-El viejjjo fue sabio, perro le acompañaba Hor Beros. El mejjorr cazadorr Lago. Si seguimos, llegamos muerrrtos al hueco de la parred de piedrra, nos va a darr alcance, tan cierrto como que mañana amaneció. Y segurrro que envió a sus niños a viggilarr las demás puerrrtas. ¡Estábamos tan cerrrca!¡Fuimos demasiado lentos!- Pelarun suena realmente preocupado.
-Seguimos adelante-, resuelve con más aplomo en la voz tras unos segundos en silencio -¿Puedes llamarr a los fuegos? Vamos a necesitarr distrracciones y también hacerr daño a nuestrros cazadorres, quizás.
Veo que has captado claramente el mensaje de Pelarun.
¿Delatarme o no delatarme? He ahí la cuestión. Si le digo a Pelarum que estoy listo de PVs puede ser la pala que cave mi propia tumba. Me lo pienso y te contesto a más tardar el lunes.
Pelarun niega contrariado con la cabeza, aceptando sin más tus retorcidas explicaciones.
-Y todos siguierron sin crreerr si no escapamos de aquí y abrrimos los ojjjos a los hombrres.
A continuación intuyes sus silenciosos movimientos hacia la salida del callejón. Te está dando la espalda. Si tuvieras un mínimo de fuerza en tu cabeza, podrías acabar con su triste vida en este momento. Pero tus nervios desquiciados y el agotamiento acumulado superan tus reflejos. El bárbaro debe haberse girado hacia ti por que de nuevo su voz se proyecta directamente hacia tu rostro.
-Tenemos una posibilidad. El viejjjo manco, ¿nos ayudó si tú se lo pediste? Él tiene a dos comehierrbas arrrmados con hierrro, y Beros caza con cuatrrro Lagos. Fue cinco contrra cinco. Si la sabidurría del zorrro nos acompaña, el cambio de bando del viejjo les pilló porr sorrprresa y fue decisivo.
- ¿Y que le digo ya este? ¡Estoy cansado ya de tanta pantomima! ¡Como disfrutaría viendo correr la sangre desde su gaznate! - En su imaginación de deleita viendo como su mano empuña el cuchillo del bárbaro, el que no hace mucho le ofreció, y lo desliza por su cuello mientras la sangre aflora a borbotones.
- Sigamos, segurrramente el manco, nos ayude a escapar si nos lo volvemos a encontrar. Realmente no estoy seguro, pero tendré que confiar. Pero intentemos evitar que nadie nos vea. Te tendrá que valer esta respuesta.
Con mayor atención que la dispensada hasta el momento Forad se pone en movimiento. Tiene que, por todos los medios, evitar volver a hacer ruido.
Últimamente mis intervenciones me parecen pobres... pero bueno... al menos dejo avanzar la trama. :-(
La voz de Pelarun te llega desde más allá del callejón. Debe haberlo abandonado mientras le hablabas. Cuando quiere, el Duchodri es inquietantemente silencioso.
-No fui yo el que se dejjjó verr. Cuando llegue el momento, tu lengua se encarrrgó de encantarrr al viejjjo come-hierrbas.
Sales casi a gatas del callejón. Aún a la luz de la luna, te cuesta divisar la esbelta figura del bárbaro encorvada en la siguiente esquina de la calle. Intentas imitar sus movimientos y seguir sus pasos. Vais de una esquina a otra de la calle, avanzando con lentitud pero con seguridad. Ante todo, Pelarun no quiere ser sorprendido por nadie.
Hazme una tirada por sentidos y otra por deslizarte en silencio.
Descuida, no todas las entradas tienen que ser obras de arte. Ahora nos conviene un poco más de ritmo, ya habrá tiempo de postear largas parrafadas cuando los bárbaros te despell... esto... encuentres a tus hermanos ;).
Tirada: 1d100
Motivo: Sentidos
Dificultad: 59-
Resultado: 47 (Éxito)
Tirada: 1d100
Motivo: Deslizarse en silencio
Dificultad: 39-
Resultado: 15 (Éxito)
Cuando habéis recorrido más de la mitad de la distancia que os separaba de vuestra vía de escape, haciéndose ya visible un pebetero que proyecta algo de luz calle arriba hacia donde os encontráis, una voz contenida te llega desde la avenida que se abre a la derecha de la calle por la que camináis...
-¡Forad! Forad, somos nosotros!
Es Kanlil, el pupilo de Sortien, y cuando escucha su voz, Pelarun se detiene y se gira lentamente hacia la bocacalle por la que se deben estar acercando. Su mano ya porta su temible cuchillo de hueso...
Sigues en esta escena. Si susurras, marca a Kanlil. Si hablas en voz elevada, también a Sortien.
El loco ese debe estar por aqui mira bien Kanlil....
Mientras manda a callar a su maestro con un gesto de su mano, Kanlil siente los vellos de su cuerpo erizándose; alguien los está observando desde el final de la bocacalle en la que se ha detenido a llamar a Forad...
Kanlil nota como alguien les observa. ¿Será Forad? Se pregunta el joven. Kanlil hace un gesto con la mano a su maestro para que se detenga, e intenta distinguir el rostro de quien está al final de la calle.
ya me dirás si distingo el rostro (o si tiene el pelo revuelto como Forad XD)
Por cierto, hasta el domingo-noche/lunes, no voy a poder conectarme.
