Partida Rol por web

A Ernesto eso de esperar a los demás sentado en la mesa, revisando papeles, le traía un déjà vu espantoso. Lo disimulaba con su seriedad habitual, ese gesto de estar intentando tragarse una piedra, pero la verdad era que estaba nervioso. El tiempo que había pasado desde lo de España no había ayudado más que a terminar de cerrar la herida del hombro, que estaba bastante bien, teniendo en cuenta lo que había pasado, su propia edad, y el desorbitado recuento de triglicéridos que  había surgido de su último análisis. Todavía no entendía del todo cómo había podido cargar con ese brazo colgando y sus nervios destrozados, además de con un inútil, un zafado, un esquizofrénico y un muerto, y había logrado traerlos a todos de vuelta a Buenos Aires después de putearse en tres idiomas con el cónsul argentino, con el cónsul italiano, ¿con el cónsul polaco, por Frantisek?, y con el representante diplomático de España. Mierda, no quería acordarse de eso.

Pero le era imposible, sobre todo en días como ese. Ya no sólo le jodían las rodillas con la humedad, sino que ahora le jodía el hombro, recordándole a puntadas todo lo que había pasado. Y la cicatriz era de película. Cada vez que Helena la veía, los ojos se le llenaban de lágrimas y no había forma de convencerla de que no dolía, que ya no dolía. El problema había sido explicar semejante rotura, porque no había modo humano de disimularlo. ¿Cuál era la versión oficial? ¿Que se le había desplomado un noséqué de metal encima del hombro, que se le había incrustado hasta la articulación? Leonardo nunca se lo había tragado, pero Ernesto tampoco había mucho de ello. Tal como no hablaba de lo que había pasado en la dictadura. Había cosas de las que era mejor no hablar.

Y ahora estaba ahí, esperando a todos los demás, y recordando que no vería entrar de nuevo al viejo. Puta madre, el viejo. Se les había muerto ahí, de esa forma de mierda. A veces soñaba con ese momento, como si lo hubiese visto con sus propios ojos. Qué pueblo de mierda, la puta madre que lo parió. Había estado pendiente de qué pasaba con Henar, y si no hubiese sido porque estaba hecho una mierda tirado en una cama, se hubiese asegurado presencialmente que a esa hija de puta la metieran en la cárcel, o en un manicomio, y que no la sacaran más.

¿Y de qué eran estos papeles? Carajo, cosas que no valían la pena, y...

Ernesto levantó la mirada cuando escuchó los pasos. Vio a Facundo y a Raúl, y tuvo una serie de sentimientos contradictorios que ningún hombre que se preciara sería capaz de poner en palabras, a menos que fuera gay. Se levantó de la silla para estrechar la mano de Facundo. Puta madre, en comparación de la última vez que lo habían visto, parecía que el locutor se había hecho la depilación definitiva. Y Raúl, bueno, Raúl seguía con la misma cara de pelotudo de siempre, así que seguro que todo estaba bien.

- ¿Qué hacés, Facundo? - saludó, aunque omitió preguntar qué tal estaba. Ni por putas quería ponerse a hablar de lo que había pasado - ¿Y vos, Raúl? Me dijeron que te cambiaron de puesto.

Ahí estaba Facundo, chupando medias como habitualmente. Sí, las cosas estaban bien. Ernesto movió la cabeza, e iba a contestarle, cuando apareció Diego y saludó también, sentándose en la silla más cercana a la suya. Ya había llegado toda la gente al baile, así que había que empezar a bailar.

- Gracias, Diego, algo me anduvieron diciendo. Pero venía de gente a la que no le creo mucho, así que no les di mucha bola - hizo un gesto con la mano - A ver, siéntense. No vamos a quedarnos parados como giles, estando ya todos. 

Ernesto se sentó, pesadamente, y miró a Facundo.

