Partida Rol por web

PNJOTIZADO.

Aquí S2-1138 -dijo Anzak, el cual se había preocupado por mirar el número de identificación en la placa del traje que ahora llevaba encima-. Traemos un confidente para la puesta al día y corroboración de datos: un antiguo oficial imperial con identidad oculta. Requerimos acceso inmediato. Cambio -La voz de Anzak se había modulado un poco, aunque la voz metálica de los trajes hacía todo mucho más fácil (ni tan siquiera la expresión facial contaba en el convencimiento-.

Un momento, voy a comprobarlo en el panel... mi compañero bajará para la inspección -entonces uno de los tipos desapareció de vuestra vista, y a los pocos segundos oísteis el ruido de un elevador: era el de la torre de vigilancia. Una pequeña puerta lateral hidráulica se abrio en la "muralla" del complejo y el sandtrooper vigía salió apuntándoos, aunque sin demasiada violencia (era una comprobación rutinaria).

Aportad la identificación -dijo el que ahora estaba frente a vosotros a Clint-: nombre actual e identificación antigua de oficial. ¡Ya!

Escolto a Clint a su lado mientras Darius está detrás y Anzak justo delante. El corazón me bombeaba acelerado cuando escucho la voz del vigía. Nos detenemos. Miro a través del visor de mi casco a Clint quien parece muy tranquilo. Me sonrie con absoluta serenidad. ¡Este abuelo es increible! ¡O tiene unos nérvios de acero o está loco o... confía plenamente en sus compañeros! ¡Me gustaría tener tu temple, abuelo!

Busco con la mirada donde tiene escondido y luego vuelvo a mirar hacia los vigías y a Anzak que ha empezado a hablarles a través del comunicador. ¡Ahora estamos en sus manos! ¡Espero que tengamos suerte!

No sé bien porqué, pero me parece que Anzak no ha sido muy convincente y los guardias desconfían un poco de nosotros.

-Eh, tranquilo chico. Esas nos son maneras de tratar a un viejo veterano. Además, ¿qué identificación quieres que aporte si voy de incógnito? Oh, claro, iré con el carnet de espía imperial encima, por si alguien me atrapa sepa quién soy. ¿Es que en la Academia no os enseñan nada? Soy Moess Berel, teniente coronel código ENT-1701. Ya sé que esta codificación no te sonará de nada, es de antes que tú existieras. Soy tan viejo que ya he salvado la galaxia más veces que tú has ido a prostíbulos y casas de dudosa reputación. ¡Y ahora déjanos entrar antes que nos quedemos asados bajo este sol! ¡Venga! Tú llevas traje térmico, pero yo no y estoy deshidratado y a punto de coger una insolación del tamaño de un bantha. No creo que quieras dar explicaciones a tus superiores de porque un espía imperial está muerto en la entrada de la base.

Darius se extrañó cuando escuchó a Anzak soltar aquel número de serie. A pesar de sus habilidades de combate, era la primera vez que vestía una armadura imperial. Al examinar el equipo no la había visto y supuso que Anzak se la había inventado.

-¡Que huevos tienes!- Pensó para sí.

Cuando el vigía bajó, mantuvo el tipo sin moverse.

-Al menos la puerta está abierta y a esta distancia, puedo dispararle seis veces antes de que caiga al suelo.-

Observó la situación con frialdad y memorizó cada uno de los movimientos que tendría que hacer para liquidar a los guardias, pero sin mover un músculo.

Maldito traje, pensó Anzak embutido en el mismo bajo los ardientes soles de Tatooine., Sabía que su explicación no había sido lo suficientemente creíble por lo que ahora tendrían que andar con mucho más cuidado. Pero entonces habló Clint. 

El contrabandista se giró hacia su amigo y dejó que hablara. No sabía cómo acabaría todo aquello pero no tenían otra opción.

- Es lo mismo que nos dijo a nosotros- mintió intentando hacer más creíble lo que les había dicho antes.

Permanezco a la espera de la respuesta del soldado. Aunque me he esmerado, no confío demasiado en haberle convencido. Son tan cuadrados que si algo se sale del protocolo establecido, desconfían por completo...

A pesar de lo bien aclimatados que estan los trajes militares estoy sudando como un bantha agotado. Noto mi melena apelmazada dentro del casco apretandome la sien. Y cómo el peto me aprieta los senos que estan a punto de reventar. ¡Pensaba que aguantaría más con esto puesto! ¡A ver si nos dejan pasar ya o implosionaré aquí mismo!
 

Anzak estaba atento a loque pasaba y parecía que todo iba de mal en peor. Miró por los alrededores para ver si por lo menos no se acercaba ningún otro a husmear en lo que pasaba. Si era así intentaría distraer al soldado para que se olvidad de ellos.

Si por lo menos lograban entrar, quizás tuvieran una oportunidad de librarse del tipo. Lo importante era entrar. Luego ya verían qué hacían después.

- ¡¡Venga hombre!! Llevamos toda la jornada montados en las motos, comiendo arena y librando una batalla contra el sol para que nos tengas aquí esperando- mintió Anzak mientras el tipo se acercaba-. Quédate con él aquí fuera y déjanos entrar a nosotros...o interrogalé en la garita.

- Tu compañero tiene razón. El calor está apretando y me empiezo a sentir mareado, no debería haber comido tanto, esta canícula es fatal para hacer la digestión. Y encima estos conducen las motos peor de lo que huelen, o sea que imagínate como debo estar.

Espero que el soldado ceda un poco, pero cuando se ponen tercos no hay quien pueda con ellos.

El soldado levantó el bláster, aguardando a vuestra respuesta y al comentario del vigía que estaba arriba comprobando datos.

No hay ninguna órden programada de llegada de ningún oficial imperial, ¡detenlos! -ordenó el compañero por el comunicador del casco-.

El soldado frente a vostros dudó. Dudó unos largos instantes, y así aguantó con el bláster en alto. Luego habló en alto, aunque se refería a su compañero de las alturas.

No, son... se trata de un espía, ¡un espía informador! Es un contacto de esta base en el planeta... -dijo el soldado bajando el arma-. Lo siento mucho, coronel -añadió el sandrooper estirándose mientras hacía un leve gesto militar-. ¡Abre la compuerta! -dijo el tipo-.

¿Estás seguro? -añadió el de arriba-.

Afirmativo. Ábre la compuerta. El espía necesita hidratación y procederá a informar -finalizó-. Disculpen, pueden pasar. Adelante, adelante -acompañando su voz con gestos con su mano-.

Entonces el tipos se alejó unos metros y se introdujo por la pequeña compuerta-elevador interior que subía al torreón, despareciendo de vuestra vista.