Partida Rol por web

Una sonrisa sádica apareció en el rostro del nigromante al ver que su hechizo había dado con el goblin del escudo. Luego de la herida que había recibido por parte del otro goblin, Ainzel había adquirido cierto desprecio por esas malditas criaturas.

Vamos a ver si se siguen riendo ahora que están muertos. Expresó con odio a los cuerpos de los goblins. En otro momento se hubiera tomado la molestia de levantar los cadáveres para que le sirvieran como combatientes no muertos pero la pregunta de Eikatsu le distrajo, y cuando se disponía a responderle, un gritó le interrumpió.

¡La Princesa! ¡Debemos protegerla! Intentó correr para ir en ayuda de la princesa pero su herida le complicaba las cosas, haciendo que no pudiera moverse tan rápido como deseaba.  A pesar de eso continuó moviéndose, ya habría tiempo luego para dedicarle mayor atención a su herida.

La pelea había llegado a su fin como esperaba, me acerqué al Nigromante y lo observé.

-Puedo cauterizarla pero necesitarás tratamiento- le dije mientras el joven albino preguntaba si alguien estaba herido, di un paso hacía atrás para dejar que viese a Ainzel.

En ese momento se escuchó un grito, acaso el ataque era una distracción? De haberlo podido prevenir me hubiera adelantado en lugar de quedarme allí!

Sin dudar comencé a correr en dirección hacía dónde se había escuchado el grito.

Una vez la cabeza del goblin voló tras el mandoble, Farnad sacudió la espada hacia un lado para limpiarla de la sangre de aquel pequeño pero resistente enemigo. Tras ello se giró hacia sus compañeros, para comprobar que todos estuviesen bien... aunque la idea de que Zehan se hubiese limitado a observar no le gustaba demasiado... - No... solo Ainzel sufrió una herida... - respondió con pocas palabras a la pregunta de Eikatsu... 

Aunque el momento de tranquilidad duró poco... escucharon un grito... a lo cual el caballero empezó a correr sin mediar palabra alguna... como caballero del reino, su prioridad era asegurarse que la princesa no sufriese daño alguno, y mucho menos dejar que fuese secuestrada por los secuaces del Rey Demonio....

Antes de que pudiesen responderme sonó un grito de ayuda para la princesa, la verdad es que era algo nuevo para mi el escuchar aquel tipo de cosas pero bueno, era mejor que nada.  Zehan y Fanad me avisaron de que Ainzel tenía una herida, pero él fue el primero en correr en ayuda de la princesa, -noo, espera, no puedo usar las pociones si corro, se me caen- me quejé mientras comenzaba a correr tras él.

-No se me da bine correr- dije cansado mientras comenzaba a hacerlo, iba a seguirlos hasta poder encontrar un momento de curarlos, a fin de cuentas era mi mayor habilidad o tal vez la única

Ainzel se detuvo al escuchar a Eikatsu, después de todo él intentaba sanar su herida. De todas formas, si continuaba herido, no sería más que un problema para el resto, por lo que era mejor que usara una de las pociones del albino.

Muy bien, te lo agradezco pero apresúrate ya que la princesa nos necesita. Expresó intentando demostrar la urgencia del momento. Por el momento el resto tendrían que hacerse cargo de la situación. Esperaba que Eikatsu no se demorara demasiado.

Conseguí que Ainzel se detuviese para la sanación, llegué cansado un poco para la poca distancia que fue -no, corras, no, soy , rápido, so soy lento- dije mientras empezaba a buscar en mi bolsa. Saqué unas pequeña bolsita de la que saqué un papel doblado, -den dentro hay unos polvos, si te, si te los tomas, te ayudará a, curarte, no es tan eficaz como una poción pero no se queda muy atrás. Lo que si tiene es un sabor, raro, cuidado- dije como si fuese una advertencia, al no ser una poción era el doble o triple de amarga

Ainzel asintió al escuchar a Eikatsu que realmente parecía bastante agotado por correr tras él. Aceptó un papel doblado en el cual había una especie de polvo, que el albino le había asegurado que le ayudaría a sanar su herida.