- Radio-pasillo por una vez dice algo coherente. Es verdad que vienen tres gallegos a sumarse al grupo, aunque no me dijeron demasiado - muy probablemente para evitar que se pusiera a putear, o que le subiera la presión, algo que la productora cuidaba muchísimo - Ahora va a venir Pasini y va a explicar mejor la situación. Pero, lo que sí estoy casi seguro, es que no nos van a volver a mandar al extranjero a hacer ninguna mierda más.

Obviando el comentario de Diego con una mueca despectiva Facundo prestó toda su atención a Ernesto mientras hablaba

- Entonces parece que tendremos que hacer de niñeros a tres que vienen de las "uropas"? - acotó mientras se encogía de hombros - Hay cosas peores. Como tener que ir nosotros para allá para cubrir un recital de mier... - por un momento el locutor perdió la compostura, pero fue solo un momento - Como tener que ser nosotros quienes viajamos. Mejor jugar de locales. Acá tenemos chorros y esas cosas, pero siendo siete no deberíamos tener problemas -

La puerta de la sala se abre de nuevo y entra un hombre. Un fuerte olor a colonia le precede. Es Darío, vuestro inmediato superior, con carpeta corporativa bajo el brazo y ojos cansados.

-Buen día.- saluda un tanto lacónico. Os da la mano a cada uno limitándose a saludaros con vuestro nombre como si los recordara. Se sienta.

-Gracias por llegar todos puntuales. En estricto rigor no tenéis un horario como equipo de rodaje pero os lo agradezco igual. Como sabéis hay una nueva definición de los cargos del equipo. Vos, Ernesto, sigues al mando pero para algunas de las tareas, concretamente las de producción ejecutiva, habrá una persona bajo tu mando, la señorita... Alicia Montañés, que viene de España. Creo que ya sabéis esto, ¿verdad? En cualquier caso, así podrás dedicarte sobre todo a guionizar; dejale las cuestiones de dinero, viajes y demás a ella. Facundo sigue igual, claro, directamente al cargo de Ernesto. Y bueno, también logramos, allá en España, un sustituto valioso para Fransis... Franties... para el asesor en parapsicología. Una persona que viene muy recomendada y con excelentes antecedentes, el señor Josep Gallofré. También recibirá instrucciones de vos, Ernesto.-

Hace una pausa para volver la hoja que está leyendo. -Diego, dependés directamente de Ernesto. Y Raúl va a estar a tu cargo para apoyarte con el sonido, llevando material y demás, como hasta ahora. El tercero de los gallegos es un director artístico que estará a las órdenes de Alicia. Se llama Enrique Gómez. Ya sabéis, decorado, efectos especiales, maquillaje... Es todo. ¿Alguna duda?- cruza las manos sobre la mesa y os mira sin demasiada expectación. De hecho, mientras respondéis, lanza miradas disimuladas a las ventanas, a los edificios de enfrente o quizá con su imaginación, más allá.

Darío representaba la perfección hecha realidad para un jefe. Por lo menos desde el punto de vista de Facundo. Si bien preguntaba de más, lo cierto es que sabía tan poco de nada que resultaba sencillo dejarlo contento con poco. De hecho, contestarle resultaba un arte, un arte en que el locutor consideraba tener una maestría.

- Así que lo de los gallegos era cierto - comentó mientras el jefe se explicaba y definía las posiciones - Está clarísimo - contestó sin perder la oportunidad de mostrarse de acuerdo con quien podía definir su futuro - Como siempre la explicación ha sido clara y concisa. Ojalá todo el mundo lo hiciera así - añadió llevando su obsecuencia a limites superlativos

- Solo nos queda saber donde vamos, pero no dudo que serás tan claro con eso como con la definición de las tareas de los españoles - aseguró sin perder la oportunidad de alabarlo mientras preguntaba - Quizás solo lo deba saber Ernesto, y el comunicárnoslo a nosotros, pero reconozco que tengo curiosidad. Un equipo de siete es un buen equipo. Seguramente será un documental interesante... como no puede ser de otra manera -

