Partida Rol por web

-¿Una pelirroja y un carruaje?.-Preguntó Midna algo confusa, pues intentaba buscar con la mirada, pero solo  se veían calles transitadas por hombres ataviados con túnicas, turbantes y acompañados de animales de carga o guardias patrullando y deseando un buen día. Desde luego resaltaría una mujer pelirroja y un carro, pero resultaba difícil verlo ahora mismo.

-¿Las princesas de Shanteen?...pues…yo no veo nada ahora mismo, ¿tal vez están escondidas?.-Preguntó encogiéndose de hombros.-¿No quedasteis en algún lugar en especial?-Dicho eso os dejó hablar, subiendose a un barril e intentando encontrar algo que le dijera donde estaba la pelirroja, las princesas y el enorme carruaje.   

-No nunca quedamos en ningún lugar, de hecho la comunicación con ella no es el fuerte de este grupo...ni con ella ni con nadie- dije encogiéndome de hombros- pero teniendo en cuenta que tienen que buscar a la princesa de este país asumo que habrán tomado hospedaje en alguna posada cercana al palacio, deberíamos comenzar buscando por ahí-

— Bueeeno, bueno. Dejemos de lado eso de la comunicacion, que nos hace ver como un grupo muy disparejo... — Dije rascandome la cabellera, en señal de leve nerviosismo con mi sonrisa. ¿Por que no se pueden llevar bien todo el mundo? Aunque bueno, tampoco deberia de hablar, pues en mi caso antes de que desapareciera el nigromante tampoco llevamos una buena relacion. — En todo caso, busquemos por la zona de las posadas, ellas tienen un carruaje muy peculiar, asi que como digo, tan dificil no sera encontrarlas. Si no las encontramos, pues, nos ponemos alertas. — Dije por un segundo serio, como si esperara a que algo malo pudiera pasar. 

La genio estaba un tanto confusa al escucharos, desde luego era normal para alguien ajeno al grupo, por lo que estaba un tanto pasmada.-Es…raro, parece que esa chica no os cae demasiado bien, ¿Por qué es eso?, ¿es muy mandona?, ¿la mando muy lejos con un deseo?.-Preguntó arqueando una ceja para entonces escuchar que lo mejor era buscar las zonas con posadas y el carromato.

Así que lentamente se rascó la cabeza con confusión mientras empezaba a caminar junto a vosotros, buscando lo más parecido a una posada…pero lo que más se veían eran casas de placer, con preciosas bellezas morenas que se contoneaban cuando pasabais cerca, cubiertas por velos y ropa casi transparente, dejando al descubierto su traje de nacimiento. No parecía haber nada parecido a un carro por los alrededores…¿Y si se perdieron antes de llegar a la ciudad?

-De hecho, ese sería un gran deseo querida Midna, pero parece que ella es una de los elegidos, aunque no se que tanto es verdad eso ya que dos desaparecieron hace tiempo y otros que no lo son hasta han sido más útiles que los mismos con tatuaje- dije mientras miraba a las bellezas que se mostraban en las distintas casas de placer, incluso guiñándole un ojo a aquella que me pareciera más apetecible- pero podrías hacer que se vuelva más dócil si eso es posible, aunque bueno, esos son los deseos de Johann-

Al empezar a caminar, poco a poco me empiezo a preocupar. ¿Donde se habran podido meter? Algo no estaba bien, no deberian de estar tan lejos, pero aun asi parece que no estan por ningun lado. Al escuchar despues la idea de Midna, me quede un rato pensativo, ¿Seria una buena idea? No eso, si no el cambiarle un poco su caracter por el deseo, pero, no creo que a alguien le gustaria ser manipulado con un deseo y que cambien su personalidad. — Creo que me guardare esos deseos para algo mas importante que cambiarle un poco su personalidad... Ya la tranquilizaremos, no es para ser tan extremos, aun. — Dije mientras seguia buscando, pero al observar de que no estaban por ningun lado, me pare en seco, observando a Zehan. — No las veo por ningun lado. — Dije, ignorando a las bellas señoritas en esos ropajes tan extravagantes y tentadores, con el gesto un poco serio. — No creo que se hayan perdido, y esto me empieza a preocupar. ¿Te gustan las alturas, Zehan? — Dije con un tono serio, observando los puntos altos. — Subamos y empecemos a buscar desde lo alto, tendremos mejor cobertura, ¿Crees que puedes seguirme el ritmo? — Dije con una sonrisa, provocandolo para que me diga que si con mayor facilidad al momento de emitir una leve aura de luz alrededor en mi cuerpo, empezando a prepararme para ir hacia las alturas. 

