Partida Rol por web

Clint Lightman era ácido hasta la muert... bueno, hasta en los peores momentos. Éste era uno de ellos, y aquella curiosa despedida del pupilo y suya misma encerraba un gran cariño que se tenían. En definitiva eran como padre e hijo. Anzak vió cómo Chispita emitía sonidos.

Fuiiiiiiiiuuuu -gritó el droide astromecánico asientiendo las palabras de su amo-. Y es que aquel pequeño ser os había previamente encumbrado (había logrado conseguir el código verídico de salida de Bespin) y también os había llevado a la ruina (¿os acordáis de los cálculos de una ruta segura en el hiperimupulsor...?). El caso es que la pequeña criatura obedeció una vez más, colocándose delante del computador de congelación del gas.

Entonces comenzó a manipular los controles.

El gas Tibanna comenzó a humear en la plataforma descendente, emanando humo la misma y dejando de visualizar a Debo y a Devian... ¿Cómo estarían? En breves instantes, tras la congelación, podríais ver sus constantes vitales... El pequeño R3 estaba cocentradísimo.

Fuiiiiiiiiiiiiiiiiii, fuiiiiiiiiiiiii, ¡¡¡meeeeccc!!! bururururu... -gritaba agitándose de un lado a otro Chispa: aquel proceso no parecía ser muy alentador-.

tras unos minutos, dos grandes placas de carbonita quedaron a la vista de todos. Los elevadores las subieron hasta vuestra posición, y mirásteis el pequeño computador de estado de las grandes placas de gas tibanna solidificado... La de Debo parecía respodner (la luz de las constantes vitales respondía correctamente, de forma intermitente). ¡¡Pero la de Devian...!! El rostro solidificado bajo el gas del joven pupilo mostraba una mueca terrible, ¡y sus constantes vitales no parpadeaban a través del sensor del computador!

Comprobásteis una y otra vez el estado del mismo, pero... Devian había muerto. No había logrado sobrevivir al proceso, o eso parecía... (proceso que Chispa había hecho limpiamente).

-¡NOOOO!- Rugió Darius fuera de sí golpeando la consola. -¡El chico no estaba preparado!-  Tras propinar un nuevo puntapié a los mandos se arrodilló junto al cuerpo ennegrecido de joven jedi.

-Mi misión era cuidar de vosotros...- Murmuró apretando el puño con frustración.

Con mi rostro serio, me acerco al cuerpo de mi pupilo. Me inclino hacia él, intento encontrar un atisbo de vida en él.

- Vamos maldito bastardo, usa la Fuerza, ¿me oyes? Aun tengo que hacerte un Jedi de provecho.

Cuando parecia que la suerte de Devian esta echada, este boqueo y se incorporó jadeando.

- Intente ... controlar mis constantes ... ralentizandolas con la fuerza ... ¡Pero casi no consigo salir del trance!

Devian parecia desorientando tras la complicada "resucitación".

Cuando parecía que todo parecía inevitable, el computador de la placa de carbonita en la que estaba "solidificado" Devian volvió a emitir constantes vitales. Primero poco a poco, lentamente, y luego con cierta constancia. Finalmente su vitalidad allí dentro se estabilizó... ¡había sobrevivido!

Sin perder un ápice de tiempo, y con la euforia digna de celebrarse pero sin tiempo para ello, llevásteis las placas de Carbonita y Debo y Devian al carguero establecido para la importanción del gas, en el embarcadero no lejos de allí. Tras ubicarlo en el computador, os dirigísteis hacia allí, custodiando las placas que flotaban en el aire.

Al llegar, os percatásteis que la nave no era lo que se decía lujosa, pero quizá serviría para huir de una vez por todas. Una vez ajustados vuestros compañeros y vosotros a los mandos de la nave (Anzak a los mandos, Darius en el cañón láser y el maestro jedi Lightman sentado como pasajero) parecía que de una vez por todas van a salir del planeta. Justo al abandonar la órbita, una nave imperial del bloqueo os solicitó mantener la nave estable. En ese momento, los imperiales debían estar procediendo a realizar el el escaneo de las formas de vida a bordo de la nave. Los droides Chispa y D8-BO se apagaron para evitar ser detectados como forma inteleginte. Tres formas de vida, y ninguna más. Todo correcto. Tras ello, os solicitaron el código que el técnico de la mina de gas os proporcionó...

