Partida Rol por web

Cuando llegas a casa, subes directo a tu apartamento. Debes ordenar un poco todo antes de que llegue Carolina. La mañana no te dio más que para levantarte y salir a correr. 

Tras unos minutos está todo más o menos decente, al menos no deberá saltar para llegar al baño. Estás preparando algo para vestirte después cuando suena la puerta un par de veces. Sin duda es ella, cuando abres allí está, esperando con su tranquila sonrisa. Entra dándote un golpecito en la tripa y cierra la puerta.- No podré quedarme a comer... Quedé con mi madre en realidad. Pero tenemos una hora y media ¿Te parece suficiente?.-Te guiña un ojo coqueta.

-¿Una hora y media? No sé yo si podrás aguantar tanto...- apenas cierro la puerta le doy un intenso beso que termina estirando su labio y voy al baño.

Me quito la camiseta y enciendo el agua de la ducha. Las cañerías son viejas, pero la ducha es amplia y muy cómoda, la usaba una anciana. Puedes hasta sentarte. Cojo una ristra de condones, tengo por todos lados y en cantidad ya que salía más barato comprar al almacén por internet 200 que ir a la farmacia de 12 en 12, para que no nos falten en la ducha, y tiro de ella hasta desnudarla poco a poco. Hago lo mismo.

Recordar como me puso Fabiola la noche anterior solo me da más ganas de hacerlo en la ducha, en la cama, en la mesa de la cocina...aunque no pensaré ne la rubia. No es necesario con semejante vecina delante mia.

Para cuando él empieza a desnudarle, ella ya no lleva ni siquiera la falda, ni tampoco la camiseta. Lo único que posee puesto es la ropa interior. Pegando su cuerpo por completo, lleva su mano hasta el cuello de él, obligándole a bajar un poco. Es entonces que lo besa con tanta fuerza que podía haber resultado incluso brusca, pero le daba igual. El cuerpo de la joven endiablada empuja el de Josh un poco, como pidiéndole más de lo que ya le daba. Minutos después se separa apenas un poco.- Creo que el que no podrá aguantar el ritmo serás tú encanto.-Bajo esa fachada se escondía una niña viciosa y sus ojos lo decían todo. 

Las manos de Carolina bajaron por el cuerpo de él, parándose en su miembro para agarrarlo con seguridad, empezando a jugar con sus dedos, masajeándolo de manera lenta al principio y después algo más rápido. Masturbándole sin pudor alguno.

-Ya veremos vecinita, ya veremos.

La beso-muerdo de nuevo.

Espero que su madre no le diga nada si acaba con los labios hinchados.

Mis manos no se quedan ociosas, mientras ella me pone todo lo duro que necesita ponerme, yo magreo sus pechos y glúteos a conciencia. Dejando su sexo sin tocar totalmente a posta. Tiro su ropa interior empapada fuera de la ducha y le pongo las manos en los hombros para arrodillarla. Un mensaje obvio de lo que toca ahora.

Se arrodilló sin rechistar, es más le encantaba aquello, por lo que solo levantó un poco la mirada para dedicarle una coqueta sonrisa.

Sus labios acabaron recorriendo todo su miembro, al igual que sus manos jugaban a masajearle. Para 17 añitos, se comportaba como toda una actriz porno, pues se le daban mejor las mamadas que los estudios, pero eso era algo que Josh no sabría. Abrió lentamente la boca mientras lo metía todo dentro de ella, empezando hacer lentos movimientos, que por momentos se volvieron más rápidos y menos profundos. 

Sus manos bajaron para acariciarle las piernas por detrás, usando las uñas de manera suave y sin lastimarlo.

Esa chica...conseguía excitarme mucho. Quizá esa actitud de "lo hago todo". O puede que esas miradas que mezclan a una niña buena y a una actriz porno. Ciertamente la chupa bien...no llega al nivel de cierta heredera de un gimnasio...pero es que eso está al alcance de muy pocas.

Yo no soy un cabrón, solo lo justo y necesario que a todas les gusta, pero con Carolina...ella desata los más bajos instintos de cualquiera. Poco a poco aumento el ritmo, comocando mis manos en su cabeza. Cada vez más rápido y profundo. Sé que le duele un poco, que le provoca ciertas arcadas. Que no puede respirar...pero también sé que es muy capaz de hacerlo. No es la primera vez. Termino corriendome con un largo gemido, enterrado hasta el fondo en su garganta. Tenso, disparo un chorro tras otro hasta que tengo que apoyarme en la pared, jadeante. Solo entonces la dejo respirar. Y bien que le hace falta el aire.

