Olía como siempre han olido todas las celdas; una extraña mezcla de humedad, moho y deposiciones humanas con sudor embargaba toda la zona de detención. Lavinia flanqueada por uno de los soldados que abría la marcha. Fueron directamente guiados hasta una celda oscura y apartada. Con pocos miramientos el soldado sacó del cinto un juego de llaves e introdujo sin dudar una de ellas en la cerradura de la celda. Dentro estaba el que sin duda se trataba del infame Jack Sparrow tumbado en el suelo tranqeuilamente. A su lado una joven elfa con vendajes en el estómago reposaba encima de una camilla.
Vale pasa a la escena NO HAY HONOR.