Partida Rol por web

Ya equipado el equipo, se dirigieron al portal stargate, el comienzo de la misión era siempre una acumulación de nervios y tensión, pero al ser una misión de semi colonización, era percibida como menos complicada. Fern aseguraba el equipo que no quería llevar en el FRED, Los equipos científicos, la tienda grande, el ordenador, la videocámara, 6 baterías, el sensor meteorológico, el contador geiger y el panel solar, un gran peso que no iría a las espaldas del científico si no a la del dron de carga hasta que estableciesen su campamento y desplegasen el equipo en su campamento base. -Bien, vayamos allá. Dijo Fern mientras ayudaba al resto de compañeros a cargar las partes del equipo que tampoco llevarían a sus espaldas. Cruzamos una vez más al otro lado, a la aventura y a las posibilidades que ofrecería ese nuevo lugar. El científico estaba entusiasmado ante todo lo que los rodeaba. Se adelantaba rápidamente para observar el entorno, describirlo, tomar alguna muestra de la vegetación autóctona y comprobar más tarde sus características. Deseaba llegar al lugar adecuado para establecer el campamento y estudiar todo más detenidamente.

No fue demasiado complicado para Aldo saber que se iba a quitar de encima para encasquetárselo al FRED. El generador portátil, los focos, el panel solar y las latas de combustible eran cosas que ni por peso ni por capacidad en las extremidades podría llevar sin realizar un gran gasto de energía y un gran despliegue logístico por su parte. De no haber tenido el FRED a saber cuantos viajes debería haber hecho el lingüista para transportar todo aquello.

Aún y así el equipo seguía siendo pesado, pero estaba seguro que podría liberarse de gran parte de la carga una vez llegasen, como cuando iba de acampada.

- Listo - dijo ajustándose las bandas de la mochila.

Dio un paso tras otro para ascender por la rampa que daba al Stargate junto al equipo y juntos atravesaron el agujero de gusano que les llevaba derecho a su siguiente tarea.

Según los cálculos iniciales todavía quedaban cinco horas de caminata. Tomó aire para llenarse los pulmones del aire fresco del planeta y para depurarlos del ambiente cerrado de la base del Stargate.

- Hay unas cuantas canciones que podríamos ir cantando, digo, ya sabéis, para que no se haga todo esto tan monótono y aburrido - comentó el sociólogo.

Andrews Trataba de observar con cierta atención lo que tenían en el camino, quizás pensando en el tiempo de estudiarlo en profundidad, o por lo menos algo más que un simple vistazo de pasada como el que estaba haciendo el equipo, cada uno en su especialidad. Escuchó las palabras del lingüista. - ¿Monótono y aburrido Evans, fíjate alrededor, podemos ser los que demos pié a una colonia, los que vamos a poder descubrir cosas únicas nunca antes vista por el hombre. Pensó un segundo en las palabras que acababa de pronunciar. Bueno, por un hombre de la tierra. Es maravilloso todo este despliegue de vida que se desarrolla a nuestro alrededor, de lo que hallemos aquí puede salir un gran conocimiento. Si quieres cantaremos, pero de alegría por este trabajo.

- Madre mía Andrews, no te lo tomes al pie de la letra, salir del agujero donde trabajamos y hacernos una buena excursión es muy estimulante, tu sabes apreciar más que yo todos esos detalles, pero créeme que estoy encantado con las vistas - dijo -. Mientras nos sigan enviando a paisajes tan estimulantes, nada será monótono o aburrido - señaló estando de acuerdo con su compañero científico.

- Si las mujeres de la Tierra no educasen a los hombres para que dejen de actuar como niños, no habría forma de que descubrieran estos paisajes. - La sargento de marines adelantó a ambos civiles para tomar la delantera en la formación. - Será mejor que marchen en silencio, así no malgastarán aliento, no se quedarán sin resuello a medio camino y no atraeremos atenciones indeseadas. - La mujer se ajustó el fusil antimaterial a sus espaldas antes de echar a andar. El arma se antojaba mucho más grande que ella.

En parte le alegraba el ambiente jovial del grupo. Eso hacía que las misiones fueran más amenas, pero no podían perder de vista el objetivo que tenían delante.

El paso por el Stargate fue rutinario, nada nuevo. El paisaje al otro lado, normal. En realidad sí que parecía que aquella sería una misión más bien de paseo, pero por pasadas experiencias, mejor no dar por sentado nada.

Vamos chicos. No nos entretengamos, pero no me hagais cantar. - sonreí ante la ocurrencia de Aldo. - No quiero que si al final, hay algún habitante en este planeta nos ataque por escucharme desafinar.