Ernesto iba a decir muchas cosas respecto a lo que había dicho Facundo. El tema de lo de España todavía le sacaba urticaria, y bastaba con que alguien rozara el asunto de la mierda de concierto que habían ido a cubrir para que se le soltara la cadena. Por suerte, en ese mismo momento entra Darío. O por desgracia, dado que si hay una palabra que pudiera describir a ese tipo es pelotudo atómico. Pero un pelotudo de verdad. Veinte años antes, a Ernesto le hubiese sorprendido y enfermado que semejante pedazo de boludo estuviera en una posición de poder y, peor aún, fuera su jefe. Pero esos tiempos ya pasaron. Hace tiempo que sabe que justamente no ponen a la gente inteligente o merecedora en puestos de poder, no sea cosa que se aviven y les serruchen el piso a los que están más arriba. Eso, o porque las chupan muy bien.

- Darío - respondió Ernesto, alargando la mano mecánicamente.

¿Qué había peor que escuchar hablar a un boludo a cuerda? Que viniera a recortarte el puesto. Ni intentó disimularlo. Cuando Darío llegó a hablar de la gallega esa, la cara de Ernesto se asemejaba mucho a la de alguien que está tragándose un limón entero y sin cáscara. ¿Que se quedara tranquilo haciendo qué? ¿Pero qué clase de mierda era esa? Por el amor de Dios. ¡Era su trabajo! ¡Que se dejaran de joder! ¡El infarto se lo iban a dar si le seguían intentando "dejar más tranquilo"! Y encima, ¿soportar a otro loco? Mierda, con Frantisek que...

- Frantisek - apuntó, secamente, ante la incapacidad lingüística del superior - Frantisek Dvórak.

A veces no podía creer la manga de pelotudos que había en Argentina, y con puertos importantes. Qué país generoso.

- Seguro que este Gallofré va a decir que somos siete porque es un número sagrado y andá a saber qué otras mierdas - resopló Ernesto hacia Facundo, y miró a Darío - El organigrama queda claro, vamos a ver cómo funciona en la práctica. ¿Por qué tantos gallegos? ¿Va a ser de nuevo una coproducción con España y necesitaban incluirlos? - movió las hojas que tenía adelante - Tengo entendido que no van a volver a mandarnos al extranjero, que esta vez somos locales. Pero, ¿a dónde, y cuál es el tema de este documental? 

Pendejo de mierda, ¿nadie te enseñó a mirar a los ojos cuando te hablan?

- Eh, disculpame. ¿Qué pasa que mirás tanto afuera? ¿Hay algo interesante para filmar, o qué?

Ernesto estaba serio como una tumba.

Darío vuelve el rostro hacia Ernesto y encoge las cejas como si escrutase algo que hubiera a espaldas de Ernesto. -Ya sé qué te dijeron, Ernesto, descuida. Sí, será coproducción, como la anterior, pero la historia en este caso es local. Arriba quieren seguir teniendo una pierna de cada lado del océano para poder andar diciendo que somos internacionales. ¿Te parece mal? Yo creo que es buena idea. Si no, hablalo con el gran jefe. A mí me da igual, un trabajador es un trabajador, venga de donde venga.-

De nuevo a sus papeles buscando la siguiente respuesta, os da tiempo a pensar lo curiosa que es esta última frase para alguien que en lugar de decir "mi criada" dice "mi boliviana".

