Partida Rol por web

Pongamos que hablo de Madrid

Entre Pinto y Valdemoro

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08/05/2012, 22:27
Isabel Díaz de Noboa

Fruncí el entrecejo cuando escuché los pasos y dejé de mirar al caballo, recelosa, para alzar la vista y entreabrir la boca, sorprendida.

-¿No os ibais?- pregunté, cruzándome de brazos, mirando al médico, divertida-. Sois hombre valiente, don Hernando, tenéis la oportunidad de alejaros de mis quejas y, sin embargo, volvéis- bromeé, divertida-. Os mentiría si os dijera que no me alegro de volver a veros.

Pese a que me encontraba de nuevo en la anterior situación en la que debía compartir caballo, no me importaba si con ello podíamos mantener el grupo unido. Ya nos había abandonado uno, no me apetecía seguir menguando.

-En fin, don Rodrigo, veo que tendré que montar con vos en el caballo- suspiré y tomé las riendas-. Entonces, ¿me ayudáis a subir o tendré que pedírselo a los guardeses?- ni muerta, pensé, recordando, aún, sus risas.

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08/05/2012, 23:31
Hernando Marañón

Sonrío agradecido ante el recibimiento.

—Yo también me alegro, bella dama. Y ahora, cabalguemos raudos, hay una misa que debe celebrarse y unos hijodalgo que deben arrepentirse por sus pecados. Y vive Dios que se arrepentirán, pues al fin y al cabo, con la Iglesia se han topado.

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09/05/2012, 16:10
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

-Me alegro de vuestra decisión don Hernando... Me alegro mucho... Además, ¡siempre viene bien tener un médico a mano! Y más cuando nos enfrentamos a los menesteres que nos aguardarán... Os aseguro que no os arrepentiréis de venir...

Me giro hacia Isabel y le tiendo la mano, con una galantería exagerada pero que, en el fondo de todo, puede ser sincera.

-La ayudo nobilísima dama, con mucho gusto... Es para mí un placer compartir montura con vos, como ya os dije.

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09/05/2012, 17:08
Isabel Díaz de Noboa

Enarqué una ceja ante la sobrevenida galantería de Rodrigo y puse los ojos en blanco, reprimiéndome las ganas de decir cualquier tontería por mi boca y estropear una situación que, por lo que parecía, estaba empezando a coger tintes de normalidad.

Tomé su mano, apoyé un pie en el estribo y agarré con fuerza la silla. Mi cerebro me castigó recordándome de improviso la caída anterior y cerré los ojos con fuerza, obligándome a desterrar esos pensamientos de mi mente. Me impulsé, dando un pequeño salto y me subí a horcajadas del caballo, tambaleándome un poco a uno y otro lado.

Suspiré de alivio al ver que no me caía y me concentré en poner bien el condenado vestido para que no me molestara en demasía.

-Ya… Un placer- murmuré, tirando de la falda para intentar taparme los tobillos-. Siento decir que no sea recíproco, don Rodrigo- dije, terminándome de acomodar en la engorrosa silla-. Tened cuidado al subir, no vayáis a caer- añadí, maliciosa.

Notas de juego

Esta vez no he hecho tirada, Master, pero, si es necesario, la hago y modifico el post en consecuencia (Esta vez sin equivocarme en colocar el valor de la habilidad :P).

XDXDXD

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13/05/2012, 09:47
Director

Partís de inmediato en cuanto Rodrigo sube al caballo. A un paso ligero sin llegar al galope pues, de lo contrario, no podríais oír lo que ocurra en el camino delante vuestra y si queréis enfrentaros a esos matones de a real el palmo de acero, sería mejor no intentar hacerlo de frente sino de espaldas y por sorpresa.

Lleváis un par de kilómetros de cabalgada, cuando una serie de disparos se oyen en el aire. La fiesta de recibimiento acaba de empezar. Azuzáis el paso con cuidado. Os llega claramente el sonido del acero, el olor de la pólvora y los gritos de angustia y dolor, rabia y desesperación de los implicados en la contienda.
Desde un recodo del camino podéis ver el carruaje, parado, y como soldados españoles luchan contra hombres, asaltadores o asesinos, vestidos de pardo y negro como gatos de la mala suerte, pues claramente, ganan los últimos aunque les cueste algún muerto que otro.

José de Pinto desmonta de la silla.-Será mejor atacar por los flancos y la espalda. Mi amigo y yo iremos por el flanco en cuanto les rodeemos. Son 8 pero entre los corchetes que quedan y la sorpresa, algún diablo caerá.-Dicho esto y a sabiendas de que es menester no demorarse, se agazapan entre la maleza y desaparecen.   

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13/05/2012, 11:16
Hernando Marañón

—Si les parece bien, prefiero atacar por el otro flanco. Son asaltadores y asesinos, pero no me resulta honroso aparecer por la espalda.

