Partida Rol por web

Shaka tenía razón, como casi siempre, dentro del Santuario destacaba no sólo por su fuerza sino por su lógica y serenidad. Sin duda alguna había varios cosmos manchados por la malvada voluntad del Patriarca, pero era muy difícil poder separarlos para identificarlos, los culpables tendría que ir saliendo a medida que fueran avanzando los días. Lo que esperaba era poder disponer del tiempo necesario para ello

- Todos vosotros sabéis que soy un hombre de acción, no me gusta cruzarme de brazos y prefiero tener al enemigo delante y luchar con mis puños- apretó los puños y los observó unos segundos, después volvió a mirar al resto -Pero en esta ocasión nuestra diosa, nos ha encomendado una misión totalmente distinta, aquí hacen falta otros métodos. Dama Andrómeda, veo lógico tu razonamiento de que Atenea, pueda haber sentido algo, pero no creo que ella nos pueda ayudar a resolver este misterio. Estaba muy agotada tras el hechizo y estoy seguro que cuando descubra lo que ha ocurrido quedará muy afectada, creo que es mejor no molestarla y ver si somos capaces de resolverlo por nosotros mismos. - Aioria miró por última vez el cadáver cubierto de June-  Si me disculpais me retiro, necesito ordenar mis pensamientos. 

Aioria necesitaba salir de aquella habitación, necesitaba pensar y relajar los músculos, aunque sólo fuera recorriendo los pasillos o asomarse a un balcón para tomar el aire, tenía más o menos una idea de quienes podrían ser inocentes, pero con respecto a los culpables era más complicado. Seguía sin fiarse del espectro, pero quizás fuera demasiado odvio. Los asesinos estaban entre los que en su día fueran los más leales servidores de Atenea, podrían ser caballeros que habían luchado con el como hermanos, y eso era algo que le revolvía el estómago.

Ikki suspiro y luego dijo:

-Me retiro,yo tambien necesito pensar detenidamente esto,volvere mas tarde.

Dicho esto ikki se fue a su habitación para meditar y pensar detenidamente todo.

Tsk...

Maldigo. Niego con la cabeza prácticamente decepcionado con todo lo que veo. Escucho lo de la violación y observo el cuerpo, sin haberme percatado antes de ello.

Yerras, santo de Virgo.

Hablo pese a saber que se ha marchado. Sé que me escucha.

Quizás tengas una buena vista, pero no un buen oído, no escuchas más allá de mis palabras. Al menos sabemos que uno de los traidores es varón.

Me alejo hasta apoyarme con una pared mientras observo las rosas que cubren el cuerpo de Jun con una sonrisa divertida.

Aunque ciertamente deberíamos centrarnos. Muchos no creeréis en mí, pero os he dicho que he visto la oscuridad en el cosmos del caballero de Virgo... ¿Acaso, ninguno de vosotros, va a decirme que puede contradecirme? ¿Y, entonces, os atrevéis a decirme que acuso sin pruebas, cuando ninguno es capaz de ver más allá...?

Una risita divertida surje de mis labios. Me pongo en pie y me pongo tras Mime de Asgard, aunque mis ojos se clavan en Shun.

¿Ni siquiera tú, que dominas el séptimo sentido? Estáis realmente... Perdidos.

Me agacho para recoger una de las rosas ahora rojas que están sobre el cuerpo perpetrado de Jun y la llevo a mi nariz para oler la fragancia.

... Perdidos...

- O tal vez nos embaucas en tus confusas palabras, hermano. Que os lleveis mal no es motivo para acusarlo, ni con tus pruebas en las cuales dices haber visto el cosmos de Virgo. ¿Como nos lo vas a demostrar? ¿Como no se que es una mentira, y que en realidad no eres tu el malvado?

Doy un único y sencillo aplauso.

¡Bravo! ¡Ahí quería llegar yo! No lo sabéis. Pero yo sí lo sé. Sé por qué hablo, sé qué busco. Pero muchos callan aquí, muchos se pierden en las palabras y no escuchan. Yo he escuchado al santo de Virgo, y conozco la razón de mis palabras. Muchos otros callan temiendo que les suceda lo mismo que a ella... ¿Y así es como pretendéis encontrar a los astutos traidores? Tú mismo caiste en sus redes... Deberías de saberlo mejor que nadie.

Dicho esto extiendo mi mano ofreciéndole mi rosa roja, la que he tomado del cuerpo de Jun.

Soy demasiado fuerte como para dejarme llevar por mis rencillas personales, ya dije que la satisfacción de la cara de la diosa al pedirme un favor es más que suficiente para mí.

- Y se supone que he de creerme tus palabras. No confiare en nadie, al igual que nadie confia en mi.

