Partida Rol por web

Vamos hermosa, ¡arriba! -dijo Ti-Dal ayudando a la arkaniana a salir de allí-. El tipo no se había sorprendido de vuestro aspecto, del todo irreconocible a primera vista, pero de alguna manera sabía que érais vosotros. Entonces comenzásteis a oir una sirena aguda y constante, que sonaba a intervalos chirriantes, muy rápidos.

¡Hay que largarse!, -decía ayudando a salir a cada uno de vosotros-. Este lugar va a estallar... Han conectado la alarma de autodestrucción. ¡ESTE LUGAR VA A REVENTAR EN MIL PEDAZOS! ¡Hay que darse pris...! -Ti-Dal quedó con la voz rota-.

La voz del cereano se apagó para siempre.

Ti-Dal fue el blanco de varios disparos láser, que procedían del corredor del pasillo, por donde venían más soldados a golpe de voces. La alarma no dejaba de sonar. Comprobásteis que había muerto en el acto y un estado de tensión mezclado con incertidumbre comenzó a ser el peor de vuestros enemigos. Morr Engart insistió que había que salir de allí, como había dicho Ti-Dal, el cual reconoció, pues fue a quien entregó la microtarjeta días atrás en las afueras de Mos Eisley. Una cuenta atrás a través del megáfono anunciaba el mecanismo de autodestrucción de la base. El asunto de tal mensaje era "Intruso en la base", y tal vez el protocolo de aquella base supersecreta fuera tan drástico en tales situaciones. El imperio era así, por lo que no había porqué sorprenderse.

Varias explosiones comenzaron a desencadenarse en la base, sintiendo algunas muy cerca y otras más lejos, con sus correspndientes temblores. Darius remataba a algunos soldados que habían salido por los aires fruto de las deflagraciones, mientras Marael procuraba por Drochi, Anzak y Morr por la huida y Clint por la segurida de todos. El viejo Jedi echó una última mirada a Ti-Dal, cuyo cuerpo quedaría yaciente en mitad del corredor, y todos vosotros comenzásteis a correr hacia la salida, la misma por la que entrásteis.

Más y más explosiones, como encadenadas amenizaban aquel infierno metálico y despiadado.

Por fin estaban en el conducto y parecía que tendrían una oportunidad para escapar. Pero al llegar arriba se encuentran con más imperiales. No había otra, tenían que rendirse. En ese momento una explosión hace que casi se caiga nuevamente por el conducto, haciendo que le pitaran sus oídos.

Al momento aparece Ti Dal, para sorpresa de todos, poniéndole una sonrisa en la boca al contrabandista.

- ¡Sí señor!, que momento más oportuno para aparec...

Anzak no acabó la frase cuando unos disparos blaster hicieron blanco en la espalda del cereano quien cae al instante al suelo muerto.

- ¡¡NOOOOOOOOO!!- grita desconsolado mientras ve como Ti Dal cae. Pero sabe que no pueden quedarse más y echando un último vistazo a su compañero, sale como puede.

Las alarmas suenan y no queda mucho tiempo antes de que la base explote. Pero su spint fue insuficiente y la base explotó lanzando al contrabandista contra las arenas y dañándole con su onda expansiva.

Herido, mira a sus compañeros afectados por la onda también. Al comprobar que estaban todos, Anzak toca el comunicador para hablar por él. Jadeando, desorientado y sin resuello logra hilar un par de palabras.

- ....Chispa.... chispa... recógenos... Chis... Chispa...

Haciendo acopio de las últimas fuerzas que le quedaban, Anzak se levanta intentando llegar hasta sus compañeros, ayudándoles mientras su fiel amigo R2 se acercaba a recogerles.

Al final logramos salir del atolladero en el que nos hemos metido, pero cuando todo parece que podremos salir sin recibir un disparo más, vemos surgir ante nosotros más cabezas-huecas.

- ¡Es que no nos dan ni un respiro!

Pero justo digo estas palabras que se empiezan a suceder todo de explosiones. ¡La base se viene abajo!

- Vaya, y todo sin poner ni una carga explosiva...

Sonrío al ver a Ti-Dal, una vieja cara amiga que aparece cuando más la necesitas. Pero nuestra alegría dura poco. Nuestro emergido amigo cae víctima de los disparos de más soldados, y tenemos que dejarlo allí o moriríamos todos. La base se está autodestruyendo y tenemos que evacuar lo antes posible.