-Esta es la historia. Quizá escuchasteis hablar de "Estancia La Escondida", un hotel rural en Bariloche. El propietario, Andrés Cañas, dice que está encantado, con espíritus y hasta procura que tenga fama de ello. Muchos de los clientes han hablado de ruidos, objetos que desaparecen, algún accidente, inclusive la cana ha tenido que ir dos veces. La primera, nada, todo aclarado como accidente. La segunda... la segunda vez hubo una muerte. Un hombre que se alojaba solo apareció una mañana tumbado bajo el lavamanos, con la garganta cortada. Lejos de ahuyentar la clientela, cuando se determinó que el hombre se había suicidado, los clientes volvieron por duplicado y se ganó más aún la fama de tener fantasmas. Hubo muchos más sucesos como de teatro pero nada grave. La cosa es que ahora cierran la estancia por un mes para mantenimiento, limpieza, etc. Sacan plata de verdad en invierno y verano, así que les compensa. El caso es que hemos contactado con ellos para ofrecerles hacer un reportaje para promocionarles, aprovechando que estará la estancia vacía y han aceptado. Simularéis ir a hacer una promo del lugar pero vuestro objetivo real será un reportaje de parapsicología encubierto, incluyendo desenmascarar al dueño si descubrís que simula de alguna manera los fenómenos paranormales. Facundo y Alicia pueden pretender ser los actores para el papel de clientes satisfechos en la promo. Estaríais una semana máximo y al terminar no les cobraríamos, claro. El objetivo es hacer uno de esos reportajes con mucho misterio y mucha insinuación. No creo que vaya a salir algo tan impresionante como vuestro anterior trabajo, pero si logramos mostrar el fraude del tipo o realmente se graban cosas raras...-

Una vibración le interrumpe. Saca el celular y lo consulta. -Ah, los gallegos aterrizaron, están de camino, en el remís. Dejamos la explicación larga para cuando lleguen ¿OK? ¿Hay otra novedad que necesitéis que os aclare?-

Hablar con Pasini, para Ernesto, era una tortura. Lo aguantaba como un campeón, sí, pero desde lo de España tenía menos paciencia que antes, y la poca que tenía la dedicaba a gente que creía que valía la pena. Pero, ¿ese pendejo de mierda que se venía a hacer el que las sabía todas? Que encima se hacía el políticamente correcto, cuando seguro sólo faltaba que le hicieran cruzar por Retiro para que empezara a hablar de los negros de mierda*. ¿Quién les enseñaba a ser tan pelotudos? Dios, ¿para esto había vuelto la democracia?

- ¿Un hotel rural? - dijo Ernesto, una vez que Darío terminó de hablar - ¿Después de lo que pasó en España? Los pueblos no dan para otra cosa que para quilombos - era una forma suave de decirlo, teniendo en cuenta que había habido un muerto, un... lo que sea, y que él había terminado con medio pie en el más allá - No puedo creer que quieran que volvamos a ir a un punto perdido en el medio del campo a trabajar. Sí, sí, yo entiendo que el estar tan aislados hace que muchos alucinen y se aprovechen de cosas que en las ciudades son difíciles de fingir, o que no tendrían éxito - atajó, antes de que al pelotudo ese se le ocurriera hacer otra de sus grandes aclaraciones - Pero entre la luz mala del campo, los OVNIs y esto, no sé con qué quedarme.

Era claro que el nuevo documental no le gustaba nada, pero tampoco tiene ninguna pregunta al respecto.

- Por mí, no, nada. Esperemos a los gallegos - dijo, recargándose contra el respaldo de su asiento. Quizás deseando que Darío se callara.

Facu miró a Darío y luego a Ernesto, dudando sobre a cual de los dos adular darle la razón en la que parecía una lucha de egos. Finalmente optó por la solución salomónica... a ambos

Mirando a Ernesto comenzó su speach - Bueno, esta vez hablamos de nuestro país. Y no es un pueblo perdido en medio de la nada. Es Bariloche. Viajes de egresados de medio país. No creo que sea tan malo como ese pueblucho español - añadió antes de mirar al gran jefe Pasini - Y yo estoy dispuesto a cumplir mi papel. Si esa gente quiere engañar a los tontos, no podrán con nosotros - aseguró sacando pecho - Ya demostramos lo que podemos hacer. Solo espero que los gallegos aporten y no sean solo un estorbo -

Moviendo su cabeza arriba y abajo completó - Esperemoslos y hacemos los planes. Pero lo de simular una promoción me parece una EXCELENTE idea -

-Entiendo los reparos, pero también entiendo que os sentís como profesionales, ¿verdad? Quiero decir que os gustan los desafíos, ¿cierto? Esperemos a que lleguen, no tardarán mucho. Voy por un café. ¿Ernesto? ¿Americano en jarrito? ¿Alguien?-

Darío se levanta y tras tomar nota de lo que pedís como la misma diligencia y la misma falta de cariño que si fuera un mozo mal pagado, deja la sala.

