Partida Rol por web

¿Un descuento? ¿Te crees que salir en estos momentos de Bespin merece un descuento? -dijo con reaños el arcona mientras bebía el licor de Clint-. No me asustas, forastero, y te sugiero que no montes ninguna escenita -dijo aguantando el tipo-.

¡¡Fuiiii, Fi- Fi uhhhhhfffff!! -Chispa asintió, alejándose hacia la puerta de entrada-. Aquel no era lugar para poder acceder a ninguna base de datos, registro de cámaras o sensores de movimiento. Estaban en un casino, y la única vigilancia que podía mantener era la visual.

Será jodido el E.T. este... pienso al oír la respuesta del arconiano, haciendo una mueca de desaprobación y aguantándome las ganas de estampar el vaso en su fea cara.

Medito nuestras opciones. Podríamos coaccionar hasta conseguir nuestra información, pero tampoco sabemos si funcionaría o si nos daría la información correcta y no es plan de cogerlo en medio de la sala y llevárnoslo a.. charlar. Llamaríamos demasiado la atención y eso no nos conviene.

- No queremos asustarle, me puede creer. Sólo estamos charlando para ver si llegamos a un acuerdo.

Voy a probar si... pienso acercando mi mano al brazo del arconiano y sujetándolo lo suficiente para sondear su mente en busca de la información.

El caza-recompensas permaneció impasible ante los comentarios del Arcona. Contuvo su respuesta como el francotirador retiene el aire en sus pulmones antes de disparar.

Davian se acerco a la conversación. 

- Se que hemos empezado con mal pie, pero tu quieres hacer negocios y nosotros tambien. Hablemos para llegar a algun tipo de acuerdo. 

Anzak, que estaba atento a lo que acontecía, ya fuera en los alrededores o en el grupo de sus compañeros, vio en su grupo que las caras y gestos no cuadraban con lo que él entendía con un avance o llegar a un trato, si no todo lo contrario.

Maldiciendo para sus adentros, el contrabandista se acercó. No tenían mucho tiempo pues en cualquier momento podían entrar los imperiales, pues sin lugar a dudas les estaban buscando. Quería escuchar lo que ocurría para poder intervenir si hiciera falta.

Clint intentaba discernir algo en la mente del arcona... Sin embargo, aquello parecía serle difícil: introducirse en la mente de aquel brillante jugador era harto difícil. Notaba, eso sí, que tenía algo que bien os podía interesar (como apuntó Debo), pero no supo exáctamente qué.

Creo que no llegaremos a entendernos, chaval -dijo el arcona a Devian-. Si crees que... ¡¡ AUGHHH !!

¡¡Habla escoria!! -dijo Debo en un básico igual de poco claro, pero claramente contundente-. Y es que tenía apuntando con un bláster la espalda del arconiano. Anzak y Devian, que le flanqueaban, tapaban tal acción, por lo que el arcona bien sabía que podría recibir un disparo sin apenas ruido. Y sus captores podrían alejarse como si nada antes de que cayese al suelo... ¡Ya estoy harto...!

Si me matas... ¡jamás saldréis de aquí! -dijo con razón el arcona-.

Esto se nos está yendo de las manos... y de momento me interesa más poder salir con vida que el dinero.

- Vamos amigos, no dejemos que la violencia fluya. La violencia no es buena.- digo mostrando una sonrisa conciliadora con el alienígena arconiano. Además muerto no nos sirve de nada pienso mientras le cojo por el brazo y le llevo a la barra del local.

- Creo que todo ha sido un poco un malentendido, ya sabe, estos jóvenes alocados... - hago una señal al camarero y le entrego otra bebida al arconiano. - Espero que no lo tome en cuenta.

Me pongo serio, para que vea que hablo de verdad.

