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The Witch of Midian: Dream Warriors (+18)

AMBIENTACIÓN: SOBRE BRUJAS Y BRUJERÍA (II)

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18/08/2018, 20:23
Bitchy Witch

La vida era difícil para las mujeres del siglo XVII que decidían ser un poco diferentes al resto. Cualquier gesto o comportamiento extraño podía ser una justificación para el asesinato en juicios que hoy día son vistos como una aberración.

Las brujas, como se les llamaba, eran mujeres que por alguna razón no cuadraban en la época en la que vivían. Sin embargo algunos hombres también eran condenados si tenían nexos con actividades sobrenaturales. Todo ello era sobre todo debido al extremismo religioso. Un viajero de la época (estamos hablado de finales del siglo XVII), comentaba que los colonos de Nueva Inglaterra "nunca completan un trato, o hacen una broma, sin un texto de las Escrituras al final". Su religión, el puritanismo, estaba basada en los principios del calvinismo y había surgido como una reacción a la aparición del anglicanismo, que se consideraba que no había terminado de romper del todo con la Iglesia de Roma y que estaba demasiado próximo al poder político.

Los puritanos que se embarcaron en el Mayflower rumbo a América, y huyendo de la discriminación en su país, llevaban con ellos no sólo su fe absoluta y total en Dios, sino la creencia medieval de que cualquier fenómeno natural inexplicable era un castigo divino, y cualquier dolencia del cuerpo que no pudiera curarse con ungüentos o la oración era diabólica.

Además, hay que tener en cuenta que la posición de las mujeres en aquellas épocas era de sumisión completa al hombre, dedicada sólo a las labores domésticas y del campo y a la crianza de los hijos. Se consideraba que eran débiles de espíritu y constitución (llegó a celebrarse un concilio en el que se debatió si las mujeres tenían alma), así que si aparecía alguna mujer que se salía de lo que se consideraba aceptable, era inevitable que acabara considerada una bruja con poderes sobrenaturales

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18/08/2018, 20:24
Bitchy Witch

El caldo de cultivo en Salemestaba listo para que se desatara la paranoia y la histeria. El dificilísimo y muy frío invierno, el miedo constante a un ataque de los indios o de los animales salvajes del bosque, el clima de superstición y extrema religiosidad, incluso la opresión a la que se veían sometidas, sobre todo, las mujeres del lugar eran terreno abonado para que, si varias chicas empezaban a mostrar síntomas extraños, se pensara enseguida que era cosa de brujería.

Ha habido varios estudios que han intentado explicar, teniendo en cuenta los testimonios dados en los juicios de Salem de 1692, qué podía ocurrir con todos aquellos jóvenes que se pensaba que estaban poseídos por el diablo o bajo el influjo de una o más brujas. Investigadores actuales apuntan, por ejemplo, a enfermedades mentales, situaciones de abuso constante de los niños, la influencia del sistema de creencias de la época, hasta tal vez casos de ergortismo, una enfermedad casuada por la ingesta de cornezuelo, un hongo del centeno y de otros cereales.

Lo cierto es que los pueblos de aquella época reunían todas las circunstancias para que lo que podía ser inicialmente la infección por un hongo derivara en un caso de histeria en masa impulsado por la fe ciega en unas creencias determinadas.

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18/08/2018, 20:25
Bitchy Witch

El caso de Salem es muy especial, dado que alcanzó cifras poco habituales en cuanto al número de acusados y ajusticiados. 

Los hechos que desencadenaron los trágicos eventos por los que Salem pasó a la historia, ocurrieron cuando la hija del Pastor, Betty Parrisy su prima, Abigail, de 9 y 11 años respectivamente, comenzaron a presentar un comportamiento extraño tras jugar de manera prolongada con Tituba, esclava antillana, del Reverendo Parris. Tituba entretenía a las niñas con historias de terror, leyéndoles la fortuna en claras de huevo y trucos de manos sencillos a pesar de que estos divertimentos no eran aprobados por la estricta moral de los puritanos. Sucedió entonces que las niñas entraron en una especie de trance que presentaba síntomas tan peculiares como convulsiones, jerigonza (incoherencia en el habla), llanto aleatorio y comportamientos bestiales (como según recogieron las crónicas de la época). En poco tiempo la histeria corrió por las calles del pequeño asentamiento colono y eso se tradujo en más casos como los de Betty y Abigail.

El más destacado fue el de Ann Putnam de 12 años de edad, hija de una de las familias más importantes de Salem. Ann, no solo presentaba los mismos síntomas que Betty y Abigail, sino que además aseguro que lucho con una bruja que pretendía decapitarla. Cuando las niñas fueron examinadas por el galeno del pueblo, este no encontró ningún problema médico que estuviera causando el extraño comportamiento de tal manera que atribuyo la conducta a la influencia del mismísimo demonio y fue entonces cuando el caso pasó a las manos del Reverendo Parris.