La figura no es peluda ni va cubierta de pieles. Te sorprende comprobar que es un hombre semidesnudo, chorreante aún por la pasada lluvia y de complexión esbelta pero atlética. El corazón te da un vuelco al comprobar que porta un cuchillo de hueso en su mano izquierda, y que sus músculos parecen más tensos que la soga de una polea levantando un quintal. El hombre está quieto en la semipenumbra de la bocacalle, con la mirada prendida en ti.
Kanlil echa mano a la empuñadura de su espada, sin llegar a desenfundarla.
Ese tipo no es Forad, maestro, y tiene un cuchillo. No se por que me da que sus intenciones no son muy amistosas…
Kanlil saca un par de centímetros de espada, mientras observa al extraño.
¿Qué quieres?
Súbitamente, otra silueta aparece al lado de la primera, sujetando al amenazador tipo del cuchillo por la muñeca
-¡No!¡Son el viejo y su aprendiz!
Reconocéis la voz al instante. Es el harapiento Forad, que avanza con Pelarun por la calleja hacia vosotros. El bárbaro se zafa del conjurador con fuerza y guarda su cuchillo. En la penumbra, su amenazadora mirada no se separa ni un segundo de la empuñadura del manco.
A los aspavientos de Forad invintándoos a acercaros respondéis entrando en la calleja. Allí los cuatro estáis resguardados de miradas ajenas.
Forad parece aliviado de veros. Lo cual no os extraña nada teniendo en cuenta la compañía que frecuenta últimamente... Antes de nada, clava sus inteligentes ojos en Sortien.
-¿Leiste mi mensaje, Hochalas?-
El manco asiente con la cabeza, lo cual parece zanjar algo entre los dos de momento.
-Pues bien, el Hombre Pelarun y estamos en un aprieto. Tenemos que salir de la ciudad a toda costa. He... he empeñado mi palabra en que prestaría un servicio a este Duchodri. Un servicio que además me permitirá encontrar a mis hermanos. Pero los pervertidos Argar- notáis que añade el adjetivo más bien para contentar a Pelarun, ya que lo dice mirando hacia él - pretenden cazarnos para impedir nuestra misión. Contábamos con que estaríais vigilando la cercana salida de las murallas con los bár... con los Hombres que antes os acompañaban. Nuestro plan era presentarnos allí y que os volviérais en su contra, con lo que la lucha contra ellos sería al menos igualada teniendo en cuenta el factor sorpresa. Mas ahora que os tenemos aquí, no sé cómo procederemos...
Me he permitido acelerar un poco el encuentro para agilizar la partida.
Kanlil se relaja al ver aparecer a Forad, y suelta la mano de la empuñadura. Aunque no se alegra mucho de verle con el carnicero de Pelarun.
Me alegro de verte bien, Forad.- Kanlil coloca una mano en el hombro del conjurador-. Están vigilando todas las salidas. Como habías supuesto, nosotros estábamos vigilando una de las salida con los barbaros, pero nos hemos conseguido escabullir sin que nos vean para venir a buscarte. Del mismo modo podríamos volver a nuestro puesto y seguir con el plan que tenías pensado. Ankor está allí esperando.
Kanlil se gira hacia su maestro, buscando la aprobación de este.
Kanlil espera en vano la aprovación de su maestro, pues nunca llegaría, un gesto de rotunda negación expresa el anciano ante lo escuchado en ese callejón.
De ninguna manera...eso no será lo que haremos, pues no es nuestro cometido aqui...Tú, Forad, irás conmigo ante la presencia de Horgan Hos para aclara todo esto, y poner las cosas en su sitio de una vez por todas.
No voy a permitir por más tiempo que esos Agar se salgan de nuevo con la suya. Huir no es la solución, por ello vas a dar el testimonio que implica directamente a los Agar con tu gente, y la correspondiente conspiración que esto supone. Prometo proteger tu vida si así lo haces, no corresrás peligro alguno. Esta es la manera de solucionar todo esto y así se hará, como Hochalas que soy.
Kanlil mira a su maestro no muy convencido.
De acuerdo maestro… ¿Pero por que hemos dejado a Ankor con los barbaros? ¿Le vamos a dejar allí?
Mientras, Kanlil no le quita el ojo a Pelarun. Si ese loco no está de acuerdo, seguramente sea un problema, y se ponga violento. Kanlil mantiene la mano posada en la empuñadura de su espada.
Sortien, contesta a Kanlil de mientras y así le damos algo de tiempo a RoFran para que postee. Es que su decisión es vital para su personaje, y aunque sospecho qué decidiría él, me gustaría que fuera él que la tomara.
Quizás sea mejor que en estos momentos nuestro "gran" amigo se mantenga al margen, por nuestro bien.....
En el caos de recuerdos que tengo (mi memoria es un tanto efímera y mi inteligencia no tan retorcida/manipuladora como la de Forad) creo que Forad optaría por sus hermanos (como siempre hacia lo "fácil").
Ha hecho y deshecho ya tantos planes y reliado y liado tanto su relación con Pelarum que antes de escribir cualquier texto debería estudiarme la escena entera.
Espero que esto, al menos, te de el pie que necesitas rolear la decisión.