No dejo que se levante, sino qe la mantengo así para que me ayude a recuperarme con una nueva mamada, más a su aire y a su ritmo. Hasta que estoy a punto de nuevo, y le paso un condón.

Y ahora es cuando empieza la verdadera fiesta. La pongo de pie y de espaldas a mi, apoyada contra la pared de la ducha y una pierna medio levanada y doblada, apoyada en el banquito de la ducha. Una mano en su cadera, la otra alternando entre apretar uno de sus pechos y cogerla del pelo para besarla con ganas. Por supuesto sin parar de taladrarla con fuerza y profundamente. Suplique o llore no pararé hasta que tiemble en un fuerte orgasmo. Claro que, el único motivo para suplicar o llorar sería que yo parase y ella me pidiese más.

Tras ello es el momento de secarnos, al menos todo lo que nos da tiempo, e ir a la cama a seguir la fiesta. Ella encima, de lado, a perrito, con sus piernas en mis hombros...su cara de actriz porno invita a hacer de todo.

-Estoy a punto...de llegar. ¿cómo lo quieres?

Martilleo su sexo sin parar mientras lamo muerdo y succiono sus pezones. Le doy a elegir si quiere que me deje el condón...que me lo quite me corra encima de ella...o si quiere, que se lo trague. Diga lo que diga cualquier hombre, eso nos excita un montón.

La verdad es que se sorprendió de que él aguantase tanto y más cuando supo que había currado toda la noche. Igualmente ella no fue menos, se comportó como una completa actriz porno.Cuando finalmente llegó ese momento en el que el tenía que correrse ella sonrió lujuriosa.- Córrete... Córrete encima de mi... -Susurró para después darle un fuerte mordisco en el cuello, dejándole una marca más que notable, pero no le importó.

Cuando estás llegando al climax te separas de ella, para retirar el preservatico, corriéndote encima de ella "bañándola" por completo. Las manos de la joven subieron por su propio cuerpo jugando con sus pechos, dos de sus dedos tomaron algo de semen, el cual se lo llevó a los labios, probándolo de nuevo.- Delicioso... Huh.-Comentó riendo antes de levantarse de la cama. Tenía las piernas temblorosas por la multitud de orgasmos, pero eso no le prohibió el vestirse de nuevo.- Hm... No estuvo mal, italianito -Le guiño un ojo mientras se vestía por completo.

Verla agachase, toda expuesta, me da una nueva idea.

-Vecinita...la proxima prepárate. Vamos a estrenar ese maravilloso culito que tienes.- le doy una palmada y se lo aprieto. Cuando deja de esar agachada tiro de nuevo de su pelo y la beso otra vez, terminando por morder su labio. -Lástima que te tengas que ir...yo seguiría. Eres impresionante en la cama.

Lo cierto es que estoy fundido.

- Eso se verá, encanto, eso se verá.-Aseguró. Antes de irse lo besó de nuevo, dándole un fuerte mordisco en el labio inferior.- Nos vemos, peque. Regreso el Lunes creo... Me voy de fin de semana.-Antes de irse, te da un toque en la nariz. 

Ella sale de allí dejándote solo. Ahora te queda un fin de semana de lo más largo, nada extraño, pero si largo...

Cuando se va me doy una ducha rápida. Se me ocurre que debería haberse duchado ella...si ahora va a su casa su madre va a olerla fijo...sudor, semen y flujo. Como siempre digo: "el sexo es sucio, si se hace bien". Tanto da ya, se ha ido.

Como fuerte, estoy casado. Un buen bol de pasta carbonara. Y me echo una siesta. No pienso tocar un libro en todo el fin de semana, el resto de exámenes están lejos. Lo que necesito son unas cuantas horas de descanso. Si me despierto a tiempo, iré al gimnasio. Si no...pues otro día. Pero por la noche curro en el local.

Ignoro totalmente a Fabiola, no es que sea borde o no le hable, sino que cualquier intento que haga por ponerme nervioso, si lo hace, no me afecta lo más mínimo. O al menos no lo parece.

El domingo ya, con un horario más normalizado, sí que corro y voy al gimnasio. Y aunque no lo admita...ojeo algunos temas de derecho penal. Es una de los huesos.

El fin de semana pasó, llega el Domingo por la noche y haces lo de siempre. Tras la cena repasas un poco, pero finalmente te metes en la cama. Mañana te espera un largo día...

El despertador suena temprano, toca día de universidad...

Fin de la escena.