Dando por hecho que la existencia de las brujas era una realidad aceptada, ya que con anterioridad ya se habían ejecutado a mujeres acusándolas de esta practicas (el caso de Ann Glover de 1688, por ejemplo), y que según la biblia de los puritanos, las brujas podían crear dobles invisibles de sí mismas y atormentar y torturar a quien quisieran sin ser vistas, no resulta extraño que fuese eso precisamente lo que parecía que debía ocurrir con Betty y Abigail.

Las pesquisas para averiguar quiénes eran las brujas detrás del comportamiento de las niñas llevo a un vecino del pueblo a buscar un método basado en la magia popular para descubrir a las siervas de Satanás. Este pidió a una panadera que orneara un pastel con centeno, harina, huevos y comida para perros (supuestamente, y en lugar de lo que la cultura popular cree, los perros eran emisarios de las brujas y no los gatos) que sería servido a un can para que les condujera a sus maléficas amas. Tituba además añadió a la mezcla la orina de las niñas enfermas. Todo aquel remedio enfureció al Pastor (a fin de cuentas el puritanismo estaba tratando de erradicar todo este tipo de prácticas) y ordena rezo y ayuno para contrarrestar la brujería, pero los ataques de las niñas y demás mujeres (la madre de Ann Putnam, una prima y una criada) no remitieron.

Fue entonces cuando el reverendo comenzó a presionar a las mujeres para que confesaran quien era la bruja y estas, aterradas ante la idea de ser acusadas de brujería y posteriormente colgadas (acabaras con la hechicera decían las escrituras) señalan a Tituba como la responsable. De tez morena como los enemigos de los puritano (la tribu Wabanaki) Tituba se convirtió en la cabeza de turco ideal para las niñas. Aquello fue suficiente para que comenzara el proceso.

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18/08/2018, 20:25
Bitchy Witch

En Marzo, con nadie trabajando los campos debido a que el suelo estaba congelado, el improvisado tribunal estaba abarrotado. Tituba, presionada por las miradas acusadoras de la sala, las preguntas de los encargados de presidir la vista y el miedo a ser golpeada, confiesa una historia tenebrosa en la que detalla encuentros con el diablo, el cual toma la apariencia de un hombre alto de pelo negro, un gran perro negro o un cerdo (lo que provoco que las niñas comenzaran a repetir sus palabras al unísono) a la vez que asegura que ha visto a un pájaro amarillo besar el dedo de otra bruja, lo que la empuja a acusar a otros vecinos de estar al servicio de Satanás. Sarah Osborne, Sarah Good, otra mujer a la que no reconoció y un hombre alto son acusados por la esclava del Reverendo Samuel Parris. En total acusa a 5 personas más, ya que asegura a ver visto las firmas de más vecinos en el libro de Satanás.

Los magistrados Howthorne y Corwin, no poseen autoridad legal para dictar sentencia ya que solo se trata de un examen. Sin embargo si tienen potestad para detener sospechosos y Tituba y las mujeres a las que acuso (una mendiga y una mujer de vida alegre) son encarceladas a pesar de que las dos nuevas sospechosas niegan ser brujas. Comienza la caza de brujas y la histeria. La siguiente acusa es la respetable Martha Corey, una mujer de buena posición y conocida feligresa. El pensamiento extendido es que si Martha Corey es una bruja, entonces cualquiera puede serlo.  El examen de Martha Corey fue un espectáculo dantesco, en el que cada defensa de Corey era respondido por un coro de gritos por las Putnam, las mujeres supuestamente embrujadas por ella (se dice que los Putnam tenían rencillas con los Corey). Por otro lados los Putnam querían crear una nueva iglesia en el pueblo y muchos de los aldeanos se opusieron (debido a que tendrían que pagar más impuestos) y los primeros (los Putnan y los que les apoyaban) fueron los principales instigadores de las acusaciones de brujería y los que se opusieron a la creación de esa nueva iglesia los acusados.

En abril de 1692 la locura se ha apoderado de la aldea. Cualquier cosa extraña es aceptada como de brujería y todo tipo de historias disparatadas son aceptadas como pruebas en exámenes y juicios. Cualquiera puede ser un brujo o una bruja. A finales de ese mes ya hay seis mujeres más acusadas de brujería (entre ellas una niña de 4 años, la hija de Sarah Good) en la pequeña cárcel de Salem. Las condiciones de la prisión no son las mejores (estaba pensado como un lugar en el que los reos pasaran una o dos noches, no semanas), ya que en invierno es una nevera y en verano es un horno, Los carceleros no cambian el agua a las presas y si estas querían tener comida, buena paja o ropa de cama limpia tenían que pagar al carcelero o al sheriff (el sobrino del Magistrado Corwin, que cada vez que sacaba a alguien de su casa acusado por brujería volvía más tarde a confiscar propiedades de los acusados).