Me voy hacia un lado, sin recoger su rosa.

Shiryu escuchaba toda las voces, las quejas, las amenazas y acusaciones, mientras aún meditaba sobre como, alguien con un poco de humanidad podía haberle hecho eso a una mujer, según las descripción de Shaka, era algo horrible, que daba gracias no poder ver.

-Mientras clamais justicia y os acusais, aún no sabemos quien es el culpable y este puede estar riéndose de nosotros ahora mismo, bajo una mascara de cordialidad y falsa amistad, siento ser yo quien diga esto, pero en estos momentos todos somos culpables y todos inocentes hasta que haya algo que pueda ayudarnos a resolver esto...

Dicho esto se dirigió a la puerta de la habitación de June, la peste a sangre... a corrupción y a metal fundido... todo era horrible, pero no quería nada de eso, permaneció en silencio, intentando captar algo que se hubiera escapado, la escena del crimen era la habitación, al fin y al cabo.

¿Y por qué crees que no confío?

Mi pregunta se dirige al aire con suavidad y delicadeza. Permanezco en la misma posición con la rosa tendida en la mano. De reojo observo al caballero del Dragón, y decido guardar silencio.

Por favor quereis dejar de pelear????

Si aqui hay alguien oscuro está claro que es La Rana, siervo de Hades.

Y si acaso Afrodita, pues su armadura tiene un color purpura muy sospechoso

Mime sigue escuchando a sus compañeros, y siento un escalofrio cuando Afrodita se pone a su espalda, aun así no hace ni dice nada, sabe de sobra que aqui no van a pelear, no tendría sentido, aquí mueren lentamente sin opción de pelear, sin honor, sin nada de nobleza y lo peor es que ninguno sabe realmente nada, nadie sabe nada, se acusan sin razones evidentes, Afrodita es el único que parece tener alguna razón evidente..
Mime mira a Yoga extrañado acaba de llegar y ya acusa sin más, dirigiendose a Yoga
Caballero, hace ya un rato que hemos entendido que aquí todos somos requeridos por Atenea y que no deberíamos juzgar pos nuestro pasado, das alguna razón evidente o es sólo animadversión???Es por ir sabiendo que deberíamos pensar de ti

Mime se queda mirando tranquilamente a Yoga, supongo que alguna explicación tendra.

Tras un rato caminando, Andrómeda se dio cuenta de que nadie la había seguido... ^^U 

Será que para todos era más cómodo acusase mutuamente que ir a preguntar a Tatsumi. Ya en la sala principal busca algún rastro de él o de Atenea. En cualquier caso no quería regresar al pasillo con aquel olor a muerte.

- ¿Tatsumi?! ¿Atenea? 

La señorita, está descansando, ¿que es lo que quieres?

- ¿Se encuentra bien?  - suspira, soltando parte del nerviosismo que le agarraba el estómago - Está bien, si le hubiese pasado algo estoy segura de que todos hubiesemos notado un cambio en su cosmos. - Mirándolo nuevamente - Necesito preguntarte si sabes qué ha pasado esta noche. Las puertas o el exterior... algo ha fallado, pero no se si Atenea podrá decirte cual de ellas. - Baja el tono - Es importante... 

También he venido a preguntarte por los caballeros de acero fallecidos. ¿sabemos algo sobre el modo en que fallecieron? Tipos de heridas. Alguna clase de poder... Los resultados del arpa de Mine no son los mismos que las rosas de Afrodita o el fuego del Fenix. 

Lo mismo que visteis que le pasó a June les pasó a ellos, fueron encontrados desmembrados y sin sangre en su cuerpo, aparentemente no dejan pruebas de quien son ni pistas acerca de como lo hacen, así que lamento no poder ayudaros más

En cuanto a Atenea he de decir que se encuentra inconsciente en una especie de trance para poder mantener la mansión sellada y no se puede molestar,

En algún momento la rosa cae al lado de Mime de Asgard y desaperzco...

Aparezco al lado de la dama de Andrómeda* mientras escucho con atención las palabras de Tatsumi y asiento con la cabeza.

Lástima... Con el semen se podría hacer una prueba de ADN.

Comento casual y frío, como si no me importase en absoluto.

Sin sangre... -murmuro- Eso pinta muy mal para mí... No somos muchos los caballeros que desangramos a nuestras víctimas.

Asiente, ignorando aparentemente la aparición de Afrodita - Eso me imaginaba... al menos eso nos da la queda esperanza de que fueron las mismas personas. Si solucionamos el problema aquí, todo estará resuelto.

Sin embargo, no será tan fácil como eso ¿qué otro caballero que no fuera mi hermano podría generar llamas y calor de entre los presentes? 

