Rolan conoció por primera vez a los Arcanos cuando, frecuentando uno de tantos pueblos al rededor del bosque donde solía vender sus plantas a ungüenteros, matasanos, cuentistas, boticarios y algún que otro médico, se topó por casualidad con una pitonisa. Esta mujer por donde ya habían pasado tantos años, vestida de ropas oscuras, un chal morado sobre la espalda cubriendo su prominente chepa y un pañuelo cubriendo sus blancos cabellos, se interesó en el muchacho por razones que Rolan no tenía claras. La edad, la apariencia y los ojos nublados, la pobre anciana parecía estar perdiendo la vista, la hacían sin duda la más poderosa de todas las adivinas a ojos de aquellos supersticiosos pueblerinos.
Con un gesto amable invitó al muchacho a su caravana. Aunque el joven se negó de primeras la anciana dijo: "Por favor. -siguiendo con el gesto amable y una sonrisa- No tengo intención de cobrarte muchacho, solo quiero contarte algunas cosas". Siendo extraño incluso para él, Rolan aceptó la invitación y entró en el carromato de la pitonisa. El carromato por dentro era a la dueña como la dueña era el carromato: Chales de diferentes colores colgando del techo, tapando las ventanas y dificultando el paso a todo aquel con mayor altura que la encorvada señora; Olores a incienso y a vejez; Una mesita redonda y diminuta en el centro de la sala con un tapiz de puntilla sobre la que había colocado un gran pañuelo purpura; Todo ello creando una atmósfera propicia para el misticismo y la inventiva.
Pese a lo que pudiera parecer al ojo crítico, la anciana poseía gran información que había recopilado a lo largo de los años. Pero no se extendió más de lo debido con el muchacho. Sentados los dos a la pequeña mesa la adivina empezó a poner cartas boca arriba "el loco, la sacerdotisa, la emperatriz..." leía para si mismo Rolan. "¿Conoces a los arcanos?" le preguntó la anciana sin dilación. El muchacho negó con la cabeza, lo que fue el pistoletazo de salida para que la vieja tarotista comenzase a hablar.
Le contó que los Arcanos, los personajes del Tarot, eran seres de gran poder dispuestos a prestárselo a aquellos con suficiente poder para invocarlos y con la inteligencia suficiente para formar un pacto con ellos. Le dio más detalles de como invocarlos y de la energía que sería necesaria para materializarlos en el plano terrenal, a lo que Rolan respondió con un interminable silencio. La señora, con una sonrisa, entregó la baraja del tarot al muchacho y se apresuro en salir del pueblo. Nunca más volvió Rolan a verla en ninguno de los pueblos o saber siquiera de ella.
A Rolan le costaba creer todo lo que le había contado la vieja, no obstante nada se pierde por probar. Tras varios días de preparación, con los círculos y rituales que había aprendido de las ruinas en el bosque, se preparó para invocar al Loco un noche de luna llena. No sin muchísimo esfuerzo y casi todas sus energías consiguió invocar al ente. De la nada y como en un polvo de estrellas, una muchacha vestida de bufón harapiento se presentó frente a el. La muchacha danzaba inocente en círculos al rededor del joven con la piel brillando ligeramente por la luz de la Luna y su propio resplandor. "Pacta con otro Arcano y yo te serviré" dijo la muchacha sin más y desapareció. Exhausto, se cayó de culo al suelo apoyando las palmas de las manos en la hierba. Estaba enormemente sorprendido pero a la vez exultante y excitado por que una criatura de tal inmenso poder se hubiera presentado frente a el, dispuesta a servirle si conseguía hacer un pacto con otra de estas criaturas.
Sin demora, a la mañana siguiente empezó la preparación para invocar al siguiente Arcano. El Hierofante invertido sería su próximo intento. Una vez más, tras varios días de preparación extendió los brazos hacia la luz de las estrellas y llamo al Arcano. Un humo negro apareció frente a el formando un hechicero de togas oscuras, báculo negro y tez ceniza. Mirándole fijamente y prácticamente inmóvil dijo "Invocarás a la serpiente oscura, pero no la atarás ni dominarás y yo te serviré" tras lo cual se deshizo de nuevo en una nube de cenizas. Una vez más Rolan estaba exhausto, pero esta vez no ilusionado sino asqueado por la petición de ese viejo macabro. No pensaba realizar el pacto con aquel que fomentaba robar las criaturas de su plano y traerlas a este sin ningún permiso ni propósito. Tal vez era hora de dejar esto de los Arcanos por un tiempo...
Se despertó la noche siguiente, con un sabor metálico y amargo en la boca. Parecía que hubiera pasado días dormido. A los segundos de despertarse, cuando pudo tomar conciencia vio frente a el a una serpiente en llamas, llamas oscuras y negras. La serpiente se incorporó como una cobra, silbando amenazante, al momento que se lanzo a un lado emprendiendo la huida entre los arboles. En el interior de su cabeza escuchó una risa macabra que provenía desde el fondo de su alma. De pronto, de una nube de humo frente a el se presento el Hierofante Invertido. Sin mediar palabra, punzó el dedo indice de su mano derecha de donde salió una gota de sangre completamente negra. Cual fue la sorpresa de Rolan cuando se vio a si mismo haciendo lo mismo sin ningún control de su cuerpo. Las palmas se unieron, los dos dedos indices se tocaron mezclándose las sangres. "El pacto queda sellado" dijo el mago mientras desaparecía.
Tardo tiempo en recuperarse de aquello. ¿Podría el Demonio que habitaba en su interior usar su poder para dañar a otras personas o seres? Tuvo miedo de seguir adelante y estuvo a punto de renunciar y esconderse del mundo para siempre. Pero poco a poco, la idea de que el único modo de vencer al demonio era hacerse más fuerte fue floreciendo.
Invocó al Loco, quien sello el pacto con un choque de puños (algo muy extraño que no había visto hacer a nadie en su vida), y se dispuso a invocar a la Suma Sacerdotisa. La Arcana se presento frente a el: Parecía una ninfa del bosque ataviada con vestiduras de seda casi transparentes que se posaban vaporosas sobre su cuerpo. ""¿De quien es el corazón escamado que habita en el interior de la mas grande montaña? ¿De quien es el corazón que arderá de gozo en llama helada cuando se reúna con su amada? Si me lo dices yo te serviré"