Cuando la furgoneta se marchó, y los agentes fueron atendidos, acordonaron la zona y comenzó el proceso estándar para evidenciar de forma corriente un atentado en toda regla. Esta vez la Voz tendría que ser muy convincente para tranquilizar a las pocas personas que aún creían las falaces maniobras del Partido...
Jake y Elizabeth caminaban dejando atrás el puente de la Torre. Cada uno llevaba las manos en sus bolsillos o a su espalda (ambos tenian asidas sus respectivas pistolas, pues no sabían aun si el otro era el simpatizante anarquista, o si realmente lo había sido Dolhan, recientemente capturado). Caminaron por Londres, y ni siquiera ningún taxi recorría las calles debido al toque de queda. Al cruzar una calle, se toparon en medio del asfalto una rosa Violet Carson arrojada en el suelo.
En esos momentos, justo delante de un callejón humeante y empedrado, una sombra les sorprendió saliendo a su encuentro. Ellos no se habían dado cuenta, pero habían estado siendo vigilados durante todo su paseo. Finalmente, pudieron comprobar que la sombra era una persona, bueno, un monstruo para ellos... el terrorista que respondía al nombre de "V" estaba frente a ellos.
-Una vez más -habló V-, la Señora Justicia reniega de su más ferviente amante, y se entrega a los brazos de la inmundicia, ¡del orden más grotesco! Buen trabajo, agentes. Sin embargo, uno puede ser libre tanto como se atreva a pedir, y esta ciudad aún no ha dicho su última palabra. Sin más dilación, me despido cortéstmente, ha sido un placer... si me disculpan, ¡hay una ciudad que conquistar...!
Acto seguido, mientras el terrorista hacía un gesto tocándo levemente su sombrero, los dos agentes desenfundaron sus pistolan e intentaron acribillar al enmascarado. V levantó su brazo al tiempo que cogía su capa por un lateral y con un vuelo de la misma echó a rodar en el suelo. Al levantarse, se internó en el mismo callejón que había salido, mientras que las balas de los agentes parecían rebotar en su cuerpo. Ahora sólo podía verse a un sujeto perdiéndose en el corazón de Londres al ritmo de un vaivén oscuro, petulante.
Cuando Jake y Elizabeth, comprendiendo que eran los únicos agentes "limpios" del grupo inicial, levantaron su cabeza, vieron que en el suelo había una caja de bombones en forma de corazón... ¡Tic! ¡Tic! ¡Tic...!
Sin pensarlo un instante, los dedos echaron a correr calle abajo.
ENHORABUENA A JAKE Y ELIZABETH, los Agentes dedos ganan:
Elizabeth Parker Ganadora |
Jake Whitecross Ganador |