Ante la clara amenaza a sus hogares, los Duchodri terminan por estallar. Te apartas sorprendido cuando Hos, el primero de todos ellos, salta de la tarima rugiendo y arranca a uno de sus Lago una lanza con la que trata de ensartar al draconiano.
-¡LA MUERTE ES LO QUE CONSEGUISTES SI TE ACERCASTE A MI MUJJJER!
Pero Vaahaar Naroot cuenta con un recurso incontestable: sus alas. Hos no puede más que arrojar la lanza al draconiano, que la evita con elegancia al salir catapultado hacia el cielo.
-¡DILE A TU DRAGÓN QUE USÉ SU CRÁNEO DE LETRRRINA CUANDO LO MATE!-, grita enajenando por la rabia el caudillo.
No corren tanta suerte la escolta del draconiano; Los Valwochi presentes en la reunión no pueden hacer otra cosa que morir con rabiosa dignidad entre el mar de enemigos que los rodean. Los dos que estaban en el centro del claro tratan en un primer momento de ensartar a Hos, pero éste esquiva sus envites e incluso se permite arrebatarle a uno de ellos su arma. Segundos más tarde, una turba de Lago los sepultan. Ves por última vez al más alto de ellos caer mientras uno de los Hor del Lago le arranca con las uñas una oreja.
Los que estaban sentados donde los Guja, algo más numerosos, tratan de componer un cuadrado y salir de la reunión. Dudas que ninguno logre escapar, por que es todo el ala derecha de los bárbaros allí reunidos, es decir, centenares de los más experimentados guerreros Duchodri, capaces de aplastar a compañías mercenarias valleses por las que suspiran en sueños los mandatarios de medio mundo, la que se interpone en su camino.
Unos minutos más tarde, todo ha acabado. Los diez Valwochi, o más bien lo que queda de ellos, cuelgan del retorcido árbol surgido de la magia del Brazo. Sólo varios Duchodri han sido heridos, pero uno de los dos muertos es Horgan Latros, el respetadísimo líder del Clan Guja y preclara mente militar al mando de la Horda. Finalmente, el que los Valwochi se sentaran entre ellos no ha sido una buena idea.
Horgan Hos cede la voz a Ojan, que comienza una ceremonia para que los ancestros accedan a acoger a los caídos en la refiega. Te reúnes con el caudillo mientras una muralla de Lago os rodean para que tengáis más intimidad. La rabia ha desaparecido del rostro del líder para dejar paso a la angustia. No hay rastro del gran hombre al que has aupado al mandato de la horda cuando te mira con ojos desesperados.
-Guerrrrra con los drrrraconianos... ¿puede la victorrria trrraerrr más desgrracias a mi pueblo?¿Qué imporrrrta ya lo que tenga que decirrr con lo que acaba de sucederrrr, Verom?
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Motivo: arrojar lanza
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Motivo: vuelo
Resultado: 62
Como ya te dije, tira Oratoria para ver cómo han sentado tus palabras entre los bárbaros.
Me gasto los 3 puntos de voluntad que me quedan, si son menos lo cambias. Pues un crítico si no calculo mal.
De verdad que esta vez no he visto por donde iba el tema y la frase del nudo gordiano me dejo muerto :-(
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Motivo: Oratoria 63 +15
Dificultad: 78-
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Las miradas aprobatorias que de vez en cuando te dirigen los Lago que os rodean te enardecen. Después de todo, la amenaza draconiana es algo lejano, en lo que a ti respecta quizás esta fuera la mejor forma de salir de este trance.
Te dispones a contagiar de tu renovado optimismo a Hos con alguna palabra de ánimo.
Pues sí, crítico. Te van a salir las cosas mejor de lo que creía.
Lo del nudo gordiano es una historieta algo vieja. En resumidas cuentas, Alejandro Magno en sus conquistas llega a la ciudad X y se encuentra con un nudo que no se puede deshacer. Él soluciona el problema con una salida por la tangente: saca la espada y corta el nudo en dos. En la web seguro que encuentras una versión más cañera de la historia (de esto deduzco que no has leido Watchmen, te lo tienes que pillar tio).
Inicialmente, este problema lo planteé pensando en que eso de partir en dos sería una solución óptima: El draconiano se queda con los huesos de Hakoon (sus auténticos restos) para darles sepultura y Horgan Hos con la coraza que los recubre para mostrarla como símbolo de su victoria. Lo mismo a ti te parece una gilipollez, pero así de sencillo pretendía que fuera XD.
Verom mira a los ojos a Hos pero habla en susurros para que sus palabras no sean escuchadas por oidos indebidos.
- Puede que no sea lo que querrriamos perrro has demostrrrado tu fuerrrza y tu espirrrritu de liderrr. Ahorrrrra los Argar no podran decirrrr que te has ablandado y Aros no pudo desafiarrrrte.