Cargamos en el dron lo más pesado, pero no vital en caso de emergencia para descargarnos del máximo peso posible. Ya que teníamos el aparato, mejor aprovecharlo.

Coloqué el equipo de escalada y la cámara infrarroja en el dron. Me pesaba demasiado para hacer una caminata normal por el planeta.

- ¿Y si vamos conversando, tranquilamente? - dijo el lingüista - ¿Hemos hablado de algo a parte de nuestro actual trabajo en el tiempo que llevamos en el programa? Venga Fern, cuéntanos donde trabajabas antes, luego voy yo, luego Alan y finalmente... Vanessa, era ¿no?

A Aldo se le acababa de ocurrir, habían compartido varias misiones, la mayoría y esa sería su segunda misión relevante, que menos que conocerse un poco.

Evans pensó en cómo hacer más llevadero el camino mientras no estaban paranoicos como en otros mundos sospechando de cada sombra, contar algo del pasado de cada uno. Ahora le parecía a Andrews tan lejana su vida fuera del comando. - La verdad es que he estado en muchos sitios, muchos estudios y proyectos realizados. Los últimos que recuerdo fue una estancia Svalbard, en el banco de semillas mundial en Noruega, estuvimos organizando y catalogando unas especies de cereal que encontramos cultivadas en Sudán, resistentes a la sequía mejor que otras variedades comerciales y en estudio. Eramos un grupo de 5 científicos bajo el auspicio de la Comunidad Internacional. Una parte la guardamos y con otra parte desarrollamos un estudio para hibridar con otras especies. Creo que ese trabajo fue el que me ayudó para estar en este puesto. Hacía frío allí, con la ropa que llevábamos casi nos congelábamos, nada de calefacciones ni similar, por suerte estábamos poco tiempo y enseguida nos trasladábamos a un laboratorio más caliente. Una experiencia interesante sin duda.

Aldo asintió ante la respuesta de Fern.

- Sin duda tiene pinta de interesante - comentó -. Por mi parte, he desarrollado la mayor parte de mis estudios yendo de aquí para allá, podría decir que me he recorrido gran parte del globo terráqueo de las culturas más diversas a las nuestras, domino algunos idiomas y sobretodo me encantan los idiomas antiguos y gracias a nuestra misión con los celtas añadí uno que tenía ya muy oxidado a la lista. Si queréis viajar y lo queréis hacer con gusto y placer, soy vuestro hombre, preguntadme.

De una forma u otra, la charla continuó mientras caminaban. Si los civiles esperaban conocer algo más de los logros de sus compañeros, no tuvieron tanta suerte. La sargento Guerrero no dió muchos detalles sobre su trabajo más allá de su participación en la Tormenta del Desierto, alegando que no tenían autorización para discutir nada al respecto con ellos. Y ni siquiera se extendió demasiado en su implicación durante dicha operación.

El SG-4 había marchado durante cuatro horas, alcanzado la linde meridional del bosque. La floresta era bastante diferente a lo habitual; árboles dispersos aquí y allá aunque se iban concentrando y espesando más hacia el norte. Pero el camino de los tau'ri les llevaba hacia el oeste y siguiendo el límite de ese bosque. Pero la marine no tardó en llamar la atención sobre un cambio meteorológico que se produjo en pocos minutos. La brisa fresca había sido reemplazada por un viento de fuertes rachas (de hasta 80 km./hora según el sensor, como pudo comprobar el doctor Andrews) y grandes y pesadas gotas de lluvia comenzaban a caer. A pocos kilómetros hacia el sur de su posición, las nubes lechosas y dispersas se habían convertido en un frente nuboso gris y oscuro, bajo el cual se podía ver una cortina de agua que se precipitaba sobre el terreno.

Volver sobre sus pasos hacia el stargate pondría al SG-4 en la ruta aparente de aquella tempestad. Hacia el este y el norte se extendía el bosque y hacia el oeste se abría una amplia planicie en la que no se alcanzaba a ver refugio posible alguno. La sargento de marines hizo notar al mayor Whiteface que era desaconsejable capear aquel temporal al descampado, pero también señaló los riesgos evidentes de las fuertes y violentas ráfagas de viento en el bosque.

- Bueno, tenía que tocarnos alguna vez - dijo el lingüista suspirando ante las gotas que comenzaban a caer.

Escuchó con atención las recomendaciones de Guerrero y asintió.

- Si hay posibilidad de relámpagos, como en la Tierra, estaremos mejor estando relativamente cerca de una zona con árboles, aunque tampoco sea seguro refugiarse en ellos - dijo.

Durante la caminata los científicos charlaban entre ellos y esperaban que nosotros explicáramos cosas de nuestras vidas. No recibieron ninguna respuesta ni de mí ni de la sargento. Nuestra instrucción militar nos hacía estar más alerta que los civiles y, aunque no se preveyera ningun peligro evidente, siempre estábamos observando alrededor buscando potenciales amenazas.