Uno de los primeros hombres acusados (por los Putnam) es el antiguo reverendo George Burroughs (Pastor de la aldea de 1680 a 1683). Según Ann Putnam, el espíritu de Burroughs se le aprecio en sueños para decirle que él era el líder de los adoradores de Satanás y que había matado a sus dos primeras esposas y que había embrujado a los soldados que combatían a los indios en las fronteras de Maine (donde, por aquel entonces Burroughs era pastor). Su actitud insolente durante su interrogatorio y el hecho de no ser un pastor ordenado formalmente por una congregación puritana le empujaron a las abarrotadas cárceles.

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18/08/2018, 20:26
Bitchy Witch

El 27 de mayo el gobernador ordena que se cree un tribunal especial en el pueblo de Salem. El jurado estará conformado por hombres venidos de todo el condado y el tribunal por tres distinguidos jueces que, curiosamente, no tenían idea alguna de ordenación jurídica (eran comerciantes o líderes de la colonia, pero no hombres versados en leyes). Hay que recordar que en el derecho ingles del siglo XVII, los acusados no tenían derecho a un abogado, empujando a acusados y acusadas por brujería a defenderse por sí mismos ante un tribunal gobernado por la sinrazón. El primer caso visto por el tribunal fue el de Bridgette Bishop, mujer de 50 años de edad que 12 años antes ya había sido acusada de brujería y que fue declarada inocente. Los acusadores de Bishop no se encontraban solo en el estrado ya que también estaban entre los asistentes al mismo. Las interrupciones constantes que sufrió el proceso por los supuestos ataques que Bishopestaba dirigiendo por medio de la brujería a la multitud dominan completamente todo lo que ocurre en la sala y la voluntad de los jueces. El veredicto, como no podía ser de otra forma, dictamino que Bishop era culpable. El 2 de junio de 1862 el Juez William Stauton dicta la primera sentencia de muerte de los Juicios de Salem. Es ejecutada el 10 de junio y tarda varios minutos en morir ahorcada por su propio peso. Uno de los jueces, indignado por la ejecución abandona el tribunal, pero los juicios siguen adelante.

El 19 de Julio, 5 mujeres más son ejecutadas. Sarah Good es una de ellas. Son ahorcadas debido a que se negaron a confesar y acusar así a otras mujeres. Curiosamente, las mujeres que confesaron sus actos de brujería y acusan a otras mujeres (como Tituba), no son condenadas. Uno de los que no acepto confesar fue George Burroughs. Burroughs si fue acusado por 8 de las brujas confesas de ser el director de algunos de sus aquelarres, lo cual tuvo que ser toda una conmoción para los puritanos. Warrows rechaza las acusaciones y pone en duda la teología puritana (esta decía que el diablo podía adoptar el espectro de cualquiera que firmara en su libro). El 19 de agosto Warrows es ahorcado, pero antes de ser ejecutado recita el Padre Nuestro (algo que supuestamente los brujos y brujas no podían hacer) poniendo a la muchedumbre que se arremolinaba junto al cadalso a su favor. Aquella muerte fue el precedente de las ejecuciones de septiembre, las más sangrientas de todo el proceso de Los Juicios de Salem.

En septiembre de 1692 nueve personas más mueren ahorcadas o de maneras más brutales tras ser declarados culpables de brujería. El marido de Martha Corey, acusado de brujería, no solo negó los cargos por los que se le acusaban sino que además se negó a seguir colaborando. Su castigo fue morir aplastado por rocas que le fueron apilando encima. El martirio duro dos días. Tres días más tarde su mujer es ahorcada junto a otras 7 personas que negaron a acusar a otras personas y a confesar sus actos de brujería.

La denuncia se inició cuando dos niñas, de 9 y 11 años de edad, comenzaron a sufrir convulsiones y espasmos. Entre sollozos afirmaron haber sido embrujadas por mujeres de la localidad que de noche creaban dobles de sí mismas. El juez local les creyó y así se inició una investigación que sumió a la ciudad en un clima de histeria colectiva, surgiendo cada día más niñas embrujadas y nuevos implicados, hasta alcanzar el sorprendente número de 141 acusados.

Finalmente, 20 de ellos fueron ejecutados y cinco fallecieron en prisión. Cuatro años después del juicio, los jurados que dictaron sentencia firmarían una confesión de error, en la que achacaban su actuación al miedo y la histeria desatados desde la primeras acusaciones.