Aquello parecía irreal: estábais dejando atrás Bespin y la maldita Ciudad de las Nubes. Lográsteis escapar de todos los peligro que se os habían planteado casi de casualidad... Y Anzak había conseguido una nave. Bueno, no era lo que se dice precisamente una nave de contrabandista, pero al menos le serviría hasta encontrar una más provechosa.

Pusísteis entonces rumbo al punto de encuentro con la Alianza Rebelde, tras la Huida precipitada de Hoth. Mientras Anzak hacía tranquilamente los cálculos de astrogración junto a Chispa, el resto descongeló a Debo y a Devian... Ambos cayeron al suelo, evaporándose el gas tibanna y haciéndole desaparecer... D8-B0 se preocupó por su amo y vosotros por Devian, sobre todo su maestro... Estaban débiles, pero vivos... y a salvo.

Una breve sonrisa aparece en mi rostro al ver que mi pupilo sobrevive al proceso de congelación.

Una vez dentro la nave, parece ser que logramos salir del planeta esta vez sin contratiempos.

- Seguiremos adelante con tu instrucción, Devian. Has demostrado mucha valentía y un gran honor, aspectos importantes en la formación de un Jedi. La Fuerza es intensa en ti, no te dejes tentar por el Lado Oscuro y serás un gran Jedi.

Me giro a Darius.
- Y también tengo elogios para ti, si bien empezamos con mal pie, supimos encontrar la manera de juntar nuestros esfuerzos y salir de ésta. - digo dando una palmada en la espalda del contrabandista.

Al final me dirijo a Anzak.
- Y tú, viejo bribón, aunque diga que no sepas ni pilotar un deslizador, tengo que reconocer que eres de los mejores pilotos de la galaxia y quizá el que tenga más cabeza de este grupo.

Devian parecia genuinamente conmovido.

- Habeis sido el mejor maestro. Y vosotros los mejores compañeros debajo de esa fachada de tios duros.

Cuando Devian volvió a dar señales de vida Darius miró hacia el techo dando las gracias. Tomó aire y su rostro recuperó su mortecino todo pálido.

Estuvo en silencio en el puesto artillero hasta que saltaron al hiperespacio y solo entonces regresó para charlar con los demás. Aun así lo hizo en su tono irónico y distante, mientras desmontaba y revisaba sus armas láser.

- Y también tengo elogios para ti, si bien empezamos con mal pie, supimos encontrar la manera de juntar nuestros esfuerzos y salir de ésta.-

-Hacemos buena pareja de baile- Admitió sin levantar la cabeza de su pistola despiezada. -Pero no pienso besarte en los morros todavía- Bromeó arqueando los labios en una tímida sonrisa.

-Y tu chaval.- Dijo a Devian.-No vuelvas a asustarnos de esa manera - Volvió la cabeza hacia Anzak y sonrió, esta vez sin reparos.

-Cara-trucha- llamó después a Debo.-Has cumplido. Estamos en paz- aunque su expresión iba más allá de sus escuetas palabras.

Con Anzak no necesitó ni eso. Conocía y confiaba tanto en su socio que no tuvo que decir más. Estaba claro que se alegraba de que todos estuvieran vivos, ya fuera por su sentido del deber o por el aprecio que los tenía.

Tras un susto inicial en el que parecía que Devian no había resistido la congelación, Anzak y los demás vieron que sí que lo había hecho y finalmente, tras pasar el control aduanero, descongelaron a sus compañeros.

- Me alegro de veros, sobre todo a ti, chaval- dijo frotando la cabeza de Devian.

- Bien chicos, salgamos hacia Hoth y luego desde ahí ya veremos- dijo haciendo el cálculo de hipervelociada en la computadora para que saltara a hiperespacio.

Una vez en el viaje, Anzak reunió a todos y les dijo mientras cenaban.

- Tenemos varias opciones, pero todas tienen un mismo sino, ganar los suficientes créditos como para compararnos una nave que no esté reclamada y pagar la dueda que debo a los Hutt- comentó Anzak mirando a todos-. La pregunta es ¿quién está dispuesto a apuntarse a y ayudar?

El contrabandista estaba contento. La cosa había salido más o menos bien pero parecía qu hacían un grupo homogeneo aunque bastante liberal.

¿Qué aventuras y desventuras les llevaría a vivir ese grupo? Eso es otra historia.

Poniendo rumbo a Hoth fue el final de vuestras aventuras (o desventuras) en Bespin y la Ciudad de las Nubes. Debo Boperin, por su parte, se unió a la Alianza Rebelde en calidad de cazarrecompensas a sueldo, acompañándoos al planeta helado. Hay que seguir haciendo frente al Imperio Galáctico.