Las Tierras Yermas son el territorio árido y rocoso que se extiende entre las Montañas del Fin del Mundo y las Montañas Espinazo de Dragón.
Al norte de las Tierras Yermas se encuentran la Bahía Negra y el Río de la Sangre, y hacia el sur, el Río Ciego y las Marismas de la Locura. Matorrales espinosos y árboles grises y retorcidos es todo lo que crece en los baldíos y polvorientos eriales de las Tierras Yermas. La poca agua que se encuentra es infecta, maloliente y marrón, semejante al barro y no apta para ningún tipo de criatura. Las formaciones poco armónicas de rocas dentadas y las omnipresentes ruinas del Imperio de Strigos, aún adornadas con calaveras de expresión malévola y otros emblemas de muerte y decadencia, contribuyen a la creación de un ambiente totalmente sombrío.
Strygos (a veces escrito Strigos) era un imperio humano construido dentro del Valle de Strigos por el chamán loco Kadon, luego gobernado por los vampiros Strigoi de la ciudad de Mourkain, antes de que cayera en las maquinaciones de Neferata y el ataque de los pieles verdes.
Aunque los pieles verdes han conquistado gran parte de las tierras yermas del norte y del este como si fueran suyos, todavía compiten con las tribus humanas que aún dominaban los territorios del sur. En un pasado muy lejano, los territorios que comprenderían gran parte de las tierras yermas del sur estaban originalmente dominados por muchas tribus humanas que fueron súbditos de los reyes de Nehekhara tras la conquista del rey Setep de Khemri unos 1.200 años antes del nacimiento de Sigmar y la fundación. del Imperio del Hombre. Sin embargo, tras la destrucción de Nehekhara a manos de Nagash, las tribus humanas que vivían alrededor de tierras yermas se unieron bajo el carismático y poderoso liderazgo de un chamán local llamado Kadon.
Cuando era joven, Kadon era un chamán y también el joven líder de la Tribu Lodringen. El auge del poder y la popularidad de Kadon se produjo cuando el Chamán encontró los restos muertos e hinchados de Alcadizaar el Conquistador, el último rey de Nehekhara, a orillas del Río Ciego. De su mano descansaba la ominosa Corona de la Hechicería. Lleno de la influencia corruptora de la corona, Kadon ordenó a su gente que construyera una magnífica tumba para Alcadizaar y alrededor de esa tumba, su asentamiento evolucionó hasta convertirse en una ciudad que llegó a llamarse Mourkain. A medida que tanto él como su gente comenzaron a hacerse poderosos, Kadon comenzó una campaña de conquista contra las tribus pieles verdes del norte de tierras yermas, expulsando a los pieles verdes de sus territorios y reclamando toda la tierra desde Mourkain hasta el Golfo Negro como suya.
Con la ayuda encubierta de Ushoran, el primero de la línea de sangre de vampiros Strigoi, Kadon vio cómo la ciudad crecía a lo largo de los años hasta convertirse en un imperio que, en su apogeo, se extendía desde las marismas de la locura hasta el Golfo Negro. Kadon desarrolló y refinó el arte de la nigromancia para promover el trabajo de Nagash, y creó varios artefactos mágicos poderosos dedicados a criar y controlar a los No Muertos. Después de algún tiempo, Kadon fue reemplazado por Ushoran como el nuevo líder de Strygos. La rápida expansión de la civilización Strygos expulsó a muchos pieles verdes de sus asentamientos en las Tierras Inhóspitas y los llevó a las Montañas del Fin del Mundo.
Los belicosos Orcos no podían ignorar esta invasión de su territorio para siempre. Finalmente, las tribus Orcas se unieron en un enorme ¡Waaagh! bajo el mando de un poderoso kaudillo orco llamado Dork Ojo Rojo y marchó sobre la ciudad de Mourkain con un ejército enorme e imponente. A pesar de estar bien educados en las artes nigrománticas, tanto la gente Striganos como el Vampiros Strigoi no fueron rival para el poder acumulado de los temibles pieles verdes y fueron masacrados al por mayor, sus ciudades y pueblos quemados hasta los cimientos. Se libró una batalla masiva fuera de las puertas de Mourkain, durante la cual Ushoran fue asesinado por el Kaudillo Orco, aunque su acólito principal tomó su corona y se la llevó antes de que el ejército de Ushoran fuera derrotado. El Imperio Strygos fue destruido por completo, tanto que el único indicio de que alguna vez existió son las misteriosas ruinas malditas que acechan en las Marismas de la Locura. Con sus tierras natales perdidas,los Striganos se dirigieron al norte hacia el Viejo Mundo, viviendo una existencia nómada entre los reinos humanos que se han establecido allí.