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18/08/2018, 20:27
Bitchy Witch

Un adinerado comerciante de Boston comienza a criticar abiertamente a los jueces y al juicio a la par que algunos de los confesores que han salvado la vida tras acusar a otras personas comienzan a tener remordimientos. Margaret Jacobs bruja confesa de 17 años que mando a la horca a Burroughs y a su abuelo de 80 años escribe una carta a los jueces tras la ejecución de este último, en la que confiesa que lo que dijo contra el pastor y su abuelo era absolutamente falso. No fue la única en retractarse de su confesión. Los jueces comenzaron a juzgar incluso a los que acusan a otros de sus vecinos. De repente, las acusaciones disparatadas cesan. A finales de octubre el gobernador disuelve el tribunal de Salem, pero aun así muchas de las personas acusadas han de ser juzgadas en tribunales convencionales. Pasarían otros tres meses hasta que fueran liberadas las 49 personas restantes acusadas de brujería. Tres habían muerto en prisión. Tituba, un año después de ser encarcelada es puesta en libertad y entregada a un nuevo amo, ya que el pastor Parris se niega a pagar. En 1697 uno de los jueces pide el perdón público. En 1703 el tribunal de la colonia de Massachusetts rechaza buena parte de las pruebas presentadas durante los juicios de Salem. En 1706 Ann Putnam presenta una disculpa formal a su iglesia y a las familias de a quienes empujo a la horca, argumentando que lo hizo engañada por Satanás. En 1711 la colonia comienza a realizar compensaciones económicas a las familias de aquellos que fueron acusados. Después de aquello el sistema jurídico dejo de prestar atención a las acusaciones por brujería o a cualquier asunto relativo a las creencias populares.

En total, se alcanzó el sorprendente número de 141 acusados, de los cuales 20 de ellos fueron ejecutados y cinco fallecieron en prisión. 

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18/08/2018, 20:27
Bitchy Witch

Pero todas estas cuestiones venían ya de lejos.

En la Europa continental, las acusaciones de brujería se encontraban, con frecuencia, entremezcladas con los cargos de herejía. Las acusaciones inglesas y escocesas, en cambio, tenían más que ver con la baja magia y la hechicería —con maldiciones preferidas contra niños pequeños y animales de granja, o embrujos encaminados a provocar daños o enfermedades—, y a menudo se acusaba a las brujas de educar a sus familiares en la brujería. 

Ciertas pruebas demostraban la práctica de la brujería, como el «hacer nadar» a una bruja, a la que se ataba de manos y pies y se lanzaba a aguas profundas: si se hundía, quedaba demostrado que el agua de Dios la había aceptado y entonces era arrastrada hacia la orilla, aunque a menudo se ahogaba en el proceso; si flotaba era culpable. Otra técnica era la «punción»: se pinchaba todo el cuerpo de la bruja a fin de detectar la «marca del diablo», que se decía era insensible al dolor.

Durante el reinado de Isabel I (1558-1603), la preocupación por la brujería quedó más amortiguada. El doctor John Dee, un astrólogo, tenía una influencia notable en la corte, pues se le había solicitado el cálculo de una fecha propicia para la coronación de la reina. Sin embargo, en 1563, Isabel promulgó un estatuto en el que ordenaba la pena de muerte para las brujas y los hechiceros. En esta ley se consideraba una felonía la invocación de los espíritus malignos para cualquier propósito, independientemente del daño que pudieran provocar. Castigados por la ley civil antes que por la eclesiástica, a los individuos convictos se les ahorcaba y no se les condenaba a la hoguera. En Inglaterra se ahorcó a unas mil brujas durante este período. El primer gran juicio bajo este estatuto se celebró en Chelmsford, en Essex, en 1566.

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18/08/2018, 20:28
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Durante los siglos XVI y XVII los juzgados de Chelmsford celebraron cuatro grandes juicios de brujería. En el primero condenaron a tres mujeres: Elizabeth Francis, Agnes Waterhouse y la hija de Agnes, Joan Waterhouse, todas ellas del pueblo de Hatfield Peverell. Se las acusaba de tener un gato con manchas blancas, Sathan, que era familiar de una bruja y capaz de hablar por estar poseído por el diablo. Francis confesó haber sido instruida en la brujería por su abuela, la madre Eva, quien le enseñó a renunciar a Dios y a dar su sangre al diablo. También confesó haber embrujado al bebé de William Auger, que «se volvió decrépito».

A Francis se la sentenció a un año en prisión. Agnes Waterhouse testificó que había embrujado a una persona, William Fyness, quien posteriormente murió, y había enviado a su gato a destruir el ganado y los gansos de su vecino. Joan Waterhouse, por su parte, fue acusada de embrujar a la niña de doce años Agnes Brown, cuyo brazo y pierna derechos se volvieron «decrépitos». A Joan se la absolvió, pero a su madre la culparon de «embrujar hasta la muerte» y fue ahorcada el 29 de julio de 1566 —la primera mujer condenada a muerte en Inglaterra por brujería.