- Mire, necesitamos esa información. - mientras le muestro los créditos que pide, aunque me quede sin blanca - Es todo lo que tengo. Le sugiero que los coja, nos diga lo que queremos saber y luego cada uno por su lado y aquí no ha pasado nada. Acepte el dinero. Ya ve que mis amigos están un poco... bueno... El Darius ese le puede sacar las tripas sin necesidad de cortar la carne, y el chavalín, bueno, si le digo que usted a mentado a su madre lo degollará con sus propias manos. Y el que ha jugado mejor no me pregunte que es capaz de hacer. ¿Hacemos trato? - le digo volviendo a sonreír.

   La maniobra de Debo sorprendió al caza-recompensas. Solo creería que el sullustano no estaba compinchado si llegaba a disparar, pero entonces de poco serviría el tahur. Darius maldijo por dentro. No tenía miedo a afrontar las consecuencias de cumplir su promesa, pero sus compañeros, incluido Clint, no se merecían esa suerte.

-Hace un momento han acabado con un tipo, nada menos que con un sable láser, y nadie ha dicho nada. ¿Por qué ibas a tener tú más suerte?.- Dijo entre dientes.

Rumió su siguiente acción...Darius estaba a punto de soltar la poca calderilla que llevaba cuando Clint se llevó al arcona, pagando la cuantiosa suma de su bolsillo.

Era lo más razonable y seguramente los sacaría de allí, pero no se perdonaría deberle una al viejo.

Justo cuando todo parecía que iba a calmarse intervino el contrabandista.

- Espera- dijo tampando la tarjeta de créditos que Clint le iba a entregar al Arconiano- Nunca he realizado un trato en el que no haya condiciones. Me explico- dijo miranto todo el rato al Arconiano directamente.

- ¿Quién nos dice que nos estés engañando? ¿Quien te dice que nosotros no seamos unos espias del imperio que quieren recabar información? ¿Quién puede aceptar una palabra por unos créditos esperando que todo vaya bien? No. Todos tenemos que tener la seguridad de que el trato llegue a buen puerto- razonó Anzak 

- Así bien. Te pagaremos ahora 200 créditos y vendrás con nosotros. Si todo sale de acuerdo a como nos prometiste te daremos el resto, si no te quedas sin el resto y posiblemente haya más sopresas para tu persona- negoció Anzak seriamente-. ¿Hay trato?

Asiento al oír las palabras del filibustero.

- ¡Rayos! -exclamo por lo bajo - Tiene toda la razón. A veces soy demasiado confiado.

Me giro a mi pupilo.

- Fíjate. Es bueno ser confiado, pero a veces es mejor ser precavido y cauto. Una buena lección que podemos aprender todos.

- Si, maestro.

El joven asintió con gesto serio.

El viejo chochea... si me enseñase a leer la mente de otros no estaríamos haciendo el ridículo con esta escoria. A veces creo que no es un verdadero Jedi.

Cuando le mostró los mil créditos, los ojos del arcona pestañearon  con rapidez. Claro que, estando a punto de tomarlos, el cazarrecompensas seguía sin fiarse. Ciertamente, aquello que decía no era del todo cierto: tras el ataque anterior, los empleados del casino se habían llevado al herido, y con suma discreció reforzaron la seguridad e intentaron esclarecer el suceso. Pero aquello no podía trascender al casino, o habría ese día revuelo allí dentro. Y las ganancias del juego (para ellos) eran las ganancias... Debo apretaba el bláster contra la espalda del tipo, de nuevo, y el arcona pareció aceptar la propuesta de Anzak (al menos había visto la totalidad del dinero).

De acuerdo -dijo el arconiano un poco a regañadientes-. Hay que salir de aquí, señores -apuntó-. En este casino no encontraremos lo que buscáis. Y tú -a Debo-, aparta eso de mi espalda antes de que me arrepienta y os quede encerrados en este planeta para los restos...

El jugador de Sabbac se levantó después.

Andando, hemos de ir a donde está la llave de vuestra "compuerta de escape" -os dijo-.

Anzak asintió satisfecho. No habían conseguido bajar el precio, pero por lo menos no le iban a pagar por que sí a un tipo sin tener nada claro de lo que les iba a decir fuese cierto o no.

- Te sigo.

Le dijo el contrabandista siguiendo al arconiano.