Mientras Darius se ponía el casco alienígena y Anzak echaba una últma mirada hacia atrás, hacia la Soñadora, Clint instaba a su joven y descentrado pupilo a que se diera prisa. La única baza para escapar parecía el tal Debo, ese sullustano al que Anzak y quien sabe si el resto estaría dispuesto a darle una paliza por meterles en tal infame embrollo...
Escena cerrada.