Partida Rol por web

Kath escuchó a Yakoo como iba narrando la historia de lo que pasó con su hermana Lotta. Mientras lo contaba la angustia se iba moviendo de su tripa hacia su garganta hasta el punto de casi no poder respirar. Entonces Yakoo se lo dijo: Ree se había sacrificado por su hermana y por ellos. 

Sendos regueros de lágrimas bajaron inmediatamente por sus mejillas. El final había llegado para su amada por el bien de la galaxia. Pero ella estoica reprimía el llanto pues su mente analítica buscaba la solución a ese problema o el fallo en el mismo que le devolvieran a esa twi´lek azul que tanto amaba.

Yakoo se acercó y le entregó lo que quedaba de traje. La khil lo tomó y sin poder aguantar más rompió a llorar. Desconsolada y descorazonada no quería entender porqué se había sacrificado, aunque en el fondo lo entendiera. Pero no era el momento de atender a la razón, era la hora de la rabia y el deshago. Sus hullepis se movían inquietos buscando aferrarse a algo, intentando encontrar aquello que la mente buscaba y que no volvería a tener.

Sintió el abrazo de la capitana, el cual devolvió la khil con fuerza. Pese al calor y cariño que sentía de Yakoo, Kath no podía contener su amarga tristeza que llevaba aquel desgarador llanto. No podía. No quería.

Entonces lo sintió. Unos brazos se pegaron a su cuerpo desde atrás, sintiendo el pecho que le abrazaba. Notó el calor que irradiaba el otro cuerpo, haciendo que a su mente le viniera el perfecto olor que siempre le acompañada. Era ella, era Ree. Estaba allí con ellos. La Kahil dejó de llorar y se giró, pero no había nadie. Aun así lo seguía sintiendo. Era ella, estaba segura. Y una sonrisa apareció en su rostro cuando le escuchó que le hablaba. Era ella y estaba allí.

Te hubiera gustado sentir a Ree a tu lado, verla de nuevo brincar hacia ti y que sus brazos te rodearan, al mismo tiempo que la fragancia que solía desprender, te envolvía y transportaba a un mundo lleno de recuerdos maravillosos, no demasiados, pero sí repletos de sentimientos y emociones que dudabas que fueses a olvidar alguna vez.

Ver a Ree habría sido el final que necesitabas para sentir que verdaderamente, ella seguía estando contigo, fueses donde fueses.

Pero eso no sucedió.

Cuando te volviste, solo encontraste las miradas perdidas y llenas de lágrimas de tus compañeros, que a pesar de no sentir lo mismo que tú por la twi'lek, sabían todo lo que debías sentir en tu interior, por no decir, que habían perdido a una amiga.

La nave estaba tan silenciosa, tan vacía, que casi sentías como si tu corazón se desgarrara con cada espiración. ¿Era posible sufrir tanto dolor por la ausencia de alguien, sobre todo cuando en realidad, hacía tan poco tiempo que la habías conocido? El destino era, sin lugar a dudas, cruel, al poner en tus manos lo que durante mucho tiempo estabas esperando, aun cuando no fueses consciente de ello, y arrancarlo de tu lado sin apenas haberte dado tiempo a disfrutar con ello.

El destino era cruel, odioso, y terrible. Tanta lucha, tanto dolor, tanto sufrimiento... y para qué.

Para qué.