Gracias, te debo una. Expresó para luego tragar el contenido del papel que, sin dudas, era bastante amargo aunque no algo a lo que ya no estuviera acostumbrado cuando ayudaba a su maestra en ciertos experimentos. De todas formas, era bastante desagradable, por lo que el nigromante no pudo evitar poner una expresión de asco.

V-vamos, debemos continuar y encontrarnos con la princesa antes de que sea demasiado tarde. Declaró la emergencia del momento para luego continuar corriendo por la misma dirección que había corrido el caballero.

Farnad se fijó en que Ainzel se detuvo para curarse, lo cual no le parecía una mala idea, dado que no sabían a que se enfrentarían cuando llegasen a las estancias reales... Pero eso no le hizo detenerse, aunque el adversario fuese muy fuerte al menos podría distraerlo hasta que sus compañeros llegasen...

Todos corristeis en la dirección de donde provenían los gritos, realmente alerta…la princesa estaba en peligro, de aquello no cabía duda, y teníais que salvarla cuanto antes de las garras de lo que fuera que la estuviera atormentando, así que disteis con la enorme puerta de la alcoba real, la cual estaba entreabierta…con una simple patada entrasteis y os encontrasteis no a una princesa, si no dos…las dos princesas Shanteen.

Emi y Gabri, Gabri y Emi…las dos gemelas…las cuales estaban siendo acosadas por…¿una abeja?

-¡AAAAAAAAAAAGH!...¡Quítamela, quítamela!-Gritaba Gabri mientras agitaba las manos para intentar alejarla.

-¡Ya lo intento, ya lo intento!, ¡AAAAAAAAAAAAAAAH!.-Respondía Emi a Gritos mientras se agitaba, saltaba, daba manotazos e intentaba hacer cualquier cosa con tal de librarse de aquel maligno insecto, el cual solo zumbaba por la habitación en busca de una ventana por la que marcharse.

Cuando llegaron al lugar de donde provenían los gritos y entraron abriendo con violencia la puerta de la alcoba real, observaron lo que parecía estar atacando a las princesas.

Ainzel permaneció por un momento hipnotizado, no solo por la belleza de las gemelas, sino también por la escena que se desarrollaba frente a él. ¿Una abeja? ¿Eso era lo que atacaba a las princesas? Suspirando de alivio, ya que al parecer no estaba en grave peligro como habían imaginado, sin decir una palabra, se acercó a las princesas mientras invocaba energía negativa alrededor de su mano derecha, como si se tratara de una especie de guante conformado por un gas oscuro, para eliminar a la abeja.

Si, era un poco exagerado de su parte pero el nigromante tenía cierto odio a esos insectos ya que una le había picado en la oreja cuando tenía ocho años de edad. Razón por la cual le agradaban las arañas ya que había visto a un par de estas depredar a su "enemigo".

Su mano rodeada de energía negativa se acercó a la ¿horrible? criatura con la intención de quitarle su vitalidad al entrar en contacto con el gas oscuro.

Llegué a la habitación y tras dar una patada a la puerta entré, allí pude ver a las gemelas, las princesas sin duda eran hermosas pero sin duda también eran niñas mimadas con miedo a una simple abeja.

Chisté y me aparté de la puerta para que entraran los demás, cruzándome de brazos y apoyándome contra la pared, al menos estaban bien y no parecía haber peligro real de momento.

El nigromante llegó pronto y se dispuso a matar a la abeja con una de sus técnicas, no sería mucho?

De todos modos lo que fuera con tal de acabar con el escándalo de gritos, los otros no tardarían mucho en llegar.

La ninja te mira cuando curas al enfermo y sin pedirte permiso y con toda la fuerza que tiene (Que es bastante para ser una mujer) tira de ti y te lleva hasta el siguiente enfermo.