Las Tierras Yermas se extienden entre las Montañas del Fin del Mundo en el este, las Montañas Espinazo de Dragón al oeste, los pequeños Reinos Fronterizos en el norte y las fétidas Marismas de la Locura en el sur.
Los territorios que componen las Tierras Yermas son:
La costa noroeste de las Tierras Yermas y la sureste de los Reinos Fronterizos bordean la Bahía Negra, un mar cruel y difícil de navegar. Solo los Enanos de Barak-Varr recorren arriba y abajo estos estrechos con regularidad constante, ya que sus buques blindados de hierro y sus navíos de vapor son parcialmente inmunes a las terribles mareas y mortíferas corrientes que se agitan bajo las negras aguas. Esto no quiere decir que los barcos de otras razas no puedan navegar la Bahía Negra, pero deben contar con tripulaciones expertas, o enseguida verán cómo sus embarcaciones quedan hechas pedazos.
La fortaleza Orca en el norte de las Tierras Yermas es conocida como la Roca de Hierro. Es una montaña formada por una masa de hierro volcánico que fue vomitada del interior de las entrañas de la tierra durante alguna erupción cataclísmica incalculablemente ancestral. Se encuentra en las laderas occidentales de la Montaña del Trueno, y los Enanos fueron los primeros en descubrir las riquezas de la montaña y excavaron por completo su interior creando un laberinto de túneles, corredores de minas, cavernas y cámaras parcialmente terminadas, pero antes de que pudieran extraer los valiosos recursos que contenía, los Orcos descubrieron Roca de Hierro cuando invadieron las Montañas del Fin del Mundo, estableciendo sus dominios sobre todos los picos entre el Paso del Perro Loco y la Montaña de Fuego, expulsando a los Enanos en el proceso.
A pesar de los continuos intentos por parte de los Enanos para recuperar la montaña, durante más de 800 años se ha mantenido firmemente en manos pieles verdes. El legendario Kaudillo Gorbad Garra'ierro aseguró para siempre el dominio de la Roca de Hierro para las tribus norteñas al derrotar a Zorgoth el Triturador y de esa forma unir a las tribus de los Garra'ierro y a los Diente Roto en una poderosa unión tribal que ha controlado la zona desde entonces.
Hay muchos lugares oscuros en el mundo, y la plataforma de piedra conocida como Roca Colgante es una de ellas.
Largo tiempo atrás allí se libró una gran batalla. En el apogeo de la misma, los mercenarios contratados se volvieron contra sus contratantes en un imperdonable acto de traición. Aquel engaño sería su perdición, no obstante, ya que sus contratantes les derrotaron y se tomaron una terrible venganza contra ellos, alzando horcas y ajusticiando al regimiento al completo. A medida que su sangre se filtraba en el suelo, las tierras entorno a la Roca Colgante quedaron malditas para siempre.
El mayor pico de las Montañas Espinazo de Dragón es el Monte Cuerno Ensangrentado, una fortaleza piel verde que ejerce su influencia sobre toda la cordillera y hasta el profundo sur de las Tierras Yermas. Las torres del Monte Cuerno Ensangrentado se alzan como un enorme monolito de gran magnitud. Pero la apariencia majestuosa de las montañas contrasta con su reputación: el Monte Cuerno Ensangrentado ha sido durante largo tiempo el hogar espiritual de muchas de las tribus de pieles verdes que habitan las Tierras Yermas.
Antes de la llegada de los Orcos la montaña fue excavada por Enanos desde el asentamiento de Ekrund, ubicado en su ladera. Los Enanos cavaron profundamente en la roca, creando una red de túneles que se unía con las cavernas naturales y que los Orcos utilizaron mas tarde para convertir la montana en una fortaleza. En el interior de la montaña, dentro de esas cámaras cavernosas, los residentes del Monte Cuerno Ensangrentado cultivan su mayor exportación, Garrapatos Cavernícolas. Los Garrapatos son criados aquí a miles y los Goblins Nocturnos, cuyos pastores de Garrapatos son inigualables, también son habituales.
Pocos se atreven a viajar bajo la sombra de la montaña, y menos aún a enfrentarse a la peligrosa senda que conduce al asentamiento minero abandonado de Ekrund, a pesar de los rumores sobre los tesoros que allí reposan.
