Una vez avisados los servicios de emergencia, guardo el móvil y se arrodillo al lado del viejo, miro a Tatsuya, aunque parecía tener la situación bastante controlada, además de que estaba haciendo algo asombroso -Si puedo ayudar...dímelo- cogió la mano del viejo, con suerte se pondría bien.
Cuando entro el conserje hecho un basilisco, los dos chicos y la chica de su clase se apresuraron a explicarse, el chico que habían llamado Sergio pareció salvar la situación, por lo que no fue hacia allí, dejando que se ocupasen los alumnos, de todas formas ella no podía decir mucho más de lo que ya le estaban explicando.
El conserje suspira resignado ante vuestras explicaciones.
Está bien... no parece que hayáis golpeado a nadie... Dejad que me encargue de esto.
Aquí no hay nada que ver, marchaos y que nadie se entere de lo sucedido aquí.
dijo muy serio, dejando claro que si no obedecíais ibais a tener problemas para seguir en la universidad.
Sin embargo, el anciano se reincorporó lentamente; seguía siendo incapaz de andar pero Tatsuya le había salvado la vida.
Señor Okura, estos jóvenes me han salvado, no debería tratarles así...
dijo, esforzándose por pronunciar aquellas palabras.
El conserje bajó la cabeza avergonzado y el anciano aprovechó para pedirle a Takuya que se acercara.
Le tendió una tarjeta de presentación que contenía unas escuetas palabras:
Ueshima Kojiro
Y una dirección del lujoso barrio de Setagaya en Tokyo.
No dijo nada más, hasta que la ambulancia llegó un par de minutos después y se lo llevó en camilla.
El gimnasio quedó clausurado y vosotros teníais la tarde libre y una dirección.
Suspiro algo más aliviada, parecía que el hombre estaba bien y todo gracias a aquel extraño muchacho y ha la habilidad que había usado -es impresionante esa habilidad tuya- le tendió la mano -Soy Saraya- y luego vio como en anciano le entregaba una tarjeta, no preguntaría, era algo entre él y el hombre, no le correspondía a ella.
Miro a los demás, al parecer se habían librado todos de una buena ¿como podía pensar el conserje que ellos harían una cosa así? estaba realmente mal de la cabeza, por surte en anciano lo reprendió por su comportamiento.
Di un suspiro al ver como aquel viejo ya podía hablar lo que significa que se estaba mejorando, cuando llego la ambulancia nos sacaron a todos y se llevaron al viejo en camilla, escuche que se llamaba Ueshima, debería recordarlo, tal vez me servirá después y aparte al que lo curo le dieron una tarjeta, mejor todavía.
-Bien...¿Ahora qué?.- Le pregunté a todos, ya que habían cerrado el gimnasio no tenia nada más que hacer y todavía no quería irme a mi casa.