Nos lanzamos a correr lo más rápido posible, pero una terrible explosión sacude toda la estancia, su onda expansiva nos da de lleno. Saltamos por los aires mientras mi cuerpo nota el impacto. En ese momento pienso en mi familia, en mis hijos, en mi mujer... le prometí que volvería. Se que es egoísta pensar en uno mismo, dejando de lado a mis compañeros, pero en este instante lo que más deseo es estar al lado de Sondra, oír como refunfuña mientras explico mis batallitas, ver a mis nietas...

Me concentro en la Fuerza. Necesito de ti, necesito poder cumplir mi promesa. Se lo debo a ella. Le prometí que volvería a su lado...

La explosión es fuerte, pero logro sobrevivir. Mi cuerpo está herido, magullado, pero logro sobrevivir.

Sé que no tiene que haber emociones, pero una lágrima rebelde, tan rebelde como yo he sido proscrito, sale de mi ojo.

Volveré a casa...

"Intruso en la base"

El mensaje se repite claro y alto por los altavoces de la base. Pero en lugar de una alarma parecía más el aviso de la llegada de un apocalipsis. Sonoras explosiones anuncian el inminente desensace.

Con tristeza y desesperación avandonamos el cuerpo inerte de Ti-Dal mientras corremos por salvarnos intentando no tropezar a pesar del temblor que nos sacude. Suelto el arma pues necesito de ambas manos para mantener el equilibrio. Además, maternalmente, intento proteger mi computador y que Drochi no sufra ningún daño.

Las detonaciones cada vez suenan más cerca pero al quedar cegada por la brillante luz solar del desierte sé que hemos llegado a la salida del recinto y que estamos a salvo. Pero... ¡el suelo explota bajo nuestros pies haciendonos saltar por los aires!

Una fuerza interior me impulsa instintivamente a saltar hacia adelante. La onda expansiva me lanza varios metros de distancia y al caer al suelo ruedo para contrarrestar el impacto. En cuanto me incorporo corro a ayudar a mis compañeros mientras le grito órdenes a Drochi:

- ¡Avisa al R2 de Anzak y dile que venga a recogernos! ¡Rápido!

  Darius se agachó junto a Ti-Dal olvidándose de los disparos y todas las pullas que se habían cruzado pero la explosión lanzó al caza-recompensas por los aires, rompiendo su visor y arrancando varias placas de su armadura.

Sintió una presencia a su lado que le animó a levantarse, creyó ver al jedy que había entregado al imperio años atrás pero fue la mano de Marael la que tomó su brazo.

Se levantó aturdido, chocándose con las paredes del pasillo con cada explosión que estremecía la base.

-Esto se va a hacer puñetas- Gruñó. -¿Qué ha ocurrido?-

Miró hacia atrás y el fuego devoró el cuerpo tendido del cereano. Las explosiones avanzaban hacia ellos y solo podían salvar la vida corriendo.

-Maldita sea, ¡Hacia la puerta!- Señaló hacia delante.

Entonces se topó con un imperial con la armadura destrozada y reconoció la voz del viejo Jedy:

- ¡Es que no nos dan ni un respiro!-

-Eres incombustible amigo, vamos hacia las motos-

- ¡Avisa al R2 de Anzak y dile que venga a recogernos! ¡Rápido!-

-Gran idea, espero que Nerck aun esté vivo- Dijo recodando al alienígena de aspecto insectoide.

Darius se volvió por última vez para mirar a Ti-Dal, pero todo era humo y trozos de metal volando. Tendría que vivir con aquello también.

Anzak commprendió que el comunicador no funcionaba por alguna razón. No obstante, Drochi asintió las órdenes de su ama y comenzó el escaneo de la zona, por si el pequeño Chispa estuviera en su radio de localización. El droide de Marael parecía dar buenas noticias al grupo.

El droide astromecánico está ahi fuera, con ese cazarrecompensas gand -señaló el pequeño-.

Acto seguido otra onda expansiva fruto de una deflagración tras el pasillo hizo que Anzak y el viejo Jedi quedaran heridos tras ser impulsados hacia una esquina y golpeados en ella. Quedaron aturdidos durante un segundo, y Morr hizo ademán de levantar a uno y a otro, cogiéndolos bajos sus brazos y hacer que espabilaran. Mucho más adelante Marael, que había sufrido una fuerte sacudida, y el cazarrecompensas Darius, corrían saliendo de la base, y viendo de nuevo los soles de Tatooine. Detrás salieron los dos heridos y el espía, y todos vísteis cómo en en la entrada del recinto, bajo la gran torreta principal de vigilancia Nerck Erchtsk estaba disparando a diestro y siniestro, colocado frente a vosotros, a los últimos reductos imperiales apostados en los laterales de la base.

