Partida Rol por web

Arrancando el timón me he librado de una buena y, además, el bandazo nos ha ayudado derribando a muchos de esos marineros de aguas dulces. Y lo hará más, no lo desaprovecharé. Con un poderoso salto, me lanzo desde el castillo de popa a la cubierta antes de que puedan recuperarse, para apoyar a Royston. Caigo con un potente mandoble directo a la cabeza de un pobre desgraciado.

-¡TODO EL QUE SE RINDA MORIRÁ RÁPIDO! ¡EL QUE NO LO HAGA SERVIRÁ DE CARNAZA!

Busco al capitán con la mirada. El malnacido que ha dañado mi nave lo pagará caro. Quizá se lo deje a mi perra artillera.

Aquellos valientes (¿o tal vez solo inconscientes?) que se habían aventurado a campar por la cubierta del Olympia han despachado a los marineros más cercanos mientras él hablaba con Jessica en busca de un arma de fuego. No era muy ducho en manejarse con aquellas armas, James siempre se había manejado con más habilidad en peleas de taberna o improvisadas emboscadas en ese tipo de callejones poco frecuentados. Rapidez de reflejos en distancias cortas y "¡PUM!", asunto resuelto.

Pero el caso es que ahora esos tres fulanos parecían envalentonados tras cargarse a los marineros, y habían decidido proseguir su furia avalanzándose sobre ellos, justo tras recibir de manos de su compañera una pistola. Aunque no fuera lo suyo, no iba a desaprovechar la oportunidad de ganar ventaja encajando plomo sobre alguno de aquellos hombres. Y llegado el caso, ya habría momento para las distancias cortas en las que parecía manejarse mejor.

Ver la masacre con sus propios ojos despertó en Jessica esa aura oscura, colocándose codo a codo con James, disparo al mismo tiempo.

Bang

Después del humo de su disparo, preparo otra arma

-James ¿Quieres recarga? -Ofreció de su cinto una bolsita con lo necesario para otro tiro.

Sin decir nada más, se apresuró a buscar al capitán.

-Hay que dar aviso de las provisiones.