Partida Rol por web

La exploradora pone cara de situación y se acerca al grupo.

-Señor Elmo, ellos no han causado el incendio, han luchado contra elementos malignos que habían secuestrado al clérigo del grupo. SON HEROES DE HOMMLET!

La multitud empieza a murmurar, hay caras de pánico al escuchar que hay gente maligna en su villa, algunas mujeres se desmayan, otros se van corriendo a casa.

El guardia queda estupefacto, no se esperaba eso, empieza a mirar a la multitud congregada y acto seguido se acerca a vosotros.

-Que dices Ingrith? malignos aquí? calla! calla! vas a alarmar al pueblo!

El veterano se gira a la multitud y levanta las manos para callarlos. Buenas gentes de Hommlet! muchas gracias por la ayuda! no hagáis caso a la mujer, el pueblo es seguro! podéis volver, la guardia se ocupa de todo.

La gente empieza a abandonar el lugar con caras de preocupación. Cuando solo quedáis la guardia y vosotros se vuelve a encararos.

-Vale, no os detengo gracias a Ingrith, la conozco y me fío de ella, pero por Kord que venís conmigo ahora mismo a explicar que carajo ha pasado aquí!

No os apresan, pero os acompañan "amistosamente" a la villa.

-Soldado Murfi! vaya corriendo a la Villa y active al Consejo de Hommlet, sin duda esto debe pasar por ellos. 

El guardia hace un gesto con la mano y sale corriendo en dirección al pueblo, sin duda a ese ritmo en minutos estará allí, mientras vosotros tardaréis casi una hora en vuestro estado.

- Nada más llegar a la villa tratamos de hablar con los representantes del pueblo... - Dijo entonces la enana. - Hemos localizado actividad cultista en la zona y que secuestraran al conde es un hecho más que evidente de que también ha llegado a Hommlet. Hizo una breve pausa tratando de examinar los gestos de Elmo. Aquel hombre era tan cabezón como lo habían sido los guardias de la fortaleza de Rufus y Burne, pero gracias a Ingrith parecía que estaba dispuesto a escuchar. - El niño, Timmy... - Señaló al pequeñajo. - Fue raptado junto a Jack... - Miró entonces al mediano. - ...por una banda de grandes trasgos que estaban bajo el mando de un clérigo que vestía una túnica de color ocre. Un gran mal se esconde en la región como ya pasara antaño, señor Elmo. Aguarda en letargo, pero no se detiene y cuando sea lo suficientemente poderoso volverá a alzarse sobre estas nobles tierras y debemos estar preparados para ese momento. - Trató de darle todo el dramatismo posible al asunto. Quizás de esa forma le harían caso. - Y si podemos combatirles desde ya... - Dio un golpe con su puño contra la palma de su mano. - ¡Mucho mejor!

-Maldita enana os he dicho que os calleis coño! Que cojones entiendes por callaos no me alarméis al pueblo?

Los guardias se miraban los unos a los otros con resolución, sin duda su jefe les tenía bien entrenados, uno os hace un gesto de cerrar el pico con la mano.

-Todo esto lo hablaréis en presencia de Rufus, Burn, los clérigos y el druida, ellos decidirán que es lo que hay que hacer, ahora cerrar el puñetero pico!

- Su educación no es mucho mayor que la de una boca de alcantarilla, señor Elmo... - Le dijo mientras le miraba con desprecio. - Mi viejo abuelo me habló muy bien de usted... Supongo que el poder le ha corrompido como hace con mucha gente. - Escupió al suelo. - Yo no le he faltado al respeto y no sé porqué usted me lo tiene que faltar a mi. - Gruñó. - No es el primero en que me trata mal en esta villa y empiezo a cansarme del racismo que parece estar instaurado en contra de mi raza.

El Jefe de la guardia se paró en seco, se notó como trataba de calmar su rabia ante las palabras de la enana, de pronto se giró y con la cara roja grita:

-Racista? racista? acaso osas llamarme racista enana? no tengo nada en contra de tu raza! 3 de mis hombres son enanos, 1 un hobbit, si hasta tengo a 2 semiorcos! no soy racista ENANA! Lo que soy es EL PUTO JEFE DE LA GUARDIA DE ESTE PUEBLECITO TRANQUILO! tranquilidad que os acabáis de cargar al gritar a pleno pulmón delante de la gente que hay un grupo de personas malignas conspirando entre ellos! Hoy nadie dormirá tranquilo gracias a vosotros y eso es una PUTADA!

