Partida Rol por web

¿Qu-Qué ha sido eso? -preguntó Enara incorporándose al fondo de la tienda, pues sentía que aquel sitio era la única zona ''protegida'' del lugar.- Vale, vale, vale -agitadamente movía las manos, un claro signo de su nerviosismo-, no, no, no, no,no... ¿Quién se trae sal? Yo no, yo no, yo... no... Oh, no.

Negaba con la cabeza la realidad. Su impugnidad estaba clara: las brujas como tales no existían, eran mujeres que por desgracia del ser humano como género masculino, a lo largo de la historia, eran asesinadas acusadas de brujerías. Esas eran las únicas brujas que conocía, esas y ... a ella misma en la boca de Parker cada vez que le quería insultar.

En resumen, que para ella las brujas no eran más que mujeres que los hombres temían porque se revelaban contra el sistema. Fin.

¿Sal? ¿Quién se trae sal? Ay, por Judas Tadeo... Que no, que no es Emily... ¿Y si...? ¡Ay! 

Las palabras de Flavia eran bastante pertubadoras ¿una sombra sobre la tienda de campaña? la verdad es que se me helaba la sangre sólo de imaginarlo, pero si ya de por sí desconocer dónde se encontraba Emily ya era preocupante, escuchar aquel desgarrador grito femenino me clavó en el sitio.

-Bart, no nos podemos ir, es noche cerrada y yo no pienso internarme más en el bosque si no es con luz diurna, si ya por la tarde perdimos de vista a Enara, Flash y Emily ¿cómo quedaríamos ahora?-pregunté con total seguridad-Será mejor esperar la mañana y entonces decidamos que hacer-desde luego no me apetecía en absoluto salir a buscar a nadie, pero cuando Flash salió con lo de la sal...desde luego era bastante escéptico al respecto, pero si eso ayudaba a protegernos de cualquier cosa, a mi no me importaría probarlos, tampoco perdíamos nada. Entonces Enara comenzó a ponerse nerviosa.

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Me acerqué a ella pasando mi brazo por encima de su hombro-No te pongas nerviosa Enara, eso no ayudará a nadie, lo importante es que estemos juntos ¿vale? ahora que estamos los cuatro no nos separaremos-me sorprendí mostrando tal muestra de afecto, pero ella lo necesitaba y ayudaría a no contagiar su histeria a los demás. Luego miré a Flavia-¿Sal? pues yo no he traído...¿tú no tienes, eres la especialista en protección espiritual y demás...yo como mucho tengo algún sobrecito, pero ni de coña para rodear toda la tienda...-

Finalmente, tras la llegada de Flavia, y con casi todo el grupo reunido, os metisteis en la tienda y dormisteis (o descansasteis, al menos) durante el resto de la noche. 

Cuando os despertasteis, había algo de claridad, pero no tanta como esperabais.

Eran las siete o las ocho de la mañana y aún así, todo estaba más oscuro de lo que debería.

Con la linterna en la mano intercambió la vista entre todos y centró la atención especialmente en Enara que parecía estar atravesando un ataque de nervios. Sin dudas el grito no había sido agradable para nadie y Bartho esperaba no fuese Emily siendo atacada por alguien.
—Tratemos de mantener la calma —dijo hablándose a sí mismo también.

A continuación apuntó al bosque usando la luz, pero era demasiado peligroso ir a buscar a la desaparecida en semejante situación, entonces volteó a los demás y sopesó hacer rondas en la noche y esperar la llegada de la mañana en pos de encontrar a la chica de rizos.

Viendo como decidieron quedarse, el grandullón guardó la lámpara en la mochila y dejó el equipaje dentro otra vez. Acto siguiente ingresó a la tienda y tumbó el cuerpo en la cama.
—Alguien nos está acechando, ha sido buena idea traer el arma —afirmó meditabundo.

Cuando estuvieran acomodados los cuatro giraría a la israelí y terminaría colocándole el brazo encima deseando contenerla, al fin y al cabo permanecería atento toda la madrugada. Incluso de quererlo ella acabaría abrazándola hasta lograr una comprometedora posición de la cual el hombretón no sacaría provecho.

