Partida Rol por web

Alguien estaba sacudiendo a El Bary por el hombro con suavidad.

- Despierta, chico.

Al abrir los ojos, se encontró con una chica algo mayor que él, bastante guapa y con pinta de inteligente. Le dirigió una sonrisa cálida.

- Me dijeron que estarías aquí. Soy la secretaria del consejo estudiantil, Endo Hana y me han pedido que te ayude durante un tiempo. ¿Vienes de fuera, verdad? Es normal que vayas algo perdido... - de repente las cejas de la chica se juntaron con gesto apurado -. Por cierto...em... ¿cómo se pronuncia tu apellido? 

Mila había optado por una comida más ligera, nunca había sido muy de comer, ya que se llenaba con bastante facilidad. Fue a sentarse con Francesco a una de las mesas, tiempo durante el cual pudo observar cómo todo el mundo evitaba sentarse con ellos. Aún sin probar bocado, miró a su guardaespaldas con la cabeza apoyada en sus manos.

— ¿Ves cómo deberías ser más simpático? La gente te evita. — Comentó, en parte divertida. — O eso, o no les gustan los extranjeros, que el bajito repelente no anda por aquí cerca.

Francesco fulminó con la mirada a Mila por unos segundos, hasta que lanzó un leve suspiro. Empezó a cortar pedazos de carne y llevárselos a la boca, mientras miraba la poca comida que Mila llevaba en su plato. 

-La gente me evita porque me conoce y sabe que acostumbro a estar solo - Comentó con la boca aún llena de comida, hasta que la masticó toda y la tragó. Bebió un sorbo de agua de su botella antes de continuar.

-Hm, no creo que sean xenofóbicos, pero me alegra que el bajito no ande por aqui, es insoportable - Comentó con desprecio, mirando a su alrededor siniestramente - Pero si quieres que nos sentemos con aquellos... 

Dijo esto último señalando con el mentón a la mesa ocupada por la mayoría de sus nuevos compañeros.

— Yo nunca he dicho eso.

Corrigió Mila a su guardaespaldas. En realidad se la traía floja, le da igual con quien sentarse mientras pueda comer, aunque normalmente se hace más agradable con una charla... Y con Francesco, de eso poco. Por fin comenzó a dar pequeños bocados a su comida, sus modales parecían bastante más correctos que los del joven guardaespaldas (muy difícil no fue, lo de hablar con la boca llena no es muy elegante). Se limpió la boca con una servilleta antes de volver a clavar los ojos en su acompañante.

— ¿Cómo que te conocen...? ¿No acabas de llegar este año?

Pese a los nervios, al final había logrado reunir a un grupito de la clase para poder almorzar todos juntos. -¡Gracias! - dije sonriendo de oreja a oreja y notando que el nudo en la garganta desaparecía.

Aunque no estaba segura de que al hermano mellizo de Nanami Koizumi le hiciese especial ilusión, tampoco tuve mucho tiempo para sentirme mal pues la chica peliazul se me acercó y mantuvimos una animada charla de camino a la cafetería. Asentía muy contenta a medida que hablábamos, daba gusta charlar con Hagiwara. Era muy simpática y tenía la sensación de que podríamos congeniar fácilmente.

Incluso al llegar a la cafetería me susurró acerca de la buena impresión que le había causado nuestro profesor. Al pensar en este, me ruborizé un poco al igual que ella, y negué rápido con la cabeza para que no se preocupara mientras volvía a sonreirle. -Para nada ni te preocupes Hagiwara-san, y tienes toda la razón. - le susurré al tiempo que le guiñaba un ojo cómplice.

Miré al interior de la cafetería y comprobamos que estaba algo vacía, pues sí que habían salido pronto del aula. ¡Mejor más tiempo! Pensaba mientras me sentaba al lado de Hagiwara, mientras que rebuscaba en mi cartera. Una fiambrera sencilla que dejé sobre la mesa, mientras esperaba a ver que harían los demás, si comprarían algo de comer o también traían la comida de casa, cómo yo.