Los orígenes de la Villa Flotante están rodeados por el misterio. Las primitivas cabañas y casas comunales de madera que forman la villa flotan a seis metros sobre el suelo y nunca parecen ser afectadas por los fuertes vientos que azotan la región. Durante el día el pueblo está atado al suelo, pero al anochecer las cuerdas se liberan y la villa flota de nuevo en el cielo. Muchos argumentan que el Arquimante, Fozzrik, estuvo detrás de la creación de la Villa Flotante, y hay muchas evidencias que apoyan esta teoría.
Parece razonable pensar que Fozzrik intentara perfeccionar sus técnicas arcanas en un área tan aislada, pero si los miembros de la tribu que habitan en esta villa conocen sus orígenes, lo cierto es que todavía no se los han revelado nadie.
Nadie sabe cuándo ni cómo se creó la antigua estructura conocida como el Henge Tormentoso. Incluso los Orcos que llenan las Tierras Yermas dan a esos círculos concéntricos de piedras un origen vago. Algunos creen que son parte un dispositivo que canaliza los Vientos de la Magia hasta un anfitrión situado en la columna central, pero esto nunca se ha confirmado, y aquellos pocos hechiceros que han sido lo bastante valientes (o locos) como para probar a permanecer firmes en el pilar central, nunca han sobrevivido para relatar su experiencia.
Los Gigantes se encuentran por todo el mundo. Aunque habitualmente prefieren las tierras altas y los pasos montañosos, en las Tierras Yermas muchos de ellos deambulan por las colinas de las Montañas Espinazo de Dragón. Nadie está seguro de por qué hay una población de Gigantes tan grande en el área, pero no se pueden descartar los rumores acerca de una fuga en los corrales de Gigantes de la Tribu Orca de la Mano Ensangrentada, hará unas tres décadas.
Al este de la Bahía Negra se alzan las Montañas Espinazo de Dragón, una cordillera que quizás no rivaliza con las Montañas del Fin del Mundo en tamaño pero sí en peligrosidad, pues está plagada de pieles verdes, Gigantes y Trolls. Como muchas otras áreas montañosas antaño fue un reino Enano, pero se vio asolado por una imparable marea de Orcos y los Enanos del Espinazo de Dragón se perdieron para la historia y la mayoría de supervivientes migraron a las nuevas fortalezas Enanas, en especial a la fortaleza de Karak-Izor.
La montaña más alta es el Monte Cuerno Ensangrentado, donde se encuentran las minas de Ekrund.
Nota Aclaratoria
Esta cordillera de las Tierras Yermas no debe confundirse con las Montañas Espinazo del Dragón, situadas en Caledor, Ulthuan. Esto se debe a que en inglés estas montañas se conocen como "Dragonback", mientras que las de Ulthuan son "Dragonwake", pero ambas se traducen al español como "Espinazo del Dragón".
Al sur de las Tierras Yermas se encuentran las ruinas olvidadas de Mourkain, una antigua ciudad maldita también conocida como Morgheim en la actualidad. Fue la capital de la civilización del Valle de Strigos, que prosperó mucho antes de la época de Sigmar Heldenhammer. En algún momento los líderes de Mourkain fueron corrompidos con el vampirismo, y la mancha de la no-muerte se extendió por toda su civilización. La destrucción de Mourkain llegó a manos de un gran ¡Waaagh! que acabó con la civilización de los Strigoi.
La historia de Mourkain comenzó cuando un joven chamán humano de la tribu Lodringen llamado Kadon encontró el cadáver del rey Alcadizaar de Khemri en una de las orillas del Río Ciego. El rey muerto todavía sostenía la Corona de la Hechicería de Nagash firmemente en la mano. Viendo que se trataba de un gran rey, ordenó a su pueblo construir una tumba magnífica para Alcadizaar. En cuanto a la corona, Kadon se vio atraído por el poder que emanaba de la corona, y al colocársela en la cabeza, cayó inmediatamente bajo la influencia del Gran Nigromante.
Kadon se obsesionó con la muerte y la nigromancia, y siguiendo las indicaciones de la corona, erigió una ciudad alrededor de la tumba de Alcadizaar, que más adelante sería llamada Mourkain, y todas las prácticas religiosas y cultos girarían en torno a la veneración del Gran Nigromante. Con sus ejércitos No Muertos, Kadon expulsó a las tribus Pieles verdes y una civilización maligna floreció. Una fuerza enorme de zombies trabajaba sin parar en la construcción de las grandes torres y ciudadelas, y el culto a Nagash se extendió por las Tierras Yermas.
