Partida Rol por web

Me sigue fascinando que Nicolas aun tenga sub secuaces…

Dijo casi en un susurro, uno que era perfectamente audible sin duda por su malignidad.

Sí, estuve en un bar, mi señora Oscura, con Chemo, con un comandante Krull, uno de ellos, y también estaba el hombre plaqueta, ese que parecía un bebe, un foxterrier de dos metros de alto que hablaba raro y el tom hanks de la película naufrago.

Mientras tanto, mi Clon estaba con el resto del grupo en aquella extraña bacanal de churros y mierdas, y me hablaba a través de unos wolkitolkis.

Se puso en el mentón, y dudo un momento para terminar diciendo.

Fue mi clon, quien aviso al resto del grupo de que dábamos palos de ciego y golpes de manco con el tema del Carisma,  y que para robarlos, teníamos que jugar a un juego, como me había dicho el Chemiurgo. “Un juego mortal, un juego que podría en nuestra contra todas las locas medidas de umbría”

Seguro de que podíamos me encamine a la primera umbría, y llegados allí tenían pensado liderar a nuestro grupo. Pero al descubrir a tres espectros Frikis que no habían migrado de servidor, el Señor Diablo Pequeño Nicolas, se puso delante de todos y dijo que él mismo se encargaría.

La explicación del "El hijo de su madre" no complació demasiado a su Señora, que lo miraba poniendo cara de "no sé ni siquiera qué me estas contando. Claro que enseguida se lo iba a hacer saber de otra manera. 

Las pequeños esbirros de vuestra Señora volvieron a aparecer, esta vez cada uno con un martillo y unos clavos enormes, de esos que se parecen a los que se usaban en las vías de tren. Una magia hizo que el cuerpo del hijo terminara pegado a la pared y bueno, no tardaron en escucharse sus alaridos cada vez que uno de esos enormes clavos atravesaba su cuerpo y lo pegaba a la pared. 

- Perfecto. Toda una obra de arte. - Dijo la mujer cuando vio el resultado de lo que habían hecho los sicópatas. 

Ahora sí, dejando al esbirro allí clavado, volvió su vista hacia el resto de los esbirros. 

- Pepo... ¿Te enteraste de algo de lo de ese bar y el juego de éste o estabas haciendo algo más útil? 

La verdad es que Pepo no tenía nada que agregar al desastre verbal de sus "compañeros", ellos solitos se empezaron a enterrar mientras soltaban un montón de palabras sin sentido. Claro que el estado del grupo empezaba a dejar de ser muy saludable, el mismo tenía una deliciosa cirugía plástica con un cambio de rostro que, a pesar del dolor, casi parecía una obra de arte de la mano de su adorada señora.

Mi Señora, mis señorísima Oscura, su belleza solo se vuelve mas mejor cuando se pone tan seria y enojada por la incompetencia de mis compañeros... Y le voy a ser sincero, como siempre lo soy con una Diosa de la maldad como usted es, ni yo hoy en día me entero mucho de por qué perdieron tanto tiempo en ese sitio, pero si, como supone en su inteligencia superior, me dispuse a hacer algo mas útil y con la única finalidad de complacerla.

Arrancaba Pepo intentando tomar una postura algo mas caballeresca mientras que en realidad era difícil cuando trozos de calabaza aún caían de su boca al hablar.

Mientras ellos desperdiciaban valioso tiempo, me di cuenta que los puntos de Carisma ya no se encontraban allí por lo que enseguida busqué un medio de transporte mas efectivo, una vieja furgo que funcionaba super bien! Toda blanca para disimular y hasta tenía las cuatro ruedas! Y usted, en toda su hermosa y redondeada sabiduría se preguntará... Por que Pepo buscó un cacharro que si funcionaba?... Simple

Haciendo una pausa dramática, Pepo miraba a sus compañeros frotándose las manos y con una enorme sonrisa.

Nicolas el demonio parecía saber en donde se habían llevado esos puntos, como dijo el Hijo de la Madre clavado en la pared, por lo que pronto me puse a manejar luego de subirlos a todos atras y con el Demonio Nicolas al lado, nos encaminamos a nuestro nuevo destino... A por los puntos!

El plan de encontrar cómo ir a por mis puntos de carisma me parecía bien, por mí como si querían ir en patinete, pero estaba claro que en furgoneta el viaje sería más rápido. 

De todas maneras, algo me decía que aquel viaje también se les complicaría, como todo, que parecía que no podían atarse los zapatos sin que les pasara algo. 

- ¿Los encontrasteis? 

