Partida Rol por web

Cuando posaste tu mano sobre la cabeza de la mocosa, la susodicha sintió un escalofrío recorrerle todo el cuerpo…y si hubiera habido mejor iluminación, podrías haberte dado cuenta de que se estaba sonrojando, lástima que no hubiera luz. Pero aquello no importaba, habían problemas que necesitaban más atención en aquel momento.

Era la primera vez que dejarías tu ciudad, habías vivido ahí desde que eras un niño, solo conocías el sol y el desierto, eras un ladrón, no tenías nada más ni sabías otro oficio, ¿Cómo te ocuparías de la niña?...la sombría idea de robarla y dejarla tirada a las puertas de la ciudad era tentadora, ¿pero serías capaz?

Cuando le preguntaste a la niña por la montaña, la susodicha negó con la cabeza.-Se que es un sitio de gente honrada y trabajadora…me lo enseñaron en la escuela…pero…no se que más tiene de importante…hasta ahora Solo he conocido Schwindra.-En cierto modo era como tu, rica y poderosa, no pobre y con mala suerte... pero como tu en el fondo.  

- Así que en la escuela. - No era mucho. De hecho, no era nada. Básicamente no tenía información del sitio al que tenía que ir, únicamente guiado por las palabras de esa criada tetona. ¿No sería parte de su plan lo del secuestro para así librarse de la niña? Seguramente no, parecía tenerle cariño.

Por el momento lo único que sabíamos era el nombre y lo que la princesa supiese, que era más que lo que yo sabía, que nunca había ido a una escuela. Y de honrado y trabajador no tenía mucho, no había forma de que encajase. - Bueno, ya nos las apañaremos. - Con suerte pudiese dedicarme a mendigar usando la escusa de la hermanita enferma. El trato que hice era "no robar", no incluía sacar dinero a la gente dando pena.

Ya llevábamos un rato caminando y yo nunca había sido el tipo de personas que se quedaban calladas, para bien o para mal. De alguna forma tenía que llevar una conversación.

- Bueno princesa, cuéntame algo sobre ti. No es que todos los días tenga el honor de estar junto a alguien de la realeza. - Dije de forma pedante con un tono un poco irónico, aunque no sabia si lo iba a entender.

La princesa no sabía demasiado sobre aquel lugar…y tu tampoco lamentablemente, pero no tardaste en quitarle hierro al asunto, exclamando que os las apañaríais como fuera, incluso pensaste en dedicarte a mendigar y usar a la chica como “tu hermanita pequeña y enferma”, ¿pero ella aceptaría aquello?, no podías estar demasiado seguro, era…era muy pura e infantil, bueno, a lo mejor aquel viaje la espabilaba.

Después de otro rato de silencio, no tardaste en intentar empezar una conversación, preguntando sobre ella, querías saber cosas, conocerla…¿pero te diría algo?

La chica hizo una pequeña mueca y pareció dudar, pero finalmente asintió y abrió la boca.-Yo…soy hija de Al-Hakim Ababwua, el décimo de su nombre, se cantar, leer, escribir y comportarme como una autentica dama, se caminar de forma grácil y ligera como un gato y se recitar poemas en ocho idiomas diferentes.-Sentenció con algo de seriedad, como si aquello fuera un discurso preparado y memorizado desde hacía tiempo.

Te dejó algo descolocado, pero…¿Cómo era en realidad?, aquello parecía ser una tarjeta de presentación o un manual de como usar una forja, ¿Quién era Shiina Urbossa III?

No. Definitivamente no me había entendido. A cada palabra que soltaba la miraba con una cara cada vez más desesperado. ¿De verdad le gustaba toda esa basura? Si parecía que se lo estaba leyendo en una chuleta. - Hay que ser rancio para decir que te gusta compotarte como una auténtica dama y caminar de forma grácil. ¡¿Y en serio hay 8 idiomas?! - Tras recomponerme un poco para no soltarle la primera burrada que estaba pensando me detuve y la cogí de los hombros dejándola parada frente a mi.

- A ver, princesa. Lo mismo estoy metiendo la pata, pero... ¿Lo dices en serio? Todo eso suena muy aburrido, y demasiado formal para mi, que yo no soy un rico de esos. ¿No te gustan cosas normales? No sé yo, jugar, comer dulces, los animales... ¡A todo el mundo le gustan los gatos! O simplemente pasear y ver sitios. Yo me dedico a comer, beber y gastar bromas. Aún eres muy pequeña para lo segundo, ¡Pero algo habrá que te guste de verdad! ¿No? - Le dije intentando sonsacarle algo.

Estaba siendo sincero, esperaba que hubiese algo normal y de su edad que le gustase, eso o me había tocado pasear a la princesa más sosa del mundo.

Estabas un tanto descompuesto escuchando la aburrida vida de la princesa Urbossa, pero aún así no dudaste en preguntarle al respecto, a lllo que la chica sonrío con suavidad y comenzó a recitar de forma melodiosa y perfecta un viejo idioma en lenguaje Nordico.

-ÓÐR BRÓÐIR BLINDR BLINDR ÓÐR BRÓÐIR BLINDR BLINDR ÓÐR ÓÐR ÓÐR BRÓÐIR BLINDR-Era un lenguaje bastante tosco a decir verdad, pero una cosa era cierta, cantaba como los mismísimos ángeles.

-¿Qué te ha parecido VIxen?-Sonrío con dulzura.-También se cantar en Elfo, pero se extinguieron hace mucho tiempo…¿Por qué siguen enseñando sobre ellos si ya no están?, eso si que me parece aburrido.-Río, pero cuando le preguntaste si le gustaban las cosas normales se quedó pensativa durante unos segundos.

-Bueno…me gustan los dulces, y los animales también, aunque no se me permite comer dulces…pero los vi una vez y creo que me gustan…¡pero se bromas!, mira.-Dicho eso se aclaró la garganta.

-Toc, toc…

Esperaba que respondieras, ¿lo harías?