En el segundo y tercer juicios de Chelmsford, en 1579, se acusó a cuatro mujeres de brujería —una de ellas era Elizabeth Francis—. Los cargos incluían dos casos de embrujamiento que habían provocado la muerte de personas y la acusación de embrujar a un caballo castrado y a una vaca, que murieron. Tres de las cuatro brujas, incluida a Francis, fueron ahorcadas.

El cuarto gran juicio de Chelmsford, en 1645, fue instigado por el famoso «buscador de brujas» y puritano Matthew Hopkins, que se ganaba la vida viajando por el país, alentando el miedo a las brujas y recogiendo pagos de las comunidades por cada acusación con éxito. Hopkins se convirtió en uno de los hombres más temidos en los condados del este y, como observó Wallace Notestein, «envió al cadalso a más brujas que todos los demás cazadores de brujas en los 160 años durante los que esta persecución floreció en Inglaterra». Hopkins creía en el rey Jacobo VI de Escocia, quien afirmaba en su Daemonologie (1597) que la manifestación más importante de una bruja era que mantenía a sus «familiares» y que les amamantaba a través de una «marca de bruja» en su cuerpo.

No se sabe a cuántas personas acusó Hopkins en Chelmsford, pero el calendario de la cárcel y los panfletos publicados después de los juicios mencionaban a 38 hombres y mujeres, con 29 condenados.

Jacobo VI (quien también reinó como Jacobo I de Inglaterra a partir de 1603) se había convertido en un instruido defensor de la caza de brujas después de que un juicio en 1590-1592 le convenció de que había sido víctima de la brujería. El juicio de las llamadas brujas de North Berwick es uno de los más conocidos de la historia escocesa. Gillis Duncan, que trabajaba para David Seaton en la ciudad de Tranent, recibió de repente unos milagrosos poderes de curación, y para ponerlos en práctica solía salir a escondidas de la casa de su señor por la noche. Seaton sospechaba que el diablo le había concedido sus poderes, por lo que la sometió a tortura. Como no logró hacerle confesar que era una bruja, un examen de su cuerpo mostró una «marca del diablo» en la garganta. Entonces ella confesó estar aliada con el diablo. Duncan fue encarcelada y animada a traicionar a otras personas. Nombró a varios hombres y mujeres, entre los que se hallaba una bien conocida «mujer sabia», Agnes Sampson, así como los respetables ciudadanos John Fian, Euphemia Maclean y Barbara Napier. Sampson compareció ante el rey Jacobo y un concejo de nobles, aunque se negó a confesarse una bruja. Se la torturó duramente y se encontró una marca del diablo en sus genitales. Al final confesó los cincuenta y tres cargos en su contra, la mayoría de ellos relacionados con el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades a través de la brujería.

Sampson confesó su asistencia a un aquelarre con unas doscientas brujas en la víspera de la festividad de Todos los Santos (31 de octubre), donde ella y sus colegas brujas habían besado las nalgas del diablo después de «celebrar y beber». También describió cómo en una ocasión colgó un sapo negro por sus talones y recogió en la concha de una ostra el veneno que caía gota a gota de su boca para preparar una poción de encantamiento. Ante el rey confesó personalmente cómo ella y un grupo de brujas habían intentado ahogarle en el mar en 1589, al desencadenar una tormenta cuando navegaba desde Oslo hacia Escocia o con su novia, la princesa Ana de Dinamarca. La nave había resultado ilesa, aunque la tormenta había hundido otro barco. Jacobo al parecer quedó convencido cuando Sampson repitió una conversación privada que él había mantenido con Ana en su noche de bodas.

Finalmente Sampson describió otro aquelarre en la iglesia de North Berwick, al que asistieron más de cien hombres y mujeres. Los brujos rindieron homenaje al diablo y después de girar «widdershin», o en sentido contrario al de las manecillas del reloj, varias veces en el exterior de la iglesia, Fian abrió las puertas de la iglesia con su aliento. Rodeado por la luz de las velas negras, el diablo subió al pulpito, pronunció un sermón y exhortó a los miembros de la asamblea a «no poner reparos a la práctica del mal: comer, beber y divertirse, porque les alzaría a todos en la gloria en el último día». Los participantes en el aquelarre salieron entonces al cementerio, donde el diablo les mostró la manera de desmembrar cadáveres con fines mágicos. En total, se acusó a unas setenta personas de brujería o de traición durante los juicios de North Berwick. Muchas de ellas fueron encarceladas, y Sampson, Fian y Maclean fueron ejecutadas.

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18/08/2018, 20:28
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CONTRARRESTANDO CREENCIAS POPULARES

La imagen de las brujas quemándose en la hoguera es la más difundida de todas, sin embargo, no siempre era así. De hecho, en los juicios a las Brujas de Salem, por ejemplo, las culpables fueron colgadas y no quemadas.