Ninguno de los otros esbirros dijo nada, así que la Señora imaginó que así habían sucedido las cosas, pues la verdad es que siempre que había algo raro por ahí, alguien saltaba. 

- No puede ser tan difícil hacerse con unos puntos de carisma... - Dijo medio gruñendo. 

Pepo hincharía el pecho si tuviera ya que todo su cuerpo era su cabeza de calabaza y sin embargo, cuando la Señora Oscura, que era mas oscura que cualquier otra cosa oscura, le preguntó aquello sin duda esperando saber que pasó luego, Pepo solo pudo bajar un poco la mirada.

La verdad Mi señora, mi adorada Diosa de las tinieblas, es que con la furgoneta íbamos rápido, íbamos muy bien y sin duda parecía que el Demonio Nicolas, si ese Esbirro con mas esbirros sospechosos mi bellísima Señora Oscura, parecía muy seguro de a donde nos estaba guiando.

Una vez mas empezaba diciendo dispuesto a responderle, la verdad es que claramente no encontraron los puntos de Carisma porque de lo contrario no habría estado allí y sin embargo, él no estaba dispuesto a pagar por la culpa de alguien mas, no de nuevo.

Pero terminamos en una calle sin salida, mas bien, una calle cortada, llena de hombres y mujeres botella, eran bebidas parlantes que saltaban y bailaban al ritmo de la zamba, incluso realizaban acto obscenos como beber sus propios contenidos o los de sus parejas en pleno público!!! Fue entonces cuando el Demonio Nicolas, antes de que yo me dispusiera a atropellarlos a todos para masacrarlos en su nombre, me detuvo gritando algo que ninguno de nosotros pudo esperar... Grito viva la fiesta!.

Soltaba terminando por apuntar acusadoramente con todos sus dedos al Demonio Nicolas.

Resulta que esos botellines vivientes que nos estaban estorbando el paso para conseguir por fin los puntos de Carisma, eran otros esbirros mas este demonio de pacotilla!

A vuestra ama no la extrañaba nada que uno de sus esbirros quisiera irse de fiesta, incluso cuando era uno tan inexpresivo como el demonio Nicolás, pero claro, no iba a conseguir que en vez de ir a la misión fueran a pasárselo bien. 

- Botellas y fiesta... - Gruñó la Señora antes de mirar al demonio en cuestión. 

Claramente se la veía bastante poco conforme con lo que había escuchado, aunque siempre podía desempolvar algún plan malvado y hacerle la eternidad muy dolorosa a algún esbirro. 

- ¿Tiene alguna explicación coherente el hecho de que os paráis en mitad de aquella fiesta? 

A vuestra ama en realidad, cuando más lo pensaba, más ganas tenía de provocar dolor, pero se estaba conteniendo. 

La mujer esperó todo lo que la daba su paciencia, que tampoco era mucho, pero el demonio no dijo absolutamente nada y no parecía que fuera a hablar, así que sin dilación, vuestra ama hizo un pequeño gesto con la mano y aparecieron unos cuantos de vuestros pequeños y dentudos amiguitos. Sí, los pequeños sicópatas sonrientes. 

Los simpáticos bichillos miraron al demonio, pero la verdad es que ahora mismo no lo encontraron demasiado apetecible, así que uno de ellos dijo algo en su idioma y todos asintieron y saltaron dando aquello por una idea válida. 

Lo que sucedió después era que el demonio terminó lleno de una enorme cazuela llena de agua caliente y los pequeños dando vueltas por ahí mientras éste se escaldaba. 

- Así luego estará más blando ¿verdad, pequeños? 

Mientras ellos terminaban con el demonio, al menos, con eso de ablandarlo, vuestra ama miró al elfo, elfa o derivado de orejas picudas. 

- ¿Se puede saber qué hicisteis en aquella fiesta? ¿Seguisteis avanzando u os quedasteis allí?

La mujer no podía creerse lo que estaba sucediendo. Parecía que se habían quedado todos sin hablar o que eran lo suficientemente poco listos como para ignorarla a propósito. 

- ¿ESTÁIS SEGUROS DE QUE PREFERÍS EL SILENCIO? - Sí, ya estaba la mujer gritando, pero es que lo ibais pidiendo, al igual que el castigo. 