Midna os escuchó a ambos y asintió levemente con la cabeza, desde luego cambiar la personalidad de alguien sin siquiera saber lo que pensaba al respecto era un tanto…peliagudo, fuera como fuera, no veáis a las chicas y al final optasteis por subir a un punto alto y poder buscar con más facilidad a vuestra compañera.

Si Zehan quería claro, por su parte Midna iría con el portador de la lámpara a donde fuera.

Levanté una ceja ante la especie de desafío que me estaba presentando Johann y apartando la capa saqué las alas para emprender el vuelo hacía arriba, parándome en la punta de alguna torre y guardar las alas nuevamente.

-En teoría desde aquí debería de poder ubicarlas- dije comenzando a mirar el lugar, tomándome mi tiempo para analizar el entorno de lo que veía, pensando dónde podrían llegar a estar.

Me quede plantado al observar de que Zehan saco sus alas y empezo a volar, como si no fuera absolutamente nada. — Eso es muy tramposo de tu parte, Zehan. — Comente con los ojos entrecerrados mientras lo miraba volar, dando un leve suspiro. Acumulando magia en mi cuerpo, empiezo a correr para dar un salto hacia el muro y empezar a impulsarme desde ese con mucha fuerza y velocidad hacia la zona en donde estaba Zehan, pues, no pense que me iba a ganar de tal manera. — Deberiamos, poder ubicarlas. — Dije al llegar hasta su posicion, empezando a buscar tambien. ¿Como es que Midna subira hasta aca...?

Más de una persona señaló a Zehan cuando alzó el vuelo, incluso salieron corriendo…posiblemente yendo a buscar a la guardia, los demonios seguían siendo los enemigos del reino y…volar en medio de una ciudad, era cuanto menos peligroso. Pero aun así, una vez llegasteis arriba del todo, podíais sentir una intranquila ola de calor constante y como la arena os hacia taparos la vista de vez en cuando…no había rastro de vuestras compañeras, ni siquiera una pista, excepto un bazar…ahí abajo, entre el gentío, había un enorme bazar repleto de gente.

Y ahí, entre esos puestos, había el enorme carro real, ¿tal vez estaban camufladas como mercaderes?

Al ver el carruaje lo señalé.

-Ahí están, aunque ni idea que estarán haciendo-

Noté que la gente salió horrorizada y sonreí al respecto aunque lo mejor sería que nos movieramos.

Al llegar a la cima, ignore obviamente el hecho de que mas de alguno que otro ciudadano tuvo miedo al ver observar volar a Zehan, a lo cual di un leve suspiro. En todo eso, finalmente Zehan las encontro, en un bazar. ¿Que demonios hace el carruaje alli? — Bueno, al menos encontramos el carruaje. Vamos, Zehan. Me pregunto que es lo que estaran haciendo alli. — Y doy un gran salto, empezando a descender en caida libre para frenarme con saltos y corriendo en descenso, no tengo tanta paciencia y estoy ansioso de encontrarme con ellas, por lo cual estoy dejando un poco de lado mi sutileza. 

Al llegar, inmediatamente entro al bazar, en busca de Ashura y las demas princesas. 

Desde luego Johann estaba un tanto extrañado al ver que el carro estaba ahí, pero fuera como fuera, encontraríais las respuestas ahí abajo, no caminando por los tejados. Así que comenzasteis a descender como tan buenamente pudisteis hasta llegar al bazar, una zona concurrida cubierta de toldos, mercaderes y un desagradable olor a polvo y sudor.

Había bastante gente, pero aun así, no tardasteis en ver el carro…junto a un vendedor, un vendedor de esclavas, no había lugar a dudas de que aquel era vuestro carruaje, a fin de cuentas tenía el sello de la familia real,  pero al mirar en busca de vuestras compañeras…no había rastro de ninguna de ellas.    

Al ver la situación mi cabeza comenzó a maquinar.

