Satinder frunció el ceño ante la aparición de aquellas viscosas y horrendas criaturas, algo totalmente inesperado, ya que lo más probable a encontrar debían ser carceleros o matones razimiris como los que se encontraron en el puerto de Xer. El arquero semielfo, quien ya tenía su arco preparado, apuntó hacia al criatura que quedaba y disparó una de sus flechas.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+3)=8
Ful de tirada......
Gudrid estaba atendiendo a la enana cuando oyó algo fuera, en el pasillo. Asomó la cabeza para ver qué ocurría. La sacerdotisa no pudo reprimir un grito de horror al ver al dúo de criaturas amorfas que surgían de una oquedad en el muro. Lo siguiente que vio fue a Elenzeran hendiendo a uno de los viscosos seres. Cuando logró calmar su miedo, elevó una silenciosa plegaria a su Cálida Señora y salió al pasillo para ayudar a sus amigos, no sin antes dedicar unas palabras a la cautiva: - No salgas, espera aquí. Una vez fuera, se acercó al monje y posó su mano en el hombro del luchador. - No temas. Siente el calor de mis manos y deja que la luz te abrace.
Pues un guidance para Fur-yurl (+1 en la siguiente tirada de ataque, tirada de salvación o prueba de habilidad). http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=106178
Elenzeran alzó de nuevo el mandoble y la bestia cayó muerta ante él. Sin ofrecer siquiera una pausa volvió a acometer con el arma contra el otro engendro.
Mi fe es mi armadura, no podrás conmigo!
El enorme espadón se hincó en el hombro de la criatura y amenazó con sesgarle el brazo...
Motivo: Ataque engendro
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+5)=23
Motivo: Dolor
Tirada: 2d6
Resultado: 9(+4)=13
Otra ostia bien dá....
13 para el bicho
Nuevamente el tajo propinado por el paladín fue de una contundencia manifiesta. La criatura quedó desorientada y enlentecida, casi sin la posibilidad de reaccionar a tan tremendo tajo. Elenzeran se había tomado muy a pecho el tema de salir de aquel lugar lo antes posible...
NOTA DM: siguiente.
Fur-Yur tuvo que hacer una finta para no ser decapitado por el brutal tajo del paladín, aun con el formidable golpe no fue suficiente para destruir a la criatura. Tras volver a la posición de equilibrio el monje asestó un gancho demoledor girando sobre si mismo en una pirueta, en pleno giro lanzó una patada alcanzando de nuevo la cabeza del monstruo con tal potencia que podría arrancársela si no se tratase de un ser tan fornido.
AYUKEEEEEEN
Motivo: rafaga
Tirada: 2d20
Resultado: 16(+3)=19, 20(+3)=23
Motivo: confirmacion critico
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+3)=9
Motivo: daño
Tirada: 2d6
Resultado: 6(+8)=14
tutupa, doble galleta 14 de daño
Aquella demostración de fuerza, agilidad y precisión fueron suficientes para acabar con tan grotesca criatura. El grupo de pathfinders había actuado con una efectividad vertiginosa, y ahora el camino, se hallaba nuevamente despejado.
En la celda contigua a Rukeska, se hallaba el magullado Pechas. El estado de éste, también era pésimo y cierto grado de desnutrición era evidente en el cuerpo del enano pahmet. A escasos metros de la celda del enano monje, la voz de un tercer enano - a buen seguro Holfist- comenzó a resonar. Los balbuceos de este enano eran difíciles de entender, y parecía usar palabras propias del idioma enano.
NOTA DM: Lo reventáis. Seguimos...
Cuando la última criatura cayó derrotada, Gudrid cerró los ojos al tiempo que resoplaba aliviada. Los deformes seres habían logrado asustarla de verdad.
Alzó una plegaria de agradecimiento a la que siempre escuchaba sus súplicas y se dirigió hacia el monje guerrero: - ¿Sabes? Eso no ha estado nada mal. Eres muy ágil.
Acto seguido se dirigió al resto: - Todos habéis hecho un buen trabajo; el acero y la fe han prevalecido.
No había terminado de hablar cuando la realidad les golpeó de nuevo de lleno: en el pasillo resonaban los lamentos del resto de prisioneros. Gudrid se acercó a la celda lindante e hizo un gesto con la mano a Satinder para que se acercara: - Vamos, muchacho. Hay que abrir el resto de celdas. Date prisa.
Satinder se apresuró a abrir la celda de Pechas con el juego de llaves que había cogido y asegurarse que podrían sacarle de allí e hizo lo mismo con el otro enano. Ahora ya habían rescatado a los tres emisarios y habían cumplido prácticamente la misión que se les encomendó, pero aún tenían la tarea de sacarlos de allí y ponerlos a salvo, y el semielfo sabia que las cosas siempre podían torcerse en cualquier momento. Aquella misión había llegado a su momento más crítica donde ahora la integridad de los emisarios dependía de ellos.
