Partida Rol por web

Bill es el primero en regresar frente la nave del Sr West. Allí solo quedan los bomberos, autoridades y unos pocos curiosos con paciencia. Entre ellos esta el Sr. Pengrowth. Sudoroso y sucio como los bomberos. Intenta prestar su ayuda a estos, pero poco a poco el fuego va quedando controlado y cada vez su presencia se hace menos indispensable.

Poco después llegan Teo y la pequeña Maya, encontrándose el mismo espectáculo que el americano.

El Sr West no parece estar por aquí. Tras un par de vistazos por los alrededores, no se le ve.

Bill se acerca a Alfred.

¿Ya se ha marchado el sr. West?

Alfred miro al americano con gesto cansado pero extrañamente sereno. Por suerte el incendio parecía bastante controlado y podía tomarse un descanso.

-   El Sr.West se encuentra indispuesto en estos momentos y se lo han llevado al hospital.- Le respondió mientras se secaba el sudor de la frente y limpiaba las manos manchadas de tizón.- ¿Lo busca por algún motivo en especial? Si no, sugeriría que lo dejasen descansar. Quedo muy malherido por las explosiones y ademas la situación le ha afectado mucho...-

Esperando no haberse extralimitado en sus explicaciones Alfred cierra la boca de golpe.

-   Si se trata de algo relacionado con la situación que nos ocupa tal vez pueda encargarme yo del asunto.- Continuó a la expectativa.

Mientras tanto su mirada se desvió ligeramente hacia el fornido peón y su pequeña acompañante que se aproximaban en esos momentos. Al menos la muchacha parecía no haberse lastimado, lo cual ya era todo un alivio para él. Como responsable de los trabajadores del taller le habían afectado mucho las muertes y las heridas sufridas por el resto de la plantilla del equipo.

Bueno ... - Dice Bill levantándose el sombrero y peinándose un poco.

Por lo que hemos visto, nuestros asaltantes se han ido por los tejados. Lo que es malo por que es un rastro difícil de seguir en dirección al centro de la ciudad ... pero es bueno por que no es un rastro que se borre fácilmente como las huellas en el barro.

El americano da un vistazo a la nave comprobando su estado.

Hay que tomar una decisión.

Si la nave no se puede reconstruir a tiempo, entonces deberíamos buscar a los culpables ... pero en caso contrario, debemos redoblar esfuerzos y vigilar atentamente que no se repita de nuevo.

¿Que cree usted? ¿Aún estamos a tiempo de participar?

Bill dijo:

No es una pregunta de respuesta fácil. Ya antes de esta trágica noche, el tiempo os apretaba sin merced. Ahora con eso ... la cosa pinta mal, pero quizás el Saint Michael no ha quedado en tal mal estado y, quien sabe. Tampoco hay que precipitarse en lanzar la toalla.

Quizás mañana podéis entrar y evaluar mejor los daños. Con la cabeza mas fría y sin tanto cansancio acumulado.

Cuando Alfred nos explica la situación del sr. West me limito a encogerme de hombros. Alguien de su posición es evidente que no morirá por unas pocas quemaduras y golpes, recibirá los mejores cuidados y métodos que existan en el mejor hospital de toda la ciudad.

Al parecer los presentes todavía pretenden ponerse a discutir qué camino o medidas adoptar y yo daría lo que fuera por estar en mi mugriento colchón durmiendo así que exagero un bostezo y me llevo la mano a la boca levantando la vista hacia Teo. Me parece que el mensaje ha sido claro...

—Caballeros, me temo que debemos marcharnos —tercia Teophilus en la conversación—. Esta señorita tendría que estar durmiendo desde hace horas, así que, mañana hablaremos si a ustedes les parece.

Con determinación y sin esperar a que los otros dos le contesten, Teo y Maya se alejan en dirección a su piso.

... - Bill se queda solo contemplando los desperfectos.

Que sangre fría tienen estos londinenses. Matan a dos compañeros suyos, queman la nave, persiguen autómatas por debajo de cascotes incendiados ... y en lo único que piensan es en ir a dormir. Yo no creo ni que pueda cerrar los ojos ... si lo hago seguro que veo a pequeñas arañas asesinas acechando para hacer explotar mi cabeza.

Suspira e inicia su camino hacia el lugar que tenga para descansar sus huesos, sobretodo su rodillas que le duele como mil demonios.

La verdad es que no tenias donde ir a dormir. Acabas de llegar a la ciudad, bien entrada la noche y viniste directamente hacia aquí. Casi todas tus pertenencias estaban en el despacho del Sr West y el acceso al hangar esta ahora mismo limitado a los bomberos. Tampoco es que sea una gran preocupación. Por como has descrito a Bill, me lo imagino como alguien de equipaje ligero, practico y sin lujos.

De momento no tienes hospedaje.

A medida que te alejas del barrio, vas notando el terrible peso del cansancio y los golpes. Parece ser como si tu cuerpo se empezase a relajar y con ello los huesos se aquejan del trato recibido en las últimas frenéticas horas. Par cuando llegas al hospital, pareces casi una alma en pena, arrastrando los pies. Tras una breve charla con un par de enfermeras y después un doctor, te dejan claro que el Sr West no se encuentra disponible para atender visitas. Con educación pero aplomo, te hacen saber que se encuentra bien y que no le dejarán pasar. No es hora para visitas.

Agotado y sin ganas de discutir mas, Alfred accede educadamente a desistir en su empeño de ver al Sr.West. Tendría que hacer caso de los doctores, y confiar en que estuviese bien. 

En otro orden de las cosas estaba a punto de desplomarse por el sueño, así que decidió marcharse a descansar. Mañana sería un día nuevo y necesitaría estar tan despejado como fuese posible. Tenía tanto por hacer y tan poco tiempo...

Sin darle mucha importancia a su aspecto desaseado, comenzó a caminar calle abajo en dirección a su bien merecido descanso.