Mira la situación callado con una cara divertida al escuchar a Ernesto putear nuevamente.
Cuando las cosas se distienden en el intercambio de ideas y opiniones, le presta atención a lo que en verdad puede meter la cuchara y opinar.

-Facundo, me intriga poderosamente, ¿como carajo vamos a simular una promoción? Si yo que soy el mas pendejo de los 4 no pasa por menos de 24 años, eso sin mencionar la diferencia de edades entre nosotros cuatro.

Cuando Dario esta saliendo alzo la mano con un pulgar levantado

-Si hay facturas por ahí, encanutalas y tráelas para haca

- Pero si la empresa ya lo decidió, mejor encararlo. Y hablamos de una promoción de un hotel, no de un viaje de egresados - contesta descartando las opiniones del cámara - Y precisamente, se supone que vamos a filmar que lugar tan "espectacular" es ese y con la gallega simularemos er una pareja que disfruta las delicias del lugar..., ten difícil es de entender... Está claro que el que nace para pito no llega a corneta - asegura mientras se mueve por la habitación... asegurandose de que el cuerpo de Ernesto lo separe de Diego

Aquello iba decididamente de mal en peor…

Camestres ya había tenido un pésimo presentimiento en cuanto le avisaron de aquella reunión, apenas un par de días atrás. Sus agudos y refinados sentidos no se habían dejado engañar por el tono inocente y distraído, casi desganado, con que la nueva pasante de la sección “Archivo” le había comunicado a las apuradas la noticia. Y casi había podido sentirlo en ese preciso instante, como una sombra terrible oscureciendo su tubo fluorescente, como un repentino frío que le recorría por la espalda hasta el huesito dulce… como si alguien hubiera caminado sobre su tumba… fuera lo que fuese que significaba semejante expresión.

¿Para qué mierda lo llamaban a una reunión? Justo a él !!! Si nunca iba a reuniones. No tenía nada que hacer en una reunión (ni en ningún otro lado, la verdad), y todo el personal de la editora lo sabía. Su papel en la empresa se limitaba casi exclusivamente a deambular por la zona del depósito, alejado de las vigilantes miradas de sus superiores y de cualquier tarea con que éstos pudieran esclavizarlo. Y nunca nadie había tenido problemas con eso.

Sin embargo, sus peores sospechas pronto se fueron confirmando a medida que la reunión transcurría. No se trataba de un mero encuentro de camaradería, ni de una de esas inventivas bromas que solían hacerle sus allegados más cercanos (como cuando aquel avispado practicante lo había enviado a rebuscar entre los cajones del Jefe Supremo). Incluso un apático e inútil perezoso como Camestres podía reconocer esto como una auténtica reunión de trabajo. Y eso solo podía significar una cosa: el principio del fin de toda su bien cuidada farsa… y quizás de su vida, tal como la conocía.
 

Se abre de nuevo la puerta y entra Darío, haciéndose a un lado para dejar pasar primero a una bella veinteañera de traje formal y mirada entre serena y seca. Le siguen, a punto de chocar en el vano para entrar primero, dos hombres, a cual vestido de manera más avant garde, aunque hay quien diría acorde a lo que dicta la moda en marte. El más veterano es más sobrio pero también más cerrado, más con aire de loco. El segundo algo más extravagante.