- Bien, ya os tenemos a todos.... ahora debemos marchar de aquí en cuanto antes. No tenemos garantías de que alguien no haya dado a dar la alarma a esos fanáticos. - dijo el arquero nirmathiano.
Los emisarios habían sido rescatados, pero su debilidad quedaba patente. Habían sido golpeados duramente y sometidos a largas jornadas sin comida y agua, con lo que su estado físico distaba mucho del que seguramente presentaran antes de que toda esa pesadilla comenzara.
Satinder explicó que lo mejor era marchar de allí y Elenzeran secundó tal proposición. Desde el desastre de Xher, el paladín había adoptado el papel de liderazgo de la expedición y no le temblaba el pulso a la hora de tomar decisiones. Rápidamente encabezó la huida volviendo sobre sus mismos pasos. Tras él, Fur-yurl y Gudrid se hacían cargo de los tres emisarios, ayudándolos a seguir el ritmo del guerrero iomedita. Cerrando la formación, Satinder cubría la retaguardia con su arco presto por si fuera necesario disparar.
El grupo subió nuevamente a la posada. Allí, las tres hermanas Grymble habían desaparecido... ¡¡Malditas viejas!! No había tiempo que perder, el Ábaco esperaba a escasos trescientos metros de aquel lugar. Con los emisarios a bordo, el velero podría seguir su camino hasta el corazón de Mendev.
Elenzeran se acercó a la puerta e intentó abrirla, pero no pudo. El aasimar pidió a Fur-yurl y Satinder que le ayudaran, pero el trío fue incapaz de conseguirlo. Las risas de las ancianas se oía al otro lado. - ¡¡Ahora pagaréis vuestra osadía herejes!!- Las muy brujas habían atrancado la puerta con un carro cargado de sacos de grano... ¡¡Así volvieran al Abismo de donde surgieran!!
La situación se volvía desesperada, el paladín ordenó volver a los subterráneos... ¡Quizás hubiera otra salida!... o quizás no... Poco importaba ya. No tenían mucho tiempo antes de que los Razmiri se les echaran encima y los consagraran a la fe de su dios falso.
Bajaron a las celdas y comenzaron a divagar por el resto de salas. Después de un cuarto de hora, los pathfinders descubrieron lo que parecía otra trampilla. La abrieron y surgieron a lo que parecían ser los establos. Lo habían conseguido una vez más. Su instinto de supervivencia volvía a llevarlos en volandas. La salvación estaba más cerca si cabe...
NOTA DM: Voy adelantando para que tampoco se eternice el tema...
La misión estaba próxima a concluir, habían encontrado a los emisarios enanos y solamente quedaba salir de aquel lugar de los horrores. Se encaminaron hacia la salida sin perder ni un momento y en su mente ya barruntaba la manera de derruir completamente aquel antro de perversión. Pero el destino les aguardaba una sorpresa...
Cuando llegaron arriba descubrieron que las tres brujas habían cerrado la única salida que conocían. Intentaron forzar la puerta pero fue imposible.
Busquemos otra posibilidad.
Y se lanzaron a la búsqueda de otra manera de salir de la posada descubriendo una trampilla en el sótano que llevaba a los establos.
Vámonos al Ábaco, ya nada nos detendrá. La justicia alcanzará a esas malvadas viejas, en esta u otra vida....
Los pathfinders salieron por una trampilla situada junto a un abrevadero. Aquello debía ser los establos de la posada. Elenzeran arengó a sus compañeros, pues el final de aquella misión se hallaba cerca... tangible. Mientras ayudaban a ascender a los emisarios, una yegua blanca encabritada no cesaba de relinchar y cocear todo a su alrededor.
El paladín se acercó. Sentía la necesidad de calmar a tan noble animal, pero cuando estaba a punto de llegar, Gudrid lo detuvo. La sacerdotisa le hizo fijarse en lo que sin duda no era más que una mera ilusión. Aquel lugar estaba repleto de señuelos y artificios con un único objetivo, aparentar que no era más que una humilde posada junto al Río de Cristal, pero la realidad era muy diferente...
El iomedita quitó la tranca de la puerta principal del establo y junto al monje xianés abrió las puertas de par en par. Había llegado la hora de salir de allí.
Nada más lejos de la realidad...
NOTA DM: Cierro esta escena con este post narrativo. La ilusión estaba allí para darle juego a la investigación si hubierais decidido entrar con una coartada y explorar el lugar por la noche mientras las CHICAS DE ORO dormían, pero como entrasteis a saco...