-Me alegra mucho que estar aquí, de momento la preparatoria Seirin está bastante bien. ¿Tendran clubes? - comenta mirando a su alrededor, la cafetería era un sitio tranquilo, al menos ahora que estaba casi vacía, pero en general tenía pinta de ser un buen centro de estudios. Mientras jugueteaba un poco con los mechones del pelo, me decido a decirles a mis compañeros de mesa con algo de verguenza por expresar lo que se me pasaba por la cabeza en ese momento.

-¿Sabeís? Puede sonar infantil, pero tengo ganas de que llegue el sábado para ir todos de excursión. Me encanta estar al aire libre, seguro que será una gran experiencia. ¿Qué opinaís vosotros? - preguntó a sus compañeros con un brillo en los ojos, ya se imaginaba en medio de la montaña, con aire puro y vegetación por todas partes. Simplemente genial.

Echando un vistazo ubiqué en una mesa a los dos extranjeros que comían juntos, y casi a la par de nosotros llegaron los otros dos chicos de clase, Shui, el deportista y Ren ¿el tipo guay? Bah. Lo que fuese. Que se sentaron junto a Kazuma. Tan sólo faltaba el otro chico extranjero, Barezzi Viendo Du Santos ¿Tercero era? ¡Bien! Ya lo había memorizado, aunque tampoco creía tener que utilizar el nombre completo para hablar con él.

Como había previsto, Nanami aceptó rápidamente y unió a Fuwa y Hagiwara al plan de Tanaka Yumei, así que Kaito no tuvo más remedio que seguirlas... Aunque más bien fue arrastrado por su hermana, que le agarró del antebrazo y prácticamente le obligó a ir con ellas. No tardaron mucho en llegar a la cafetería de la Preparatoria Seirin, y Kaito se sentó junto a su hermana y el resto de chicas tras pasarse todo el camino callado y escuchando las conversaciones que ellas tenían. Otras personas de su clase estaban allí, y otras dos personas también de la misma clase entraron y se sentaron junto al chico al que Kaito había pasado la pelota. Se esforzó por recordar su nombre, pero no lo consiguió.

Las preguntas de Tanaka Yumei lo devolvieron a la realidad.

-Ah... la excursión, sí. - murmuró para sí, más que para los demás. Tras perderse en sus pensamientos, se le había olvidado lo que había dicho el profesor al final de aquella extraña clase. - Bueno, es bastante raro hacer una excursión los primeros días del curso... y en fin de semana. Me pregunto qué tendrá preparado ese profesor.

Francesco observó por el rabillo del ojo como Mila comía, con sus refinados modales. Levantó una ceja algo sorprendido mientras masticaba un gran pedazo de carne que se había llevado a la boca. Tragó su comida sin mucho esfuerzo y bebió otro sorbo de agua.

Frunció su ceño levemente ante la pregunta tonta de Mila ¿Es que no lo escuchaba cuando le hablaba? Suspiró con resignación:

-No, tengo 17 años y repetí 2 cursos, por supuesto que me conocen - Murmuró mientras llevaba a su boca otro bocado de espaguetis.

Mientras como escucho a alguien llamarme, dirijo mi mirada hacia el sonido, viendo a Shui y Ren acercarse hacia donde estoy. El primero se sienta directamente, con confianza, mientras el segundo parece algo enfadado, o incomodo.

Antes de que pueda abrir la boca, Shui comienza a preguntar. Trago la comida y bebo algo de refresco antes de responderle - Kazuma Aoyama, un placer conoceros a ambos - inclino ligeramente la cabeza, mientras él sigue preguntando - Vivo en el templo, estoy preparándome para convertirme en sacerdote, seguramente me hayas visto si has ido por allí

- ¿Qué pensáis que haremos en esa excursión al final?, no se si podré ir, el sacerdote podría necesitarme...- soy consciente de que lo más probable es que no, pero últimamente me ha dado bastantes responsabilidades.

— Oh, pensé que habrías cambiado de instituto o algo.

Dijo, ahora ya casi terminando su escaso plato de comida. Con expresión serena y la mirada en sus manos, soltó un pequeño comentario. — Entonces será bastante más difícil quitarte esa fama de macarra asocial. Sin ofender. — La sonrisa que puso mirándote a los ojos al final de aquella frase indicó que lo dijo al menos con un poco de mala leche, por picar más que nada. Se estiró disimuladamente mientras dirigía su mirada por toda la cafetería, parándose justo en la mesa en la cual almorzaban Ren, Aihara y el chico extraño que se les quedó mirando más de una vez. Con una inclinación de cabeza se dirigió a este último a la vez que volvía sus ojos a Francesco.