Aunque las acusadas eran casi siempre mujeres, debido a la discriminación y malos conceptos del género femenino, los brujos o hechiceros también existían. Muchas de las personas asesinadas eran hombres e incluso niños, pero las mujeres siempre fueron vistas como las más proclives a las artes oscuras por su debilidad moral.

Las únicas pruebas de brujería que había eran apariciones en sueños a personas del pueblo o testigos que decían haber visto a las personas en situaciones extrañas. Otras pruebas eran marcas corporales consideradas signos del diablo, pero que solo eran malformaciones o manchas en la piel.

El Papa Inocencio VIII confirmó la existencia de brujas y hechiceros como los causantes de crímenes y adoraciones al diablo. Entre sus acciones negativas se encontraban ir en contra de nacimientos y matrimonios, modificar la naturaleza y asesinar.

El libro Malleus Maleficarum (o el martillo de las brujas), escrito por Jakob Sprenger y Heinrich Kramer, dos clérigos que comenzaron las cacerías de brujas, sirvió de base para toda la teoría contra la brujería, dando consejos de como lucen y como se comportan.

Muchos piensan que se convirtió en símbolo de las brujas cuando el Papa Inocencio III ordenó que los judíos usaran capas en punta en el año 1215. La discriminación a estas personas generó rechazo y acusaciones de brujería, adoraciones paganas y crímenes. En el siglo XVIII se popularizó la imagen actual que conocemos, gracias a los artistas que las pintaron con este tipo de sombrero.

Solemos imaginar a las brujas volando en escobas, y de alguna manera no está tan lejos de la realidad. Los ritos de la brujería implicaban la utilización de la planta llamada mandrágora, la cual causa alucinaciones y visiones extrañas. Las mujeres solían frotarla en su cuerpo generando una sensación de vuelo o levitación. 

Las ejecuciones alcanzaron este número entre 1480 y 1750, en Europa y América del Norte. Las pruebas eran casi siempre las marcas de nacimiento, aunque algunos pensaban que las brujas se realizaban tatuajes secretos. Sin embargo, muchos lo hacían simplemente para aprovecharse de estas mujeres, a las cuales debían desnudar y examinar en privado.

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18/08/2018, 20:29
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 SOBRE EL MALLEUS MALEFICARUM

Este libro fue un compendio escrito por dos monjes inquisidores, Heinrich Kramer y Jacob Sprenger y se convirtió rápidamente en el tratado más siniestro para incrementar la histeria y la persecución de mujeres consideradas malditas, asegurando en él que a sus autores les habían sido otorgados poderes especiales para procesar brujas en Alemania.

En esa época la iglesia creía en su existencia y el Papa Inocencio VIII colaboró en la lucha para hacerlas desaparecer. El libro se publicó por primer vez en Alemania en 1486 teniendo decenas de ediciones y ganando pronto los mercados de varios países de Europa, causando un profundo impacto en la caza de brujas durante, por lo menos, dos siglos.

El libro está dividido en tres partes. La primera busca probar que la hechicería y las brujas existen, detallando cómo actúa el Diablo, con el permiso del mismo Dios que  intercede para que eso ocurra, a cambio de males mayores. Allí explica que las mujeres, por ser más débiles son más proclives a la tentación de Satanás, marcando una notable misoginia, ya que afirman su lujuria, el deseo sexual constante y la lascivia femenina. La segunda parte explica las formas de brujería, cómo se lanzan hechizos, cómo llega el mal y como podría prevenirse, mientras que la tercera parte del libro detalla cómo enjuiciar, detectar, condenar, sentenciar y aniquilar las brujas. Ven la tortura de la mujer sospechada como algo natural y sostienen que el rumor público es suficiente para llevar a una mujer a juicio, previo paso por la sala de torturas. Si su defensa es demasiado efusiva, es una prueba que el defensor también está embrujado y merece pena similar o peor, lo cual dejaba prácticamente sin defensa a la acusada primaria.

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18/08/2018, 20:30
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Malleus Maleficarum fue un compendio de relatos y creencias que venían desde antaño, tales como el vuelo de las brujas sobre escobas, realización de maleficios, pócimas y sacrificios humanos y colaboró ampliamente para ser el caldo de cultivo en la persecución de miles y miles de inocentes mujeres sobre las cuales se volcaba una pequeña sospecha. En latín, las brujas eran denominadas maleficae (singular malefica), término que se utilizó para designarlas en Europa durante toda la Edad Media y gran parte de la edad moderna. Términos aproximadamente equivalentes en otras lenguas, aunque con diferentes connotaciones, son el inglés witch, el alemán Hexe y el francés sorcière.

El libro de Kramer y Sprenger salió justo antes de la Reforma Protestante y fue una de las publicaciones  más populares entre los reformistas que estaban esperando algo para sacar el “mal” de sus países.  Entre 1487 y 1520 se publicaron 20 ediciones del libro y pocos  después 16 ediciones más, provocando por si mismo, decenas de años de cacerías de brujas, muertes, lapidaciones, torturas y violaciones de miles de inocentes que vieron caer sobre sus cabezas la sombra de la sospecha.

