Partida Rol por web

Si, señor =contesto la Capitana Costa=

Cumpliendo las ordenes se situo en la retaguardia y empezo a avanzar, alerta a cualquier indicio de agua potable o de amenazas potenciales entre la selva.

Cuando coge una de las garrafas reprime un quejido. Cuando esté llena duda mucho que pueda cargarla, pero hasta entonces no piensa decir nada, no quiere que piensen mal de ella. Lleva como puede su enorme mochila, en la que no tiene muy claro cuántas cosas útiles lleva, y la garrafa. Se pone entre la Capitán y el Coronel y empieza a caminar con cuidado, intentando no hacer mucho ruido. ¿Los soldados son sigilosos, no? No tengo que llamar la atención. Abre mucho los ojos, aunque con la lluvia en las gafas es difícil ver bien.

 Cuanto más avanzáis por el planeta, más os dais cuenta de la poca intención que tiene la tormenta de amainar. Prácticamente podríais llenar las garrafas dejándolas bajo la lluvia, pero sabéis que deberíais hacer pruebas y aseguraros de que es agua dulce medianamente normal.

 Tras aproximadamente media hora de marcha el Coronel Young da con una fuente de agua natural; un río de unos diez o quince metros de ancho. La corriente baja revuelta y rápida, pero creéis que podríais ser capaces de llenarlas allí. Cuando ya estáis los tres reunidos en el lecho del río pensando en cómo llenar las garrafas, la Capitana Costa* percibe unas sombras moviéndose alrededor de los tres. Antes había intuido algo, pero lo había achacado a la lluvia golpeando las abundantes plantas del planeta. Ahora sin embargo, está segura de que hay algo rondándoos.

Coronel... -llama al Coronel Young en voz baja-.

Acto seguido, mediante los gestos militares adecuados le indica que hay alguien que está rondando su posición. Una vez se lo ha comunicado, espera las instrucciones del Coronel...

Young observa el alrededor con discreción ante las señas de la Capitana, pero no se mueve, ni hace ningún gesto brusco. Con cuidado, y poco a poco, lleva la mano a su arma, y sin dejar de observar, se mueve dos pasos hacia la doctora Noble. 

-Doctora, vaya llenando esas garrafas. Le cubrimos las espaldas. Y no se acerque al agua más de lo estrictamente necesario.- 

Los pelos de la nuca se le erizan. Tiene un mal presentimiento. Le hace señas a la Capitana para que se ponga a cubierto. 

Si los militares se preocupan ella se pone nerviosa, no puede evitarlo. Entre la lluvia y los susurros siente un escalofrío bajando por su espinazo.

- Sssi, a la orden... -acierta a contestar. Deja su mochila en el suelo, porque con el peso al inclinarse podría caer al agua. Luego se acerca un poco tambaleante a la orilla con una de las garrafas, intentando no resbalar. Empieza a llenarla como buenamente puede y cuando acaba la arrastra de nuevo hasta la orilla. Cuando casi está acabando decide comentar lo que a ella le parece obvio - Esto... me van a tener que ayudar, no creo ni que pueda con una garrafa...

Tranquila Dr. Noble, usted sólo procure llenarlas de momento... -dice con un susurro la Capitana Costa sin dejar de observar lo que sucede a su alrededor-.

Podolsky sigue muy concentrado en la consola de la nave...

-Bien, ahora lo más urgente, en mi opinión... es atender a la cuestión del soporte vital... voy a ponerme a buscar alguna solución.

Y se lanza a teclear como un poseído...

 La joven Dra. Noble comienza a llenar las garrafas en el agua clara del lecho del río. No es una tarea muy difícil por lo que, tras unos interminables minutos, todas las garrafas están llenas de agua clara y mayormente limpia. Mientras Cat llena las botellas, el ruido entre los arbustos iba acrecentándose. Young y Lucía tenían preparadas sus armas; y sus corazones palpitaban cada vez más rápido. Finalmente, cuando el enemigo salió de entre los árboles no pudieron contener una sonrisa: Alguna especie de cervatillo salió de entre los arbustos y correteó feliz por la vereda que habían abierto los tres para llegar hasta el río.