— ¿Y ese? ¿Qué opinas de él?

Francesco torció su cabeza y se quedó mirando fijamente a Mila sin expresión alguna, aunque claramente le demostraba que su comentario le había molestado, además de que estaba fuera de lugar. Giró su cabeza levemente para observar al resto de los estudiantes. Poco a poco el comedor se iba llenando, pero la gente seguía evitando su mesa. Miró con atención a la mesa en donde estaba un grupito de sus compañeros, que hablaban de la excursión. 

Pero entonces Mila volvió a abrir la boca, pidiéndole su opinión sobre un chico. Francesco dirigió su mirada hacia donde estaba mirando Mila.

-Ah, creo que se llama Kazuma, lo he visto observándonos un par de veces... - Murmuró por lo bajo, para que las otras personas que estaban cerca no lo escucharan - Parece un freak, aunque la chica de los mangas y Tanaka no se quedan muy atrás...

-ZZZzzzZZZzzzZZZzzz...- despierto y el ver aquella chica me hace sentir mas acojido... -mnh ¿Ah?........ Ho-hola Endo-San... soy Barezzi pero me gusta que me digan El Bary... jeje no te preocupes por mi apellido, la verdad es que a veces ni yo mismo lo se pronunciar muy bien, jeje...- me rasco la cabeza y con sonrisa bajo la miraba y agrego correspondiendo a tanta gentileza... -gracias por tu ayuda...- y pienso para mi -(que bueno encontrar un rostro amable al fin... creia que era el colmo por ser mi primer dia y ya me habia frustrado de ver a pura gente con cara de rompe-pelotas... que tios mas pesados... ademas para mi buena suerte Endo-San esta de muy buen ver... que afortunado soy...)-

y medio sonrojado le sonrio y juntando las manos a mi espalda agrego encongiendome de hombros... -...bueno... Endo-San... ¿que hacemos ahora?... digo, me gustaria que me ilustraras un poco... no se mucho sobre lo que hacen los chicos de por aqui...- y pienso -(ademas de proyectarse expresando lo que no les gusta...)- espero su respuesta 

- Barezzi-san, me temo que por ahora no podemos hacer nada. Yo debo atender a mis actividades como secretaria y pronto se acabaré el recreo. Por ahora quería presentarme y decirte que, si te parece bien, nos encontramos un rato a la salida - el tono de voz de la chica era sorprendentemente cálido en todo momento, daba la sensación de que fuera pura amabilidad y estuviera compuesta de sonrisas y caramelo.

- Bueno no es taaaan raro, Kaito. Ya lo ves, simplemente parece que quiere que nos conozcamos mejor. Y el director también lo mencionaba en su discurso - la chica miró a su hermano con cara de querer decir "sí, ese discurso del que no has escuchado ni una palabra" -. Parece que le dan mucha importancia a la unidad de la amistad o algo así y seamos sinceros, el ambiente de clase mejora cuando hay una buena relación entre todos - la chica se limitó a encogerse de hombros como quitándole  importancia al asunto antes de mirar a Yumei y Natsu -. La verdad es que yo también tengo ganas de ir, será una oportunidad para que nos conozcamos todos mejor, sin el nerviosismo del primer día- a su lado, Fuwa asintió y le dirigió una sonrisa tentativa a Kaito, en un intento de causarle una buena impresión al hermano de su mejor amiga.

- Oh, así que es de eso... - Ren le dirigió una mirada penetrante a Kazuma. No era una mirada agresiva ni curiosa, simplemente profunda -. Supongo que será la típica excursión. O iremos a un sitio precioso para que las vistas nos hagan bajar la guardia tras el arduo camino y la consecución del objetivo o nos separarán en grupos y tendremos que encontrarnos en el punto X - lo recitó con tono aburrido, como si hubiera asistido a miles de excursiones como esa y ninguna aportara nada nuevo. O quizás simplemente le parecía que los profesores no deberían intentar influir en los lazos de amistad que se formaran entre alumnos-. No creo que te pierdas gran cosa si no vienes.