-Cura a este -Te ordena visiblemente enfadada-¿Cómo entraron los monstruos? ¡Pues no tengo ni idea! ¡Han aparecido de repente igual que esas puñeteras luces! -Exclamó aún más cabreada- ¿No estabas aquí para verlo? ¿Acabas de llegar? -Te preguntó mirando a otro enfermo para avanzar camino y echando una mirada de vez en cuando al castillo- ¡Encima ese cabrón gigantón se ha escapado! ¡AGH!

Despues de curar al enfermo me sorprendio ser llevado practicamente a la fuerza hacia otro, pero mas impresionante fue el hecho de darme cuenta de que su fuerza era muy elevada pese a ser una mujer con ese cuerpo, mas no tardo en asimilar esta informacion puesto que a veces, las apariencias engañan. - Esta bien, lo hare. - Dije agachandome para empezar a irradiar luz blanca de la palma de mi mano que es absorbida por el siguiente enfermo, empezando a cerrar toda herida o curando cualquier cosa negativa que le afecte, magia sanadora. 

- Ha pasado mucho tiempo desde que visite esta ciudad... Y ahora que he regresado por el festival, me encuentro con esto. - Si, yo tambien estoy molesto, pero al menos yo lo logro disimular. Despues de terminar con aquel herido sigo acompañandola sanando a todo aquel que este cerca nuestro. - ¿Se ha escapado un gigante? ¿A que te refieres? - Pregunte con algo de duda. - Se nota que no te gusta mucho el caos, eh... 

La mujer te lleva de enfermo en enfermo sin pedirte si quiera permiso y dando por hecho que la seguirías aunque en verdad lo haces. 

-¿Entonces no has visto las luces? -Te preguntó- Vaya. Te hubiera preferido a ti de héroe que a aquel idiota gigantón -Repitió y luego te miró- ¿Conoces la leyenda de los siete caballeros? ¿Esos que son elegidos para luchar contra el más malvado ser de todos los tiempos? Pues de esos siete cuatro han entrado al castillo, dos han salido despavoridos y la restante soy yo y me toca curar enfermos. ¿¡Por qué en este pueblo no hay un solo sanador!? -Volvió a alzar la voz esta vez frustrada, suspirando- Al menos has aparecido tú

La verdad esto de andar curando enfermos al menos no es tan malo, pero el problema centrar esta en el castillo, se nota que la llegada de estos monstruos han causado daños peligrosos ante estas personas inocentes, indignante. Cuando ella menciona acerca de esas luces, me quede algo extrañado pues no comprendia muy bien a lo que se referia. - ¿Los siete heroes...? - Si, conozco la historia, pero por la manera en la que me lo dice, parece algo irreal... Dificil de creer, pero, estoy seguro de que bien podria ser cierto dada la situacion actual, que tambien es algo dificil de creer. - Entonces, si eres una de los heroes, estar aqui no es tu lugar. - Sonrio levemente. - Es noble tu deseo de ayudar a los ciudadanos, pero debes de asistir a los que serian tus nuevos compañeros, pensaba dirigirme hacia el castillo, por lo cual seria mejor que fueras, ya que te acompañare aun si no soy un heroe. - Mi pose era firme y mis palabras no eran rudas, transpiraban amabilidad junto a determinacion. 

-Oh... un caballero -Dijo Ashura parpadeando varias veces y luego miró al cielo- ¿¡Había un caballero y elegisteis a un borracho, un vendedor ambulante y una bailarina!?

Mientras la ninja exclamaba aparecieron por fin los servicios sanitarios y eso sólo hizo que la mujer se pusiera de pie de golpe y los mirara con furia.