Dicho lo cual, desenvaino mi estoque del bastón y oculto mi maletín en un matorral con el fin de que no me resulte un estorbo. Enseño a mis compañeros dónde lo guardo, que no se sabe por dónde van a venir las cuchilladas y quién puede necesitar cura.

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13/05/2012, 21:28
Isabel Díaz de Noboa

Estaba muy incómoda cabalgando junto a Rodrigo. En general, no consentía que la gente estuviera tan cerca de mí. El mero hecho de que me rozaran el hombro o la mano, me hacía ponerme nerviosa y pensar inmediatamente en que podían ser mis hermanos tramando alguna contra mi ser.

Y, sin embargo, ahí estaba yo, en el mismo corcel que un caballero al que apenas conocía siguiendo a unos tipos que parecía que les llevase el mismísimo demonio.

Mi cuerpo no estaba acostumbrado a montar a caballo y pronto comencé a moverme para poder acomodarme mejor, haciendo que el desgraciado de Rodrigo se viera perturbado durante todo el viaje por mis continuadas quejas y mis gemidos de disgusto.

Fue, entonces, cuando escuché los disparos. Me quedé con los ojos como platos y comencé a sentir cómo el corazón me martilleaba el pecho, desbocado.

-Maldición- murmuré, mordiéndome los labios, preocupada.

Me llevé la mano a la boca cuando vi tal batalla campal y me sentí totalmente desbordada, sin saber qué hacer. Inútil, en definitiva.

Clavé mi mirada en José y escuché sus palabras- cuando quise replicarlas y decirle que no pensará que yo también iba a pelear, se escabulló por entre los matorrales.

Suspiré, nerviosa, y miré a Hernando, el cual también estaba decidido a luchar.

Estupendo, pensé, irónica. Lo mejor de todo es que nos quedemos sin médico.

Me fijé en dónde guardaba el maletín y resoplé. Me encogí de hombros y bajé del caballo no sin dificultad.

-De acuerdo. Id a morir- dije-. Yo me quedo aquí con los caballos. Guardándolos, pues sería más una molestia allí que una verdadera ayuda.

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14/05/2012, 13:51
Hernando Marañón

—No he llegado a viejo por tener costumbre de vender barata mi piel. Volveremos con vuestro tío sano y salvo.

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21/05/2012, 16:04
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

Al bajar del caballo tras oir los sonidos propios de la batalla dejo al animal al cuidado de la joven Isabel.

-Vive Dios que los continuos movimientos de vuestro cuerpo para acomodar al caballo y vuestros gemidos me han hecho agradable el paseo, pese a que dichos susurros fueran de queja... En cuanto a usted don Hernando, os honra grandemente esa actitud respetuosa de querer atacar cara a cara, pero la piel se vende más cara si uno se embosca, como seguramente sabréis. Yo iré por el otro lado, ¡pobre del desdichado que me de la espalda.

Toda esta parla la digo con la socarrona sonrisa y el aire de desafío a la misma vida que acostumbro a usar, pero de forma casi inapreciable, una gota de sudor frío me baja por la patilla hasta la quijada. Este lance no estaba previsto, y como ante todo lo que no se intuye o se conoce, el más primitivo de los sentimientos humanos aflora.

Hecho mano a mis aceros, y me dirijo hacia el flanco más cercano para descabellar al primero que me encuentre.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro sigilo para ver si consigo acercarme al lugar de la trifulca sin llamar la atención.

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21/05/2012, 22:34
Director

La lucha parece calmarse un poco. Los guardias no están tan entrenados como los rufianes en estas lides, que si fueran soldados de nuestro rey, ya sería otro cantar. Dicho y echo, los guardeses aparecen por un lateral al grito de Santiago momento que aprovechan los guardias para intentar repeler a los que intentan acercarse al carruaje.  
Desde atrás, en una posición ventajosa, uno de los bandoleros, asaltadores o asesinos sin escrúpulos tapada la cara con un pañuelo, le enjarreta un pistoletazo a un guardia que cae al suelo retorciéndose de dolor y sujetándose las tripas, mientras los aceros y las maldiciones bailan a su alrrededor. 

Notas de juego

Tiradme sigilo quien quiera acercarse. Os he hecho un mini plano para que os aclareis.

El carro creo que está claro lo que es. los óvalos negros son los caballos que tiran del carro y el otro de mas abajo, entre la floresta, son los caballos de los asaltantes. Los cículos azules son los guardias y los rojos los asaltantes. La flecha que se ve a la izquierda es por donde aparecen los guardeses y la cruz roja de abajo es donde estais vosotros.

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21/05/2012, 22:56
Isabel Díaz de Noboa

Escuché las palabras de Rodrigo y lo miré con mala cara, alzando la ceja, maliciosa.

-Qué gracioso sois- comenté con sorna-. Lo que se han perdido los corrales españoles. Un gran comediante, aquí, presente, ante nosotros.