Eran 3 mujeres solas, al ser la esclavitud y prostitución permitidas eran el blanco perfecto de algún comerciante y si tenían algo de músculos contratado podrían hacerse fácilmente con el control de la situación.

Me acerqué a Johann y le susurré.

-Tu habla todo lo que quieras, pero ante la primer seña que hagas yo comenzaré las negociaciones violentas-

Descendia de manera tranquila, esperando re-encontrarme con todas las princesas y Ashura, como se supone que deberia de ser. En lo que observe, ese bazar era un poco peculiar. Lo que no me esperaba ver al lado del carruaje, era un condenado vendedor de esclavas. ¿En todo lo que estuvimos haya arriba, las han secuestrado...? Mi rostro se puso serio e inexpresivo mientras miraba a ese hombre. — No te preocupes, no me tardare demasiado. — Dije empezando a caminar de forma intimidante hacia el, apartando a todo aquel que pasara por mi camino, hasta llegar enfrente de el, con un rostro que lo fulminaba con la mirada. — Te lo voy a decir claramente, esclavista. Si no me entregas de regreso el carro real, y no me dices tampoco donde se encuentran las dos princesas con la chica ninja, vas a pasar un rato pero muy mal. ¿Hablamos el mismo idioma, cierto? — Dije, alzando la vista, esperando que comprendiera. 

Al ver el carruaje muchas ideas se os pasaron por la cabeza, principalmente que habían sido secuestradas…la genio se mantenía callada, pero pensativa, a fin de cuentas no podía hacer nada al respecto si no se le pedía en forma de deseo. Pero a pesar de eso, Johann no tardó en comenzar a caminar hacia el esclavista, apartando a la gente a su paso con empujones y provocando quejidos, insultos en un idioma extranjero y algún que otro hombre que se iba a avisar a la guardia.

Aunque cuando el hombre se paró frente al esclavista y le miró de manera fulminante, ni se inmutó. Se le habló del carro y de las princesas junto a las chica ninja, además de amenazarle…aquel hombrecillo de nariz ganchuda y tez morena solo tuvo que carraspear para que dos grandes guardaespaldas aparecieran.

-¿Usted de que habla?...váyase de aquí, no vendo ni ninja ni princesas o como usted diga con ese horrible acento de cerdo extranjero.-Exclamó cruzándose de brazos.-Váyanse antes de que avise a la guardia y acaben encerrados, largo.-Sentenció haciendo un gesto con la mano.

Apenas escuche al esclavista apreté los dientes al punto que los que estaban cerca podían oírlos.

Estaba pensando en volver a liberar parte de mi verdadera forma para aterrorizar a los presentes o prender fuego todo el lugar pero había dicho que iba a esperar a Johann me dijera que actuara.

Al observar la actitud del esclavista, no pude evitar sonreir. ¿Este tipo se cree que es un condenado juego divertido donde tienes un carruaje real de Shanteen, y no solo eso, han secuestrado a las princesas de manera tan burda y horrible? — Veo que usted no comprende la importancia que tienen las Princesas de Shanteen, asi como el hecho de que usted tiene su carruaje, y menos cuando no tiene idea de lo que pasaria si ellas caen en malas manos. ¿Sabe cuantas vidas tienen ustedes en sus manos, y a cuantos pueden matar por su estupido y inoportuno negocio? — Comente de manera seria, plantandome de manera firme en el piso, estos tipos deben de ser castigados. — Nuestra labor es mas importante de lo que usted piensa, asi que lamento lo que estamos a punto de hacer. — Dije, girando mi rostro para ver de reojo en un instante a Zehan, diciendo esto de manera rapida y clara. — Sin espectaculos, acaba con el de la derecha. — Y empiezo a canalizar mi energia magica empujando al mercader con fuerza hacia atras, aplicando fuerza en su centro de apoyo y boca de su estomago para dejarlo inmovil un rato. 

En todo eso, me lanzo inmediatamente hacia el segundo guardia, intentando embestir con fuerza a ese guardaespaldas y dejarlo noqueado con alguna combinacion espontanea y precisa. 

Al entender el gesto de Johann, di un fuerte pisotón para impulsarme contra el de la derecha mientras llevaba las manos a la espada y desenvainaba con un corte horizontal, buscando, en el mejor de los casos, cortarle la cabeza al grandote.