No podemos pasar desapercibida la sagacidad y astucia con la que ambos autores redactan el texto, de modo que, a lo largo del mismo, no sólo se basan en las Sagradas Escrituras para parecer más convincentes, sino también en algunos argumentos filosóficos de Aristóteles, San Agustín y Santo Tomás manipulándolos para su conveniencia.

Si bien el texto fue un tratado de cacería de brujas, a veces parece más un manual de brujería que un libro inquisitorio. También podemos decir que, pese a su carácter histórico, en ciertas ocasiones tiene un tanto de “Literatura fantástica”, lo cual lo vuelve un libro que mengua entre la fantasía y la realidad involucrando y seduciendo al lector.

El Malleus Malleficarum fue un intento -nada fallido, por cierto- de ejercer un control en la sociedad de la Edad Media, una “máquina” represiva que denigró y aniquiló a millones de mujeres (claro ejemplo de que promovía la misoginia) y a algunos hombres con el estandarte de Dios. La táctica era señalar a la brujería como la causante de todos los males sociales para lavar las manos de los gobernantes y de la institución eclesial.

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18/08/2018, 20:30
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Y la verdadera realidad del Malleus Maleficarum es que nunca fue oficialmente aprobado por la Iglesia Católica. Lo único que consiguieron Kramer y Sprenger fue un decreto papal de Inocencio VIII emitido el 5 de diciembre de 1484, en el que se les otorgaba poderes para procesar brujas en Alemania y que había sido emitido antes de que el libro fuese escrito y sus siniestros métodos divulgados. Estos dos inquisidores(asesinos) colocaron dicho decreto dentro del libro como dando a entender de que el papa aprobaba las atrocidades que se describían en las páginas del Malleus Maleficarum.

Y no teniendo suficiente con esto los dos inquisidores presentaron, en mayo de 1487,el manuscrito a la Facultad de Teología de la Universidad de Colonia. Los clérigos de la universidad rechazaron el manuscrito por ilegal, por falta de ética y por tener una demonología que no concordaba del todo con la doctrina católica. Pero la mente retorcida de Kramer tuvo la maquiavélica idea de publicar el libro e incrustar una falsa nota de apoyo por parte de la Universidad de Colonia.

Poco después de esta publicación la Iglesia Católica prohibió el libro pero a pesar de esto el libro se publicó unas 13 veces entre los años 1487 y 1520. 50 años después se publicó 16 veces entre los años 1574 y 1669. Todas estas publicaciones fueron llevadas a cabo desde la ignorancia ya que no se conocía las artimañas que uso Kramer para su publicación.

Kramer fue denunciado por la Inquisición en 1490, pero tuvo suerte en su vida porque salió impune e impartió clases en Venecia en el año 1495, el rey Alexander VI lo nombró nuncio apostólico e inquisidor de Bohemia el 31 de enero de 1500 y falleció en el año 1505 en Bohemia.

La Iglesia Católica negó que sus fieles utilizaran el Malleus Maleficarum pero la Iglesia Protestante su lo usó en los juicios contra las brujas.

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18/08/2018, 20:30
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UN BREVE RESUMEN

PRIMERA SECCIÓN. LA BRUJA MALVADA

En esta sección se prueba que sí o sí la brujería existe y que por ello hay que promover la justicia divina. Detalla como el diablo y las brujas tienen habilidades para realizar actos sorprendentes, siempre con el permiso de Dios. Aclara que los rituales del diablo son más poderosos cuando hay sexo de por medio, y esto se relaciona con la “creencia“ de que las mujeres son más sexuales que los hombres por su débil naturaleza, bajo intelecto y son más propensas a las tentaciones de la carne.Manteniendo relaciones sexuales con el diablo las brujas conseguían todos sus poderes. Y explica que la brujería proviene de la maldad innata del ser humano antes que de la influencia de los astros o de los demonios.

SEGUNDA SECCIÓN: LA AYUDA DEL DIABLO

En esta sección se explican como funciona el poder de las brujas, sortilegios que usan y remedios usados para protegerse de la brujería. Hablan de las estrategias empleadas por las brujas para conseguir nuevos/as brujos/as,provocando algún suceso malo en la vida de la víctima para que acudiera a ella a pedirle ayuda y como le presentaban demonios para tentar a jóvenes del pueblo para convertirlas en “sirvientas” del diablo. Kramer y Sprenger explican en esta sección del manuscrito hechizos, pactos, sacrificios y copulaciones con el diablo y todo esto lo obtuvieron “supuestamente“ de los juicios inquisitoriales que realizaban.

