Me senté sobre la encimera, acercándolo a él para colocarlo entre las piernas. Tras eso rodeé su cuello con los brazos, pero los dejé colgando al otro lado.- Lo siento, siento todo esto... Y-yo t-también te quiero..-Desvié la mirada, pero no pude evitar reír cuando escuché sus últimas palabras. Incluso noté como mis mejillas se encendían.- ¡Josh! No digas eso... Yo...¡Agh! -Cubrí mi rostro con las manos, sintiéndome avergonzada.
Aparto sus manos con suavidad.
-¿De qué te avergüenzas? Te lo pasaste bien ¿O no?
Sienta bien decir te quiero y ser correspondido.
-Y no hay prisa, a tu ritmo. Después de todo...las pesadillas volvieron peor después de hacerlo.
Claramente se lo había pasado bien, había disfrutado.. Pero aún así, sus peores pesadillas seguían presentes en cada instante. Y tú lo sabías, ahora solo quedaba esperar... Esperar a que todo lo que había ese psicólogo sirviese de algo.
Fin del capítulo