Partida Rol por web

Belisama te mira con tristeza, pero sus palabras no flaquean, y habla con determinacion

Debes perdonarme, Arzhel. Pues no me enorgullezco de lo que voy a hacer ahora

Antes de que tengas tiempo de dar la vuelta, Belisama esta a tu lado, y sacando una pequeña bolsita de ningun lugar en general, esparce su contenido al aire en frente de tu rostro. Casi en el mismo momento en el que la nube verdosa que rodea tu cara entra en tus orificios nasales, sientes que pierdes la consciencia y que todo se vuelve negro. Oyes una exclamacion de sorpresa de Brannagh antes de caer irremediablemnte en las garras del sueño y la inconsciencia

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Te despiertas sobresaltado, y eso te hace sentir nauseas. En el mismo momento en el que los ojos comienzan a acostumbrarse a la penumbra reinante en todo el lugar, te das cuenta de que estas tumbado sobre un lecho bastante comodo, de hecho, mucho mas comodo que el de tu hogar o el de cualquiera de tus conocidos del pueblo. Aun asi, no estas para retozar en el; Te sientes como nuevo (te da la sensacion de que has dormido dias) asi que te incorporas con sigilo y echas un vistazo al lugar donde te encuentras

Estas en una casa, con techo de paja y paredes solidas, bastante espaciosa y acogedora. Hay otras tres camas junto a la tuya, y la habitacion es tan grande como para permitir que en la misma habitacion quepan algunos artilugios para diversos usos (entre ellos el confeccionado de tejidos y otras tareas domesticas sencillas, y algunas no tan corrientes), y aun asi sobra espacio. Una pared separa la gran casa, y da a otra habitacion, a la que se accede con una puerta. Por una pequeña ventana entra algo de luz, aunque muy poca, por lo que supones que debe de estar amaneciendo. Y, hablando de la hora que es, te ruge el estomago, tanto que casi te duele del hambre que tienes

En una cama, junto a ti, reposa Leizhel. Esta dormido, pero, sorprendido, te das cuenta de que respira de forma pausada y tranquila, muy diferente a la respiracion debil y entrecortada de antes. No parece encontrarse mal

Me despierto un poco sobresaltado debido a algún tipo de extraño sueño que no alcanzo a recordar del todo. Todo está bastante oscuro aunque pequeño rayo de luz atraviesa una ventana trayendo algo de visibilidad al lugar.

¿Dónde estoy? - Trato de reconocer el lugar, pero muchas cosas de las que allñi encuentro son extrañas para mi, empezando por la misma cama sobre la que reposo. Me levanto lentamente y camino sigilósamente por el lugar. - ¿Qué ha pasado?... Esta cerca de la aldea y.... no recuerdo qué ocurrió... - Durante el reconocimiento encuentro una cama ocuapada cerca aquella en la que yo estaba - ¡Leizhel!... ¿pero qué?... - Me arrodillo junto a mi amigo y trato de examinarlo con cuidado - Parece estar completamente curado - no puedo evitar el recostarme sobre y abrazarlo para sentir su calor. - ¿quién habra sido?... ¿Cuanto tiempo llevaré aquí?... Me da la impresión de que agún tipo de magia está presente en este luagar, aunque eso ya no debería extrañarme.

Una vez comprobado que todo está bien con Leizhel, me incorporo de nuevo y, mi siguiente preocupación, es saber si tengo todos mis cosas conmigo o me han robado algo. Me echo la mano al cinto buscando mis bolsas, sobre todo las de las piedras del laberinto y escudriño la habitación en busca de mi arco y mis flechas. Mi ropas, mis dagas y todo lo que no encuentre sobre mi.