TERCERA SECCIÓN: EL PERMISO DE DIOS

En esta sección se detalla los métodos practicados para detectar, enjuiciar y, sentenciar a las brujas. Un simple rumor público era suficiente para llevar a una persona a juicio y que una defensa firme era evidencia de que el defensor estaba embrujado. Por este motivo a los jueces se les instruía para engañar al/la acusado/a prometiéndoles misericordia si se confesaba culpable. Y si no confesaba les aplicaba atroces métodos de tortura algo de lo más normal en aquella época. Algunas confesiones eran de lo más absurdas como poder convertirse en animales, volar, causar tormentas y destruir cosechas y hasta tener hijos de demonios en la Tierra.Confesarían lo que fuera para no seguir siendo torturadas. Los inquisidores estaban protegidos por Dios de toda brujería y que las mujeres que no lloraban durante su juicio debían ser declaradas brujas de inmediato.

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18/08/2018, 20:31
Bitchy Witch

LEYES CONTRA LA BRUJERÍA

En Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda, se desarrollaron desde el siglo XVI una ley tras otra para castigar la brujería. Estas son las leyes:

Ley de brujería de 1542. Las tensiones religiosas en Inglaterra durante los siglos XVI y XVII dieron lugar a la introducción de sanciones graves para la brujería. Henry VIII fue el primero en definir la brujería como un delito grave, un delito punible con la muerte y el decomiso de los bienes muebles del criminal. Esta ley fue derogada por el hijo de Henry, Edward VI , en 1547.

Ley de brujería 1562: Una ley contra conjuros, encantamientos y hechicerías. Fue aprobada a comienzos del reinado de Isabel I . Era en algunos aspectos, más misericordiosa hacia las personas declaradas culpables de brujería que su predecesora, exigiendo la pena de muerte sólo cuando daño había sido causado; los delitos menores se castigaban con la pena de prisión. La ley prevé que toda persona que se demostrara "usar, práctica, o ejercer la brujería, encantamiento, encanto, hechicería o, por el cual cualquier persona podría ser muerta o destruida", es culpable de un delito grave sin el beneficio del clero, y debía ser condenado a muerte. 

Ley de brujería escocesa 1563: esta ley condena la práctica de la brujería y de consultoría con las brujas eran delitos capitales. Esta ley permaneció en los códigos de leyes escocesas hasta que fuera derogada por la ley de 1735.

Ley de brujería 1604: En 1604, el año después de la adhesión de James al trono Inglés, la ley isabelina se amplió para que la pena de muerte sin el beneficio del clero a todo el que invocaba espíritus malignos o comunión con espíritus familiares (espiritismo y medium). La ley fue modificada para considerar la brujería como un delito grave, eliminando así al acusado de la jurisdicción de los tribunales eclesiásticos en favor de los tribunales de derecho común. Esto proporcionó, por lo menos, que las brujas acusadas disfrutaran teóricamente de los beneficios del procedimiento penal ordinario. La pena de ser quemadas en la hoguera fue eliminada, excepto en los casos de brujería en los cuales también había traición a la patria, por lo que la mayoría de los condenados fueron ahorcados. Sin embargo, cualquier bruja que habiendo cometido un delito de brujería menor (pena de un año de prisión) fueran acusadas y encontradas culpable por segunda vez, serían condenadas a muerte.

Ley de brujería escocesa 1649: La Asamblea General de la Iglesia de Escocia trabajó para la aplicación y extensión de la de la ley de 1563, que había sido la base de juicios de brujas anteriores. Se logró convertir en delito capital la blasfemia, la adoración de falsos dioses y la maldición de sus padres. También aprobó una nueva ley de la brujería que ratificó el acto existente de 1563 y la amplió a lidiar con consultores de "diablos y espíritus familiares", que ahora serían castigados con la muerte.

Ley de brujería de 1735: La Ley de Brujería de 1735 marcó un cambio completo de actitud. Las sanciones por la práctica de la brujería como tradicionalmente constituidas, fueron sustituidas por penas por la pretensión de la brujería. Una persona que afirmara tener el poder de llamar a los espíritus, o predecir el futuro, lanzar hechizos, o descubrir el paradero de los objetos robados, debía ser castigado como un vagabundo y un estafador, sujeto a multas y encarcelamiento. La Ley se aplicó a la totalidad de la Gran Bretaña, derogando tanto la Ley de 1563 de Escocia como la inglesa de 1604.

Esta ley fue derogada finalmente en Gran Bretaña en 1951, pero algunos países que heredaron parte de la legislación británica la han mantenido activa.

Israel establece dos años de prisión por “brujería, adivinación o magia por pago” y Sudáfrica con su Ley de Supresión de Brujería de 1957, prohíbe las actividades relacionadas con la brujería, el olor a bruja o la caza de brujas.

En Australia fue derogada hace unos pocos años, en 2013.