Varios años después llegaría Ushoran, el primero de la línea de sangre de los vampiros Strigoi, extendiendo la maldición del vampirismo entre la nobleza de Mourkain. Gracias a esto Ushoran pronto empezó a extender su influencia entre la ciudad hasta que consiguió derrocar a Kadon como gobernante de la capital y sustituir el culto a Nagash por la veneración a los vampiros.
No queriendo volver a los errores que llevaron a la ciudad de Lahmia a la destrucción, Ushoran instauró la serie de normas redactadas por Abhorash, según las cuales solo se permitía a los vampiros alimentarse de los prisioneros, de los criminales y de los enemigos. Gracias a esto, los habitantes no tenían por qué temer a sus amos vampíricos y bajo el liderazgo de estos la civilización de Mourkain prosperó enormemente. En su máximo apogeo el imperio de los Strigoi se extendía desde las Marismas de la Locura hasta el Golfo Negro. La caída de Mourkain y la civilización de los Strigoi llegó cuando Ushoran, en su arrogancia, invitó a su hermana Neferata unirse a él en su nuevo y próspero reino para reconstruir la gloria de Lahmia. Considerando esto como un insulto y no tolerando que su advenedizo hermano tuviera un reino más prospero que el suyo, Neferata utilizó su influencia sobre los antiguos reyes de las barbáricas tierras del norte para que atacaran el reino de su hermano.
Mientras que la mayoría de los vampiros se enfrentaba a la amenaza de los humanos en el norte, las primitivas tribus de Orcos, recordando las masacres que sufrieron en manos de Abhorash años atrás, se unieron en un masivo ¡Waaagh! comandado por el Kaudillo y marcharon sobre la ciudad. Ante esta nueva amenaza, Ushoran y los suyos tuvieron que replegarse precipitadamente para defender la ciudad de los Pieles Verdes.
En la Batalla de la Llanura de la Ceniza, un reducido ejército de Strigoi se enfrentó contra una innumerable horda Orca bajo las murallas de la ciudad. Tras una larga y cruenta lucha, los Strigoi fueron derrotados y tuvieron que replegarse desesperadamente al interior de la ciudad.
Cuando el poderoso Chamán Orco que estaba al frente de la horda vio que las puertas de la ciudad se abrían para que entrasen los restos del ejército, aprovechó la ocasión y lanzó un ataque general contra las defensas de la puerta. El Kaudillo Orco y el Chamán, montados en Serpientes Aladas, cayeron sobre los humanos asediados en la entrada de la ciudad. En esas puertas se decidió el destino de Mourkain, ya que fue allí donde tuvo lugar el último intento de resistencia de Ushoran. El duelo entre los Orcos y el Señor de los Vampiros fue épico, y Ushoran consiguió matar al Kaudillo Orco arrancándole la cabeza con sus manos desnudas pero, al final, el noble No Muerto sucumbió ante los grandes poderes del Chamán y fue destruido. Su grito agonizante todavía resuena por las noches entre las siniestras ruinas de la gran ciudad de Mourkain.
Tras esto, la ciudad quedó condenada. Los Orcos se abalanzaron sobre la capital y devastaron todo lo que encontraron a su paso, matando o esclavizando a la población. Lo que una vez fuera un orgulloso reino, había sido completamente barrido de la historia. En la actualidad, a esta zona se la conoce como las Tierras Yermas. Los pocos supervivientes que pudieron escapar de la devastación Orca se han convertido en un grupo disperso de nómadas, conocidos como los striganos, que viajan por los reinos humanos en pequeñas caravanas y malviven como pueden. Sus mitos y leyendas todavía recuerdan la edad dorada en la que "el rey no muerto" gobernaba la rica y próspera Strigos y profetizan la llegada del día en que vuelva y guíe a su gente para reclamar su ancestral tierra y reconstruirla en todo su esplendor. Por su parte, los vampiros Strigoi intentaron buscar protección en otros clanes, pero fueron perseguidos y obligados a vivir en criptas y catacumbas alimentándose de cadáveres, hasta convertirse en monstruosas parodias de lo que una vez fueron, conscientes de que han perdido su civilización para siempre.
Actualmente las ruinas de esta antaño gran ciudad permanecen abandonadas, habitadas solo por los espíritus atormentados de sus antiguos ciudadanos. Se dice que en lo profundo del corazón oscuro de la ciudad en ruinas de Mourkain habita el Rey Necrófago, que se rodea de esbirros No Muertos en una parodia retorcida de la antigua corte de Strigos.