-Quienes os creéis que sois para llegar a un pueblo donde nadie os conoce y poneros a exigir hablar con los mandamases por vuestros cojones ? sin pruebas, solo con la palabra de unos desconocidos! Racismo! que fácil es alegar que sois una raza minoritaria y que os tratan mal por ello! Ya quisiera yo que mis ancestros hubieran construido colosales estructuras subterraneas en medio mundo!

-Pues no! no os eché del castillo por racista! sino porque me veníais con exigencias! a mi nadie me exige nada porque si! sin venir a cuento! sin conocerlo! Es como si me voy a Verbobonc y exijo una audiencia con el gran Rey Ku-Thu*Kya! Pues me echarán a patadas! y si ademas venís con un clérigo de Sant Cuthberto pues peor! Odio a los clérigos de San Cuthbo! no cumplen su palabra!

El comentario sobre Godofredo os pilla por sorpresa, sin duda este hombre tiene prejuicios y no son precisamente contra los enanos ya que entre la guarnición que os escoltan hay dos de ellos que siguen a rajatabla las palabras de su líder.

-Elmo hombre! sigues echándole la culpa a Ydei por lo de tu hermano? no todos los clérigos de Sant Cuthberto tienen la culpa de lo que le pasó a Otis? Joder macho que era un aventurero! sabía a lo que se exponía! ... bueno,.. bueno... yo doy fe de esta gente, de mi te fias no? Le dice con una risita bastante complice.

-Vale, vale! sabes que a ti no te puedo decir que no preciosa! pero que tengan un poco de respeto! estos aventureros de hoy en día se creen que todos los que hemos asentado el culo en un pueblo les debemos lamer sus partes intimas! como si fueran la hostia! Yo a tu edad enana ya había matado a media docena de demonios en el Templo del Mal, acabando con el culto maligno que allí moraba. 

-Por cierto, quien es tu abuelo? De que me conoce a mi ese enano?

- Gracias Ingrith... - Le dijo a la exploradora. - Siento la forma en que nos conocimos, pero desde que he llegado a esta ciudad con ánimos de ayudar a gente que no conozco, todo el mundo me ha tratado como este buen señor. - Resopló hastiada ante tanta palabra mal sonante y tanto menosprecio. - Gente llena de prejuicios que nos ningunea y nos menosprecia por las razones que sean y que no desean escuchar las advertencias que tramemos con nosotros. - Miró entonces a Elmo. - ¿Ahora le interesa la identidad de mi abuelo? ¿Después de despreciarme como lo ha hecho desde el primer momento en que me vio? No amigo mío... - Negó con la cabeza. - Con usted no tengo nada más que hablar y si le estoy siguiendo hasta la fortaleza de los gobernadores es por respeto hacia su posición de jefe de la guardia más que otra cosa, porque ya a día de hoy, creo que no tengo nada que tratar ni con Rufus ni con Burne. - Afirmó con rotundidad. - Si un nuevo mal esta resurgiendo y así está pasando, pues tengo una fuente más que fiable que lo afirma y me ha enviado hasta aquí, seré yo sola y junto a mis camaradas la que trate de destruirla.

El jefe de la guardia rio a tus palabras.

La gente no me hace caso, la gente me habla mal, la gente me menosprecia,... Pareces una adolescente enana! Y he preguntado por tu abuelo porque tú has sacado el tema, sea quien sea ese tipo, si me conoce y te ha hablado mal de mi, sin duda me debía caer bien, hablo así y trato así a los sabiondos como tú! Vete a llorar debajo de un olmo si no puedes soportarlo! Ser aventurero no es sólo reventar cabezas! La diplomacia es importante!

- ¿Diplomacia? - Soltó una risa seca. - ¿Me estás invitando a marcharme? - Le preguntó. - Nada me gustaría más ahora mismo que ir a llorar debajo de ese olmo... - Afirmó. - Así que... si puedo tomar tus palabras como una orden... - Bufó. - No haré otra cosa...