Chispa aguardaba con el repulsor con el que atravesásteis las dunas de Tatooine, junto a una moto repulsora, en la cual había venido Ti-Dal y que no volvería a tomar... Sin más preámbulo, mientras el Gand manejaba su básico galáctico como podía y os instaba a subiros a los "malditos vehículos" y salir pitando de allí, éste os cubría de los últimos disparos enemigos, los cuáles intentaban daros caza de manera desesperada.

Una vez dentro del vehículo repulsor, y estando el gand sobre la moto (habiendo comprendido la pérdida de Ti-Dal allá adentro), os largásteis de la base lo más rápido que pudísteis, no sin antes notar la escalofriante y previa sensación de vibración a una tremenda sacudida...

***

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Asi que eso es lo que pasó... -dijo el comandante Alverin Guinness una vez entró en la sala de comandancia y planificación militar tras escuchar todo vuestro relato-. El Gand nunca había estado en Rigesco, y aquella sensación le era extraña. Lo suyo eran los climas templados y cálidos-. Y éste "guerrero" -dijo el Guinness mirándole frente a frente- os ayudó en la misión, ¿verdad? Muy bien, serás recompensado, amigo -le dijo-, la alianza ayuda a sus colaboradores.

Luego caminó por delante de vosotros.

Siento vuestra pérdida -refiriéndose a Ti-Dal-. Su muerte ha liberado a Morr y a otros tantos espías que ya estaban "desencapuchados" y listos para una inminente captura. Todos ellos tienen ya identidades nuevas. Ha sido un éxito casi completo. Enhorabuena -el semblante del comandante era serio y agradecido, pero en su interior brotaba la alegría de un trabajo bien hecho-. Os veré esta misma tarde -dijo el comandante-. Ahora descansad.

La destrucción de aquella base fue un duro golpe para el Imperio. Lográsteis salir de Tatooine antes de que cualquier bloque imperial se hubiera formado en su órbita por las razones de tal explosión. Vuestra llegada a Rigesco fue prácticamente autómatica, y lográsteis entregar sin problema la lista de espías descubiertos por el Imperio. Ya no había que temer por sus vidas.

Drochi le pidió a su jefa que intentara buscar a alguien que reparara sus circuitos. Sabía que desde el encuentro con los mynocks un par de circuitos habían subrido un sobrecalentamiento y fundido en la absorción de energía de aquellas criaturas; nada vital, pero sí para evitar problemas futuros. Darius se alegró de que Anzak estuviera con él para contar otra batallita, y lo mismo ocurría en sentido inverso. Y Clint no hacía más que acordarse de su mujer y familia (ese popular entre unos pocos clan Lightman, sensibles a la Fuerza), aunque ahora había que tramitar algún papeleo con la base de Rigesco y su comandante, así como dar parte de lo sucedido. Morr Engart os agradeció enormemente su rescate, y os habíais ganado un valioso aliado para el futuro. Y Nerck tan sólo pidio volver a Tatooine con su recompensa. No había peligro en que aquel Gand se fuera de la lengua, pues los rebeldes ya le habían advertido si se iba de la lengua en cuanto a la misión o el establecimiento en Rigesco. Y a un cazarrecompensas sólo le interesan dos cosas: cerrar la boca y cobrar (sea del Imperio o aquella panda de insubordinados espaciales que se hacían llamar Alianza Rebelde).

Por la tarde, después de descansar en las instalaciones de la base, todos los activos de la misma (trabajadores, pilotos, mandos y soldados) se reunieron amistosamente en el hangar principal y os otorgaron una medalla simbólica por la incursión de Tatooine. Todo ello finalizó con un aplauso generalizado. Drochi ahora brillaba impecable sobre las manos de Marael y el pequeño Chispa comenzó a iluminarse y hacer girar su cabeza giratoria en señal de alegría (pues aquella era la sensación más cercana para un droide).

Por supuesto, vuestras aventuras no acabarían ahí. Después de la salida de Rigesco hubo algunos episodios y nuevos encontronazos que serán relatados con posterioridad, en otra ocasión.