En el extremo sur de las llanuras polvorientas al sur del Viejo Mundo, el Río Ciego desemboca en una depresión rodeada por colinas que se extienden desde las Montañas Espinazo de Dragón a las arenas del desierto de Nehekhara. Las aguas desembocan en una cuenca natural de una húmeda y pantanosa ciénaga conocida como las Marismas de la Locura. Las marismas son un lugar peligroso iluminado por extrañas luces etéreas donde los incautos pueden hundirse bajo sus pantanosas aguas y donde criaturas como los Trolls de Río acechan a los incautos viajeros.
En la actualidad, las Marismas de la Locura son evitados por todos menos los desesperados. Es un reino de No Muertos errantes y un remanente de una civilización pasada, maldita para siempre cuando se descubrió la Corona de la Hechicería en las orillas del Río Ciego, un pantano virulento que todos evitan. Dentro de los pantanos se encuentra Morgheim y el insidioso Árbol de las Barbas, un testimonio de la locura de los Enanos cuando una vez intentaron domesticar el pantano.
En el corazón de las marismas se encuentran las ruinas olvidadas de un antiguo imperio maldito. Mourkain una vez fue la capital de una poderosa civilización humana que prosperó mucho antes de la época de Sigmar. En algún momento los líderes de Mourkain fueron corrompidos por la nigromancia y vampirismo, y la mancha de la no-muerte se extendió a través de su civilización. La destrucción de Mourkain llegó a manos de un gigantesco ¡Waaagh! pielverde, que surgió de las Montañas del Fin del Mundo, arrasando por completo con aquel antiguo imperio. Las ruinas de la ciudad siguen estando abandonadas y desoladas, acosada por los espíritus atormentados de sus antiguos habitantes. Se rumorea que el espíritu maldito de Kadon, el antiguo líder de Mourkain, ha vuelto a las ruinas de su antiguo palacio, y ha comenzado a reunir a sus siervos no muertos en torno a él para poder vengarse de los vivos.
En otros lugares de las marismas, los Enanos se han aventurado en el pantano de Galbaraz, también conocido como Oro del Juramento. De entre los numerosos tipos de oro conocidos por los Enanos, el Galbaraz se trata de uno de los más raros y valiosos. Este brillante y lustroso oro es uno de los muchos ingredientes que los Maestros Rúnicos de Karaz-a-Karak suelen emplear en la elaboración de nuevas y poderosas armas que le ayudarán a recuperar su antiguo reino. Este valioso oro no solamente debe ser extraído, sino que también debe ser transportado de forma segura desde los peligrosos pantanos a Karaz-a-Karak.
Y no es una tarea fácil, pues las numerosas bandas de Orcos y Goblins del pantano tienen como único objetivo exterminar a cualquier enano que se cruce en su camino. No son pocos los que acabaron con sus restos colgados en el insidioso Árbol de las Barbas. De las ramas de este retorcido y ceniciento árbol se cuelgan jaulas llenas de los restos óseos de Enanos capturados por los Pieles Verdes, mientras que en suelo debajo de las jaulas está cubierto por un manto de pelos procedentes de los cientos de generaciones de enanos muertos en este árbol.
El fétido caudal conocido como Agua Enferma, que se desliza indolentemente desde las Marismas de la Locura hasta el Mar Agrio, no es lo que te gustaría encontrarte si estás sediento. Sus aguas son negras, pútridas, y si no has visto enseguida algún animal muerto a la deriva, seguro que lo harás si continúas su curso durante kilómetros. Cualquiera lo bastante desesperado o loco como para beberlas deberá temer algo más que su simple sabor rancio, pues esconden una amenaza mortal: aquellos que prueben el agua de este río no solo sufrirán una lenta e ineludible muerte, sino que después de muertos se levantarán de nuevo, esta vez como Zombis sin mente.
Además de ser el hogar de incontables tribus de Orcos y Goblins, las Tierras Yermas también han tenido un amplio surtido de parias, criminales y demás escoria. En las oscuras ruinas que hay diseminadas por el territorio, los cultistas alejados de las miradas indiscretas de las autoridades practican sus siniestros rituales hasta que la inevitable traición destruye su legado. El Colmillo de la Serpiente fue el hogar de uno de esos cultos, el Culto de la Serpiente Carmesí, un grupo de adoradores de Slaanesh que durante un corto tiempo causaron estragos en las poblaciones de los alrededores hasta que un grupo de guerreros itinerantes los mató.