Bufé, poniendo los ojos en blanco y tomé las riendas de los caballos para asegurarlos y que no se asustaran. Los calmaba mientras les acariciaba el suave pelaje o les decía palabras suaves, mientras los tiros se sucedían y la batalla seguía su curso.

Sin embargo, estaba continuamente mirando por encima de mi hombro a ver si podía llegar a vislumbrar algo de la trifulca. Miré a los caballos, mordiéndome el labio inferior y murmuré:

-No os mováis.

Me cogí del vestido, levantándolo un poco y me quise acercar más hacia el lugar de la refriega, curiosa, como acostumbraba a ser, con la esperanza de llega a retener con mis ojos algo interesante.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Cachis >.<

Estos dados...

XDXD

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21/05/2012, 23:43
Hernando Marañón

Sin melindres ni pleitesía lánzome al ataque como cuando era joven de la forma prevista, ha tocado a degüello. Sin embargo no doy grito alguno invocando a Santiago, a Dios o a otro santo, que no por ser discreto se es menos gallardo.

- Tiradas (3)
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22/05/2012, 17:23
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

Viendo que mi incursión silenciosa ha resultado y que nadie ha notado mi presencia, empuño firmemente mi estoque y lo lanzo veloz y certero al primer enemigo que encuentro dándome la espalda.

- Tiradas (2)
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23/05/2012, 19:26
Director

Hernando:

El embozado jefe oye tus apremiados pasos y se da la vuelta. Al veros venir decididamente, suelta la pistola que estaba cargando y desenvaina veloz parando vuestro estoque.-¿Por la espalda y a traición?. ¿Quién sois?.-Pregunta el embozado.

 

- Tiradas (1)
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23/05/2012, 19:41
Director

Rodrigo:

Siguiendo las viejas costumbres de la villanía, intentas encetar el acero entre hombro y hombro, que según se dice por los locales frecuentados por la carda:"Si por la espalda debes acuchillar, certero y con aplomo en la cruz debes dar."
Por desgracia es bastante dificil acertar con un rufián batiéndose en combate pero la herida causa su efecto y los asaltantes se quedan perplejos al ver vuestro rostro retrocediendo un poco.

 

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23/05/2012, 19:42
Director

Isabel:

El vestido se enrrata, engancha y tropieza con cada una de las ramas y arbustos que os encontrais a vuestro paso. Sin duda, necesitaríais un vestido nuevo después de semejante "aventura" si se le puede llamar de este modo.

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23/05/2012, 20:09
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

-Muy bien mocetones... Parece que os habéis apaciguado un poco... ¿Queréis que os mande ahora mismo a rendir cuentas ante el Altísimo Tribunal? ¿O preferís soltar la lengua y vivir un poco más? ¿Qué pasa aquí?

Digo esto en actitud de guardia, sin bajar ni un instante el acero.

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23/05/2012, 22:03
Isabel Díaz de Noboa

La curiosidad podía conmigo. Necesitaba saber qué es lo que pasaba, qué sucedía allí. No quería ser una dama asustada que se quedaba cuidando de los caballos a la espera de que le dieran las buenas nuevas, aunque aquella había sido mi primera intención.

Caminé de forma pausada en un principio y acelerada después para acercarme al camino y ver lo que se cocía allí. Sin embargo, no conté con el engorroso vestido y fui enredándome con cada rama y arbusto que se interponía en mi camino. Si mi padre me viera de aquella guisa, hubiera encolerizado. El vestido quedó destrozado, sucio y roto.

-Maldita sea- murmuré, tirando del vestido de nuevo cuando se enganchó una vez más, dejando un trozo de tela colgando en la rama-. Me podrían seguir el rastro sin problema- dije, amargada, mirando el camino que había tomado y en el cual había ramas rotas y restos de tela.

Me encogí de hombros sin darle mayor importancia y seguí andando para seguir mi propósito: curiosear y llegar a saber que pasaba en el camino. 

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24/05/2012, 19:46
Hernando Marañón

-Demasiado acero para hacérselo atragantar de una sentada a un ministro de la Iglesia. No me gusta que intenten dejarme sin misa.

Y le asesto otra estocada.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Toma réplica peliculera XDDD

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25/05/2012, 15:31
Director

Hernando:

El amigo detiene vuestra estocada deslizando hoja sobre hoja hasta la guarda, donde ambas espadas se cruzan. Con la cara embozada por un pañuelo a un palmo de la vuestra, mantiene firme determinación.-Hoy solo habrá una misa y rezará por vos.- Y con esas, os lanza un puñetazo a la cara con la mano siniestra, que se desvía debido al poco espacio de maniobra entre ambas espadas trabadas. 

- Tiradas (3)

Notas de juego

Ha trabado la hoja en una parada. Para destrabar, debes hacer una tirada de fortaleza. Si la sacas puedes empujarle y destrabarte, si no, seguís igual.