Se que parrrrece una victorrrrria pequeña ante la posibilidad de verrr Kal Duchocri arrrasada, sin embarrrrgo es una manerrrra de poder volverrrr a casa con casi toda la horrrda y al frrrrente de ellos.
Los draconios pueden serrrr unos terrribles enemgios perrro estuve a tu lado parrrra intentarrr buscarrr una solucion pacifica, si me dejas seguir siendo tu Hace-palabras.
El embajador ve muy lejos su tierra, no confia en la palabra de Sortien y despues de todo no esta mal ser el rey en la sombra.
La historia de Alejandro Magno la conozco y tengo el Watchmen pero no sabia como querias aplicarlo. Lo que entendi de tu post de explicacion era que Hos no podia perder los restos de Hakoon y por ende sus huesos.
Pero bueno, ya esta hecho y le costara a Verom vivir entre barbaros el resto de sus vida.
Mi intencion ahora es conseguirle la puta corona a Sortien a cambio de Hos a cambio de mis servicios en Kal Duchocri
Te extraña comprobar que la angustia de Hos desaparece en un abrir y cerrar de ojos. Te mira divertido, se le escapan un par de carcajadas y niega con la cabeza mientras te posa un pesado brazo sobre la chepa. Así de histéricos son todos. ¿Es que nunca abandonan la volubilidad de la adolescencia?, piensas algo indignado para tí mismo.
-¡Ja! Tus palabrras me honrrran, y fue un orrrgullo parra mí tenerrte como el... ¿amplificadorrr? de mi voz. Perrro no me engaño. Llegó el día en que otrrros más prrrometedorres se asomarrron al salón del trrono de Kar Duchodri, y entonces el viejjjo Hos se quedó prrrimerrro sin su morrreno báculo, y luego sin caliente rrrespaldo...- Hos vuelve a negar con la cabeza y suelta un sonoro suspiro. -Sólo esperrro que el rremedio no sea peorrr que el prrroblema. Lo que me asustan no son esas historrrias de un lagarrrto cazadorrr que vino a porr unos cuantos huesos y se vengó de todos nosotrros. Lo que no me gusta nada es la distancia que hay hasta casa, y no puedo hacerr otrra cosa que pensarr en cuán rrrápidas son unas alas de draconio comparradas con las corrtas pierrnas de un Hombre.
Hos ladra unas órdenes a sus hombres, que se apartan para volver a sus posiciones. Luego se gira hacia ti una vez más. Aspira hondamente una bocanada de aire y recompone parte de su perdido aplomo.
-Terrrminemos con esto
A continuación, hace gestos a la horda para que todos vuelvan a su sitio. Ojan, que ha terminado su alocución breves momentos antes, se mantiene de pie sobre la tarima. Negra sombra emplumada, el buitre clava sus ojos en Hos.
-¿De quién fue la idea?¿Tuya, o de esa abominación surrreña que empozoña tus pensamientos?-, dice en voz alta el shamán. El silencio vuelve a poblar el semicírculo.
-No pongas esa carrra de estúpido, Horgan de los Lago. ¿Nos lanzáis a una guerrra contrra un enemigo que no conoce la palabrra cuarrtel y piensas que nos crreímos que lo haces porr mantenerr entrre tus trrofeos ese cascabel de impío metal? Necesitabas un enemigo que mantuvierra a los Hombres unido bajjjo tu yugo, porr que lo que pueden perrderr es mucho más que su liberrtad si no te siguen, y porrr que nunca un Hombre rrehuyó a un combate, porr grrande que fuerra el enemigo. Jjjuegas con el miedo y el honorr de tu pueblo parra perrpetuarrte a su cabeza. Y casualmente, uno de los pocos Hombres que pudo oponerrrse a esta maniobrrra de autodestrucción muerre a manos de tu reciente enemigo... Es algo tan prropio de los come-hierrbas que me cuesta crreerr lo que mis ojjos han visto esta noche aquí. ¡Y todo lo que hemos avanzado en las últimas lunas se hizo en vano! Porr que ahorra llevarremos la lucha a casa, y ningún Hombre quedó en las tierrras de los Ancestrros parra danzarr en su honorrr alrrrededorr de sus tumbas ante la perrspectiva de verrr morrrirrr a sus mujjerres, a sus niños. Puede que ningún Hombre alzó la voz. Perro los Argar sí lo hicierron. Tú no puedes serrr más el Horgan de todos los Hombres. No después de esta calamidad, después de malgoberrrnarr al Pueblo de esta manerra. Entrrega tu trrofeo a los drrraconios. Mata al parrásito que se escuda bajjjo tus pieles. Devuelve el Brazo a los Argar. Y quizás entonces los ancestrros perrdonarron tu tonto atrrevimiento y rrrecuperres parrte de tu dignidad.