-Atención, les presento.- dice Darío -Acá de este lado nuestros compañeros de España, la señorita Alicia Montañés, que llevará producción y los señores Enrique Gómez, director de arte, y Josep Gallofré, asesor.-

Espera a que los otros cuatro ocupantes de la sala se levanten ara ofrecer las manos y sigue. -Y acá nuestro equipo veterano; Ernesto Crocce, claro, al mando y en concreto guionizando y tomando decisiones generales de producción. Facundo Caballero, locución; Diego Hess, nuestro operador de cámara; y Raúl camestres, asistente técnico.-

Así va presentando primero a un hombre levemente obeso de unos 50 años o más, formal y serio, con mirada de halcón; un elegante y atractivo caballero epítome de lo que da bien en cámara; un joven de marcada actitud y mirada retadora que pareciera sonreirle a todo; y otro veinteañero de mirada perdida en quién sabe qué pensamientos, quizá por eso da la mano como quien entrega una sepia muerta.

Señores - digo haciendo un ligero gesto con la cabeza -para mí es un placer encontrarme de nuevo aquí. Como les ha dicho el señor Pasini soy la encargada de producción e intentaré que todo sea lo mas cómodo y rodado para todos; por eso aprovecho este momento para decirles que estoy a su disposición para cualquier cosa que necesiten, sólo necesito que me den el tiempo suficiente para solucionarlo y lo conseguiré para ustedes.

Al ver entrar al grupo de extranjeros, no puede evitar prestar un poco mas de atención a Alicia, pero nada muy obvio, pero si sonreiría mostrando sus diente seguro se le verían los colmillo de vampiro.
Luego mira solo moviendo los ojos la expresión de Ernesto, esperando encontrarse con su tradicional cara de culo cuando algo no le gusta.
Cuando Dario lo presenta sonríe y hace un gesto de aceptación con la cabeza a los invitados.

—Ois, por Dios —contesto al hombre... —¿Cómo dijo que se llamaba? Bah, no importa— que nos ha presentado, para añadir— Ya te he dicho que no me llames así. Yo me llamo Kike. Enrique Gómez es mi padre, no yo.

—Bueno, bueno, bueno... —digo ahora mirando al resto del equipo, alzando la vista por encima de mis carísimas gafas azules de sol— ¿Y quienes sois cada uno? Porque todo está muy bien, pero creo que va siendo hora de empezar a ubicarme...

Dicho esto, espero a que se presente cada uno como es debido, que ya no se respetan las buenas costumbres de este oficio.

Sobre la oferta de Alicia de conseguir lo que queramos no opino, ya que con lo mojigata que parece, seguro que se enfada si le pido que mueva su —Sí, debería de ir al GYM, como yo— fofo culo para traerme un té.

¡Un artista como yo no puede trabajar en estas condiciones infrahumanas!

La mirada de Facundo pasó de uno a otro español, tratando de hacerse a la idea de quienes serían sus nuevos compañeros. A los "locales" los conocía y tenía claro cual era el valor, para el, de cada uno, pero a los nuevos...

Esbozando su más formal sonrisa de Locutor se presentá ante todos los presentes, manteniendo las formas y demostrando que había interpretado perfectamente la jerarquía de los recien llegados

- Alicia... será un verdadero placer trabajar con alguien que demuestra, desde el primer momento, su voluntad de ayudar. Conmigo no habrá problemas. Nunca pido más que lo necesario. Y eso es bien poco. No como otros - agregó sin poder con su genio mientras miraba a Diego - Para mi será un placer que compartamos este viaje... y que cuando lleguemos a nuestro destino podamos cumplir con nuestro papel -

El siguiente objeto de sus atenciones fue "Kike" - Pues entonces será Kike. Yo soy Facundo. Facundo Caballero. Locutor - se presentó intentando no mirar la ezpeluznante combinación de colores que portaba el director de arte pero sin ánimo de darle más espacio que el que un simple encargado de vestuario merecía "Y suerte que llevo mi propio guardarropas" se planteó para sus adentros