¿Qué otro aparte de Leo tenía como totem a un animal capaz de esos desgarros?

¿Qué otro aparte del la rana podía tener gustos tan depravados?

Además, a afrodita le encanta cubrir de rosas el cuerpo de sus propias víctimas e incluso absorver su sangre... y no deja de mentir con respecto al Cosmos de Shaka. ¿qué intenta?

      Pero todas estas son ideas sin fundamento ni pruebas reales. No puedo mirar a la cara a alguien que respeto y admiro y acusarle de un acto tan infame, ni puedo basar mis palabras en con quien tengo más o menos relación. Me duele el pecho...

- Gracias Tasumi. Creo que eso es todo lo que quería preguntarte por ahora. Cuida de ella, y si alguien intenta acercarse a su puerta no dudes en gritar. Somos caballeros de Atenea y acudiremos a defenderla pase lo que pase. Esos cobardes solo se atreven a atacarnos de uno en uno... pero no podrían nada contra todos los demás, una vez estén identificados. 

Hace una leve inclinación en muestra de agradecimiento y entonces sí se voltea hacia el caballero de oscura armadura.

- No me persigas Afrodita... Cualquier venganza que quieras tomar sobre mi por tu derrota en la casa de Piscis tendrá que esperar. - Parece que va a seguir andando, pero se detiene y sigue hablando en un tono más bajo - ¿qué es lo que quieres de mi? no paras de atormentarme y parece que disfrutes con mi dolor

¿Vengarme? En absoluto...

Niego y le sonrío delicadamente. Una rápidamente mirada a mi alrededor deja notar que sé que estamos sólos. Y aunque posiblemente la escucharían si gritase, ahora mismo nada podría detenernos. Miro hacia la puerta tras la cual tiene que estar Atenea.

Aunque no lo creas, he venido a ayudar. No podríais terminar con esto sin mí. Aunque he de reconocer que disfruto con esto casi tanto como con el rostro de Atenea.

Mi sonrisa se amplía victoriosa, mientras le extiendo una mano.

¿Qué es lo que busco? La verdad. Aunque me entristece, ni siquiera respondes a mi pregunta... ¿Eres capaz de ver más allá y contradecir mi acusación contra el santo de Virgo?

Aguardo en esa posición a que tome mi mano antes de continuar con tan amena conversación, mis ojos miran sus fríos ojos a través de su máscara, como queriendo penetrar en ellos del modo que ningún otro varón, o ser, vivo o muerto, se ha atrevido antes.

Vaya se me olvidaba que Mime tambien intentó matar a Atenea....y no solo a ella, sino tambien a mi querido Shun.

Es muy sospechoso, vestido todo de rojo sangre, no creen?

Me voy a arrepentir de esto...

Está bien, te voy a dar una única oportunidad, y si no me convences cesarás en todo empeño. Tu visión podría estar nublada por las sombras que traes contigo desde el Hades.

Aprieta la mandíbula y acepta su mano.

En cuanto toma mi mano, con delicadeza la acerco a mí y acerco mis labios a sus oídos para hablar en un susurro que, de seguro, todos escucharán.

Estamos juntos en esto...

Me separo unos centímetros y extiendo mi mano hacia donde están el resto de presentes, en dirección a uno de los pasillos.

No, mi vista está más clara que nunca. Lo que veo es falta de valor. Ese valor que os llevó a vosotros, caballeros de bronce, a desafiar a los santos dorados para luchar contra el patriarca, donde no temíais desplegar más poder del que teníais... Ahora la mayoría guardan silencio, las habilidades aprendidas, la experiencia sobre las espaldas. Sólo a dos he escuchado hablar claro por ahora. Es por ello que mantengo mi acusación firme sobre el santo de Virgo, pues mis ojos ven más allá que los vuestros, un paso adelante, siempre. Y por ahora, nadie, me ha desafiado. Nadie percibe ese cosmos como yo lo hago...

Me pongo frente a ella mirándola nuevamente. Una media sonrisa aparece en mi rostro y el dorso de los dedos índice y corazón de la mano derecha acaricia con ternura, una digna de una madre, su rostro.

Es una semilla que ha de crecer, como lo hace la oscuridad en el corazón de las personas, ¿sabes? Algunas personas maldicen por poner espinas a las rosas, mientras unas muy pocas agradecen por ponerle rosas a las espinas. Sólo deja que florezca y... Verás algo que nunca creíste ver.

En ese momento retiro mi mano y me giro avanzando hacia donde están los demás caballeros, sin soltar su mano, aunque con delicadeza, de modo que ella podría soltarse de desearlo.