Cuando las tormentas de magia arrasan la tierra, los fulcros arcanos se alzan por los aires como grandes pilares mágicos desde lo alto de los cuales un hechicero puede intentar controlar las energías sobrenaturales que se agitan desbocadas a su alrededor. Habitualmente cuando la tormenta mágica se calma los fulcros se desmoronan, hundiéndose de nuevo en la tierra. En ocasiones, por el contrario, el suelo ha quedado tan saturado de magia que los fulcros arcanos permanecen durante largo tiempo tras la tormenta.
El Pilar de Hueso es una de dichas estructuras, una torre lisa que parece estar completamente hecha de hueso sólido. Aunque la magia que en una ocasión se arremolinaba alrededor de este pináculo hace ya tiempo que se desvaneció, un mago que se sitúe en la cima de la torre todavía podría llegar a canalizar un ápice de ese poder, que le permitiría ver el futuro u obtener un pequeño retazo de conocimientos del pasado.
Este río no recibe su nombre debido a los incontables huesos de los muertos que descansan en su seno, sino debido a las pirañas cabeza de calavera que cazan en sus riberas, y que son capaces de devorar hasta el esqueleto toda la carne de un Ogro en menos de un minuto.
Esta tierra desolada es el hogar de algunas de las tribus más sangrientas y brutales de pieles verdes que pueden encontrarse en el mundo conocido. Combaten constantemente entre ellas, y muchos de sus líderes más aclamados en la historia del Viejo Mundo surgieron de las Tierras Yermas para llevar a sus tribus por un camino de destrucción y conquista. El arduo entorno y el constante conflicto no dan oportunidad alguna a los débiles e indignos. En las Tierras Yermas, sólo los más fuertes sobreviven.
Algunas tribus de Orcos especialmente inteligentes les harán pagar un peaje a las caravanas de comerciantes para no masacrarlos y, de esta forma, enriquecerse y prepararse mejor para futuras conquistas. Otros prefieren masacrarlos y más tarde despojarlos de sus pertenencias, pero esto es un esfuerzo excesivo para una sola tribu, ya que normalmente estos comerciantes van muy bien pertrechados y en gran número.
Existe una fortaleza Orca que se ha nutrido de estas dos formas de enriquecerse debido a su proximidad con la ruta del Paso de la Muerte a lo largo de los milenios, odiada por los Enanos y temida por los humanos: la Fortaleza del Peñasco Negro (antiguamente conocida como Karak-Drazh, ciudad Enana hasta el -466 CI). No existen muchas otras fortalezas de Orcos en las Tierras Yermas que sean capaces de medirse con esta, por lo que no es de extrañar que la fortaleza cambie de manos entre las tribus Orcas de la zona cada siglo más o menos. Los milenios transcurridos y la arquitectura Orca que rodea la montaña e impregna el lugar, hacen que sea casi imposible notar que fuera propiedad de los Enanos en el pasado. Antes estaba dirigida por el Kaudillo Gorfang Rotgut, pero Thorgrim Custodio de Agravios, Gran Rey de los Enanos, lo decapitó y le entregó su cabeza a Kazador, Rey Enano de Karak-Azul.
El Peñasco Negro es famoso por tres cosas: por sus mazmorras que son conocidas en todo el mundo, ya que se encuentran cientos de Enanos cautivos y cosas peores entre sus muros (es la única fortaleza Orca que se sepa que mantiene cautivos prisioneros de otras razas de forma prolongada), por la enorme cantidad de tribus y Orcos que habitan la fortaleza y, por último, que jamás, desde que fue tomada a los Enanos, ha caído en manos de otras razas.
Otra fortaleza piel verde capaz de medirse con el Peñasco Negro es la fortaleza de la "Roca de Hierro". Hace siglos los Enanos crearon un intrincado laberinto de pequeñas minas en el interior de la montaña, pero antes de poder establecer una nueva ciudad en su interior llegaron los pieles verdes y los expulsaron. Con el paso del tiempo, las minas dieron lugar a una mastodóntica y poderosa fortaleza construida por sus nuevos habitantes, convirtiéndose en una de las mayores fortalezas Orcas de todo el mundo. En la actualidad la Roca de Hierro la controlan varias tribus pieles verdes importantes y de ella surgen muchas nuevas invasiones a las tierras del mundo civilizado, con sus huestes bien pertrechadas (debido al mineral que se sigue extrayendo de la fortaleza) y sedientas de batallas.