Finalmente miró al asesor, sin tener en claro como catalogarlo - Señor Gofré. Bienvenido al país... entiendo que es especialista en eh... fenómenos paranormales, no es así? Supongo que... en fin... que necesitaremos sus servicios en nuestro destino - repentinamente se dio cuenta que estaba a punto de hablar de algo que quizás los recién llegados no supieran

- Pero me estoy adelantando... Espero que hayan tenido un buen vuelo, porque tenemos unos cuantos kilómetros adicionalas por delante para... eh... Bueno. Para cumplir nuestra misión - completó corrigiéndose a si mismo con la soltura de un locutor experto, capaz de cambiar la información que transmitían sus palabras sin siquiera analizarlo

Ernesto había resoplado. Simplemente. Era eso o deslizarse hacia una catarata de pensamientos en la cual no quería entrar, porque no solían terminar en nada bueno. Luego había dejado partir a Darío con los labios pegados, en una fina línea tensa, y había asistido al intercambio de Diego y Facundo con resignación. Cómo les gustaba. Un día esperaba que se agarraran a piñas de una buena vez y que se terminara toda la tensión. Pero Facundo era demasiado cagón para levantar un puño, y a Diego le gustaba demasiado reírse como para eso. Y Camestres, ahí aparte, callado como una tumba... Bueno, quizás era lo mejor.

La puerta se abrió de nuevo, y Ernesto se incorporó un poco en su silla, para observar y recibir a los recién llegados. Una mina y dos tipos. Mierda, ese tipo es una copia del Bambino Veira. El productor se levantó, mientras Darío comenzaba a presentar. La mujer parecía seria y responsable, además de cómo hablaba; se trabajaría bien con ella. Los otros dos... Dios, el Bambino parecía una diva y el otro le recordaba de forma bastante incómoda a Frantisek. Y bueno, Facundo, siempre tan receptivo. Por decirlo finalmente.

Ernesto se adelantó, mano delante suyo, para ofrecerla a la única mujer.

- Alicia, un placer. Bienvenida, de nuevo, a Buenos Aires y a la productora. Es bueno contar con gente que quiere hacer bien las cosas - dijo, y después se dirigió a Kike, a quien también ofreció la mano - Kike, entonces. Bienvenido a Buenos Aires. Yo soy Ernesto Crocce, estoy a cargo de la producción en general y los guiones. Si tiene alguna duda, o no se logra ubicar bien, avíseme y vemos de solucionarlo.

Finalmente, se volvió hacia el último. Mierda, otro Frantisek. Y un catalán. Por Dios, que hable un castellano entendible.

- Señor Gallofré, bienvenido - comenzó, alargando la mano - Espero que se sienta cómodo en la ciudad. Cualquier cosa que necesite, no dude en avisarme.

Después miró a Facundo, que parecía querer generar expectativa o misterio. ¿Querría, o le saldría así? En fin.

- No sé si ya Darío les comentó algo de lo que la productora tiene pensado para este documental. ¿Quieren tomar asiento? - Ernesto señaló la mesa con gesto de invitación.

Darío sigue a Ernesto en la oferta de asiento y espera a que estés todos distribuidos. Cuando así es, comieza a hablar pero no toma asiento, moviéndose atrás y adelante de la mesa.

-Sólo saben del trabajo por encima, Ernesto. Déjenme que les ponga a todos al tanto de forma completa. El documental tiene que ver con un hotel rural llamado "Estancia La Escondida", situado en el departamento de Bariloche, más al sur de San Carlos. No lo conocen ustedes, ¿verdad?- dice refiriéndose a los recién llegados y dándolo por supuesto, continúa -San Carlos de Bariloche es una ciudad al sur, en la provincia de Río Negro cabecera del departamento de Bariloche. La zona es el destino turístico más visitado de toda la Patagonia; tiene reservas naturales y centros de esquí muy importantes, de escala mundial, como principales industrias.-

Suelta esto último de seguido, como aprendido de memoria y con cierto orgullo en la voz; pronto os dais cuenta, él tiene que ser de allí o pasar las vacaciones en la zona.