 Con el Dr. Podolsky tratando de hacer malabares con un sistema de soporte vital al mínimo, el Teniente Scott ha empezado a repartir los camarotes que ya están explorados y verificados como "Aptos". Cada vez que alguien le pregunta para qué se esfuerza tanto si estaréis muertos en unas horas, él siempre responde con su confianza ciega hacia el Coronel Young. Se ha establecido una enfermería, una cocina/comedor, y desde la computadora se han sellado todos los lugares peligrosos. Además, habéis habilitado una enorme habitación para que los extraños tengan su propio espacio; aunque todos juntos. No es que no os fiéis; simplemente no os gustaría tenerlos descontrolados.

 Finalmente, solo quedáis en la Sala de la Puerta Reznik, Podolsky, Scott, T.J. (que ha dejado a Greer estable con Sybil Vane en el lugar que habéis habilitado para la "Enfermería") y Rush. Mientras Podolsky se devana los sesos tratando de hacer algo útil, Rush se mantiene a su lado y lee en voz alta una etiqueta en Antiguo que siempre queda en la parte superior de la pantalla:

 -Destiny... La nave se llama Destiny.

 En ese momento, las señales de "Agujero de Gusano Entrante" se disparan y la puerta comienza a conectarse con la Stargate del planeta donde Young y los demás han ido. Miráis el reloj: Falta apenas una hora para saltar de nuevo y dos para que os quedéis sin soporte vital.

 Young, Becker, Costa y Noble cruzan el Stargate y aparecen en la nave cargados cada uno con una garrafa llena de agua. Rush los recibe con un "Bienvenidos a la Destiny", encantado con su descubrimiento sobre el nombre de la nave. Los cuatro recién llegados, mojados hasta los huesos, notan la Sala de la Puerta totalmente vacía a excepción de los presentes (Reznik, Podolsky, Scott, T.J. y Rush). Pronto se enteran de que se han repartido los camarotes habitables y se han establecido varias salas comunes para diversos usos.

 Sin perder un minuto, Rush guía a todos hasta la sala donde encontró los filtros del aire y los abre. El hedor que desprende es insoportable; y un engrudo negro salta por todas partes y se derrama por el suelo. Haciendo caso omiso, Rush apremia a que se viertan tres de las cuatro garrafas de agua, guardando una para racionarla. Pronto, el agua hace su efecto y el aire vuelve a oler a limpio.

 Y justo en ese momento, la Destiny salta a la velocidad mayor que la luz y se aleja del planeta que, aun sin saber su nombre, os ha salvado la vida.

Justo a tiempo... un poco más y no habríamos salido de esta con vida... -piensa-.

Aunque parece que sólo los que estaban en la puerta esperando (y los que la han acompañado al planeta) están realmente preocupados por la situación...

Muy oportuna la distribución de la nave aprovechando que algunos estábamos fuera jugándonos la vida para encontrar agua -piensa la Capitana- Por descontado no dice nada acerca de este detalle. 

Parece que hemos conseguido solucionar un problema, de momento. Sin embargo necesitaremos agua potable y comida. El agua que hemos recogido parece potable, pero no dudaría mucho y una vez agotado el sistema de purificación de aire no tendríamos reemplazo. Espero que éste no sea el último planeta en el que se detenga la nave... Necesitamos conseguir el control de la nave.

Luego observa con detenimiento la sala una vez más y le comenta en voz baja al coronel:

Señor, no veo a los refugiados por ninguna parte...

Nada más cruzar la puerta Rush les conduce a la sala donde están los filtros y donde vierten el agua que han transportado. Antes de que se dé cuenta vuelve a estar en la sala de la puerta un poco descolocada. Está completamente empapada de la lluvia y aunque rebusca bien es incapaz de encontrar una toalla para secarse. Coge una chaqueta seca y se la pone por encima, esperando que al menos pueda entrar un poco en calor.