-"seguro" entonces a la salida, bye, Endo-San- respondo al instante con emoción y me despido de ella... y mientras ella se retira caminando, no puedo evitar recorrerla con la mirada desde su largo cuello, espalda, cintura, caderas, hasta sus pantorrillas... me sonrojo entonces... y echandome airesitos con las manos me digo -que chica mas mona... caray ¿pero en que estoy pensando?... ni que fuera esto una cita... por otro lado, dicen que de las chicas mayores uno puede aprender muchisimo... tengo curiosidad por saber...- y con los colores al rostro y envolviendome yo mismo entre mis brazos me estremesco y soltando una risa exclamo -"Ja ja ja" "pero que estoy emocionado, que cosas da la vida tio, que ya quiero que terminen las clases, jajaja"-  

Ya de mucho mejor humor por la experiencia tan grata que me acaba de suceder, entro a la cafeteria tarareando una alegre melodia de Rio de Janeiro... voy a la barra y pido una bebida fresca de soda de naranja y me quedo ahi para disfrutar los ultimos minutos que queden del descanso, portando en mi cara con una sonrisa de oreja a oreja... n_n -gluc, gluc, gluc...-

— Entiendo... Bueno, la verdad es que ha tocado un grupito de lo más peculiar, hay de todo.

Comentó Mila con desinterés y con la comida ya terminada. Volvió a mirar alrededor, todos parecían haber creado algún tipo de grupo... Menos ella, que sólo tenía a Francesco, un personaje cuyo mal carácter espanta al resto de compañeros. Algo llamó la atención de la chica, la llegada de aquel chico bajito que siempre estaba de buen humor.

— Mira, ya ha llegado Campanilla. — Comentó de modo cómico en referencia al Bary a un volumen medio. Tal vez los de mesas cercanas han podido oírlo.

bebia mi soda cuando senti la mirada aguda de la chica imponente Mila y sin querer volteo y cruzo miradas con ella... entonces le sonrio y la saludo agitando la mano... n_n

la chica tenia una mirada tan fuerte y ojos penetrantes que en breve bajo la cabeza y me volteo de la pena... y me digo -vaya, Mila-San si que es una persona impresionante- y doy otro trago a mi soda...

-Sí... supongo. - dijo Kaito, encogiéndose de hombros tras la explicación de su hermana y mirando fugazmente a Fuwa y asintiendo, intentando ser amable. Aquella chica era amiga de su hermana y suponía que intentaba caerle bien, pero... Kaito no estaba acostumbrado a ese tipo de cosas. Miró el reloj colgado de la pared de la cafetería. - Ya casi es la hora.

Pendiente de captar las opiniones del grupo, me quedo pensativa mirando a los mellizos, Nanami me parecía un encanto de persona, amable y de ideas claras, sincera y directa. Por otro lado Kaito era más reservado, un chico que de primeras parecía frío, pero a juzgar por la relación entre ambos se apreciaba que no era mal chico. Simplemente tardaría más tiempo adaptarme y no resultar un estorbo para él. Y me viese cómo una posible amiga. Quizá.

A pesar de todo, estaba muy contenta habíamos pasado un rato agradable charlando y compartiendo opiniones, lo que se dice ir rompiendo un poco el hielo. Sonreí a mis compañeros. -Totalmente de acuerdo. - concedí mirando a Nanami, lo mejor era ir afianzando la convivencia desde el principio, a la larga todo siempre cuesta más.

-Y sí, aunque al principio la idea de una excursión tan repentina resulte incómoda, estoy segura de que al final todo irá bien. - les dije alegre, mientras miraba a Kaito, daba la sensación de que a pesar de darle la razón a su hermana, no terminaba de gustarle ir de excursión. Procuré que intentar inspirarle ánimo y confianza. Luego miré a Fuwa, se la veía tan introvertida... Sí, decidido. El sábado haría todo lo posible para que nadie se encontrase incómodo.

Y por el comentario final del chico, desvió la mirada hacia el reloj de pared. Pero que rápido pasa el tiempo, ¡jolin! Casi que mejor empezaba a recoger sus cosas y prepararse para regresar con los demás al aula.