Apareció todo un ejército de pequeños mordedores sádicos de esos que tan mal os lo estaban haciendo pasar y directamente fueron donde la elfa y comenzaron su tortura. En aquella ocasión, hicieron que la sala se llenara de gritos, rompiendo así vuestro silencio, cuando comenzaron a meter púas de las suyas bajo las uñas de las manos y de los pies de la elfa. La agonía de la elfa fue tremendamente larga, pues la mujer se había cabreado mucho y quería que entendierais lo que os iba a suceder si seguíais sin abrir la boca, así que os escoció ver lo que estaba sucediendo. 

Las puas siguieron clavándose rompiendo las uñas y haciendo que cada vez sangrara más y más, hasta el momento en el que dejaron seca a la elfa. 

- UNA QUE NO VA A PODER HABLAR MÁS. ¿REPITO LA PREGUNTA? 

La mujer ahora centró su atención en el muchacho rubio. 

- Que quiero saber qué es eso de aquella fiesta... - Repitió con fastidio. 

El hecho de que la tercera persona a la que le preguntaba tampoco respondiera absolutamente nada, estaba acabando con la paciencia de la mujer, que si ya no tenía mucha normalmente, en aquel momento ya la tenía en números negativos. 

- ¡¿PERO ES QUE OS HABÉIS QUEDADO SORDOS?!

Vuestra ama no se lo podía creer e hizo una de esas cosas que sabíais que tarde o temprano iba a hacer si se enfadaba muchísimo, matar a alguien de nuevo. 

En aquella ocasión ya ni se molestó en hacer venir a sus esbirros dentudos y sicópatas, sino que directamente fue ella la que se acercó a "el hijo de..." y se lo cargó de una forma bastante dolorosa. 

En cuanto liquidó al humano, la mujer volvió a su trono, limpiándose las manos en su vestido. 

- Calabaza. No voy a volver a repetirte la pregunta. 

En cuestión de minutos, mas bien segundos, dos de los inútiles compañeros de Pepo sufrieron no solo la ira de la Señora Oscura, sino que hasta dejaron de existir, algo que en un principio lo regocijaba porque, matando a los lastres que claramente hicieron fracasar la misión que la adorada señora les había encomendado, él realmente esperaba que se calmara, pero ante aquel grito dirigido hacia él, le quedaba claro que eso no era así.

Claro que no mi Señorisísima Oscura, Ama de la oscuridad, forjadora de noche eternas y ganadora de las reinas oscuras mas sexys del año. Yo jamás le haría repetir una pregunta, yo su fiel calabaza, que con gusto me sacrificaría para ser su puré matutino, no me atrevería a insultarla al negarle las respuestas que busca, como tampoco la insultaría al ignorar sus deseos que tanto deseo cumplir.

Se apresuraba a responder viendo que matar a los compañeros sin talento que tuvo, no la calmó para nada sino todo lo contrario, estaba tan enojada que podía hacerle temblar las semillas que tenía aun adentro de su hueca cabeza. Pero claro, no era momento de abusar de la retórica y pronto continuó hablando antes de que le saque algo mas.

Verá, luego de que el Demonio este nos metió en esa fiesta de hombre botella, sin que mis dos compañeros... Bueno, ex compañeros, hicieran absolutamente nada para intentar sacarnos de allí, me vi obligado dejar el transporte cuando de pronto, entre el caos de alcohol y botella, la vi! La títere!

Decía de pronto dando varias saltos intentando imitar un títere, aunque le quedaba claro que era difícil imitar algo que sin duda alguna no se le parecía en lo más mínimo. Después de todo, él era la calabaza zombie Pepo, no una títere con vestido cortito.

Si Señora! En medio de botellas obscenas, una chica títere, con hilos y todo, estaba intentando pasar desapercibida y oh casualidad! En sus manos tenía la bolsa, la bolsa de los puntos que usted tanto deseaba y claramente nosotros debíamos conseguir... Pero al no ver a mis compañeros cerca, decidí no cometer el mismo error y me lancé directamente a buscarlos... La perseguí como podía y usted sabe que puedo rodar bien, pero esa condenada títere podía saltar muy alto! aunque eso no evito que le siguiera el rastro afuera de la fiesta.

Le respondía con seguridad y énfasis, incluso hablaba mas apurado con miedo a que su Señora se le terminara la paciencia antes de tiempo, aunque claro, no es que sus compañeros hayan aportado mucho para evitar que su humor empeorara.

Nadie que no fuera Pepo dijo nada, pero bueno, con la de gente que acababa de dejar vuestra Señora, era normal que el único que quedaba no se mostrara demasiado parlanchín. De todas maneras, ahora a la Señora le interesaba saber más sobre esa títere de la que estaba hablando. 

- Así que esa títere tenía mis puntos... - Eso le había parecido entender, pero la verdad, es que había dado tantos gritos momentos antes, que la mujer no estaba segura ya de nada. 