Estaría bien tener mi propio camarote, aunque este sitio no parece muy acogedor, la verdad. Observa a la poca gente que queda en la sala, preguntándose si debería estar ayudando en algo. Finalmente se decide a acercarse a la consola de mandos, donde parecen estar colocados todos los científicos.

- Buenas... eh, ¿han descubierto algo? - parece dudar en preguntar y evita mirar a Rush, como si esperara una reprimenda por no saber qué pasa - ¿Puedo ayudarles?

Como en un primer momento, sigo apoyado en la pared, durante la crisis intenté dominar el instinto de lanzarme a los paneles. Como última solución seguro que se podría haber cerrado la puerta y centrar los recursos de soporte vital en las zonas estrictamente necesarias.

Al ver que se activa la puerta y llevan el material les acompaño a los filtros, con Rush como estela a seguir. Observo en silencio el proceso y una vez han acabado noto como la presión de la falta de aire respirable va desapareciendo, para finalmente respirar una larga bocanada.

Algo cansado y bastante dolorido, me apoyo en la pared tras comprobar no tocar nada con la espalda y entrecerrando las ojos mientras con la mano me sujeto el hombro que a pesar de estar recolocado, sigue doliendo.

Por fin el aire se vuelve dulce.... Podolsky respira hondo, aliviado. Al ver que han llegado todos bien, pero empapados, se acerca de nuevo al montón de bultos que se han quedado en un lado tras cruzar todo el grupo la Stargate... 

Ya había estado intentando ordenar antes todo el galimatías de material...

No sé si vi antes algo de ropa seca por aquí.... 

Tras acercar algo de abrigo a los compañeros, y viendo que de momento la vida de todos ha ganado un indulto de horas, tal vez días, hasta que vuelva a estar en peligro crítico, se vuelve al trabajo...

Mire usted a ver si obtiene algo mejor de lo que yo he sido capaz, Dra Noble... o usted, Dr Reznik... la verdad es que me encuentro un tanto saturado de pantalla. Voy a ver si moviendo las manos me inspiro de nuevo....

Mira a Cat, como tentado de interrogarla acerca de lo que han visto.. pero al final no intenta la conversación...

Mejor ahora no... hay demasiado que hacer

Y se pone de nuevo a hacer inventario del material, para saber con qué recursos cuenta el grupo...

Y también habrá que buscar un sitio adecuado para todo esto... habla consigo mismo, mientras mueve los bultos despacio. 

Young, aún sin que nadie lo note, respira, aliviado. Han resuelto la primera amenaza, la más directa. En su ausencia, se han organizado los espacios de la nave con un mínimo de orden. Eso está bien, pero aún quedan muchas cosas por hacer. Hay que pasar cuentas de suministros, hay que poner en común la situación, organizar al personal militar... Baja la cabeza, pensativo, para luego mirar a la Capitana, cuando esta le señala que, efectivamente, los refugiados ya no están. 

-Cierto...- Mira a la oficial a los ojos. -Ahora debemos organizarnos. Reúna a todos los civiles en la sala del stargate, yo me ocuparé del personal militar. Nuestra prioridad es asegurar la supervivencia inmediata, para centrarnos en salir de aquí y volver a casa.- Dicho lo cual, y esperando unos segundos por si hay alguna duda, Young empieza a dar órdenes a todo el personal militar, enviándolos a la sala del stargate. 

Parece que el Coronel ha tomado la determinación de organizar a todo el personal de la nave, civil y militar, para tomar un curso de acción unitario. Puede que haya algunos roces pero no hay tiempo para la política, la supervivencia de todos está en juego y, desde luego, el Coronel Young es la persona más capacitada para tomar el mando.

Puede que Rush no esté del todo de acuerdo con esto, pero deberá aceptarlo...

Cuando el Coronel se dirige a la Capitana Costa para indicarle sus órdenes, la oficial responde

En seguida Coronel -y empieza a recorrer la nave en busca de los civiles para invitarles a que se reúnan en la sala de la puerta.

Con un Disculpe pero se requiere de su presencia en la sala de la puerta la Capitana Costa empieza a traer a los civiles tal y como le ha ordenado el Coronel Young.