Todos volvieron a la tienda a descansar -lo necesitaban debido a que al siguiente día iban a tener que buscar a Emily y... a saber qué se podían encontrar-. Enara había caído profundamente en los brazos de Morfeo, dejándose abrazar por Green, cuyo calor corporal y sonido de los latidos del corazón, habían apaciguado a la 'bestia'.

A la mañana siguiente, la israelí abrió los ojos marrones y esperó encontrarse con una cegadora luz solar, pero, en su defecto, hubo menos que eso, como si aún fuese de noche. ¿Podría ser por el horario de invierno? Tras abrirlos, acarició el rostro de Green para despertarlo, no bruscamente, sino con suavidad. Una vez, que se incorporó en la tienda, despertó con la misma sutileza a sus dos compañeros restantes. Después, salió de la tienda y se estiró.

No me transmite paz... -comenta más para sí que en voz alta. Obviamente, se refería al bosque, pese a que aquellas palabras se pudieran trasladar a una realidad no convincente-.

Entre tanto, ahí apartada, al lado de la fogata, estaba su mochila, por lo que la cogió y empezó a husmear si había algunos snack. Con suerte, había piezas de frutas, por lo que cogió una y fue al riachuelo a lavarla. El agua, como se temía, estaba helada. Mordió la manzana y volvió sobre sus pasos para ofrecerles a sus compañeros: dos plátanos, una manzana y una pera eran las frutas que ella había cogido. 

Al final pasó la noche o al menos había llegado una claridad que parecía madrugada, no me sentía especialmente descansado, pero al menos si habíamos conseguido dormir algo en condiciones. Noté cierto movimiento y entre abrí un ojo viendo como Barth había terminado tranquilizando a Enara durmiendo un cuerpo pegado al otro y como ella se había despertado antes que nadie, desde luego o era de sueño ligero o muy madrugadora, ya que fue la primera en salir de la tienda.

Me incorporé en silencio y me froté los ojos suavemente para desperazarme en la medida de lo posible sin montar barullo para luego salir de la tienda cual ninja de peli japo setentera. Una vez fuera pude ver a Enara Inclinándose sobre su mochila rebuscando para sacar unas piezas de fruta-Buenos días-dije con voz somnolienta y una media sonrisa de empanado, la verdad es que costaba activarme por las mañanas, pero estar en aquel lugar que ponía los pelos de punta aceleró que me espabilase en dos parpadeos.

Cita:

La miré y torcí el gesto asintiendo-A mi tampoco, además, ¿no deberíade haber más luz? estamos en una eterna penumbra que me pone enfermo, entre eso y el silencio que hay...-dejé la frase sin terminar pues sabía que Enara sentía lo mismo. Me agaché abriendo mi mochila sacando unas barritas de cereales y le ofrecí una de ellas a Enara a cambio de un plátano-Gracias, toma, no es algo tan fresco pero aporta energía y nos va a hacer falta para buscar a Emily-la miré con preocupación, tras esa noche tan horrorosa y aquel grito que paraba corazones ¿habría sido de ella? joder, que mal rollo...

Asomé la cabeza dentro de la tienda junto a Enara-Venga dormilones, Flash, Barth, hay que despertarse, tenemos que aprovechar el día todo lo que podamos-dije con tono bajo para que me oyesen sin llegar a sobresaltarse, había que ponerse en marcha.

Su plan de mantenerse despierto toda la noche no había funcionado en lo más mínimo. Estaba muy cansado después de haber andado horas en aquel entorno hostil, además la compañía de Enara le brindaba tranquilidad, en consecuencia cayó en la dulce inconsciencia aferrado a la chica y trató de descansar tanto como pudo.

A la mañana siguiente sintió la caricia y abrió los ojos. Acto siguiente prosiguió a estirarse quejicoso y parpadeó de forma pesada. Tenía hambre, sed y ganas de seguir durmiendo, entonces en pos de evitar caerse de espalda prefirió gatear hacia afuera de la tienda y cobró altivez.

