El tono de voz de vuestro maestro indicaba claramente que no os considera los candidatos ideales para esta misión. De hecho, pareció dudar mientras os informaba de la situación en Sepheris Secundus. La reciente sublevación protagonizada por sus habitantes hubo de ser suprimida por la fuerza, de modo que se envió un pelotón de la Guardia Imperial para neutralizar el núcleo de la rebelión y silenciar a las masas. Los guardias aseguraron la zona, para lo cual tuvieron que explorar la mina Gorgónida, escenario de los más duros enfrentamientos entre guardias y rebeldes. Los informes son un tanto imprecisos, pues varias escuadras de guardias imperiales se perdieron en la oscuridad de la mina, pero basta con decir que el comisario se vio obligado a sellar la mina y declarar toda la región bajo cuarentena. En circunstancias más ordinarias la Inquisición habría estudiado este asunto a su debido tiempo, pero el daño causado a la economía del planeta (y, por extensión, a la de todo el sector) sería demasiado grave si no se resolviera el problema. Y por ello os han enviado a vosotros. Es una encomienda bastante inquietante, puesto que no sois más que reclutas inexpertos, pero erais los acólitos más inmediatamente disponibles.
Os desplazaréis allí lo antes posible en la "Mirada Dorada".
Os haréis cargo de la situación en el planeta.
Haréis las investigaciones pertinentes.
Esperareis la llegada del Inquisidor.
Tras varios días de descanso en la nave de la que está al mando el Inquisidor Anton Zerbe, "La Furiosa" cada uno de vosotros es llamado a la sala de reuniones del Inquisidor. Es bueno ver caras conocidas aunque vuestra amistad no sea de las mejores. Todos parecéis un poquito distintos, pues habéis superado la primera misión que se os ha asignado y seguís con vida.
Después de escuchar la información preliminar de la misión que os han asignado:
-En cuanto lleguemos al sector Primus, seréis asignados a una nueva embarcación. La nave "Mirada Dorada", os estará esperando para llevaros al planeta en cuestión. Tardaremos aproximadamente dos días en llegar. si no tienen nada que decir, pueden empezar a prepararse para la misión.
Zonas de la nave a la que tenéis acceso:
Vuestras celdas.
Capilla.
Sala de entrenamientos.
Bar.
Intendencia.
HORA ACTUAL: 10;00
El volverme a reunir con este grupo de acólitos en cierta forma me alegra, es mejor lo malo conocido que lo peor por conocer. Además, quieras que no, en nuestra primera misión en cierto modo nos cubrimos los unos a los otros y todo salió más o menos bien. Ahora esta nueva misión nos viene grande, por lo menos eso me parece a mi y esta claro que al Inquisidor Anton Zerbe también.
¿Como quieren que un puñado de acólitos principiantes descubramos algo que la guardia imperial no ha podido? Es de locos. En fin, somos los más cercanos y necesitan saber que ocurre. No se hasta que punto seremos capaces.
Cuando el Inquisidor Anton Zerbe da por terminada la reunión, me despido de mis compañeros con un suave movimiento de cabeza y salgo hacía mi celda con la intención de prepararme y preparar mi equipo.
Voy a mi celda.
La reunión con mis compañeros me recuerda que hemos estado apunto de morir y que hemos tenido bastantes encontronazos. Es peligroso juntar a gente sin conexión entre ellos. Esa bruja tan sólo nos dará problemas y el viejo es un incordio.
-Marcho a mi celda
-Me voy al bar caballeros, espero tomarme algo dulce antes de volver al.....en fin, adiós.
Seguir trabajando para la inquisición es un mal plan. Tarde o temprano moriremos todos.