Partida Rol por web

Negando con la cabeza - Me gusta tu actitud muchacho, serás un hermano valioso para la comunidad. Os mataré a alguno de vosotros dos - señala a Diego y Manuel - que ni siquiera os habéis pronunciado.- Tras mirar a Diego y a Manuel durante unos instantes toma una decisión- Tú completará el sacrificio!- señala a Manuel.

Un grupo de monjes agarran a Manuel y lo conducen a trompicones al altar, el Abad vuelve a tomar el cuchillo y repite la operación de degollamiento que ya hizo con Iria, vaciando la sangre de Manuel en el cuenco y usando el cuenco después sobre el altar.

El cuerpo de Manuel cae hacia un lado junto al de Iria y nuevamente, los monjes suben en tono de sus cánticos mientras que el Abad hace un extraño movimiento con la mano izquierda, suelta el cuchillo y restriega la pequeña piedra negra sobre la sangre del altar.

Cuando la piedra ya está bien empapada en la sangre de Manuel e Iria, el Abad alza la piedra por encima de su cabeza y véis como todos los hermanos sacan un colgante de su hábito con una piedra igual a la del altar pero de menor tamaño. Todos empiezan a gritar:

- Pequeño es el precio que hemos de pagar por el don de la vista!!!

Hace un gesto a un grupo de monjes para que retiren la piedra y la saquen de la capilla. Después, se dirige a la congregación:

- Hemos perdido muchos hermanos esta noche, pero hemos completado el ritual , que nos servirá para los próximos 5 años. Además, hemos ganado dos hermanos para nuestra causa. Conducidlos al árbol y que coman!

Los monjes os conducen fuera de la capilla, hasta el patio trasero del monasterio donde podéis ver un huerto. En la parte posterior del huerto, que es como el huerto de cualquier monasterio, véis un extraño árbol cuyas raíces sobresalen misteriosamente del suelo, en formas extravagantes y casi diríais que imposibles. No tiene hojas, pero sí tiene unos extraños frutos de un amarillo intenso.

Uno de los monjes que os conducen al árbol se adelanta y arranca dos de los frutos, entonces hace una reverencia al árbol y junto a sus hermanos, os hacen tragar a cada uno un fruto, valiéndose para ello de todos los métodos disponibles, pataleáis , chilláis, mordéis, ... pero es totalmente inútil. Al final los monjes logran que os traguéis los frutos, en un principio no ocurre nada, pero tras varios minutos , quedáis sumidos en un profundo sueño. ¿ Despertaréis de ese sueño algún día? la respuesta es sí, pero eso es otra historia...