-El propietario del hotel, Andrés Cañas, dice que el lugar está encantado, con espíritus, maldiciones y procura que tenga  fama de ello, parece que le reporta beneficios. Los clientes hablan de ruidos, objetos que desaparecen, algún accidente, inclusive la cana, perdón, la policía ha tenido que ir dos veces por supuestos delitos. La primera, nada, todo aclarado como accidente, una señora asustada con una sombra creyó que la tiraban por una escalera. La segunda... la segunda vez hubo por desgracia una muerte. Un hombre que se alojaba solo, recién se había divorciado, apareció una mañana tumbado bajo el lavamanos, con la garganta cortada. La ca.. la policía lo investigó pero sin resultados. Lejos de ahuyentar la clientela, cuando se determinó por lo poco prfesional y la dirección del corte que el hombre se había suicidado, los clientes volvieron por duplicado y se ganó más aún la fama de tener fantasmas. Hubo muchos más sucesos como de teatro pero nada grave, algunas cosas parecían interesantes, otras era gente hablando de los ruidos en las cañerías.-

Como invocado por la oportunidad, un ruido suena en la puerta. Darío sale a abrir e intercambia unas palabras con alguien afuera que pregunta por unas maletas que molestan. Darío le dice a su interlocutor algo sobre su despacho y cierra.

-Perdonen, ya sigo. El interés para nosotros como documental está claro, tanto si ocurre algo extraño de verdad como si es el dueño quien lo montó todo para sacar más pesos por habitación. Claro, hemos intentado pedir permiso para grabar allá, pero Cañas ha dicho que no una y otra vez. Pero, hemos encontrado una oportunidad. La cosa es que ahora cierran la Estancia por un mes para mantenimiento, limpieza, etc. De donde sacan plata de verdad es de las temporadas de invierno, por el esquí y verano, por el trecking. El caso es que hemos inventado una empresa de publicidad y hemos contactado con ellos para ofrecerles hacerles una promo del lugar, aprovechando este mes de vacío. La propuesta les ha gustado y han aceptado. El trabajo de ustedes será simular ir a hacer la promo pero el objetivo será en realidad un documental de los nuestros, con el interés añadido de trabajar de encubierto. Usarán no sólo las cámaras de mano, sino cámaras y micros ocultos cuando toque. Incluso si el resultado es desenmascarar la simulación que haga el dueño de los fenómenos paranormales, la historia tiene interés. Facundo y Alicia pueden pretender ser los actores realizando el papel de clientes satisfechos y el resto mantienen el mismo puesto que acá. La idea es grabar unas semana máximo, aprovechando las noches o los ratos sueltos para sacar material del que nos interese a nosotros ratos. Al terminar, si el material para lo nuestro es bueno, no les cobraríamos. Y si no lo es, que lo dudo, le shacemos la promo igual y listo. Como les dije antes de que llegaran nuestros compañeros del aeropuerto, no espero que vaya a salir algo tan remarcable como el trabajo anterior de este equipo; el hotel es un lugar serio, con nombre, no un poblacho perido. ¿No creen?-

Y esboza una conciliadora sonrisa.

Con su mejor mirada de admiración, Facundo observo como Pasini delineaba la misión que antes solo les había esbozado - Es un excelente plan - no pudo menos que exclamar cuando el director terminó de explicarlo - Sea como sea ganamos. Porque haya algo o porque no lo haya -

Con su habitual sonrisa continuó - Obviamente quien lo definió es un genio. Esto no puede ser como en España. Hablamos de Bariloche. Mas que un par de fantasmas de opereta no podemos encontrar - se sonrió, dándoselas de hombre de mundo

- Y no puede salir mal - insistió acercándose a Alicia - Mirad que imagen de "clientes satisfechos" que ofrecemos - les propuso a los demas mientras levantaba su brazo e intentaba pasárselo sobre los hombros a su nueva compañera