Partida Rol por web

Uno a uno fueron dando su conformidad sobre la marcha de Gruntah, aunque se notaba la amargura en sus voces. A nadie le gustaba verle irse, alejarse cada vez mas, justo ahora que se habian reunido despues de tantos años. Pero es algo que entienden, saben muy bien lo que es la autosuperacion, todos ellos, es por eso que solo le desean lo mejor y la culminacion de su entrenamiento. 

Tanto Gloria como Kate, le despidieron con largos abrazos, la ultima con la misma emocion que la sacerdotisa. Arbahin estaba algo apartado del grupo, pensativo, quizas algo melancolico.

El vradeno tambien se marchaba, seguramente para continuar con su labor. Arbahin le estrechó la mano, con fuerza, pero sin hacerle daño. Al licantropo comenzaba a caerle bien, quizas era por esa forma de resolver sus propios problemas, sin depender de nadie. 

-Cuando vayamos hacia alli te buscaremos... ve con cuidado- el pequeño Lom tambien continuaba su viaje, ya sin peligros en su camino-. Tu tambien ten cuidado... Nos veremos luego.

Arbahin no entendia las despedidas, creia que de una forma u otra, todos volvian a encontrarse. No existia las separaciones, pues siempre volviamos a formar parte del ciclo. 

Kromwill también estrechó la mano del vradeno con fuerza, y con un asentimiento y una leve sonrisa.

-Si vamos por allí, saludaremos, no te preocupes.

También se despidió de Lom, y parecía que en breve, seguirían sus viajes sin todos aquellos compañeros.

-Cuídate, Lom. Y gracias por las monturas, sin duda nos vendrán muy bien. Si nos cruzamos a lo que sea que te noqueo, le daremos una buena paliza, no te preocupes. 

Tras la despedida de Gruntah, llegó la hora de despedirse también de los demás. La joven parece disgustada, y ciertamente lo está... aunque no enteramente por la marcha del draconiano. Sin él, ella es prácticamente la única fuerza mágica del grupo... y los combates hasta ahora han demostrado lo poco útil que puede llegar a ser.

¿Que harán ahora si un enemigo mago se les presenta delante?

No obstante, aparca sus pensamientos para despedir como es debido al vradeno, estrechándole la mano.

Que el Padre os guarde, señor. Será un placer volver a veros si alguna vez pasamos por Pallas.

No añado mas. El vradeno parece ser de pocas palabras, y creo que ya hemos dicho todo lo que teníamos que decir. Tras la despedida de Ardigant, escucho a Lom y le ofrezco una sonrisa y una reverencia.

Muchas gracias por vuestra gentileza. Podéis transmtirselas también a Oppa por permitirnos quedarnos con los caballos. Tened ciudado, y que el Padre os guarde también a vos. Estoy segura de que volveremos a vernos.

Lo mismo digo- responde a las palabras de Lom- y espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse - estrecha la mano del vradeno y tras decir esto, hizo un saludo con la mano en señal de despedida. Veía como se iban alejando, dejando de nuevo al grupo solo. 

Un grupo de cinco aventureros, repartidos a pie y en tres monturas, fueron oteados desde la lejanía por una de las escasas vigías que ocupaban su tiempo libre vigilando los alrededores del pueblo y esperando la aparición de viajeros, en tanto por una ligera sensación de seguridad que ayudaba a buena parte del pueblo a descansar tranquilos, como por las pocas monedas que a la joven le pagaba a comisión el dueño de la principal posada de la zona, siempre que la vigía les recomendase alojarse allí previo aviso al posadero. La muchacha, una embar de mejillas azuladas y largos cabellos rubios, dejó escapar un suspiro al haber perdido la oportunidad de un nuevo negocio, pero ello no impidió de ninguna manera que recogiese ligeramente sus pertenencias y saltase escaleras abajo. Ciertamente, con la presencia de un enorme licántropo en el grupo, no se trataba de extranjeros necesitados de asilo temporal ni alimentación, sino de ciertos conocidos moderadamente famosos en la zona. Pero claro, eso tampoco significaba que una pequeña amiga ventante no fuese a recibir la noticia con tremenda satisfacción. ¿Volver a ver a su hermano? Desde luego. Y así, fue la primera y de las pocas en no caer que el grupo lo componían cinco miembros, y no seis. Pues Gruntah había abandonado la compañía de sus viejos amigos hace ya tiempo.

La historia corrió como la pólvora. Y aun así, Buniah y en menor medida Grishnak necesitaron de escucharla en persona por parte del grupo para creer que su hijo no había muerto, sino marchado sin tiempo para las despedidas. Una vez más, y después de los años pasados. Pero el herrero del pueblo no se dejó llevar por la situación, y no le costó demasiado convencer a su esposa de volver al hogar y continuar trabajando. Pues si bien la vida de los humanos y otras razas es moderadamente corta, mucho viven los draconianos. Habría otra oportunidad para volver a ver al pequeño Gruntah, y si para ello debían esperar tres años más, esperarían. Nadie vió en la intimidad del fuego de la forja las lágrimas de un padre preocupado por su hijo evaporarse por el calor, mientras un nuevo arma era templado y amartillado con furia.

Pero prontía fue otra despedida, y ciertamente rápida, muy por encima de la mayoría de estándares de los habitantes de Fenwood. Mas no podría ser de otra manera, pues la despedida se produjo en una familia de ventantes. Empuñando dos armas cruzadas a la espalda, y tras despedirse de sus amigos una última vez, Imhol partió para continuar con su cruzada en pos del triunvirato de objetos de poder que había llegado a su poder empezando con la lanza, y que incluía una armadura y un tercer objeto, todos ellos conectados. Gracias a una pista nueva, y un estudio más detallado, junto con la traducción aparentemente perfecta de una tablilla proporcionada por uno de los dos extraños humanos que se habían encontrado durante la extraña aventura en el rio.

De esta manera, la pequeña compañía de aventureros se reunió y separó, en un corto período, que significaría mucho para la vida de todos ellos.