Si! Diplomacia! Un buen aventurero debe tener diplomacia para tratar con los gañanes con poder que se encuentre por el camino, diplomacia para no venir con cuentos e historias, sino con cosas tangibles... Por cierto, yo soy un gañan con poder, no soy diplomático, eso lo era hace 20 años cuando iba de Templo maligno en temolo maligno y de castillo en castillo... Ah! Y te irás a llorar a tu olmo cuando hables con los jefes, de momento te toca rapar y sollozar aquí a mi lado. Jajajajaja a este paso me va a caer bien está enana!

Vosotros dos queréis dejar de discutir un rato? Joder Elmo te encanta picar a los recién llegados! Eres como un crío!

Es ella Ingrith! Es muy fácil picarla! Mírala si parece que quiere arrancarme el corazón y meterlo en mi trasero aún palpitante! Jajaja vale, vale! La dejo en paz!

Aquella escoria con patas y una rata albina muerta sobre la cabeza, empezaba a aflojar.  A ella no le iba a caer bien aquel payaso que se había erigido como campeón de la villa. Ni le iba a caer bien él ni sus dos gobernantes. ¿Acaso habían olvidado lo que significaba ser un aventurero? Era muy pero que muy evidente que sí. Se habían convertido en políticos y eso era peligroso. Los políticos si conocían de diplomacia, pues ese era su oficio. Los aventureros metidos a políticos no solían cuajar y se apoyaban en sus gestas del pasado para perpetuarse en las posiciones que habían adquirido y creyéndose por encima del resto. Ese era sin duda el caso de Elmo.

- Este puede ser el inicio de una bonita amistad... - Mintió como una bellaca, pero igual eso era lo que aquel tiparraco con el cerebro de una lombriz y el cuerpo de un orangután, quería oír. De esa forma igual acababan con aquella infructuosa y estúpida discusión que no llevaría a ninguna parte. - Sellemos una tregua entonces, Elmo capitán de la guardia de la bella villa de Hommlet...

Vale! Tú pagas las copas en el Potro, esto no acaba sin un concurso de aguante bebiendo aguardiente! Así veré de lo que estás hecha.

El tipo se gira y continua caminando sin prestarte más atención.

Tras todo este lío pudimos sacar en claro dos cosas; la primera es que separarnos del grupo y no decir donde vamos nos podría ocasionar muchos problemas; por suerte llegamos a tiempo para rescatar a Sir Godofredo antes de que lo esclavizaran (sexualmente) o de un destino mucho peor; la otra es que el culto a extendido sus garras mucho más de lo que podríamos imaginar, no son 4 o 5 miserables rezando a una deidad, podría estar formado por una gran trama de contactos y agentes encubiertos, manipulando allá donde se asientan, y formada por individuos con grandes dotes tanto físicas como metamágicas, no solo son humanos controlando meros trasgos.

Por ahora no tenemos que pensar más en ello, hoy la victoria es nuestra, no tan dulce como habría deseado, pero al menos no hemos de lamentar la perdida de vidas.

Tras recuperarnos y descansar, nos tenemos que preparar bien, equiparnos y partir prestos a detener esta cáncer que se esta extendiendo por el mundo; si las deidades se estan metiendo en este asunto de mortales, es que la cosa es más seria de lo que parece.

Godofredo tras guardar largo silencio no pudo sinó torcer el gesto ante las continuas  faltas de respeto de aquel al que llamaban Elmo con quien ya había tenido sus pormenores anteriormente.

-Mala peste de villa. Que designen a semejante Hideputa como jefe de la guardia no dice mucho de sus gentes, más sería injusto el juzgar a los plebeyos por culpa de aqueste beodo.-Escupió al suelo con disgusto.

Doliéndose del suplicio sufrido, podría decirse que estaba acostumbrado a que su cuerpo pasase heridas y penurias, no en vano había participado varias veces en la guerra y la tortura infligida por aquellos dementes cultistas no difería tanto con la carga física que infligía el campo de batalla en un guerrero.

-Sabed que me he mordido la lengua con tal de evitaros problemas, pero aqueste tal Elmo merece ser castigado por su necedad y así haré que se cumpla, mañana si no hoy, pero la marca del castigo pende sobre su soberbia cabeza-declaró al resto observando como Elmo cogía distancia, en un tono suficientemente discreto para que este no lo escuchase.

Ahora era momento de restaurar su cuerpo para luego dirigirse sin falta al templo de San Cuthberto