-¿Dónde estaban? ¡De no ser por este caballero y por mí mucha gente habría muerto! Inútiles... -Concluyó antes de girarse hacia ti- ¿Tienes un arma? Pues démonos prisa en llegar dentro

Farnad llegó a la habitación para ver el espectáculo... el peligro que atenazaba a las princesas y por el que habían corrido hasta casi quedarse sin aliento... era una abeja... Las princesas asustadas como niñas pequeñas huían y daban manotazos al aire tratando de librarse de ella... y lo que era peor, Ainzel, trataba de eliminar a la abeja con magia... cosa que Farnad no terminó de entender bien...

- No será necesario... - dijo posando su mano sobre el hombro de Ainzel, mientras que con la otra se tapaba la cara en un gesto de frustración... Farnad se acercó a la ventana más próxima y la abrió de par en par, dejando que la abeja huyese... 

Luego volvió a girarse hacia las princesas... que sí... eran bellas y habían heredado la gracia de su madre, de quien se decía que era bellísima... pero se notaba que las princesas todavía no eran maduras del todo... Lo cual las convertía en un objetivo si cabe más fácil para el Rey Demonio...

Farnad avanza ligeramente y posa una de sus rodillas en el suelo: - Princesas... Aquí Farnad Kobla... Caballero de la Guardia... hemos venido a comprobar su seguridad... El Rey Demonio ha despertado y tememos por vuestra seguridad... así que lo más indicado será que nos acompañéis por el momento... así que ruego que nos acompañeis a ver al Rey para poderle explicar la situación... - dijo Farnad pensando a su vez en la suerte de Ashura, Fir y Galvan, que hacía tiempo ya que no los veía...

— Vamos, vamos, no puede ser tan malo... Quizas en el fondo sean habiles... — Dije intentando contentar a la ninja que sin duda alguna parece muy cabreada ante todo esto, pero por lo que acabo de escuchar el grupo de heroes es algo variopinto... Mi problema no es, por lo cual mejor ni pienso en ello. Ante la llegada de los cuerpos de ayuda, me coloco en una posicion firme esperando el veredicto de la ninja que me pregunta si tengo alguna clase de arma.

— Por supuesto, te seguire. - En ese momento toco a Avalon unos segundos, para desenvainar la Excalibur. - Estoy preparado. - Dije antes de seguirle.

Fui el último en llegar al lugar, a los aposentos de la princesa o en este caso de las princesas ya que las gemelas se presentaban allí asustadas por un monstruo tal como una abeja, si ese era el caso, ¿le matarían del susto los goblins?. Fue entonces cuando en aquel momento Ainzel y Farnad fueron directamente a ayudar a las jovenes gemelas mientras yo por mi parte me recuperaba de la carrera -co, rreis, mucho- dije mientras sujetaba la bolsa que llevaba.

Zehan se quedó en la puerta así que le saludé levemente, no habíamos hablado aún pero bueno, no era una mala relación, aun eramos extraños los unos a los otros.

Preguntaron por el rey mientras querían proteger a las princesas, me acerqué por detrás a Farnad -ele, elegidos, proteger princesas, no molestar a ninja enfada y ayudar- era todo lo que tenía en aquel momento en mente.

Cuando murió la abeja y entrasteis todos, las princesas parecían confundidas y seguían asustadas…pero no decían nada, solo se mantenían abrazadas entre ellas, preguntándose quienes erais, si las ibais a violar o cuanto dinero querríais de las arcas reales por su rescate.

Por suerte Farnad fue el primero en hablar, y arrodillarse…presentándose como caballero de la guardia y explicando la situación, pidiendo ver al rey, pero las chicas realmente nerviosas se miraron entre ellas y hablaron al unisono-El…el rey está de viaje…¿Nos vais a violar?..-Preguntaron realmente asustadas.

Emi se abrazó a si misma realzando más sus pechos.-¡Yo…yo no estoy buena, mejor buscad a una campesina, las…las princesas saben muy mal!.

Gabri hizo una pose sexy que resaltaba sus piernas y se abrazó a su hermana.-¡Yo tampoco tengo buen sabor, ir a por otras!.