Icarus mantiene silencio y disfruta del aroma de su café mientras lees la carta. Cuando levantas la vista de los pergaminos de nuevo hacia él, este te devuelve una sonrisa.
-Bueno, parece que has elegido la elección más sabia. Ahora te pediría por favor que la destruyas en el fuego. No podemos dejar ninguna pista que nos vincule.
Arrojas la carta a la chimenea, intentando memorizar la información que en ella ponía, y te quedas observando como lentamente el fuego devora el contenido del mensaje.
Mientras tanto Icarus saca de su bolsa una pequeña caja de madera, de un palmo de tamaño. y la coloca sobre la mesa. A continuación saca un trapo viejo y comienza a desmontar la cafetera, limpiándola. Arroja los posos al fuego y empieza a emanar un olor de café tostado por toda la habitción. Mientras se mantiene insimismado en su minuciosa limpieza, te habla.
-En esa caja encontrarás lo que necesitas para comunicarte con nosotros. Sello, lacre, papel y un lápiz. Cuida bien de cada uno de ellos, en especial del sello, pues no es sencillo coseguir uno de esos.
Recuerda que si necesitas algo, puedes contactar con nosotros para que te dotemos de información. Tú solo haz las preguntas correctas.
El señor Demine es un agente doble. Trabaja para Elías pero es uno de los nuestros. Él será tu contacto en esta zona. Lleva investigando todo esto desde hace unos días, pero no comparte su información hasta estar del todo seguro de ella. Pásate a verle a ver que puede contarte de todo esto, incluso hasta puedas ayudarle. Cuando vayas a su residencia, preséntate como "La paloma negra" y muéstrale el sello.
Icarus termina de recoger su cafetera en su mochila y se la coloca de nuevo a la espalda. Mientras mira el fuego, te sigue hablando.
- Mañana habrá un proceso de reclutamiento para esta misión en las caballerizas reales. Inscríbete como "Elia Sishú" y con ello estarás dentro de la comitiva oficial. No te preocupes, saldrás elegido, eso es parte de nuestro trabajo. Luego ya puedes volver a llamarte como te de la gana, es solo papeleo.
Recuerda quien eres y para quien trabajas ahora. Y ten mucho cuidado. Nos volveremos a ver.
Y sin dejarte hablar, empezó a andar con paso rápido hacia fuera de la taberna.
Decides en ese momento levantarte con tu taza de café y dirigirte hacia el tablón de la entrada de la taberna, en busca de ese reclutamiento. Cuando llegas, allí está, acaparando la atención de aquellos que saben buscar entre tanto papel inútil.
Terminas de beber tu café mientras lo lees. Vuelves a tu mesa, recoges tu libro y sales por la puerta del lugar. Aún quedan muchas cosas que preparar para esta nueva aventura.