos de ustedes). Sollozaba, su cuerpo temblaba... y hasta visteis como en un alarde de impotencia golpeó la pared mientras seguía llorando.

¿Quién era? ¿Definitivamente era un fantasma?

Finalmente se giró y empezó a llorar más y más fuerte, tapándose el rostro, el sentimiento de impotencia era desgarrador.

Cuando todo se volvió oscuro Arisa se quedó paralizada, eso sí que no se lo esperaba, pero lo que vieron en ese momento le sorprendió aún más, un niño de unos 8 años estaba frente a ellos llorando de forma desconsolada, aquello sin duda no era nada normal, pero desde que habían llegado allí nada era normal.

• Pero… pero que es lo que pasa y porque me siento así, porque siento tanta impotencia por no poder hacer nada por el… un momento es como cuando padre…

Arisa contempla unos momentos al niño, no sabía qué hacer, pero mira a los demás y dice mientras comienza a caminar hacia el chico:

• No sé si es un fantasma o que es, pero… me da pena…

Se acerca al chico y se agacha para ponerse a su lado y le extiende la mano mientras con una sonrisa dice:

• Chico… no llores, ¿Qué te pasa?

"¿Y ahora encima se va la luz? ¡Pero éste sitio no tiene bombillas que puedan fundirse!¡Oye, volved a encender el sol!" Esa contestación que perfectamente podría haber formado de un dúo de comedia de tercera categoría me sale instintivamente mientras estoy en la puerta, con la chica aún a espaldas. Por lo que parece ésto lleva siendo así de raro un buen rato, y la cosa empeora con la aparición de un niño. El llanto de éste es preocupante en más de un sentido.

Bajo al suelo y dejo a "Karasu-chan" en el suelo, que empiezan a cansarseme un poco los brazos, y veo como Suzuki-san va hacia el pequeño. "¡Cuidado, Suzuki-san! ¡Nada es lo que parece aquí!" Y de hecho es Ley de Murphy que en una peli de terror como ésta, la primera en caer es la buena persona que ayuda a todos. O espera, no, el primero es el negro, luego la animadora, y luego la rubia... Hay madre. Tengo todas las papeletas.

La oscuridad hizo que Tomoyo se detuviera y mirara urgentemente a su alrededor cuando la luz regresó. No había ninguna figura oscura como antes, y eso la aliviaba, pero ¿Qué había causado ese apagón? Aunque hubiera sido dos segundos, había sido oscuridad completa y no era normal.

Lo que si vio fue a un niño llorando desconsolado en un pasillo cercano, Tomoyo no pudo reprimir que unas pocas lagrimas surcaran sus ojos al verlo y cuando se dio cuenta estaba caminando hacia él para poderlo consolar. El comentario de Yuyuko-san la hizo detenerse y morderse el labio con indecisión. ¿Quién era el niño? ¿Por qué lloraba? Pero sobretodo… ¿Qué hacia en esa cabaña? ¿Le habría pasado lo mismo que a ellos?