Claro que él dijo que había dejado un rastro, así que no sería difícil dar con ella ¿no? 

- ¿La encontraste después? 

Eso era lo importante, aunque claro, teniendo en cuenta que habían venido con las manos vacías, tampoco me iba a extrañar que no la hubieran encontrado después y se les hubiera largado sin más. 

Asi es!

Aseguraba en una exclamación muy sonora las conclusiones de la Señora súper mega oscura, porque sobre todas las cosas, ella era lista y comprendía perfectamente de que estaba hablando a pesar del evidente enojo que tenía. Pero Pepo sabía bien que era mejor no hacerla esperar mas, sobretodo porque aún parecía buscar mas culpables y siendo ya dos, estaba claro que tenía muchos números para perder.

Esa Títere viviente tenía los puntos, sus hilos parecían moverse solos y se movía muy rápido mi  adorada señora y ama, me apueto que era una de sus rivales la que quería jodernos el día nuevamente y la verdad, no estaba siendo difícil por videntes razones... Pero yo, su Pepo zombie, no iba a perder ese rastro!

Mientras hablaba se balanceaba, moviendo sus manos arriba y abajo como si quisiera asegurar que él estaba mas que dispuesto a no dejar escapar esa ladrona de puntos. Claro que con todas las vueltas que dieron, sin mencionar la ausencia de puntos en esa sala, quedaba claro que no sirvió de nada y so no lo ayudaba mucho...

Fue entonces, cuando parecía que dejaba la fiesta y tan rápido, saltando tanto como le he dicho antes, me hice con un perro y no cualquier perro!!! El perro zombie de una de las botellas y como era zombie, como yo, enseguida pude hacer que me entendiera y lo usé para perseguirla... Porque no solo era perro zombie, era perro zombie sabueso! Nada mejor para perseguir a la títere y nos llevó afuera de la fiesta, por un camino en el bosque! Aunque yo no iba solo, Nicolás venía conmigo también, así que los dos seguimos a ese perro mi señora.

Aseguraba nuevamente mientras hacía una pausa dramática, sin darse cuenta de que le faltaba algo importante aunque... Como pasar el marrón cuando se le olvidaba o mas bien, no se le ocurrían argumentos para hacerlo.

Extrañamente la mujer se quedó satisfecha con la explicación de Pepo sobre haber encontrado al sabueso zombie, pues verdaderamente aquel había sido un punto muy bueno. 

Eso sí, la mujer aún tenía muchas dudas, pues a fin de cuentas, habíais venido sin cumplir la misión y eso era lo verdaderamente importante. 

Decidió mirar hacia el demonio que tan calladito había quedado antes y que era el único, que, aparte de la calabaza seguía en en pie. 

- ¿Encontrasteis a la títere, demonio? 

No estaba muy segura de si iba a ser capaz de responder esta vez, pero le estaba dando el beneficio de la duda, lo cual, viniendo se vuestra señora, era mucho. 

El demonio parecía que tenía ganas de morir o ser muy poco listo, claro, pues el castigo de vuestra ama había sido lo suficientemente contundente como para todos lo pudierais entender, pero... seguía sin responder. 

- ¿Se habrá quedado mudo del susto? - Fue lo primero que pensó la Señora Oscura mientras estaba esperando, pero después pensó que "a la mierda" que un esclavo mudo no la servía de absolutamente nada y menos siendo tan feo como aquel demonio. 

- ¡ESTO ES INCREÍBLE! ¿SEGUIMOS SIN RESPONDER? PERO...¿QUÉ OS HABÉIS PENSADO QUE ES ESTO? 

El suelo del salón del trono comenzó a temblar y de alguna parte comenzó a venir un aire muy muy gélido que hizo que el demonio se convirtiera rápidamente en enorme bloque de hielo. No tardó en aparecer uno de aquellos seres con muchos dientes y pinta de querer devorar a toda la humanidad y con un martillo minúsculo, dio un pequeño toquecito al demonio, ahora polo, haciendo que todo estallase en pequeños fragmentos de hielo. 

Claro que vuestra ama estaba lo suficientemente cabreada como para seguir matando gente y ahí, Pepo estuvo bastante listo, ya que aprovechó un momento de despiste para salir rodando por la puerta del salón del trono antes de que lo convirtiera en crema de calabaza o alguna otra receta más innovadora. 

En aquella ocación, Pepo había salvado su vida, pero no estaba claro durante cuando tiempo conseguiría conservarla.