Fue la sargento la que detectó la tormenta que se avencinaba por el sur.

¿Por que siempre tiene que llover en todos los planetas? Solo deseo encontrar un planeta en alguna misión donde no llueva.

Después de quejarme, tenía que decidir qué hacer.

Hacia los árboles. Nos resguardaremos en el bosque. Fern, el dron. Ponlo a salvo.

A las ordenes del mayor Whiteface, el SG-4 se encaminó hacia el norte, buscando la relativa seguridad que podían brindar los árboles. La tempestad tardó unos pocos minutos en alcanzar a los tau'ri. Incluso al amparo de los troncos y copas, las ráfagas de viento eran muy fuertes y, en ocasiones, amenazaban con desequilibrarles. Además, el aullido del vendaval dificultaba el entenderse. Pero lo peor era la lluvia, un aguacero de gotas enormes que caían con violencia sobre árboles, humanos y suelo; la cortina de agua había vuelto el mundo alrededor del SG-4 de un gris uniforme en el cual era difícil distinguir algo más que siluetas borrosas. Más allá de los dos metros, era imposible ver algo que no fuera la intensa precipitación.

No ayudaba tampoco el que el viento arrojase en todas direcciones pequeñas gotas de agua. Éstas no tardaron en acumularse en los ojos, lo que obligaba a los exploradores a secarlos casi continuamente con las manos, o a caer en pequeños y incesantes goteras por la frente y la nariz. El bosque a su alrededor no era silencioso; las gotas de lluvia chapoteaban contra las hojas al caer y las ramas emitían crujidos torturados ante el embate de las ráfagas de viento. Bajo aquellas condiciones, parecía que cada minuto era una eternidad. Guerrero avanzaba en punta pero se volvía frecuentemente para asegurarse de que el resto le seguía y nadie quedaba rezagado. No era raro ver a la marine gesticulando con vehemencia para indicar a Alan, Aldo y Fern por dónde moverse o hacia dónde debían avanzar.

En una de aquellas ocasiones en que la sargento se había vuelto, la marine trastabilló y casi cayó al suelo al girarse de nuevo. Su MP5 estaba levantado, apuntando hacia una figura humanoide que se dibujaba entre la precipitación. La silueta se volvió más y más definida cuando se aproximó a la distancia en que la lluvia permitía ver con cierta claridad. Era un hombre humano, de barba pelirroja, que les observaba con estupor. Iba cubierto con una especie de tabardo de cuero y pieles, con una capucha de idénticos materiales que resguardaba su rostro y protegía su cabeza de lo más intenso de la tempestad.

Cuando pareció recuperarse de la sorpresa, hizo un gesto con la mano izquierda que asemejaba una invitación a seguirle.

No parecía peligroso y, aparte de la misión encomendada para P8X-362 era simplemente la exploración, la aparición de forma de vida en el planeta debía investigarse.

Creo que deberemos seguirlos. Y tendremos que preguntar a la base como demonios no detectaron la presencia de vida evidente que había en el planeta.

Me levanté empapado, dispuesto a seguir al humano hacia donde nos dirigiera. Si bien no tenía pinta agresiva y realmente quería ayudarnos, ls lógica prudencia hacia que caminara mirando a los alrededores para que no cayéramos en ninguna trampa. Por regla general no tenían por qué ser agresivos, pero mejor ir con pies de plomo con pueblos hayados en otros planetas.

Vamos chicos.

Vida en el planteta, mejoraba la situación del equipo en el planeta, podrían tomar contacto con un grupo de seres humanos autóctonos. Podrían tener aliados o una civilización con la que compartir las culturas de ambos pueblos. Sin embargo había que llegar a donde indicaba el extraño hombre, y el dron era difícil de controlar en estas condiciones, aunque debido a su capacidad de transporte y al hecho de que apenas llevase carga, sorteaba los árboles con relativa facilidad. No tanto como lo hacía el resto de equipo al que la lluvia impedía relativamente su visión. - No es tan fácil seguir el ritmo de ese hombre manejando el dron, hacemos lo que podemos.

A Aldo le hicieron los ojos chiribitas, en cuanto vio aquel humano. Una nueva civilización humana extraterrestre de la que sacar algo de información lingüista y social. Al menos parecía que no sería una misión de exploración típica. Obedeció a pies juntillas la orden de Alan, posterior al gesto de aquel humano y ayudó a Andrews a manejar el dron para seguirle.

- Al menos, es probable que nos encuentre un lugar seco donde descansar - dijo esperando poder secar algo su ropa.