—Buenos días —saludó perezoso.
En ese instante notó la oscuridad y arrugó el ceño, pero quitándose legañas mediante sus dedos volteó a la carpa y decidió sacar la mochila para colgársela encima luego.
—Tenemos que buscar a Emily —dijo preocupándose repentinamente.
Tras esto retiró un plátano del equipaje y a continuación de pelarlo empezó a comer intercalando la mirada entre los presentes.
—¿Dónde deberíamos empezar? Me agradaría revisar el coche, quizá volvió ahí.

Al final el grupo decidió ponerse en movimiento e intentar encontrar a Emily. Como no teníais demasiado claro por donde regresar hasta el coche, seguisteis adelante, permaneciendo atentos a cualquier ruido. En un momento determinado, el crujido de una rama os alertó. No parecía ser algo demasiado importante, pero en aquel lugar, TODO era demasiado misterioso como para no tenerlo en cuenta.

Todos os detuvisteis y permanecisteis a la espera para ver con qué os encontrabais. 

De repente, lo que visteis fue un grupo de gente que se acercaba desde otro lado.

¡Mirad! ¡Ahí hay alguien! Eeeehhhh -gritó Enara, quizás demasiado imprudentemente, pero harta ya de tanta rama y tanto bosque.

Enara se lanzó hacia el grupo, olvidándose de todos los demás, retirando como podía las ramas a su paso.

-Estoy... harta... de tantas... ramas... -dijo, mientras recibía cortes y golpes a medida que se iba abriendo paso.

Emily se había perdido, no había duda y si ya se había pasado una noche sola que era bastante espeluznante allí fuera, aquel escalofriante grito no fue nada tranquilizador.

Tras desayunar algo la decisión del grupo fue unánime e iniciamos la búsqueda de Emily, no sabíamos que rumbo exacto tomar, pero nos pusimos a buscar igualmente.

Después de un buen rato buscando los ánimos decaían con demasiada velocidad, quizás era el cansancio o el estress, quizás el ambiente agobiante del bosque, pero al final escuchamos un ruido que nos puso alerta girando todos la mirada hacia el origen.

A unos pocos metros había otro grupo-¿Y esos quiénes son?-apenas terminé la pregunta cuando Enara salió disparada hacia ellos-Pero, ¡Enara! ¡Espera un momento echa el freno!-ni puñetero caso me hacía, vaya novedad...miré al resto-Venga sigamosla que es capaz de caerse y romperse un tobillo-dije suspirando.

-Enara ¡Espera!-grité corriendo tras ella mirando al grupo de extraños al que nos estábamos acercando.

Decididos a encontrar a Emily, el grupo comenzó a caminar y Bartho no iba a quedarse atrás, entonces también marchó tratando de no separarse. Era muy malo para andar en el bosque, por tanto marchaba despacio a diferencia de la impulsiva Enara.

En determinado instante encontraron a más gente y el grandullón levantó la mirada en pos de detallar quiénes eran.
—¿Hm? ¿Quiénes son? No creo que sea conveniente ir de lleno a desconocidos teniendo en cuenta lo que pasó en el pueblo —afirmó serio y jadeante.
No obstante la israelí corrió como pollo sin cabeza y Alex fue detrás.
—Esperen.

Luego de chasquear la lengua intentó acelerar el paso y alcanzarlos.

Después de haber pasado una mala noche, ahora resultaba que veían sombras a su alrededor y se lanzaban a una búsqueda sin sentido. Ella ya se había perdido en el bosque y no tenía ningunas ganas de volver a hacerlo.

-No vayáis! -exclamó Flavia, pero no consiguió que nadie le hiciera caso.

Enara se abalanzó hacia los arbustos, Parker la siguió como el perrillo faldero que parecía que era, y Bart no tardó en ir detrás.

-Oh, mierda. Está bien. Iremos todos -dijo en voz alta, fastidiada, antes de seguir a los demás.