Partida Rol por web

Eliza avanzó en primer lugar, aunque pronto le siguió Jack, no queriendo dejar a la pequeña demasiado lejos y sola. El pasillo se extendía en ambas direcciones y en ambas se bifurcaba hacia el norte. 

Con dos saltos felinos la pícara plantó el hombro contra la pared y miró el pasillo que se extendía hacia el noroeste. Unos metros mas adelante se abría en una recamara. Dos saltos de nuevo y plantó el hombro en la pared al otro lado, para observar hacia el noreste, el pasillo giraba inmediatamente hacia el este. 

—Al oeste se abre una recamara, al este el pasillo sigue avanzando... mmmhhh creo que al oeste hay otra de esas espirales, esta desciende.—

Interesado Jack también se asomó con sigilo hacia el noreste intentando penetrar la oscuridad para tener una idea de la cámara de la que Eliza hablaba. Mientras que Uktar gentilmente prestó su hombro para que Heilen pudiese avanzar sin la necesidad de una luz que revelase su posición.

—Definitivamente esta zona está mas fresca. Debe estar cerca de la entrada.— concedió la nariz de Uktar mientras este olisqueaba el ambiente. —El pasillo noreste es el más fresco de los dos.—

—¿Qgue..? ¿Algo se muegve?— susurró el semi-demonio al tiempo que un leve sonido escapaba de aquella recamara. Un resorte estalló en el corazón de la picará que volvió hacia el pasillo noroeste cómo una exhalación. Muy quietos todos escucharon el arrastrar de una pieza de metal por el suelo y luego un sonido sordo amortiguado por el polvo. 

Y entonces nada de nuevo. Completo silencio. Se quedaron así unos instantes esperando que lo que fuere que se había movido en la recámara volviese a ponerse en marcha pero la mina estaba tan callada como siempre. 

No me gusta nada ese sonido, pero no podemos ir sin ver qué demonios es… Propongo asomarnos, asegurarnos que no es nada que nos pueda morder el culo y luego decidir si seguimos por allí o nos vamos al este. – murmuró Eliza.

Una vez dicho eso se alejó unos pasos para no perder de vista el pasillo desde donde se oía el ruido, a la espera que los demás decidieran qué hacer.

- Hmmmm jummm -murmuró Heilen, tan bajito que casi no se la oía, dando su aprobación al comentario de Eliza.

Con los ojos cerrados para que la oscuridad no la distrajese la maga procuró apretar su mano contra una pieza de armadura de Untar y se concentró en hacer poco ruido y en escuchar atentamente. Cualquier pista que pudiese captar sería de ayuda a sus compañeros.

Estoy de acuegdo, mejog asegugagnos, siempgue podemos ig después pog el otro camino o volveg sobge nuestgos pasos e intentag sellag el pasadizo. Susurró Jack, aceptando el plan de Eliza. La siguió intentando ir lo mas silencioso posible y atento a cualquier sonido o movimiento que viniera por delante.

Uktar contuvo la respiración por un momento, tratando de figurarse qué demonios era aquel ruido. Ante los susurros de sus compañeros proponiendo avanzar, el enano asintió con determinación la cabeza mientras agarraba con fuerza y ambas manos el mango de su martillo.

 - Adelante - afirmó en voz baja.

El enano trató de ser lo menos ruidoso posible pero, dada su capacidad para ello, era como pedir peras a un olmo.